24 de Octubre, en algún sótano indeterminado de Mission Hill.
El reloj de la pantalla marca las 3.16 mientras los dedos de August Moon se deslizan a toda velocidad por el teclado principal de su preciada y valiosa terminal de operaciones, una colección casi tan monstruosa como perturbadora de carcasas de ordenador abiertas, con los componentes informáticos ensamblados a toda prisa y con infinidad de sistemas de refrigeración, tanto externos como internos, para mantener en marcha y pleno rendimiento su herramienta de trabajo. Los cables discurren desperdigados por toda la estancia, desde las fuentes de alimentación de los ordenadores hasta la toma eléctrica, dejando a su paso una caótica sierpe sinuosa alrededor del centro de operaciones.
Porque no basta con tener un bueno equipo (o en este caso siete) y esmerarse con el mantenimiento, sino que había que dejarlos funcionando constantemente. Y es que cuando August no está en su guarida supervisando las operaciones que ella y su grupo de hacktivistas llevan a cabo, deja siempre una secuencia de programas listos para ejecutarse en distintos intervalos horarios. De este modo nadie sabe cuándo está activa… ni cuando deja de estarlo.
Es importante estar siempre conectada, atenta a las injusticias y atropellos que las grandes corporaciones cometen y encubren a diario. Como también lo es tener una nutrida red de contactos y colaboradores a los que poder acudir en busca de información, apoyo o sencillamente carne de cañón para las infiltraciones en los servidores de las grandes multinacionales. Porque lo cierto es que si Moon y los suyos no se esmeran por salvar al mundo de sí mismo, nadie en su sano juicio estaría dispuesto a hacerlo.
Un pitido estridente suena de pronto, interrumpiendo la actividad frenética de Moon. La hacker ejecuta un diagnóstico de rutina y no puede dar crédito a lo que ven sus ojos: ¡alguien está intentando acceder a su servidor! Y lo peor de todo es que ha conseguido burlar las capas exteriores de la defensa que con tanto esfuerzo y esmero ella y Mist Prince configuraron… ¿Cómo es posible?
Pues eso, alguien está intentando entrar en tu ordenador. Puedes hacer un tirada de intelecto + profesión para tratar de cazar al listillo que anda trasteando con tu sistema. Moon entra en acción :P
**24 de Octubre, Mission Hill, Batcueva**
**Diario de AugustMoon, Disco VII, Codificado**
El zumbido de los siete ordenadores trabajando al unísono es la mejor música para mis oídos. Cierto. Aquí, en mi refugio, no hay nada que me pueda perturbar. Desde aquí controlo todo, controlo el mundo. Con unos rápidos movimientos de dedos y un par de comandos en varias pantallas los trapos sucios de las grandes multinacionales se dedican a salir a luz, uno tras otro, desfilando ante las narices de sus sorprendidos propietarios y sus perturbados clientes sin que ninguno de ellos pueda hacer nada para evitarlo. Y tras ellos, cual mudo mensaje, cual silenciosa firma, mi nombre, mi nombre real: Moon. AugustMoon.
Hace tiempo que Alba desapareció, ya no existe. Sólo es una fachada que utilizo de tanto en tanto, cuando no me queda más remedio que salir a la luz, al mundo de la piel, generalmente porque se me agotan los suministros o cosas así... Pero la pequeña Smith murió junto con sus padres. Nada queda ya de aquella inocente y cobarde niña, ella ya no existe.
Sólo existo yo. La luna de agosto. Y él, el príncipe de las tinieblas, que me vigila desde la oscuridad, siempre, en silencio. Hace tiempo que no sé de él, pero sé que está ahí, cuidando de mí. Si no estuviera, lo sabría... ¿No? Por un momento mi amígdala me traiciona y mi mente duda, divagando entre intrincados derroteros como suele hacer cuando la corteza prefrontal se dedica a mecanizar órdenes que enviar a los dedos para que ejecuten nuevas órdenes en los teclados. Sí, lo sabría, me convenzo a mí misma, lo sabría...
Entonces sacudo la cabeza y continúo con el trabajo que tengo entre manos. Un encargo muy personal de un contacto que trabaja para Wikileaks. Todo va bien, de momento, todo va de maravilla. Dejo programados un par de temporizadores para que algunas órdenes se ejecuten dentro de doce horas y dentro de un día. Cuando termino cruzo los dedos, doy la vuelta a las manos con las palmas hacia delante y estiro los brazos, desperezándome. Me levanto a por un zumo de naranja y vuelvo rápidamente a mi asiento, tirándome de golpe hacia él con maestría, haciendo que ruede por la inercia hasta terminar de nuevo frente al teclado correspondiente. Sonrío. Cada vez me sale mejor.
Mientras doy pequeños sorbos al brick individual con la pajita, continúo tecleando. El sonido de las teclas al marcarse rápidamente me relaja... Ciertamente, el zumbido de los siete ordenadores trabajando al unísono es la mejor música para mis oídos. Aquí, en mi refugio, no hay nada que me pueda perturbar...
...Con la mera excepción de ese zumbido. ¡Mierda! Ese maldito sonido de alarma que indica que sucede algo fuera de lo habitual. De hecho, indica que está sucediendo algo que no está siendo controlado por mí. Eso me mosquea... Rápidamente introduzco un par de comandos, ejecuto un diagnóstico...
—No puede ser... —murmuro— ...es imposible.
Alguien está entrando en mi sistema... En mi sistema. Entorno los ojos hasta que se convierten en meras rendijas de color jade y clavo una mirada penetrante en la pantalla, como si sólo taladrar la misma con los ojos pudiera lograr que descubriera quién lo hacía. Ahí estaba, el mensaje que me devolvía el servidor de alerta de intruso.
Ni de coña.
—A mí no me pillas... —mis labios se mueven por voluntad propia porque mi mente ya está a pleno rendimiento, dedicando todos los recursos a localizar el origen de la señal que está intentando entrar en mi ordenador.
"¿Pensabas que huiría, que intentaría defenderme? ¿Cerrar los sistemas? ¿Desconectarme? Pues estás jodido. Te voy a pillar, cabrón. Seas quien seas".
¿Huir, yo? Ni de coña. Nunca más. Lo que voy a hacer es encontrarlo a él. Rápidamente comienzo a teclear sin despegar los ojos de la pantalla, caracter por caracter, comando tras comando, rápidamente, sin que apenas se puedan distinguir mis dedos sobre el teclado y sin un solo fallo en el script. Pienso encontrarlo, localizarlo. Averiguar su servidor, su dirección IP, su tipo de encriptación, su nombre, su identificación, la dirección de su casa y hasta el color de su ropa interior. "Has osado intentar meterte conmigo y el amor de mi vida" pienso en mi red de computadoras, evidentemente, "pues te has metido con la persona equivocada".
Motivo: Hasta el color de su ropa interior...
Dificultad: 0
Habilidad: 15
Tirada: 3 4 7
Total: 4 +15 = 19 Éxito
Oído ;) No he puesto la dificultad, porque no la recuerdo XD Acabo de terminar con lo del proyecto y todo eso y estoy actualizando todo al fin XD Deberías sentirte afortunado, el tuyo es el post que más me he currado hoy XD Y eso que a estas horas ya no rindo igual... Jajaja
¿Aquí los hitos van como los aspectos en FATE?
Los dedos de August se mueven a una velocidad vertiginosa por el teclado. La hacktivista comienza a desplegar las defensas de su servidor ejecutando los procedimientos de rutina al tiempo que tratas de ubicar dónde está exactamente el problema. Y es que el carbón es condenadamente bueno. Tanto que te desespera. ¿Cómo puede nadie atreverse a entrar en tu Batcueva y quedar impune? Pero Moon es un hueso duro de roer y guarda siempre más de un ass bajo la manga.
Se están colando a través de la Red. O al menos eso es a lo que apuntan todos los diagnósticos, porque a partir de ahí… la señal rebota de un lado a otro. El muy maldito está utilizando algún tipo de proxy repetidor para evitar ser localizado. Alguien se está tomando muchas molestas para llegar hasta ti. Así que continuas con tu frenética defensa, poniendo a buen recaudo los datos y cambiando los protocolos de seguridad para obligar al atacante retroceder.
Pero es inútil. Nada funciona.
Los procesos del ordenador se van cerrando uno a uno, dejando a medias tus alertas, los envíos automáticos, los informes y el volcado de datos. Luego son las pantallas las que se van apagando y tus preciados servidores entran en modo hibernación. Todos salvo uno.
La pantalla del ordenador se pone en negra… y unas letras comienzan a desfilar por el prompt.
>> Wintermute.04: Quieres jugar?
Motivo: Hasta la cocina (Intrusión)
Dificultad: 0
Habilidad: 18
Tirada: 3 5 6
Total: 5 +18 = 23 Éxito
Alguien ha tomado temporalmente el control de tu ordenador. Nada de lo que August hace parece funcionar. Y todo lo que escribe se refleja en la pantalla negra (con el prompt ">> AugustMoon:" cuando teclea), donde aparece la pregunta de este misterioso personaje...
Los dedos vuelan, las teclas suenan. Nada. Las neuronas echan humo, los ordenadores arden. Nada. Es imposible, completamente imposible. Sólo conozco una persona capaz de ganarme... Y no me daría un susto así. ¿O sí...? No, no puede ser él, no es posible. Mis ordenadores se han ido. Nada de lo que he hecho ha servido, ¿por qué? ¿Qué ha sucedido? ¿Quién es tan condenadamente bueno? Se ha ido todo...
Sencillamente se ha ido.
No es posible que exista alguien así... En mi estómago comienzo a sentir algo que no sentía desde hacía muchos años. Algo relativamente cercano al miedo. Han entrado. En mi guarida. En mi ordenador. En mi Batcueva. Hasta la cocina...
Pero también hay dentro de mi cabeza algo arriesgadamente parecido a la curiosidad... Mis dedos se acercan al teclado. Dubitativos... Sólo por un segundo.
>>AugustMoon: Juguemos.
No puedo evitarlo y, mientras tecleo rápidamente, un esbozo de sonrisa me asoma a la comisura derecha.
El tiempo parece ralentizarse en la batcueva en el momento en el que August traza su respuesta en el teclado. Las preguntas no dejan de desfilar por su mente, desafiando al sentido común y dándole cancha al malnacido que ha arruinado su cola de tareas para las próximas horas.
Entonces una nueva respuesta aparece en la pantalla.
>> Wintermute.04: ......( >_>)
>> Wintermute.04: ....../(,")...//...(".)...//...(,")
>> Wintermute.04: .........(●̮̮̃•̃)..(●̮̮̃•̃)
¿Emoticonos? ¿Quién usaba ese tipo de caracteres hoy día?
>> Wintermute.04: Busca a Jessica Strong. Te divertirás (",)... (,")...
Y el ordenador se apaga. El corazón le da un vuelco a la hacktivista durante un instante, disparándole las pulsaciones al temerse lo peor.
Pero el susto apenas dura unos segundos, pues enseguida vuelve todo a la normalidad. Los servidores se reinician y las pantallas vuelven a iluminarse con los programas y los procesos que Moon estaba utilizando antes de la intrusión en su sistema.
**24 de Octubre, Mission Hill, Batcueva**
**Diario de AugustMoon, Disco VII, Codificado**
Mi rostro pasa del susto a la sorpresa y de ésta a la extrañeza en décimas de segundo. Finalmente, cuando todo vuelve a la normalidad, doy un respingo silencioso y vuelan mis dedos de nuevo sobre el teclado. Lo primero que hago es ejecutar un registro minucioso de todos los sistemas en busca de virus o cualquier malware que se haya podido quedar escondido.
Si no encuentro nada, vuelvo a teclear y termino de programar el código de los temporizadores con el que estaba antes de todo aquello. Al fin y al cabo, el trabajo va antes que el placer y yo siempre dejo el trabajo bien hecho.
Una vez terminado, cuando todo está por fin en orden y el zumbido de los siete ordenadores vuelve a regalar mis oídos con la música más maravillosa que existe, me voy al último terminal, el que tiene el motor de búsqueda más rápido y tecleo sin dudarlo:
"Jessica Strong".
A ver qué descubro...
Sorry, no me da tiempo a hacerlo más largo, prometo que a partir de ahora contestaré más a menudo ;)