Partida Rol por web

Fading Suns - Soles Exhaustos

Andrónicos - Una llamada de auxilio

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23/11/2013, 00:22
Director

Los humanos lo sabían, pero parecían ignorarlo. Una rebelión fundada por el descontento se estaba formando en algún lugar de los Mundos Conocidos, que sumiría al imperio en una guerra decadente. Más decandente de lo que era ya la desorganizada estructura social imperial.

Pero eso era un problema de ellos.

Los Obun tenían sus propias cuestiones y tú, como miembro que recién había superado la prueba llamada La Ordalía, tenías tú primera acción para con tú pueblo. Pensabas que tú raza no podía sorprenderte más. Sois pocos, enclaustrados en un sistema solar y sobreviviendo bajo el mandato de la Casa Hawkwood. Tú pensabas que no podían sorprenderte más...

Obun. Ciudad de Dras Ul Tas

Velisamil es también como se le llama a tú planeta natal. Por lo general es un lugar paradisiaco, pero también tiene sus agrietadas llanuras donde las estructuras con forma de aguja desgarran los cielos del planeta. Mirar hacia la punta de estos gloriosos edificios es mirar el infinito. Una ostentosidad tan sencilla como apabullante que ningún humano podrá, jamás, imitar. Obun era única y los Hawkwood lo sabían.

Una pequeña nave atmosférica te condujo desde tú hogar hasta el edificio del Consejo Gobernante. Dicho edificio se abría hacia los lados, luego se estrechaba y se introducía dentro de la misma montaña. Finas líneas de acero y enormes planchas de cristal. Eso es lo que formaban el edificio. Te reclamaron pues un noble Hawkwood visitó el planeta. Lo hacen constantemente, incluso tienen una mansión como delegación en un oasis. Sin duda han cogido un buen lugar de todo el planeta. Tan pronto como llegaron, Obun comenzó a llenarse de humanos. Su olor, sus costumbres...

En el fondo sentías incertidumbre. No sabías que querrían de ti cuando un noble Hawkwood anda cerca. En el fondo pensabas que te encomendarían alguna noble tarea. Pero... cerca de un Hawkwood.

Notas de juego

Interpreta un poco ;)

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26/11/2013, 00:19
Andrónicos Quraqua
Sólo para el director

Mi llegada a la sede del consejo llegó en un momento turbulento; si bien caminaba con la altivez y el orgullo de ser puesto a prueba y que todos supieran de ello con satisfacción pese al gesto adusto. Pero también con la certeza que el servicio a lso nobles humanos, siendo de improtancia y delicadeza, podía ser un quebradero de cabeza mayor de lo que hubiera deseado en la shoras anteriores.

Trataba de encajar el golpe sereno más me costaba mantenerme quieto y espectante a que mi turno llegara. Respiré hondo, y recé al que llaman los humanos Pancreador. Más en ésta hora incierta nada calmaba el hormigueo que sentía bajo mis pulmones, en el vientre.

En numerosas ocasiones hice ademán de preguntar a alguien sobre cualquier asunto que me pudiera atañer pero tenía que mantener la cabeza serena y el espíritu sencillo. "Una mente clara y despejada, llena de bondad y visión"