Los años habían pasado en vano. Cuando empezaste con estos negocios creiste estar a la altura y... bueno, te equivocaste. Todo el mundo se equivoca pero lo tuyo había sido mucho peor. Jurastes, prometistes... lo hiciste en situaciones que no debías, que te pusieron en peligro y que aun, a pesar de todo, sigues vivo. Tú has sido uno de los muchos que ha mirado al cielo estrellado y a visto como esos soles desaparecen para siempre, y fuiste uno de los pocos que no se preocuparon por ello. Todo nace y muere. Es la ley de la vida.
Por suerte para ti tenías un protector. No, no era un guardaespaldas enorme y fuerte, armado hasta los dientes. Tampoco era una atractiva duelista ni un robot de combate preparado para morir por ti. No, era un viejo cascarrabias que no hacía más que gritar a todo el mundo, quejarse y lanzar palabras malsonantes sin ton ni son. Pero... había sido tú salvador.
Sabías que tenía algo que decirte, pero sabías también que te había delegado su nave espacial. Una belleza sin formas que era capaz de recorrer la Red de Saltos de los Mundos Conocidos y no quedarse varada sin combustible por ello (obvio, funcionada gracias a la luz solar). Rápida, grande y espaciosa. Era perfecta para tus negocios. Aunque realmente fea. Hacía llorar sangre a los más delicados con las formas de una nave. Pero a ti eso te daba igual. Joder era una puta nave.
Madoc - Ciudad de C'ath
La ciudad que mantenía ese nombre tan extraño se encontraba en una de las muchas masas oceánicas que tenía el planeta. Se alzaba cientos de metros sobre el nivel del mar gracias a unas fuertes columnas, y sobre ellas unos "platos" mantenían las estructuras de la civilización moderna. Unos puentes conectaba de aquí para allá la enorme estructura.
Habían numerosos almacenes y hangares, todos o casi todos tenían naves espaciales y estaba llenos de cargamentos y la exclusiva comida del planeta. Difícil de exportar al exterior. Después mirabas a las profundidades del océanos y es entonces cuando rememorabas esos cuentos que dicen... criaturas en el fondo del mar. ¿Más alienígenas? Joder...
Tú abuelo te espera en su casa. Tenía algo importante que decirte recuerdas...
Interpreta un poco ;)
Se sentía enfadado, tras haber sufrido mil percances para contactar con un arreglador resultó que este no quería hacerse cargo de ofrecer trabajo al chico tras conocer su identidad. Maldita sea, ¿qué hacía mal que la gente confiaba tan poco en él? Sí, quizás hubiera perdido alguna mercancía en el espacio o hubiera prometido construir algún innovador ingenio del que no era capaz de producir, ¡pero seguía siendo un miembro del Gremio de los Carroñeros! ¡Y como tal, era un experto en su campo! Y además, necesitaba desesperadamente el dinero. No pasaba mucho desde la última vez desde que le habían reclamado algunos pagos, y temía que a la próxima se cobraran su nave, lo único que tenía y su herencia familiar, como pago por las deudas.
Tratando de no sufrir demasiado el dolor de cabeza que le producía pensar en todo aquello, avanzaba con familiaridad por las calles de la ciudad en dirección a casa de su abuelo. Aquel viejales tenía algo que decirle, y se esperaba que probablemente fuera otra bronca... como siempre.