Partida Rol por web

Ahí estabas tú. En una enorme nave espacial rumbo a un planeta redescubierto. Abandonado durante la Caída hace siglos. Un planeta que, por los informes recibidos, ya estaba habitado por humanos que antaño pertenecieron a la Segunda República (que existía antes que el Imperio actual), y que actualmente desconocen que hay más allá de su planeta.

El primer contacto ya se desarrolló por enviados de tú casa. Se encargaron de mostrarles la historia que se habían perdido, quienes eran los vecinos que tenían... los nuevos planetas habitados a lo largo de la expansión conocida. Pero tú objetivo era mandar. Gobernar sobre una tierra aun inexperta, ignorante de los peligros que acechan y de que los soles mueren lentamente y agonizantes.

Se te procuró una nave de enorme tamaño, en la cual viajas, un séquito de confianza, provisiones... módulos de construcción... todo lo necesario para sobrevivir en ese mundo redescubierto.

La Paragon. Crucero interestelar Hawkwood. Camarote de Lindsay Embers

Estabas leyendo un libro. Tenías varios de ellos para un viaje que duraría varias semanas, y que aun quedaban un par de días para completar. El que leía en concreto era histórico. Sobre las Guerras del Emperador, pero no decían nada que no supieses ya. Durante esa época, la reflejada en el libro, asumió por derecho propio el trono un noble Hawkwood. Convirtiéndose en el Emperador que conocéis ahora.

Tú habitación tiene una luminosidad ajustada. Ténue, que solo ilumina correctamente el libro que lees. El resto lo amueblaban varias estanterías, una cama confortable, un escritorio y, para mirar el exterior, una enorme ventana blindada. En horario local de la nave, se podría decir que era "de noche", y la mayoría dormían plácidamente, o temerosos por los soles exhaustos, y los peligros que acechan en el espacio.

Dejo el libro que estaba leyendo de mala gana sobre una pequeña mesita de habitación al lado de mi cama y me levanto de un suspiro. Nada nuevo en aquel libro, de todas maneras era lo de esperarse, y no es que la historia ni la lectura me irriten, sino que es la idea de haber tenido que cursar por este viaje tan largo. Mi impaciencia se refleja en los pasos que doy en la oscuridad de mi habitación.

-Espero que este mundo sea interesante - Pienso mientras me acerco al ventanal reforzado - Me pregunto si la gente nativa tendrá historias nuevas que aprender, y también espero que no opongan gran resistencia.

Me rió en voz baja ante mis pensamientos de "gran resistencia", es natural que intentaran resistirse a cierto grado, después de todo, ¿a quien le gusta que extraños lleguen a gobernar su planeta? Esto no lo había considerado muy bien después de todo, ni siquiera había revisado de cuantos soldados dispongo ¿es que acaso dispongo de algún soldado? De todas formas sería conveniente formar alguna clase de ejercito privado una vez llegue, para prevenir, ya que es mejor eso que después lamentar. Doy media vuelta y salgo de mi habitación a dar un último paseo antes de acostarme a dormir.