Partida Rol por web

La mano sobre mi hombro y después sus palabras, aparentemente ansiosas, despiertan en mí cierta sensación de opresión que no me gustan... Miro a mi alrededor para comprobar si alguno de sus monstruos está comprobando también los puntos de anclaje, o buscando los sellos, o sí depende enteramente de mí...

- ¿No se supone que estoy aquí sólo como observador? - le digo sonriendo - ¿qué demonios es eso tan grande que se encuentra en este lugar? ¿Estamos realmente preparados para liberarlo? - continuo ya más serio. - He localizado dos puntos - digo señalando su posición aproximada - y creo poder encontrar el resto, aunque necesitaré tiempo y... algo más de información -

Por supuesto que estamos preparados - responde con una confianza rayana en la arrogancia - Es un wyrm antiguo, poderoso y sabio. Espero que me reconozca por lo que soy. Si no lo hace - se encoge de hombros - tendremos que destruirlo. Si queremos restaurar el equilibrio primero hay que destruir todo lo creado por la angustia y la locura del Wyrm ¿Qué más necesitas saber, Embaucador?...

Caer al suelo y fallar en golpear a la araña no hace más que enfurecer aún más a Adalid. El sabor asqueroso y artificial de aquella criatura no puede aplacar nada. Un gutural gruñido de rabia retumba en la garganta mientras se apoya en las manos y lanza las fauces para arrancar sus patas con los dientes. Tras eso giro todo el cuerpo para golpear con las cola, aunque llego a impactar, sus múltiples patas impidieron que cayera o que recibiera suficiente daño.

De alguna manera Adalid se las ingenia para cercenar de un mordisco dos de las patas de la araña. La explosión de humo, chispas eléctricas y líquidos malolientes hace titubear al Mokolé y el golpetazo con la cola no tiene mucha fuerza. Pero tampoco era necesario: herida de muerte, la bestia mecánica se tambalea hasta caer entre grandes sacudidas hasta quedarse definitivamente quieta.

¡Médico! - grita el fomor que estaba ayudando a Adalid - ¡Médico, joder!

¡Aquí! - grita un hombre. Aplica un vendaje untado con una pasta verdosa de fuerte aroma a hierbas sobre la quemadura que le hizo el relámpago de la araña. La herida no desaparece pero al menos sí se alivia gran parte del dolor que provoca.

Las arañas Tejedoras ya han terminado de cerrar la brecha abierta por el Danzante y las otras Cazadoras ya no tienen interés en los soldados de Cluithi. Hay muchos heridos y unos pocos muertos, pero el ejército de Cluithi ahora se encuentra en la Penumbra. El gigantesco Danzante está ahora hablando con Mente-Ligera...

La pelea ha acabado. Adalid gana. Pero las heridas… las heridas duelen. Resopla y se queja, tras levantarse. Pero los fomor de Cluithi le atienden rápido. Son eficientes, como un ejército de verdad; nada similar a lo que Adalid ve en la corriente de los recuerdos. No puede confiar completamente en ellos, pero no puede negar que es un buen paso para determinar que el plan de Cluithi sea el adecuado.

Las arañas pierden interés, quizá porque la brecha está cerrada… quizá por otro motivo. Ahora no parece un buen momento para detenerse a pensar en ello. Cluithi planea algo con un Wyrm… algo grande y poderoso seguramente.

Adalid camina hacia el Danzante, tratando de prepararse para lo que está por venir. Matarlo, aliarse con el… absorber su poder. Divergencias en el rio del futuro de las que no resulta fácil ver el delta al final del mismo.

Adalid y Cluithi observan al Nuwisha rastreando los sellos umbrales del enorme Wyrm que reposa bajo tierra - Espero que no tengamos que pelear con ese wyrm - dice al ver las heridas del Mokolé - Pero ¿estarás listo si es necesario?...

A juzgar por la distancia a la que se encuentra el Nuwisha, la criatura debe ser realmente gigantesca. Lo suficiente como para ocupar ella sola todo el pantano en el que nació Adalid y que le vio Cambiar por primera vez. Un estremecimiento involuntario le recorre la espalda. Ciertamente los Garou cometieron muchos, muchísimos, fallos, pero eso no significa que lo hicieran todo mal. Un hechizo de sellado tan grande y tan potente sin duda debió costar muchísimo esfuerzo y no pocas vidas Garou. Un hechizo que ahora Cluithi pretende deshacer...

Adalid resopla, chasquea las mandíbulas y agita los brazos como respuesta. Preferiría evitar el combate en este momento, pero no lo rehuirá si es necesario. Ahora bien ¿Cómo se pelea con algo tan grande? Supone que de la misma forma, pero en una escala muy diferente ¿De verdad el plan de Cluithi es este? Parece demasiado laxo.

El miedo es un aviso. Lo que hay debajo es definitivamente peligroso ¿Podrá controlarlo o derrotarlo? Una sola araña ha sido un enemigo formidable… Adalid… Adalid no es tan fuerte como Adalid pensaba. El mokolé observa su garra, abriéndola y cerrándola.

Poder… poder para proteger al mundo ¿Acaso es lo que ha venido a buscar Cluithi aquí? ¿Es esto un error? O ¿Fue un error no aprovechar esta fuerza en su momento? ¿Se podrá aprovechar el poder de algo tan gigantesco? Son demasiadas dudas. Adalid sabe que hay que aprender del pasado, y el futuro no es más que una promesa. Lo importante es el presente. Ahora no queda otra que avanzar, y él ha decidido confiar en Cluithi… por ahora.

Siguiendo las indicaciones de Mente-Ligera los soldados de Cluithi van deshaciendo uno a uno los sellos que contienen al monstruo. Aunque ellos no sepan qué hacer las Perdiciones en su interior sí, pese a lo cual aún les lleva horas llegar y destruir el último sello.

La tierra tiempla y se ondula con tal fuerza que hasta Cluithi tiene que ponerse a cuatro patas para evitar caer al suelo. Una forma gigantesca y serpentina saca la cabeza de la tierra provocando una avalancha de piedras, tierra, arena y polvo. Furiosa tras tanto tiempo enterrada, la titánica bestia abre las fauces y lanza un rugido que hace explotar los tímpanos de Adalid...

La forma del disolvedor es inmensa y terrible. Su rugido hace daño en la cabeza de Adalid, el sonido retumba en un chillido agudo dentro de la sien. Observa al monstruoso ser, ahora... ¿Hay que matarlo? ¿Tranquilizarlo? Ambas opciones son poco halagüeñas. Aunque todo parece haber quedado en calma salvo por ese quedo pitido que no deja de oír. Mira a Cluithi en busca de algo similar a un plan. Es el quien quiso levantar a este Wyrm, el debería saber que hacer a continuación.

Sin embargo, no puede mas que entender cuan pequeño deben sentirse muchos; el miedo que hasta ahora había desconocido o ignorado lo esta probando en toda su amargo sabor.

Adalid domina con dificultad su reacción instintiva de "lucha o muere" y permanece en pie al lado de Cluithi, quien tampoco parece tener problemas para controlar su Rabia. La criatura es inmensa, poderosa y majestuosa. No es de extrañar que los Tasmanos no pudieran destruirla y tuvieran que conformarse con encerrarla bajo tierra. En algún momento Cluithi empieza a hablar en voz alta con el monstruo, pero Adalid no puede oír la conversación. Su mente está completamente ocupada por una parte de la consciencia de la criatura.

"Adalid-del-ojo-carmesí" - la voz en su cabeza es atronadora hasta casi resultar dolorosa - ¿Quién eres? ¿Por qué he soñado contigo?...

Adalid mira a la criatura, con nuevos ojos. Se lleva una mano a la sien ante aquella voz que hace que baje la cabeza. La presión que la presencia del ser ejerce… se suma ahora a su voz y al hostigamiento de aquellas preguntas, tan sencillas en un principio… pero a su vez tan cargadas de significado.

-Adalid es… Adalid.- Pero…- Adalid es el guía, el camino, la memoria de un mundo moribundo, la mano que sujeta una lanza dorada mancillada en rojo. Quien manchara sus manos y su esencia para que otros no tengan que hacerlo. El que mostrara el sendero al destino del mundo, sea el que sea. - Alza la vista, confuso y si saber si la respuesta es real o no.- Adalid no conoce el motivo por el que el Disolvedor ha soñado con Adalid. Adalid no ha visto este cauce y no conoce la desembocadura.- Adalid habla, con aquella forma hablar es algo... difícil, una boca y unos dientes grandes, con una lengua enorme que se mueve de forma diferente. Las palabras humanas se apelmazan en la garganta y la boca como gruñidos y espumarajos ¿Podrá entenderlo el Wyrm?

Sí. Recuerdo a los tuyos uniéndose a los hijos de Lobo, los de Cuervo y los de Murciélago (1) en mi contra - no hay rencor en la voz del titán, sólo aceptación - Había perdido mi Nombre y estaba cegado por la furia y la locura. Ahora he empezado a recibir sueños y visiones sobre quién era y lo que se supone que debo hacer, pero aún no he recuperado mi nombre y sin él me siento perdido. Tú, que desciendes del Dragón, eres parte de la memoria de Gaia ¿Puedes recordar mi nombre? (2)...

Sumergirse en los recuerdos del Dragón es muy complejo y difícil, mas buscando algo tan concreto como el nombre de un Wyrm, incluso de uno tan inmenso e imponente. Cabria pensar que habría dejado una huella mas importante, pero el cauce de la memoria no parece hacer esa clase de distinciones... o las habilidades de Adalid no están tan pulidas como para discernir esos cambios aun.

Niega con la cabeza.-No, no puedo. Tu nombre permanece escondido. Pero si vienes con nosotros es posible que podamos encontrarlo.- Es una apuesta arriesgada, pero es mejor que tratar de de enfretarlo, y esta posibilidad es mejor que la otra... enfrentarlo o darse por vencidos.

Aún no puedo moverme de aquí - responde el wyrm - El último sello, el más potente e importante de todos, permanece activo en mi interior. El chamán "Plumas-de-arco-iris" se sacrificó arrojándose a mis fauces para poder iniciar el rito que me encerró. Si de verdad queréis liberarme tendréis que entrar en mi cuerpo y eliminar el sello. Sólo entonces podré ser libre...

La sombra del remordimiento y la culpa se asientan en Adalid, lamenta no ser capaz de hallar el nombre de la criatura como no pudo ver el momento en que fue encerrada; escudriñar en las aguas de la memoria no es nada sencillo, pero el poco éxito obtenido le hace dudar de sus capacidades.

Cuando el Disolvedor le cuenta acerca del ultimo sello, no hace sino acrecentar las dudas ¿Debe hacerlo? Liberar a este wyrm podría ser un error… incluso una trampa sin mas para devorarlo. Pero como ya proclamara anteriormente es quien debe despejar el camino para el destino del mundo, bueno o malo. Cluithi ha liberado a esta criatura hasta este punto, detenerse ahora sería obviar algo demasiado grande.

¿Podrá terminar el sello? ¿Podrá volver? Otra vez, muchas incógnitas y ninguna certeza.

-Hazlo. Adalid-Del-Ojo-Carmesí te liberara del ultimo sello y buscara tu nombre, a cambio nos seguirás y ayudaras.- Adalid se golpea el pecho, intentando mostrar una seguridad que busca y a la que trata de aferrarse en este momento tan decisivo.

La titánica cabeza desciende hasta el suelo. Las fauces se abren liberando una vaharada de aire caliente y hediondo. Incluso Adalid, acostumbrado a la peste putrescente de su ciénaga, tuerce el gesto en una mueca de asco.

¿Qué vas a hacer? - le pregunta Cluithi...

La criatura exhala un pestilente hedor a muerte y putrefacción. Tomar aire para hacer acopio de valor, deja de ser una opción, como tampoco lo es volver atrás. La enorme boca de la sierpe se abre como una enorme caverna cuyo negro interior depara un destino desconocido.

Adalid regresa a su forma humana antes de adentrarse.- Abrir el camino al futuro.- Con estas palabras camina sin mirar atrás y preguntándose si no serán las últimas palabras de un necio.