Partida Rol por web

Salgo de los conductos, y nos está esperando Murray. De repente llaman a la puerta. Lo peor se hace evidente... los segundos se hacen eternos, un duelo entre el britanico y el nazi estaba a punto de comenzar... Mi respiración hasta ahora entrecortada por los nervios, se frena de inmediato...

Liam no lo dudo un segundo al ver al alemán. Antes de abrir la puerta se dió cuenta de que disparar no era una opción, una idea ya rondaba en su cabeza si había algún peligro. Por lo que sin dudarlo se abalanzó sobre el nazi dispuesto a golpearle con la culata de su rifle.

Tan solo confiaba en ser más rápido que el alemán, que ya trataba de llevarse la mano al arma en la cintura. Tal vez con un poco de suerte, su movimiento fuera más rápido.

El golpe de Murray no sólo es certero, sino eficaz. El soldado cae al suelo derramando una estela de sangre de su nariz. Para cuando toca el piso ya está inconsciente. Asleson se lanza sobre el cuerpo a meterlo dentro y cerráis la puerta tras comprobar que venía solo. Todo ha salido perfecto.

Quizá por eso os sorprende tanto el aullido de la alarma que suena de repente por todo el complejo. ¿Qué demonios? ¿Qué ha sido eso? ¿Quién ha hecho sonar la alarma?

-Oh, dios mío. Deben ustedes marcharse. ¡Esto se va a llenar de guardias! Les conseguiré tiempo antes de volarlo todo. Bajen, vuelen el agua pesada de abajo también. O márchense ahora del edificio y esperemos que sus amigos vuelen el otro depósito... claro, que si son ellos quienes han hecho saltar la alarma abajo... madre mía, no sé.-

El golpe de Murray fue certero pero no sirvió para evitar hacer sonar las alarmas, se hubiera jugado menos si le hubiera pegado un tiro. Aún así tal vez aquel silencioso knockdown les diera algo de tiempo. Con un disparo los guardias se hubieran presentado allí inmediatamente.

Intentó tranquilizar al ingeniero. El reloj. Le dijo tratando de calmarlo. Deme el reloj que habíamos venido a buscar.

El tiempo corría encontra, aquel hombre tenía razón pese a estar tan agitado. Debía coger el reloj y volver rápidamente con Hunt.

-¿Qué? Ah... sí, tenga. No se preocupen por mí. Estoy listo.-

Tras guardar el reloj en su bolsillo Liam guió al resto del grupo de vuelta con el cabo Hunt para entregarle el reloj y avisarle de lo ocurrido. Tendrían que salir de allí a toda prisa. Tenían poco tiempo.

Uno a uno vais pasando por la trampilla que lleva al espacio hueco entre esta planta y la inferior. Aterrizáis en el túnel por el que debéis moveros agachados y cuando estáis ya todos dentro escucháis el sonido de la trampilla cerrándose tras de vosotros. Arriba se queda solo el ingeniero jefe, dispuesto a hacer volar todo si llegan soldados antes de la cuenta del temporizador.

Guiados por vuestros compañeros, emprendéis el camino a gatas, en fila india, por ese corredor oscuro y angosto por el que suenan ruidos de portazos abajo, agua corriendo en alguna parte y estática. Hasta que, de repente, escucháis voces al otro lado de una esquina. Thrud se asoma con cuidado y os hace un gesto. Podéis seguir. Así es como segundos después os encontráis con los compañeros que faltaban, acompañados de... otro hombre. ¡Un alemán! Vestido con una bata blanca y sujeto de las solapas por el cabo, parece aterrado. Los tres están cerca de una trampilla abierta hacia la planta baja.