Partida Rol por web

Hoy el turno en la fábrica ha resultado más largo que habitualmente, por lo visto a Tim, el de la compresora, se despistó y toda una remesa de piezas no amartilladas se mezcló con las buenas y os pasasteis casi dos horas comprobando cuales habían sido amartilladas y cuales no. Para colmo no ibais demasiado avanzados en los lotes que os tocaba enviar y acabasteis el trabajo cuando ya había anochecido.

En el vestuario saliendo te has encontrado con Carter, Higgins y Marshal con los que a penas habías coincidido estos últimos meses. Por lo visto ellos también habían acabado y se habían entretenido criticando al nuevo jefe de distribución, al que no conocías todavía pero que decían que por su edad (muy joven) seguro que era pariente de algún pez gordo.

Te morías de cansancio y ganas de tirarte en el sofá de tu apartamento a ver telebasura, pero tras varios minutos insistiendo finalmente aceptas ir a por una cerveza con ellos, al fin y al cabo tenían razón cuando te decían que cada día te veían menos el pelo.

El "Pints Pub" es uno de esos bares irlandeses donde sirven cervezas en enormes pintas y también tienen comida rápida y hamburguesas. El lugar es bastante grande. En una misma planta hay una larga barra tras la que se encuentra la cocina y almacén. Hay como 6 mesas con gente de todo tipo, un par de ellas vacías y en un rincón mal iluminado, unos jóvenes juegan al billar.

- ¿Qué van a tomar caballeros?

Pregunta una camarera en delantal que saca una libreta y boli del bolsillo

No podía quitarme de la cabeza el asunto del ascenso, llevaba meses estudiando como un animal y asistiendo a los cursos de formación para soldadores pero cada día que pasaba el ascenso parecía estar más lejos que al principio. El cambio de jefe no iba a mejorar las cosas, al menos el anterior me consideraba una persona trabajadora y eficiente, para el nuevo no somos más que peones que están ahí para cumplir sus órdenes. Me consolaba pensando que estaba aprendiendo grandes cosas sobre materiales de construcción, y no sólo eso, el estudio me estaba sirviendo también para conocerme a mi mismo. Hasta hacía muy poco ni siquiera sabía que era capaz de estudiar tantas horas seguidas, aunque lo cierto es que nunca antes había tenido interés por ello.

En esas estaba, sin hacer mucho caso al resto, que charlaban animadamente sobre cosas del trabajo, cuando la camarera llegó para tomarnos nota.

- Una pinta para mi - dije levantando la mano - que sea de cerveza negra, hoy no estoy de humor...

Cárter te da un amistoso golpe en el brazo, agarrándolo y meneándote un poco para animarte

- ¿Qué te pasa macho?

Dice al oír tu comentario y ver esa cara larga que no te esfuerzas por ocultar.

Todos ordenan sus cervezas y algunos nachos para picar y la camarera de lo más resultona, se da la vuelta para ir a transmitir el pedido.

Tus compañeros te miran con preocupación y algo de complicidad también

Quizás compartir mis problemas con el resto me ayudara a sentirme un poco mejor, a pesar de que ellos no pudieran hacer nada para solucionarlo.

- Lo del nuevo jefe es una putada - les dije - ya sabéis que estoy con lo de los cursos de soldador... empecé porque me habían prometido un ascenso y ya lo veis, sigo haciendo la misma mierda de siempre. Si no conseguí el ascenso con el viejo jefe ahora ya me puedo dar por vencido, tantos días estudiando y dando el callo para nada - sentí que me volvía demasiado pesimista y tampoco quería chafar lo que podía ser una agradable velada - Bueno, pero tampoco quiero aburriros con mis historias, aquí se viene a beber ¿verdad?

La verdad es que me sentí un poco mejor, al fin y al cabo era un tema que sólo había tratado de pasada con mis padres y con Jane. Mis padres me habían dicho lo típico que se les dice a los hijos, "Tranquilo cariño, ya verás que con el tiempo tu esfuerzo será recompensado". Bonitas palabras, pero no tenían ni idea de como funcionaban las cosas en la ciudad. Jane, sin embargo, tenía otros puntos de vista y habíamos pasado alguna que otra tarde hablando sobre el tema aunque finalmente había que afrontar la dura realidad, y es que yo no podía hacer más de lo que ya estaba haciendo.

La camarera aparece felizmente con cervezas heladas que deja sobre la mesa una a una.

- No te amargues hombre

Dice Cárter dándote un golpecito en la espalda, a lo que Higgins añade:

- Estamos todos igual de jodidos, -Agacha los hombros - Así van las cosas en nuestra empresa, para escalar hay que ser hijo de alguien

Marshall entonces levanta su jarra bromeando:

- ¡Por la inminente revolución del proletariado!

a lo que Cárter responde

- El puto comunista tiene razón por una vez...

Todos beben

- Supongo que teneis razón - dije tomando un trago largo de la cerveza - Ahhhh! por eso me gusta este bar, me ponen la cerveza justo como tiene que estar, fría como un témpano.

Era cierto que todos atravesábamos la misma situación laboral, sin embargo, también era cierto que no todos teníamos el mismo interés en ascender. La mayoría de ellos ya se habían dado por vencidos o ni siquiera habían tratado de mejorar, otros tenían ya una edad y una familia formada y no tenían tiempo que perder en estudiar. Yo, sin embargo, aún era joven y no tenía ningún tipo de ataduras, sería un imbécil si no intentara llegar a lo más alto. Cuando Marshall habló levanté mi jarra.

- Eso, por la revolución de los curritos - dije sonriendo

Bebimos todos tras el brindis y ya estábamos  mucho más animados.

- Bueno, y con tanto tiempo sin verte, te hemos perdido la pista. ¿Te echaste ya alguna novia?

Te pregunta Higgins sin mala intención

- Sí, si todavía no fichaste ninguna te recomiendo a la hija de Cárter que esta buenorra

Cárter se exalta ante el comentario de Marshall

- ¡Pero será cabrón! A mi hija ni tocarla

- Esa por lo de puto comunista

Le responde Marshall entre risotadas y otro trago a su jarra

- Pero es verdad Cárter, tu hija está muy buena y eso debería alegrarte - le dije siguiendo la broma

Todos se reiron a carcajadas, salvo Cárter claro, aunque ya empezaba a estar acostumbrado a ese tipo de comentarios. Me parecía curioso esa manera de proteger a sus hijas que tenían los padres, si tu hija estaba buena pues estaba buena y ya está, yo me alegraría. Aunque supongo que es de esas cosas que te ocurren cuando te conviertes en padre, como quedarte calvo, cuando sea padre lo comprenderé...supongo.

- No tengo tiempo para mujeres - le dije a Higgins cuando la conversación volvió a la seriedad inicial - aunque ojalá pillara a alguna de vez en cuando, últimamente está la cosa muy mal... La verdad es que con la única mujer con la que hablo habitualmente es mi vecina Jane, pero sólo somos amigos.

- ¿Está buena?

Pregunta Higgins tratando de interesarse por tu situación

- ¿Por qué no me la presentas? si tu no te espabilas alguien deberá de hacerlo

- ¡No jodas Cárter, que estas casado...!

Le replica Marshall dandole un codazo

- Ey, no te escandalices que solo era una broma

Responde el primero.

- Bueno, Cárter tiene parte de razón Atkinson, no todo es el trabajo, ¿no?

Higgins te lo comenta de buena fe, lanzandote una simpatica sonrisa

- Tienes razón, no todo es trabajo - dije tomando un largo trago - pero ella es algo más que un par de tetas, se preocupa por mi... ¿sabeis que me salvó la vida en una ocasión?

Había conseguido captar la atención de todos, a pesar de que la historia real no era para tanto. A pesar del dolor que pasé, recuerdo aquella experiencia con ternura. Ella se portó genial conmigo y nunca podré agradecérselo como se merece.

- Higgins seguro que se acuerda porque le llame por teléfono desde el hospital - comencé a contar la historia - El caso es que hace un tiempo tuve apendicitis, me vino de repente, sin avisar... Cuando estaba en el suelo de mi casa retorciéndome de dolor ella vino a ayudarme, me dijo después que me había escuchado gritar y luego había oido unos cristales romperse... No se separó de mi ni un instante y hasta venía a visitarme al hospital y un día me llevó unas magdalenas, tendríais que haberlas probado, esa chica cocina mejor que mi abuelita...

Me di cuenta de que hablaba de ella como si estuviera enamorado, y por un instante me sentí incómodo. Era cierto que había sentido cosas por ella, pero estaba confundido, además el hecho de que ella fuese una joven universitaria y yo un currante sin estudios complicaba las cosas. Eramos buenos amigos, pero yo dudaba que eso pudiera llegar a más.

- Errr... y contestando a tu pregunta Cárter - dije desviando el tema a propósito - Si, está bastante buena.

La camarera se acerca con su sonrisa habitual de nuevo

- ¿Está todo bien? ¿Necesitan que les traiga algo más?

Entonces miras el reloj y ya marca las 12. Todas las jarras de la mesa están vacías y tus compañeros se miran entre ellos dejando que Higgins responda.

- Está bien por hoy creo, mejor tráenos la cuenta.

Tras pagar las respectivas copas, tus amigos se despiden de ti deseándote la mejor de las suertes con el trabajo y la vecinita.

Y como una premonición cuándo llegas al portal de tu casa te la encuentras con un par de bolsas de basura en la mano. La calle está solitaria en la fría noche de Denver.

Ella deja las bolsas en el suelo para acercarse a saludarte, cuando de repente...

Oscuridad.