Partida Rol por web

Llegas temprano al trabajo esta noche. Todavía no se hizo de noche cuando te diriges a la parte trasera, a la entrada de personal del club.

El BareAsses es un local de striptease masculino donde suele acudir mayormente el público gay de la ciudad, aun que siempre hay algunas mujeres dispuestas a reírse avergonzadas con sus amigas o curioseando en nuevos antros. Se suelen hacer ahí muchas despedidas de solteros, especialmente los fines de semana; pero hoy, jueves, tendía a ser más tranquilo: algunos habituales y cerrar pronto.

Tocas la puerta con un par de golpes pero nadie te abre hasta que vuelves a llamar y entonces aparece Harry con la cara medio empolvada.

- ¡Anda! ¿Qué haces tu aquí tan pronto? ...no me digas que quieres hacer algo de calentamiento antes de empezar.

Te suelta con aire picarón cargado de pluma. Él siempre llegaba antes porque su show travesti requería mucha más preparación: el vestido, el peinado y el maquillaje le llevaban incontables horas. Pero era su pasión. Nadie lo diría a sus 40 años, pero ya se sabe como es este mundo, solía responder él.

Paso el umbral de la puerta y miro a Harry, tan "divina" como siempre, osease, poco.
- Me sobraba tiempo, Harry. - digo, sin darle mas rienda al tema - Y tu qué, ¿por qué has tardado tanto en abrirme? ¿Te estabas tocando o algo? - y sin esperar mayor respuesta comienzo a caminar por la zona.

- ¿No ha llegado nadie más todacía? - le pregunto, mirando alrededor - Vaya, sí que se me ha echo pronto. No esperaba llegar tan temprano. Iré preparandome si eso. Procura no espiarme. - me despido y me aventuro hacia los probadores para elegir la ropa que usaré hoy y la música que bailaré.

Harry se ríe haciéndose la escandalizada ante tus bromas y luego te contesta

- Pues tu andarás bien de tiempo, pero a mi ya me gustaría que me sobrara para venirte a echar un ojo.

Te diriges a tu taquilla mientras él se marcha a los camerinos donde guardáis las pinturas y espejos diciendo

- Juventud divino tesoro...

En las taquillas está Rodriguez, otro de tus compañeros. Él es un latino musculado con muy buena planta y también baila en la barra americana. Medio desnudo, con el uniforme de lo que se intuye, fue un bombero cuyas ropas consumió el fuego, está apoyado contra la pared fumándose un cigarrillo.

- Qué hay

Te dice a modo de saludo

- Que hay - respondo a Rodriguez con la misma brevedad mientras abro mi taquilla y dejo mis objetos personales - ¿Sabes si hay algo en especial esta noche? ¿Algun grupo de solteronas o un grupo de locas escandalosas? - digo, mientras examino el vestuario evaluando que número podría realizar esa noche.

-Veo todos los números un tanto pasados... A veces desearía poder innovar algo.. pero soy malisimo para eso... - digo, mientras tomo un uniforme de policía - ¿Un cuerpo del orden? No, mejor no... no quiero repetir número... Quizás algo de cuero y negro... Podría darle un toque a la noche...

Rodriguez se encoje de hombros ante tu primera pregunta y luego dando otra calada a su cigarrillo te dice:

- No entiendo como le pones tanto empeño,

luego suelta el humo como un suspiro de frustración

- Esto es un trabajo de mierda... y más mierda es lo que nos pagan.

El latino realmente parecía tener un mal día. Era un tipo más o menos serio, pero normalmente era simpático con todos

- Como odio necesitar tan desesperadamente el dinero

Añade apagando la colilla del cigarro

-No es empeño, Rodriguez. - digo, mientras me miró en un espejo con el conjunto sado delante de mi cuerpo a ver como me quedaría - Es mi papel, tal como el tuyo. Ya pasé demasiada mierda para llegar hasta este cutre trabajo, y no tengo intención de perderlo para volver a la mierda donde estaba antes.

Me giro, mirando hacia él.

-Si lo que necesitas es dinero, procura follarte a un solterón o una solterona que tenga dinero, y fóllatelo tan bien que no pueda vivir sin tí. Pero no me vengas a llorar, que normalmente cobro por hacer de pañuelo.

Estaba esperando que llegara la noche. No tenía demasiadas ganas de aguantar las tonterías de la cabeza de Rodríguez.

Sin mediar más palabra, Rodríguez tira su cigarrillo apagado y se larga encabronado haciendo que Kevin, que se disponía a entrar en aquel momento, tenga que hacerse a un lado para dejarlo pasar.

- ¡¡Yoww, cómo va eso hombre de cuero!!

Grita el rubito animado tirando la enorme bolsa de deportes que llevaba colgada del hombro sobre una de las banquetas. Luego te choca la mano enérgicamente.

- ¿Qué le pasa a este?

Se aprisa a preguntarte enseguida, refiriéndose a Rodríguez señalando hacia la puerta.

Kevin era un saco de músculos, pero definitivamente la inteligencia no era su fuerte, y mucho menos la inteligencia emocional.

Recibo su mano con la mía, intentando aguantar bien el enérgico choque.

- Qué hay Kevin. - digo, mientras sigo preparandome para el número - No te preocupes por Rodriguez, simplemente se ha levantado de mal humor. Ya se le pasara. Sólo necesita que alguien folle bien y se quede a gusto.

Miro al reloj, a ver que hora es. No se cuando falta para que me toque pero tengo curiosidad...

- Voy a asomarme a ver que tal pinta el local. No se si ya habrán empezado a llegar clientes o no...

Kevin levanta los hombros con cara de circunstancias y se empieza a cambiar mientras tu sales a asomarte al ascenario.

La música lleva sonando un buen rato y en la sala común del local ya parece estar todo a punto. El sitio con una luz bastante tenue y de colores ardientes, se compone por dos plataformas con barras americanas rodeadas de sillas. A mano derecha se extiende una larga barra de bar donde un par de clientes de unos 50 años andan tomando unos whyskys y a la izquierda hay varias mesas pequeñas.

Unas escaleras suben a la cabina del speaker/dj y los reservados. Unas diminutas e íntimas salas con sofás y mini barras americanas, para hacer bailes privados y lo que haga falta.

Andy des de la cabina del dj, anuncia un delito ficticio y la necesidad de llamar al 911 y así es como introduce a Rodriguez que sale a bailar al escenario central.

Al otro lado del escenario por el que andas asomado ves a Glória y Antoine discutiendo entre cigarrillos de tabaco, ellos eran los propietarios del local. Una pareja de unos cuarenta largos vestidos con trajes muy formales.

Vuelvo al camerino, donde termino los últimos retoques para la escena mientras charlo con Kevin.

- Al parecer los jefes están discutiendo de nuevo. - digo, mientras termino de cerrarme las cremalleras y me pongo una gorra de cuero - No sé por qué, pero me huelo que será por dinero. Quien sabe... - recojo una porra o fusta o similar y me la engancho al cinturón del pantalón.

- Te dejo, voy a hablar con Andy para decirle mi entrada. - comento, sin esperar mayor respuesta, antes de dirigirme a la cabian del DJ para dejar las cosas claras con Andy y luego bajar a bastidores, a esperar a que me den mi entrada y comenzar el show...

A ver si esta noche consigo un buen pico...

Comienza el show y la noche se desenvuelve con naturalidad. Música fuerte, borrachos, luces, dos grupitos pequeños de amigas y poco más.

Las propinas no han sido muy buenas esta noche, pero por suerte recibes una llamada de Tompson, uno de tus "clientes especiales" diciéndote que esta cachondo en su apartamento y necesita que le vayas a hacer una visita.

Cuando te terminas de cambiar y sales del club por la puerta de personal, puedes ver un par de estrellas en el cielo de la fría noche de Denver.

Oscuridad.