Partida Rol por web

La luz del sol atravesaba las ventanas de los dormitorios y fueron testigos, por primera vez en su vida, de lo que significaba despertar en Hogwarts. Cuando abrieron los ojos y vieron la estancia en la que se encontraban, se dieron cuenta de que era su sala comun. La noche anterior había sido muy satisfactoria para muchos, pues gran parte de ellos habían sido aceptados en las casas que deseaban desde la recepción de la carta.
En los tablones que se encontraban a la entrada de éstas, en un trozo de corcho junto a la puerta, habían sido colgados los horarios que llevarían durante todo el curso. Además, habían anuncios redactados por los jefes de las casas en las que solicitaban a sus miembros su presencia para las pruebas de quidditch, aunque dichas pruebas tenían sus limitaciones. Debían ser constantes, trabajadores y, ante todo, mayores. Normalmente no aceptaban a alumnos de primer curso y eso lo sabían todos los que estaban al corriente del deporte.

Pero aquella mañana había cosas más importantes en que pensar para los de primer curso que el quidditch. Era el primer día de clases, y tras el desayuno, tendrían su primera lección de Pociones con el profesor Slughorn. Muchos de ellos estaban nerviosos y ansiosos. Según transcurría la mañana, más y más alumnos iban levantándose y reuniéndose en la cómoda sala común de Gryffindor. Algunos de ellos eran ya buenos amigos de otros cursos, pero incluso los de primer año reconocieron a chicos y chicas con los que habían venido en el tren.

No había mucho tiempo para charlar. Tenían que darse prisa y bajar al Gran Comedor para desayunar si no querían llegar tarde a su primera clase. Aún así, todos disfrutaban saludándose en su primer reencuentro.

Está tan nerviosa por estar allí. Bueno... es como un sueño hecho realidad, así que es lógico que esté nerviosa. Es el primer día, así que no se le pegan las sábanas y se levanta presurosamente y se pone su uniforme que muestra que es de Gryffindor. Sale del dormitorio de las chicas de primer año y baja a la sala común para encontrarse con sus compañeros de casa, la mayoría son mucho mayores que ella y les tiene mucho respeto por estar en cursos muy avanzados.

-Que nervios... - murmura para sí misma...

Es hora de ir a desayunar al Gran Comedor, así que se acerca a la salida de la sala común. Como es bastante tímida, camina como un poco asustada y mirando a sus compañeros mayores con respeto y desde fuera podría parecer que con miedo. Antes de salir, observa el horario para ver que clases les tocan ese día. Después de eso, sale de la sala común.

Álex baja de su cuarto y llega a la sala común. A pesar de que debería estar nerviosa, parece bastante tranquila y animada. Saluda a todos con una sonrisa. Finalmente su vista se clava en una chica pelirroja, que parece estar sola y que parece intimidada. Es de las nuevas, como ella.

¡Ey! Le grita alcanzándola en la puerta de la Sala, levantando la mano.

Se detiene delante de ella y le extiende la mano.

¿Eres de primero, no? Pregunta recuperando el aliento por la breve carrera, lo hace al instante. Yo también. Soy Álex Doyle. Dice con una sonrisa. Podemos ir juntas. Propone para tranquilizarla.

Luego echa un vistazo alrededor buscando a Gary, pero al no encontrarle piensa que quizá ya ha bajado y si no lo ha hecho, se encontrarían allí.

Alguien grita un "Ey!" aunque no tiene claro a quién va dirigido así que se decide a salir, pero una chica se cruza en su camino. Abraza sus libros al echarse hacia atrás, nada... medio paso, y mira a la chica... cree haberla visto en su dormitorio, pero como no conoce a nadie, pues no está segura... además, parece mayor que ella...

La chica se presenta y dice que es de primero... igual que ella.

-No pareces de primero... pareces mayor que yo... - sonríe tímidamente - Mi nombre es Moira Lostwood, encantada.

Estrecha su mano a modo de saludo.

-Me parece bien eso de ir juntas... no conozco bien el castillo y no quiero perderme de camino al Gran Comedor. Si somos dos seguro que llegamos más rápido... y siempre viene bien tener a una amiga.

Alex ladea el rostro al oírle decir que parecía mayor. Bueno, se lo decían mucho, aunque nunca sabía cómo tomárselo.

Vaya... gracias... supongo. Dice encogiendose de hombros.

Luego sonríe y da media vuelta para ponerse a su lado. Ella llevaba su material en una bolsa de estilo africano.

Vamos. Sonríe una vez más, y se dirige junto a ella al Gran Comedor.

Sale de la sala junto con Alex. Ha conseguido hacer una amiga en el primer día de clase así que ahora ya no se sentirá tan nerviosa por conocer a mas gente.

-De donde eres, Alex?