Partida Rol por web

Remontáis el último tramo de escaleras que conducen a lo alto de la Torre Norte de Hogwarts. Al otro lado de la puerta os aguarda una habitación recargada donde gruesas cortinas de terciopelo granate ocultan la luz que en vano se afana por entrar a través de los grandes ventanales. La única iluminación de la estancia procede de unas esferas de cristal, en cuyo interior se arremolinan unas nebulosas multicolores que os resultan hipnóticas.

El aire, viciado y apenas respirable, parece ondular del mismo modo que el que está atrapado en las bolas de cristal. El humo procede de docenas de varas de incienso repartidas por la sala y en el ambiente flota un aroma a flores que se esfuerza por enmascarar un desagradable olor a cerrado, sudor y alcohol.

A medida que os adentráis en la habitación, no podéis evitar tropezar con los cojines caóticamente desparramados por el suelo.

De detrás de una gruesa cortina carmesí veis aparecer la figura menuda de la profesora Trelawney, que se apresura a esconder una botellita de algo en el bolsillo lateral de su túnica de un sucio color gris verdoso.

—Adelante, adelante mis jóvenes videntes, no seáis tímidos. Os auguro una inolvidable experiencia a todos vosotros en este incomparable mirador hacia el porvenir —os saluda, invitándoos a tomar asiento mientras deambula entre vosotros prodigándoos sonrisas hasta que llega frente a Clarisse—. A todos menos a usted, señorita Delacroix; ese crucifijo que lleva... perturba las buenas energías de mi precioso santuario.

Parpadea un par de veces con sus ojos engañosamente grandes aumentados por sus lentes redondas y se deja caer aparatosamente sobre uno de los cojines del suelo.

—Bien... —se atraganta con su propia saliva y comienza a toser ruidosamente durante un buen rato hasta que Eileen tiene la bondad de darle unas cuantas palmaditas en la espalda—. ¿Qué estábamos diciendo? ¡Ah, sí, la prueba! Esta prueba no es cosa menor o, en otras palabras, es cosa mayor, ya lo creo que sí. Tendréis que asomaros a lo desconocido y arrancar del porvenir respuestas inquietantes. No es una tarea para pusilánimes, desde luego, así que si alguno quiere retirarse todavía está a tiempo de hacerlo.

Observa en silencio vuestros rostros y parece sentirse algo decepcionada cuando ninguno de vosotros solicita abandonarla.

—Ya lo sabía. Ya predije yo hace meses que ninguno se arredraría ante semejante desafío —afirma, recomponiéndose rápidamente del desencanto inicial—. Pues bien, a continuación os expondré lo que la organización del torneo ha dictaminado para esta prueba.

»En primer lugar, tendréis que tratar de predecir en cuál de las siguientes disciplinas seréis evaluados tras superar la prueba de adivinación: defensa contra las artes oscuras, herbología, encantamientos o estudios muggles.

»En segundo lugar, deberéis intentar adivinar la naturaleza exacta de dicha prueba. ¿De qué manera desafiarán vuestra competencia en dicha materia?

»Y en tercer y último lugar, tendréis que vaticinar los nombres de los tres alumnos que obtendrán medallas en la próxima prueba. No es necesario que adivinéis qué medalla obtendrá cada uno de ellos, únicamente sus nombres.

»Las medallas correspondientes a la prueba de Adivinación se os entregarán a la vez que las de la siguiente prueba, por razones obvias. Lo cierto es que yo ya sé quién obtendrá esas medallas, igual que predije el destino fatal de Artemis Flamel y que Durmstrang ganaría la prueba de Duelo pero no tendría gracia si os lo adelantara, ¿verdad? Estupendo, pues si no hay más preguntas, adelante con ello.

Ser la última representante de Hogwarts retumbaba en mi cabeza una y otra vez mientras subía la escaleras hacía la torre de norte, pero no me iba a amedrentar por eso, al contrario, eso me daba mas energía para esforzarme al máximo. Cuando me salí de mis pensamientos ya habíamos llegado a la clase de la profesora Trelawney.

Allí dentro había un fuerte olor a incienso mezclado con el aroma agrio del té.

Me senté en uno de los grandes cojines carmesí mientras la profesora nos explicaba en que consistiría la quinta prueba y por supuesto (lo había dado por sentado al estar allí) consistiría en adivinación. Escuché atentamente las instrucciones y la prueba se dividiría en tres partes, -Mmmmmmm, está bien, tómatelo con calma y visualiza-.

Una vez hubo terminado la profesora, me levanté, me acomodé la falda y salí de la clase bajando las escaleras con muchas ganas de empezar.

Mientras bajaba estaba pensando dónde podía situarme para llevar a cabo la prueba: -Igual podría ir cerca del lago, me relaja ver el agua ondeando, o tal vez podría refugiarme en la linde del bosque ya que casi nadie va por allí.......- Tenía facilidad para quedarme absorta en mis pensamientos y así, sin que lo hubiera pensado mucho me llegó el sitio ideal para realizar, o por lo menos empezar, la prueba, la torre de astronomía. Así que sin perder más tiempo salí del castillo y puse rumbo a la torre.

Al llegar no encontré a la profesora Sinistra así que me acomode cerca de una de las ventanas, cerré los ojos y me dejé llevar por las nieblas de la adivinación.

Soplaba un aire gélido en la torre que me daba de lleno en el rostro y me hacía tiritar de frío. En el fondo sabía que era muy osado pretender que de la nada me llegaran las respuestas, así, sin usar ningún medio, así que me levante meneando la cabeza en sentido negativo y bajé las escaleras con la intención de ir a servirme un té y volver a mi confortable habitación para descansar un poco.

De camino me encontré con algunos alumnos y conversé un poco acerca de las pruebas y de Artemis.......Artemis....aún podía ver su rostro claramente y de verdad que le echaba de menos. Cogí mi té mientras una lagrima recorría mi cara y subí rapidamente a mi habitación.

En un periquete llegué a la sala común de Gryffindor y subí la pequeña escalera que conduce a los dormitorios. Este estaba vacio y yo me senté al lado de una de las ventanas y me tomé el té mientras el vapor empañaba el cristal de la ventana. Pensaba en todo lo que había pasado en este año mientras daba el último sorbo de té, pero al inclinar la mirada hacía abajo me quedé parada mirando el fondo de la taza,-Los posos.......- . 

Por un lado de distinguía claramente la silueta de una avispa y sabía que eso significaba peligro de daño. La otra figura, que no estaba tan definida como la avispa, tenía la forma de una bolsa. La profesora Trelawney nos había comentado hace ya algunas clases que el significado de la bolsa es el de trampa si está cerrada y escape si está abierta,-Me da la impresión de que está cerrada...-.

Uniendo los significados de los dos símbolos obteníamos -Puedes caer en una trampa y recibir daño por ello-.

Volviendo a las palabras de la profesora Trelawney casi podía afirmar que la disciplina de mi prueba sería la defensa contra las artes oscuras. Esbocé una sonrisa y me tumbé en la cama ya pensando en el segundo paso de la prueba.

Y pensando, pensando, me quedé dormida...

*Dentro del sueño*

Hacía mucho calor y podía ver claramente la casa donde pasaba los veranos con mis abuelos.....todo de manera difusa. Había dos personas que no conocía fisicamente, pero que reconocía como mis padres e intentaban decirme algo, pero de sus bocas no salía palabra alguna, tan sólo movían la boca sin parar y de repente todo cambió. El sol dio paso a las nubes de tormenta y a mi intentando entrar en la casa, pero nadie me abría. Podía ver por la ventana como todos se calentaban delante del fuego tomando una taza de lo que podría ser té...Al momento me encontré en los campos de Quidditch de Hogwarts, pero el campo estaba vacío, excepto por un muchacho que me saludaba desde lo alto de una de las torres que pude identificar como Artemis...Corrí como nunca y subí las escaleras. Al llegar me faltaba el aliento pero cuando estaba llegando a él (que estaba colocado de espaldas) se convirtió en cenizas que fueron llevadas por el viento.

En ese momento, un rayo alcanzó la torre, rompiéndola en mil pedazos a la vez que yo salia disparada hacia el suelo...

Me desperté sobresaltada y me quedé sentada en la cama empapada de sudor,-Que sueño mas horrible-,me apresuré a tomar nota de todo lo que había soñado y me quedé mirando el cuaderno durante unos instantes.

La parte de la casa la identifico con la perdida de mis abuelos, que supuso un gran golpe en mi vida, el cual me costó superar, pero al final descubrí que la vida es bonita y que puedes continuar teniéndolos a ellos en el recuerdo.

Lo del campo de Quidditch y Artemis, supuso también el tener que enfrentarme a una gran perdida, alguien a quien quería y apreciaba mucho.

La parte del rayo supuso el enfrentarme a mi propia pérdida.

-Creo que lo tengo- exclamé en voz alta. Llegué a la conclusión, a través de un sueño premonitorio, de que para superar la prueba tendría que enfrentarme a algo que pondría en peligro mi vida y como usaría la disciplina de defensa contra las artes oscuras pensé que tal vez tendría que enfrentarme a un Boggart (para confrontar mis propios miedos) o tal vez tendría que lidiar con un Dementor.

Ahora me quedaba la tercera parte de la prueba, pero antes bajaría al gran comedor para comer algo.

Después de comer algo volví entusiasmada a mi habitación con la intención de continuar con la quinta prueba.

Al llegar, cogí de mi mesilla el libro "Disipando las nieblas del destino" de Cassandra Vablatsky y me fui directa al capítulo de predicciones. La verdad es que era bastante ameno y hablaba de los diferentes métodos que se pueden emplear para adivinar el futuro.

Después de terminar el capítulo vi que era un poco tarde para continuar y decidí meterme en la cama.

Mañana sería un día muy interesante.