El gesto de dolor del soldado al recibir el proyectil mágico de la elfa fué el instante que necesitaba el joven para recomponer su defensa. Cuando el soldado soltó el escudo y blandió sobre su cabeza el temible mandoble, Eyholf fintó hacia su derecha a la vez que apartaba el arma con su escudo en un gesto circular hacia afuera.
El desesperado ataque del soldado y la agil esquiva del semi-elfo dejaron al descubierto el cuello de su adversario, ocasión que Eyholf no desperdició dejando caer sobre él el mangual con toda la fuerza que su potente brazo le permitía. El intento sordo del soldado por blasfemar por última vez anunció el fin del combate.
Tirada: 1d20(+6)
Motivo: ataque al listo
Dificultad: 17+
Resultado: 15(+6)=21 (Éxito)
Tirada: 1d8(+3)
Motivo: daño al listo
Resultado: 8(+3)=11
listo no será el chaval, pero mete unas ostiaaaaaaas.
El mangual arrancó la garganta del guerrero abriendole un boquete por donde la tráquea se quedó colgando completamente seccionada al igual que la vena ahorta que comenzó a lanzar chorros entrecortados de sangre entre sonidos guturales del soldado, que tras unos segundos más, se desplomó hacia atrás quedando su mirada fija en el cielo gris que ya oscurecía.
Soldado "morido" y pasamos a modo narrativo.
¿El Eyholf no será de Bilbao?
Viendo como el bárbaro se deshacía sin dificultad del soldado, Jaskier se volvió preocupado por la salud de Níniel, sintiéndose al instante tranquilizado al ver en pie a la esbelta elfa, para el pícaro hubiera sido un golpe demasiado duro perder a su compañera y durante los segundos en que sintió que podía ser así la fría mano que se cernía sobre su corazón desde que encontraran al dragón, había cerrado su puño constriñendo su espíritu, el gesto que Níniel le había dedicado para mostrarle que se encontraba recuperada le había vuelto a liberar de aquella opresión.
Parecía que habían salido airosos de aquel nuevo encuentro pero no sabían por cuanto tiempo podrían relajarse, aunque no habían vuelto a escuchar el aullido de aquel huargo, este mismo podía estar acechándolos. Nuevamente hablando en élfico por quienes pudieran estar escuchando, Jaskier se dirigió a Eyholf.- Buen combate compañero, ahora quizás debamos tratar de deshacernos de los cuerpos, pero no se me ocurre como, estoy convencido que antes o después vendrán más hombres en busca de la patrulla, debemos tratar de despistarlos.- Quizás pudieran hacer algo con los trasgos y los humanos, simular que estos últimos habían sido emboscados, muertos y saqueados por los primeros.
Agachándose el elfo revisó las pertenencias de aquel soldado y de los demás, eran tiempo difíciles y aquellos guerreros del Rey Loco solían ir bien pertrechados, además si querían aparentar que los trasgos habían sido los causantes de aquello no podían dejar sin saquear los cuerpos. - Estad atentos mientras reviso los cuerpos por si apareciera el huargo o nuevos enemigos, antes de preparar esto deberíamos ver como se encuentran los enanos, confío en ellos pero sería terrible que no hubieran podido rechazar el ataque.- Una nueva sombra planeaba sobre ellos, las implicaciones de que el resto de sus compañeros hubieran sido derrotados serían horribles, su trabajo de poco habría valido.
Mientras registraba a los muertos Jaskier comprendió al fin que no podían hacer nada, antes o después tanto trasgos como humanos volverían sobre aquella montaña, deba igual que borrasen todo rastro, unos ya conocían el lugar pues habían habitado en él y no se olvidarían fácilmente, los otros seguirían los rastros de la caravana de suministros asaltada y al igual que ellos, descubrirían la entrada ala antigua fortaleza enana.
Eyholf claramente es un mote, su verdadero nombre es Eneko Etchemendy
Tras el último golpe recibido, el soldado cayó sobre el suelo del sotobosque con la misma soltura que ella misma lo había hecho anteriormente, mientras en el interior de Níniel no se producía ningún cambio al respecto, ni sentía satisfacción, ni lo lamentaba, aquella lucha no les pertenecía tan sólo a ellos, sino que formaba parte del enfrentamiento de todo un continente, podrido por hallarse en las manos equivocadas. Se preguntó cómo sería vivir un destino diferente, un pensamiento absurdo en sí mismo, del todo inútil e inconsecuente, pero ansiado y doloroso.
Se palpó el costado, todavía debilitada, pero viva. Había sobrevivido y se sentía renovada por ello, como si se hallara en posesión de otra oportunidad. Agradecida simplemente por el mero hecho de respirar. Cerró los ojos durante un instante, dándose un respiro antes de proseguir con la tarea, y al abrirlos de nuevo, observó con detenimiento a sus compañeros. Habían obrado en conjunto, poniendo por encima de todo la supervivencia del grupo y obteniendo con ello algo hermoso, actuar de manera natural como tal, dejando aparte cualquier objeción.
Entonces de improviso Breghend regresó a su hombro, que había abandonado anteriormente para deambular inquieto en su entorno, mientras ella se encontraba inconsciente sobre el suelo. Aleteó y casi se podría definir que protestó, como si ella fuera la culpable del susto. Níniel sonrió levemente, le miró de soslayo y le instó mentalmente a sobrevolar el entorno cercano, así tendrían una posibilidad mayor de intuir si pululaban enemigos en las cercanías. No le permitió alejarse en exceso, no iba a permitir que corriera riesgo alguno.
En esos mismos instantes llegaron a sus oídos las palabras de Jaskier. El elfo llevaba razón, no podían demorarse, el resto del grupo podría estar en peligro y la misión que les competía junto con ellos. Se movió en silencio, agudizando sus propios sentidos, concentrándose en cualquier percepción ajena a ellos mismos, y mientras esperaba el regreso del búho, se acercó a la posición de Jaskier, que se hallaba registrando los cadáveres, con idea de ayudarle.
Tirada: 1d20(+4)
Motivo: Avistar Níniel
Resultado: 19(+4)=23
Tirada: 1d20(+4)
Motivo: Escuchar Níniel
Resultado: 5(+4)=9
Tirada: 1d20(+2)
Motivo: Avistar Brehend
Resultado: 14(+2)=16
Tirada: 1d20(+10)
Motivo: Escuchar Brehend
Resultado: 20(+10)=30
Bueno, pues que el búho eche un vistazo, pero que no se vaya muy lejos, no sea que la liemos como la vez anterior. Yo también voy a tratar de entrever si seguimos en peligro.
He restado de sus tiradas y de las mías los bonificadores de en penumbra y en la oscuridad, puesto que es de día.
Hannon tirio ad le… susurró sonriente a Jaskier en voz baja una vez que estuvo junto a él, porque después de haber estado al borde de la muerte, se sentía afortunada e inevitablemente se alegraba de verle por encima de lo que se alegraba de volver a ver al resto.
Recordó que su padre le había pedido que cuidara de ella, de manera que no tenía ni idea de si a ratos la compañía de la hechicera resultaba una carga para el pícaro, siempre pendiente de animarla y de contrastar opiniones con ella, pero, aunque así fuera, ella no podía evitar agradecer su presencia y así se lo hizo saber.
"Me alegro de verte otra vez, agradezco verte otra vez..." o eso he intentado. Vamos que traducción libre.
Tremendamente aliviado de que en esta ocasión la energía hubiese fluido tranquila y reconfortante de mi persona hacia el herido cuerpo de Niniel, me hace suspirar y sonreír al mismo tiempo. Cuando veo como se pone en pie, algo tambaleante todavía, para desafiar con su presencia, su raza, sus orígenes y su increíble poder al soldado de la rosa llameante asiento complacido y me levanto rápido como el rayo. No quiero alejarme mucho por si el esfuerzo hace que se desplome de nuevo entre los arboles que nos rodean, así que la sigo con los ojos atento a cualquier pequeño gesto de desvanecimiento o debilidad.
El cuerpo del soldado tiembla a causa del destello de energía, para terminar aplastado por los increíbles golpes que le proporciona el semielfo. Lo cierto es que nunca debió haberle provocado con esa desagradable sentencia si lo que pretendía para su muerte era algo rápido y limpio. Jaskier como siempre nos devuelve tras el combate a la realidad mas próxima, el aullido del huargo todavía resuena en mis oídos, y no sabemos nada a cerca de la otra mitad del grupo. Tenéis razón, debemos ir a ver como les va a los demás, aunque debemos ser cautelosos todavía, porque parece que esta montaña atrae a mas individuos de los que jamas hubiese pensado. Se supone que es un lugar aterrador, un lugar que la gente evita por leyendas monstruosas y que pone los pelos de punta. La gente debería ser fiel a los miedos de las propias leyendas que crea...¡ya no hay respeto alguno!
Me acerco a los dos elfos mientras me sacudo el polvo de las perneras coloridas de mi vestuario, al pararme junto a ellos tironeo de la manga de la elfa mientras el guiño el ojo en un nuevo ofrecimiento ¿un poquito mas de renovadora energía? Mientras sostengo la varita en la mano evitando que se pierda en un despiste.
todo en elfico que ya que lo entendemos todos eso que ganamos ^^
Durante unos segundos, Eyholf permaneció observando el cuerpo del soldado caido con gesto desafiante. Retrasado era algo que ya había escuchado antes, en boca de su padre.- Sacad al retrasado de la jaula, quiero ver si ha aprendido a encajar los golpes.
Ya no necesito encajarlos padre.... ya no.
Levantó la cabeza y asintió a Jaskier. El también creía que debían correr hacia sus compañeros y asistirles de ser necesario.
No creo que haga falta mover los cuerpos. Al haber cadaveres de soldados y trasgos parecerá que lucharon entre ellos. Pero retirad vuestras flechas. Las saetas elfas son demasiado evidentes y nos delatarían.
Mientras Breghend tranquilizaba a la elfa ante la ausencia de peligro en el bosque y alrededores, Jaskier inspeccionó a los soldados de la Rosa Llameante encontrándo un verdadero tesoro; estaba claro que los soldados del rey se estaban enriqueciendo de una manera poco ortodoxa, quizás su abuso de autoridad sobre la población civil les aportaba ciertos ingresos extras a su paupérrimo sueldo militar. Nuestros aventureros sabían a ciencia cierta que la condena por la muerte bajo sus manos de los soldados de la Rosa era la pena capital, pero bien es cierto, que acababan de descubrir que los registros de sus bolsillos les pudiera aportar buenos tesoros, muy valiosos para su propia causa. Claro está, que no era cuestión de ir matando ahora a todo soldado que se encontraran en el camino... los ojos de Jaskier se abrieron de par en par y un brillo iluminó su rostro; entre las pertenencias de aquellos hombres llamaba la atención la insultante cantidad de 600 monedas de oro, dos gemas (una ágata musgosa y una azurita), una varita y un rollo de pergamino; además estaban las armas y la armadura de aquel soldado que murió a manos de Eyholf. Su armadura de placas y mallas era de gran calidad, al igual que su escudo pesado de acero y su espada bastarda; también llevaba una ballesta ligera, que al igual que el resto de sus armas, también era de gran calidad.
Pero Jaskier encontró algo más...otro pergamino con el sello real partido, pues el mensaje ya había sido leído. Su contenido cortó la respiración del pícaro...
Por Orden Real de Nuestro Gran Rey Lados bajo la bendición de Nuestro Sumo Sacerdote Dinas Meriatur
se decreta que la sangre elfa es la causante de la terrible enfermedad que está arrasando algunas de las principiales
ciudades y aldeas matubianas.
Se ordena pues, la busca y captura de todo individuo matubiano elfo o con sangre élfica para su posterior confinamiento. Para ello se van a establecer las siguientes medidas:
-Fuertes contingentes militares se van a desplazar a las fronteras de los bosques de Pook, Bosque bajo los Cuervos y Bosque de la Niebla. El objetivo es impedir que ningún elfo salga de ellos dado el peligro de infección que traen consigo. El desplazamiento de tropas es de carácter inminente.
-Cada ciudad matubiana deberá disponer de un lugar apartado del resto de la población para acoger a cualquiera de sangre élfica que pueda ser detenido. Aquí quedará recluído hasta la llegada del pelotón encargado del transporte para su confinamiento en otro lugar cuya ubicación secreta sólo será conocida por el sargento de dicho pelotón.
-A todo elfo o engendro con sangre élfica se le prohíbe además portar cualquier tipo de arma.
-Se autoriza a los soldados de la Rosa Llameante dar muerte a cualquier elfo o engendro que se resita a su detención.
-Se dotará a todo miembro del Ejército de un pañuelo consagrado por Nuestro Gran Sacerdote que evitará cualquier contagio.
Tirada oculta
Tirada: 1d100
Motivo: tesoro
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Motivo: tesoro
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Motivo: tesoro
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Tirada: 2d100
Motivo: tesoro
Resultados: 33, 62
TESORO:
-600 mo.
-Ágata musgosa
-Azurita
-Rollo de pergamino (sin identificar)
-Varita (sin identificar)
NOTA: Si alguien desea coger las armas o armadura y escudo del soldado, que lo diga. Si decidís cogerlas para el tesoro y posterior venta, decidlo, pero cuidado con los pesos. (La espada bastarda es un arma exótica)
Eyholf puede cargar con ello hasta la cueva y luego ya veremos.
Serosi se quedó escondido con su arco preparado por sin recibían nuevas visitas a la antigua morada enana. Por su parte, Ator y Kerrin seguían a cierta distancia a Úgrum que iba delante leyendo el terreno. El cielo cada vez estaba más oscuro y la visibilidad era cada vez más escasa y eso dificultaba el seguimiento de rastros claros, pero Úgrum era un fantástico explorador y además un explorador enano y eso ayudaba mucho en cuanto a falta de visión. Salieron por la derecha de la entrada a la cueva y siguieron entre los árboles y arbustos rodeando al colina en el sentido de las agujas del reloj, dejando ésta siempre a su derecha. Sobrepasaron la parte norte y cuando llegaron casi a la parte occidental de la colina, les vieron...y vieron algo más: Por suerte estaban vivos, Eyholf recogía unas armas y las amontonaba, Niniel veía cómo Breghend, su búho familiar, regresaba a su hombro, mientras que Sir Croodin le tiraba de la manga y hablaba en élfico. Jaskier permanecía agachado al lado de un cadáver y permanecía pálido mientras leía un pergamino.
Parecía que la batalla había sido dura y no sólo había trasgos. Éstos permanecían al pie de la colina; eran cinco y varios de ellos tenían varias flechas clavadas, que el bárbaro tras amontonar las armas, se acercó para extirparlas, pero lo más sorprendente de todo era que había muertos tres soldados de la Rosa LLameante; de hecho, el cadáver que permanecía a los pies de Jaskier era uno de ellos.
Niniel dió la bienvenida de espaldas a los enanos y al guerrero, sin mirarles, como sabedora de que estaban allí; estaba claro que Breghend se lo estaba comunicando.
Modo narrativo. Todos juntitos y vivitos. Os encontráis justo cuando Jaskier está leyendo algo que realmente parece preocupante.
Una amplia sonrisa asomó al rostro de Jaskier al escuchar las palabras de Níniel, se había preocupado seriamente por la salud de su compañera pues aunque el tiempo que llevaran junto no era demasiado, había sido suficiente para que el pícaro sintiera un profundo afecto por la maga élfica, más allá de la responsabilidad que había asumido de mantenerla con vida.
- No vuelvas a preocuparme así. -Aquellas palabras lejos de ser un reprimenda denotaban el alivió que sentía por ver recuperada a Níniel, para Jaskier perderla supondría posiblemente un golpe que difícilmente superaría pues lejos como estaban de sus bosques y alejados de sus gentes, la misión que tenían por delante caería con todo su peso sobre el corazón del elfo aplastándolo sin piedad.
Aun sonriente pues el pícaro solía tener un carácter alegre, se agachó cerca del cuerpo ensangrentado del soldado. - Veamos que podemos encontrar.
El elfo no estaba preparado para las sorpresas que aquel cuerpo contenía, no sabía que su animo sería zarandeado en un tempestad que le obligaría a luchar por mantener a flote su esperanza en un mundo que cada día parecía más oscuro, no sólo las nubes cubriría ese día el cielo, actos mucho peores dejarían su marca en Matubías aquel nefasto día.
Jaskier dio primero con la bolsa de monedas repleta de oro, era conocedor de los medios por los cuales los soldados del Rey Loco se enriquecían de aquella manera, sólo había que sobrevivir unos días en alguno de los pueblos del continente para ver como los impuestos, diezmos y abusos del poder sangraban a las familias para beneficiar a unos pocos señores de la guerra. Asegurando el lazo de la bolsa, se la pasó a Níniel que permanecía de pie a su lado con la mirada perdida siguiendo los progresos de Breghend. - Parece que encontramos un buen botín, nos será de mucha ayuda.
Pero aquella bolsa no era lo único que portaba el soldado muerto, sus armas, armadura y escudo eran de la mejor calidad, las arcas reales se vaciaban para proveer con las mejores armas y armaduras al ejercito. Para el pícaro aquella armadura era demasiado rígida y pesada, al igual que sus armas no eran con las que mejor se manejaba. - Eyholf creo que podremos aprovechar los apeos que lleva, Ator seguro que agradece una armadura como esta y las armas ya veremos que podemos hacer.
El elfo seguía revisando el cuerpo ajeno a lo que encontraría, su mano dio con el pergamino, en el lacre roto se podía distinguir el sello real, aquella carta sin duda era importante, más aun de lo que Jaskier podía imaginar antes de leerla. La sonrisa que mantuviera durante su búsqueda desapareció barrida por un gélido sentimiento, tragando saliva se levantó lentamente mientras terminaba de recorrer las últimas lineas de aquel edicto y sin poder creerlo volvió nuevamente a releer aquella aberración, musitando palabras tan atroces como captura, muerte, infección, elfo, todas ellas contenidas en la misiva. Pálido giró su rostro a Níniel que ya había notado su preocupación y en un gesto de ayuda había apoyado su mano en el hombro de este.
Trató de hablar pero su boca se había secado así como su garganta de manera que tendió el pergamino a su compañera, no podía creer lo que había leído, aquel era el paso que muchos esperaban que de una forma u otra diera el Rey, sin embargo nadie quería ver llegar ese momento. El primer pensamiento fue el de regresar y ayudar, fue tan grande el impulso que sin darse cuenta Jaskier dio unos pasos antes de volver a detenerse, ajeno aun a la presencia del resto de sus compañeros.
Siendo un optimista compulsivo buscó alguna salida que le librase de aquel ambiente opresivo en que se estaba convirtiendo todo, sólo le quedaba la certeza de que sus mayores habían previsto aquello, estaban preparados, sus fronteras se habían cerrado antes, ya habrían divisado los ejércitos. No podían volver, se habían quedado fuera y en ellos recaía el peso de sobrevivir. La mente práctica comenzó a funcionar lentamente, las ideas iban y venían, eran descartadas y vueltas a razonar. Desde que aceptaran reunirse sentía que había comenzado una carrera descabellada en la que poco a poco iban quedándose atrás pues los sucesos se precipitaban sobre y contra ellos como una gran avalancha, pero Jaskier no estaba dispuesto a quedar sepultado, era un superviviente y seguiría siéndolo.
Al ver a su compañeros vivos un suspiro de alivio surgió de los labios de Kerrin. Nunca hubiera pensado que se iba a preocupar tanto de seres de otras razas, pero para su sorpresa eso era lo que estaba pasando.
Los caminos de Moradín son extraños se dijo a si mismo antes de acercarse al grupo e intentar entender lo que estaba pasando - Lo consiguieron? - fue lo primero que preguntó sin preocuparse demasiado del pergamino. Lo primero era lo primero - Los trasgos parecen muertos... y estos soldados? Estaban aliados con los trasgos? - preguntó sorprendido - Nosotros eliminamos a los nuestros, cuatro trasgos, un gran trasgo y un enorme lobo parlanchín que rendirán cuentas ante Moradín... parece que Uds también... pero de donde salieron ellos - señaló a los cadaveres humanos con curiosidad - Acá hay algo que se me escapa - añadió mientras esperaba las respuestas de sus compañeros
Al sentir como el bardo le tiraba de la ropa, se giró hacia él. La hechicera sonreía y se apresuró a responderle en un murmullo, acertáis… ladeó ligeramente la cabeza, un poquito más de renovadora energía me vendrá bien… se habían superado a sí mismos y ella había regresado a la vida, después de ser arrancada por Sir Croodin de los brazos de la muerte. Colocó su dedo en la punta de la varita del gnomo y preguntó, ¿zambomba?... Sus cejas se arquearon, esperando con agradecimiento que por segunda vez el cosquilleo de la magia que partiría del bardo la alcanzara, regenerándola por completo.
Entonces sintió al resto de sus compañeros acercarse a través de los ojos de Breghend y, alzando la mano que tenía libre, les saludó sin volverse, dando por sentado que ellos también habrían cumplido con su cometido y acudían a ayudarles. Estaba a punto de darles la bienvenida verbalmente cuando percibió los gestos de Jaskier, que balbuceaba mientras leía para sí el decreto que habían hallado en uno de los cadáveres, como si le resultara casi imposible digerir su contenido. Apoyó una mano en su hombro, algo andaba mal, todos los gestos de su compañero lo gritaban de forma descarnada, ya que si en el mundo existía algo mucho más audible que las propias palabras, era el silencio obligado que en ocasiones arrebataba el puesto a las mismas.
Sostuvo en sus manos el pergamino que el otro elfo le entregaba, segura de la gravedad de su contenido de manera anticipada, mientras el pulso se le aceleraba inevitablemente, pendiente de su contenido. Sus ojos avanzaron por las letras inexorablemente, abarcando palabras, generando frases que la herían, que horadaban sus sentimientos, que derribaban sus defensas internas, como si de golpes lacerantes se trataran, formando argumentos y conceptos dolorosos en sí mismos.
Una vez terminada su lectura, las lágrimas, de manera inmutable recorrían el rostro de Níniel, despacio, sin desasosiego alguno, aceptando lo inevitable, quemando en su avance una piel pálida, que enmarcaba un gesto pétreo, dibujando surcos sobre unos rasgos que admitían la realidad, pero que albergaban entereza. Elevó la voz y leyó de nuevo en tono alzado de cara a sus compañeros, una fuerza heredada con orgullo a través de toda una raza la abalaba, la mantenía en pie y la entregaba a su destino. Cuando el último de los términos de aquel decreto la abandonó, se sintió vacía de una forma dramática, como si le hubieran arrebatado algo que nunca hubiera sido suyo. Se giró hacia Jaskier y le abrazó, sintiéndose protegida durante unos escasos segundos, concluidos los cuales se apartó, sentenciando, es solo el principio, sabía que la intuición no le fallaba en esta ocasión tampoco, primero nos encerraran en nuestros bosques, luego los talaran y entraran en ellos..., un dolor punzante le atenazaba la boca del estómago, pero peor destino tendrán aquellos que malvivan hacinados en esos "lugares de confinamiento", era como predecir un exterminio, miseria y servidumbre, muerte o esclavitud... Seguramente el inicio de una guerra.
Se acercó a Eyholf, cubríos con una capa, puso una mano en su hombro, centrando su atención y apretándo con suavidad, será mejor ocultar nuestros rasgos a partir de ahora o pondremos en peligro a todo le grupo, las lágrimas se habían secado sobre sus pómulos, generando un surco baldío. Se apartó de él y continuó, cojamos todo y regresemos, allí se verá qué hacer con ello, mientras hablaba sus dedos fueron retirando las hojas de otoño que adornaban su pelo, soltaron el broche que lo sujetaba, dejándolo caer de manera anárquica sobre su rostro, cubriendo a conciencia sus orejas, símbolo de una raza infecta. Por último echó la capucha sobre su cabeza y murmuró, regresemos, aquí no hay nada más que hacer y allí tenemos una cuenta pendiente… miró al resto de soslayo y al clérigo de frente. No, no estaban aliados con los trasgos y sí, los hemos matado nosotros, no es que nos dejaran otra opción... se anticipó. No tenía nada más que añadir.
Lo que la elfa ha leído ha sido lo siguiente:
Por Orden Real de Nuestro Gran Rey Lados bajo la bendición de Nuestro Sumo Sacerdote Dinas Meriatur
se decreta que la sangre elfa es la causante de la terrible enfermedad que está arrasando algunas de las principiales
ciudades y aldeas matubianas.
Se ordena pues, la busca y captura de todo individuo matubiano elfo o con sangre élfica para su posterior confinamiento. Para ello se van a establecer las siguientes medidas:
-Fuertes contingentes militares se van a desplazar a las fronteras de los bosques de Pook, Bosque bajo los Cuervos y Bosque de la Niebla. El objetivo es impedir que ningún elfo salga de ellos dado el peligro de infección que traen consigo. El desplazamiento de tropas es de carácter inminente.
-Cada ciudad matubiana deberá disponer de un lugar apartado del resto de la población para acoger a cualquiera de sangre élfica que pueda ser detenido. Aquí quedará recluído hasta la llegada del pelotón encargado del transporte para su confinamiento en otro lugar cuya ubicación secreta sólo será conocida por el sargento de dicho pelotón.
-A todo elfo o engendro con sangre élfica se le prohíbe además portar cualquier tipo de arma.
-Se autoriza a los soldados de la Rosa Llameante dar muerte a cualquier elfo o engendro que se resita a su detención.
-Se dotará a todo miembro del Ejército de un pañuelo consagrado por Nuestro Gran Sacerdote que evitará cualquier contagio.
Desde luego... ¡lo que hay que oír por tener un par de orejas puntiagudas!...
El rostro de Kerrin se vuelve mortalmente serio al oir lo que enuncia el pergamino. Quizás en otro momento hubiera reaccionado distinto. Quizás en las montañas enanas sus hermanos le dieran crédito a lo escrito, pero despues de haber compartido unos días con los elfos, y el semielfo tiene claro que lo que está oyendo es una mentira. Una inmensa mentira.
Acercándose, se estira y consigue mover la capa con que la elfa emboza sus rasgos e intenta darles su apoyo - Pues está claro que eso es una mentira. Quizás, lamentablemente, debereis ocultar vuestro rostro cuando estemos en poblados humanos, pero aquí no hace falta - asevera - Despues de todo somos compañeros. Contad con mi guadaña si alguien intenta apresaros. A cualquiera de uds - hace extensiva su declaración a todos aquellso que tienen sangre élfica. El enano, por una vez, ha hablado desde el corazón y se le nota, por lo que, al darse cuenta intenta disimular.
- Pero hay algo que es cierto, tomemos todo lo que sirva y volvamos a la cueva. Tenemos un dragón que derrotar antes de que la serpiente plateada se aposente en el lugar - El clerigo mira a los presentes y aclara, - Quizás debamos ir al templo de Moradín, donde su agua curará vuestras heridas... y las mías. Y planear como acabar con ese dragón. Las últimas novedades nos obligarán a ser cuidadosos en nuestros viajes... pero no podemos comenzarlos si no acabamos con el lagarto maligno. Es lo mínimo que pretende Moradín! - termina mezclando sus propias creencias con las necesidades del grupo.
Ator.. como vas de heridas? Todos los demás podemos usar el agua del templo, pero tu no, si no quieres dejarlo al enano pídeselo al gnomo y yo me ocupo de Ugrum.
Recogemos el botín y volvemos?
Al sentir el ligero peso que provocaba el dedo de la elfa apoyado sobre la varita asentí con efusividad cuando la escuche pronunciar a la perfección la palabra clave que haría fluir nuestra energía a través del canal de la varita ¡Perfecto! sentí el calor y una ligera luz atravesando nuestra piel. No podía alegrarme mas de haber llevado conmigo la varita en tales circunstancias y ademas decantarme por el grupo que partía felizmente al exterior sin ninguna posibilidad de cura. No dudaba de vuestras capacidades mágicas, una vez mas lo habéis demostrado.
Mas tranquilo al saber recuperada a la doncella del grupo me giré para recibir a nuestros compañeros, la voz de Kerrin sonaba como un agradable recuerdo, un recuerdo que por fortuna o por su talento y el de sus compañeros habían salido victoriosos del combate. Por los dioses que queráis nombrar, escuchamos un terrible aullido de huargo y temimos lo peor. Pero por suerte ya veo que disponéis de todas las extremidades sin tener que lamentar la separación de ninguna. Ajeno a los gestos de los elfos y su preocupación por no incluirlos en mi campo de visión intenté aclararle lo sucedido a los recién llegados.
Esta claro lo que ha sucedido aquí, al llegar a este punto del perímetro de la montaña encontramos por fin al segundo grupo de trasgos, los cuales desconociendo mi sagacidad no habían podido deducir que yo ya había deducido sus planes. Que no eran otros que trepar por las escarpadas paredes para valerse de un magnifico invento gnomo, el cual se basa en las leyes de las fuerzas y las palancas... haciendo extraños gestos con las manos mientras hablaba se veía claramente que mis intenciones no eran otras que intentar reproducir con los dedos y la palma de la mano el supuesto invento. En fin son temas complicados y las demás razas no soléis despertar un interés vivo por los inventos, así que prosigo. La cuestión es que mutando nuestras acciones cotidianas nos introdujimos en la piel de unos infalibles asesinos, acabando con los trasgos en un periquete. Mas tarde descubrimos entre los arbustos a esos desgraciados y malintencionados soldados. En ningún momento dude de sus malas intenciones y de la necesidad de acabar con ellos, aunque eso nos reporte la pena capital.
Encogiéndome de hombros ante la sentencia fatal que pendía ahora sobre nuestras cabezas me dispuse a preguntar al elfo que había encontrado de interesante en su registro, pero el rostro apenado y surcado de lagrimas de la elfa, asi como los hundidos hombros de su compañero me estrellaron contra la realidad del continente ¿que?...¿pero que...? acercándome y tomando de la mano a la maga intente contagiarla un poco de mi característico aplomo anti-realidad. Mi dulce dama, no os he arrebatado de las garras de la muerte hace apenas unos instantes para que os derrumbéis de esta manera. Secad vuestro rostro marmóreo surcado de lagrimas y pensad que vuestros congéneres son gente sabia, seguro que están preparados. Ademas la revolución esta en marcha y un detonante como este remueve muchas conciencias, el continente no permanecerá impasible ante un exterminio así...tened fe.
Tirada: 1d8(+1)
Motivo: curación Niniel
Resultado: 5(+1)=6
Extrañado por las palabras de la elfa cogió el pergamino y lo leyó, movió la cabeza levemente hacia los lados a modo de negación, enrolló el pergamino y se lo tiró a los cadaveres de los soldados -aquí están vuestras ordenes-, dijo con desprecio.
Se acercó al gnomo -me vendría bien que usaras esa varita conmigo, y aunque tenemos todas nuestras extremidades, estubimos a punto de perderlas- dijo mostrando la herida de su tobillo,
Mientras esperaba a que el gnomo le curase le habló a los elfos, en realidad habló con la cabeza gacha y mirando al suelo pero los destinatarios del mensaje estaban claros -la peor enfermedad que hay en este mundo somos los humanos, que nos dejamos corromper fácilmente- hizo una breve pausa -se que en todas las razas hay malos individuos-, dijo mirando al enano de refilón y antes de que este protestase añadió -pero está claro que a los humanos nos cuesta menos pasarnos al lado equivocado-
El sol se ocultaba en el horizonte cuando el grupo de aventureros llegó de nuevo a la entrada de la cueva. Serosi salió de detrás de un grueso tronco y se alegró de verlos a todos con vida. En el interior, en la sala de guardia, los cuerpos muertos de los trasgos y el huargo sobre la mesa se añadían a la sanguinolienta decoración. El olor de los cadáveres muertos del día anterior comenzaba a ser más que desagradable y posiblemente pudieran atraer el olfato de raposos de la zona.
Ahora, en las entrañas de aquella cueva transformada por las manos antiguas de los enanos, descansaba un mal que no debería ver la luz del día. Una dragona negra joven prisionera en su propia guarida. Debían tomar cartas en el asunto: matarla, dejarla morir de hambre o esperar a la Serpiente Plateada aún con el reptil en su iterior.
TESORO (entre trasgos muertos y los soldados)
-5 materiales de escalada (+2 a trepar, 5 lb de peso cada equipo).
-600 mo.
-Ágata musgosa
-Azurita
-Rollo de pergamino (sin identificar)
-Varita (sin identificar)
-Armadura de placas y mallas de gran calidad.
-Escudo de acero pesado de gran calida.
-Ballesta ligera de gran calidad.
-Espada bastarda de gran calidad.
Tened en cuenta que la armadura y el escudo son del ejército y llevan los emblemas de la Rosa LLameante. Las armas, aunque de buena factura, no llevan ningún distintivo que las relacionen con la Rosa Llameante.
Podéis repartir este tesoro en "Tras el telón".
Ya he repartido los puntos de experiencia hasta el momento, incluídos los 500 puntos prometidos. Todos debéis de estar por encima de los 2500 puntos. A los 3000 subís de nivel. Los puntos de experiencia de cada uno son secreto.
Cierro esta escena.
PASAMOS TODOS A LA ESCENA DE AULLIDOS EN EL VIENTO.