Partida Rol por web

Kerrin apuntó con su ballesta, preocupado por la dificultad del tiro, evidentemente esas rocas harían que el tiro fuera más dificil.

- Moradín - murmuró mientras presionaba suavemente el gatillo de su arma - Dadme puntería - El virote voló hacia el mediano que se escondía entre las piedras.

Fue solo un instante luego se dejó caer tras la piedra donde se encontraba recargando su ballesta lo más rápido que podía.

El disparo de Kerrin asustó al mediano pues pegó tan cerca de su ojo que le hizo proferir una maldición. Su mirada era el fiel reflejo de la sorpresa. Ese virote estuvo a punto de atravesar su cabeza, pero pego en la roca que tenía justo al lado.

El mediano depravado apuntó con su arco al enano que iba a la cabeza y disparó su flecha contra él. La flecha fue directa a clavarse en el pecho del explorador. Ugrum notó el dolor intenso debajo de su armadura.

La flecha del mediano se clava en el explorador, haciéndolo caer (de pie)detrás de las rocas.

¡Aaah! ¡maldito Jerren! ¿No os habíais extinguido?

Úgrum se sitúa detrás de las rocas para que al mediano le cueste más acertar sus disparos. Luego, vuelve a apuntarle y dispara, pero el mediano se corre en el momento justo, y aunque impacta, no le hizo el daño que Úgrum hubiera deseado.

Las rocas eran un buen escudo para el mediano, pero éste se percató de lo peligrosos que eran esos enanos que disparaban muy bien.
-¡arakkku strentezzz sulimantu! Gritaba en un idoma que era del todo desconocido para los dos aventureros.

- Jerren? - el clerigo se sorprende ante el comentario de su compañero mientras vuelve a asomarse entre las rocas y apunta con su ballesta.

- Ya me explicarás - comenta observando como su virote se pierde en la distancia. - En fin, mejor terminemos con esto de una vez - Soltando la ballesta se acerca al mediano tratando de combatir de la forma en que les gusta a los enanos. Cuerpo a cuerpo.

El jerren suelta el arco y saca un rudimentario cuchillo. De un salto sube a la roca que hasta ahora le servía de cobertura y allí le espera -¡Ven asqueroso enano, dejame rajarte las tripas!

Úgrum nota que el clérigo cambia las armas, así que el también desenfunda la espada corta y la espada larga mientras se acerca al enemigo.
Pobre criatura... Se nota que no tiene noción del peligro...

El enano se acerca lentamente atacando al aire con las espadas, mirando con el entrecejo fruncido al Jerren.

A ver si lo intimido un poco... No debe ser tan peligroso, de todas formas... No..
Era bastante bueno con el arco...

El enano su maza de la cintura y se preparó para golpear al extraño mediano con fuerza - Rajarme las tripas? NO, no, Moradín no permitiría eso - contestó mientras la balanceaba con fuerza e intentaba dejarla caer sobre la cintura del mediano que estaba trepado a las rocas.

Los nervios comenzaban a hacer mella en el enano. Las amenazas no le gustaban y su maza golpeó la roca con fuerza, consiguiendo, solamente, que algunas esquirlas los rozaran.

El mediano apartó justo a tiempo el pie, pues la maza del enano de extraña nariz había fallado, pero el golpe fue a parar cerca de su dedo gordo. El jerren volvió a atacar al enano al que ya había conseguido herir. Pero su cuchillo pasó lejos de poder dañar a Ugrum. El golpe de la maza de Kerrin fue suficiente para que el salvaje mediano desviara su cuchillada y diera un tajo al aire.

Una voz a vuestras espaldas resuena entre las paredes de los riscos en una especie de cántico ritual en un idioma desconocido. El chamán acompaña los cánticos con el movimiento de una especie de maracas primitivas hechas con piel y trozos de hueso. Su sonido envuelve vuestros sentidos poco a poco y comenzais a notar un ligero sueño.

Úgrum atacó al mediano con ambas armas. La espada larga la esquivó fácilmente, pero al concentrarse en ésta no vió venir la espada corta por el otro lado, que le produjo una herida bastante grave.

¡A ver si os extinguís de una vez!

Luego de esto los párpados comenzaron a pesarle mucho.
¿Qué pasa?

Comenzó a ver todo borroso...

La sensación de sueño hizo creer al bueno de Úgrum que sus ataques fueron mortíferos, pero nada más lejos de la realidad, sus ataques fueron dos tijeretazos al aire y cayó dormido de espaldas al suelo, al igual que su compañero Kerrin que no pudieron resistir el conjuro que el chamán estaba lanzando.

La pesada armadura del enano lo arrastró al piso mientras escuchaba las curiosas palabras del chaman a sus espaldas - Que?... Como?... - no pudo decir mucho más, simplemente cayó al piso y quedo dormido, pensando en la inmensidad de Moradín, el señor de las piedras.

Al despertar, se encontraron postrados en sendas hamacas dentro de una de las tiendas de los nómadas. Una humana calentaba una especie de infusión y les mojó los labios. El extraño líquido les hizo poco a poco recuperarse. El chamán había utilizado magia contra el grupo, pero su objetivo era terminar de reducir al jerren. Cuando salieron de la tienda, el mediano estaba atado a un poste y un grupo de guerreros nómadas apuntaban con sus lanzas y le amenazaban constantemente dándole pequeños pinchazos con las puntas. El Chamán intentaba sonsacarle información, pero el jerren contestaba en un idioma extraño que al parecer, resultó ser infernal. Un lenguaje que muy pocos conocían y que había quedado obsoleto hacía mucho en las tierras de Ankay. Después, los humanos hicieron un buen trato con los dos enanos, pues agradecidos por su empeño en descubrir el causante del infanticidio, decidieron recompensarles con doble ración de comida por una parte de materiales para sus flechas. Las raciones conseguidas serían suficientes para las tres semanas que tenían por delante.
Al comenzar de descender los últimos metros de montañas hasta llegar a las praderas, Úgrum le contó a Kerrin lo poco que sabía de los jerren (*). La imagen del mediano depravado y del bebé descuartizado y a medio comer, les ocupó muchas noches de pesadilla en su larga caminata.

Haciendo caso de Kilroy Casta de Piedra, los dos enanos viajaron de noche y descansaron de día. Su visión en la oscuridad les permitía viajar con comodidad de esa manera y avanzaron a paso constante bajo las indicaciones de Úgrum que buscaba los pasos más seguros y menos transitados. Pero el viaje era largo y fue inevitable que de vez en cuando se toparan con algunos grupos. De todo, lo que más les llamo la atención en el intenso viaje fueron varios aconteciemientos: Uno de ellos fue un encuentro que pudieron avistar desde una posición escondida entre unos guardias de la Rosa LLameante y unos mercaderes cerca de Belgir; los guardias llevaban atados unos perros de características poco habituales. Sus hocicos eran más prominentes, parecían alterados de alguna manera, pues los perros eran sabuesos, pero algo habían hecho con aquellas criaturas para acentuar su capacidad olfativa. Sus ojos enrojecidos se mostraban ausentes. No pintaba nada bien todo aquello, pero sobretodo lo que más captó la atención de los enanos es que los perros olfateaban todas las mercancías de todos los carros y carretas que circulaban por los caminos de Matubias, pues no fue la única vez que vieron dichos sabuesos durante su viaje. ¿Qué buscaban? Lo que fuera era de gran importancia para los intereses del rey, eso estaba claro.
Otra cosa que captó la atención de Úgrum y de Kerrin fue que el explorador encontró más huellas de lo que sería normal de grupos pequeños de orcos, goblins y trasgos. Sabían que aún quedaban reductos de éstos por toda Ankay, pero a Úgrum le pareció que había más rastros de lo normal. Dejaron atrás Ragnarion y pasaron cerca de Taur Nu Crebain. Allí en sus inmediaciones se toparon con pequeños grupos de soldados que camuflados en la noche y ocultos entre las rocas, vigilaban el bosque desde la distancia. Los enanos tuvieron máximo cuidado de no ser descubiertos por estos grupos que parecían soldados de élite bien entrenados. Casi estuvieron a punto de ser captados, pero tuvieron suerte de poder encontrar una via de escape y dar esquinazo a estos misteriosos guerreros. Después tomaron rumbo este y llegaron hasta el Puente Alto que cruzaba el Kalvar cerca de su nacimiento. Aquí tuvieron problemas con la milicia, pero consiguieron sobornar al grupo con restos de minerales de pirita haciendoles creer que era oro macizo. Después de tres semanas llegaron a la aldea conocida como Al Borde del Túmulo.

Fueron dias y dias caminando de noche y durmiendo de día. Dejando que los kilómetros pasaran bajo sus plantas y obteniendo información.

La historia de los Jerren preocupó a Kerrin más de lo que el quería suponer y aún más lo preocupó lo facil que el shaman los había adomecido.

Fianalmente parecía que estaban llegando su dstino - Por Moradín que dejaremos bien parados a los enanos - aseveró el clerigo mientras avanzaba los últimos kilómetros - sabrán de nuestra devoción a Moradín -