¡A quién le importan las clases! ¿Cómo voy a descubrir qué clase de poder tengo? Estoy nervioso por saberlo...
Asentí con la cabeza ante la pregunta de esa señorita.
Si me enseñaban a controlar lo que estuviese dentro de mí, mis hermanos y yo podríamos intentar saber algo más sobre nuestros padres...
Una nueva esperanza surgía dentro de Lizzy...
De acuerdo!....pero hay que dejar a Lizzy fuera de todo esto...es demasiado pequeña como para tener que soportar esto o exponerse a peligros. No dejaré que mi hermana pequeña sufra, es mi responsabilidad
Creo q es importante que ahora nos mantengamos unidos. Es hora de que crezca de sopeton.
¡Cullen!, yo quiero que me enseñen como a vosotros, quiero conocer a niños y niñas tan inteligentes como yo, en el colegio me aburría, ya lo sabéis todos.
Dejad que me ayuden a sacar lo mejor de mí...por favor...
Si estamos todos en esto, estamos todos en esto. Lizzy debe aprender a usar sus poderes, Cullen. Es mejor para ella saber usarlos que algún día se descontrole en el colegio
El pequeño Jonnathan se levantó magullado, secándose las lágrimas de los ojos para que nadie se diera cuenta de que se le habían escapado unas cuantas.
Después de ello sorbió por la nariz, para evitar que los mocos asomaran por ella, y se planto sacádole la lengua a su hermano Cullen, sin que la señorita de la liga se diera cuenta.
¡Pues yo también quiero tener poderes! ¡Así Cullen no se meterá conmigo más!
- El cole no será ningún problema, podréis seguir yendo si queréis, pero aquí también impartimos clases humanas. No solo nos dedicamos a las de tipo metahumano. Pero me parece que ahora urge más esto. Así que si estáis dispuestos, acompañadme, por favor.
-Estoy de acuerdo con que nos entrenemos, siempre y cuando seamos todos, puesto que debemos mantenernos unidos, como la familia que somos... papá y mamá hubieran querido eso- digo en voz baja al terminar la frase.
Jonnathan se apresuró a recoger cuanto se le había caído, y corrió a situarse junto a Nancy Gardener mientras ésta los guiaba por aquella mansión, caminando muy digno como si fuera un adulto que la acompañara escoltándola. pero sin dejar de mirar de reojo hacia atrás, por si Cullen repetía su bromita.