Como en un sueño, vuelves a la fatídica noche, en aquella caseta de obra. Recuerdas haber abrazado a tu amiga, y aquella flacided de su cuerpo. Ves como si fuera real sus ojos verdes, perdidos en el infinito. Sientes de nuevo la escalofriante sensación que te dio saber que su vida se escapaba. Recuerdas los nervios, la pena, el dolor por una amiga. Recuerdas que sólo pensabas en que se pusiera bien, pero sabías con amargura que la ambulancia simplemente no iba a llegar.
Estrechaste con fuerza a tu amiga entre tus brazos. Darías lo que fuera porque los servicios sanitarios llegaran a tiempo y la salvaran.
Entonces llego el dolor. Un dolor más allá de todo lo que habías sentido antes. Te hizo aullar y sentiste el cuerpo de tu amiga estremecerse en ese eterno segundo que tardó tu cuerpo en protegerte del dolor con la inconsciencia. Después te envolvió la negrura.
Abre los ojos incrédula por lo que ha recordado...
No puede ser... Susurra. Se mira las manos como si no fueran las suyas. Y luego mira a Mariah. ¿Había...absorvido sus heridas? No...eso era imposible... Pero..¡es que no había otra solución!
Ella estaba bien, y Mariah apunto de morir, ¡y resulta que era al revés! Y bueno...podría ser que hubiese sido ella la herida y que su mente le hubiese jugado una mala pasada...¡pero Mariah estaba de testigo!¡Ella recordaba haberse dado el golpe!
Yo..yo.. ¿Cómo iba a explicárselo, si ni ella misma sabía como hacerlo ni se lo acababa de creer? No sé como...tu golpe..pasó a mí.. Le dice mientras vuelve a mirarse las manos.
Qué guay! >.<
Mariah bufa en un remedo de risa amarga. Se levanta y mira por la ventana.
¿Que el gope pasó a ti? -dijo al mundo en general en tono de auténtica consternación- ¿Qué eres una puta alienígena o qué? Dame una explicación racional, joder.
Tu amiga se encara a ti, con los puños apretados, como si estuviera apunto de darte un puñetazo. Después se deja caer sobre el sofá de la habitación y entierra su cara en sus manos. Por unos momentos sólo se escucha el pitido de tus constantes vitales, y tu respiración, algo más agitada.
Esto no puede estar pasando -murmuró la chica-. Me he debido volver loca o algo.
Mariah te mira: mira, te agradezco que hayas salvado mi vida y todo eso. Pero creo que no quiero tener nada que ver con esto.
El poder estaba pensado antes de que tú me dijeras nada xD. Resultó ser algo parecido ¿eh? :P
Phoebe observaba todo el rato a su amiga, y por cada palabra que ella decía, sus ojos se iban llenando de lágrimas.
¿Es que no ves que yo estoy tan confusa y asustada como tú? ¿Cómo puedes decirme eso? Le reprocha entre sollozos.
La puerta de la habitación se abre, interrumpiendo cualquier respuesta de Mariah. La figura imponente de Caleb se perfila contra el pasillo. Te preguntas cuánto tiempo lleva allí.
¿Va todo bien? He oído gritos
Sí. Ya me iba -dice Mariah mientras se larga a grandes zancadas.
Caleb la observa irse y después entra en la habitación, cerrando la puerta tras de si. Viene a ti cojeando.
¿Qué ha pasado? Pensé que érais amigas.
Phoebe observa con gran pena como su "amiga" salía de la habitación. Después de dirigir una mirada triste a Caleb, mira por la ventana intentando aguantar las ganas de ponerse a llorar.
Yo también... Susurra con tono melancólico.
¿Mamá? ¿Está bien? Le pregunta volviéndolo a mirar, con los ojos vidriosos, pero preocupada por su madre.
El antiguo escolta coge su cartera de encima de mesa. Parece que era eso lo que había venido a buscar.
Tu madre está bien. Ha estado muy nerviosa estos días. Pero desde que despertaste está más relajada. Es buena señal que la haya convencido para ir a comer algo consistente a la cafetería. No se ha separado de ti este tiempo.
Caleb se guarda la cartera en el bolsillo del vaquero y se acerca a ti. Te seca las lagrimas con el dedo.
Oye... se que yo no soy madre, y no quiero agobiarte. Pero si necesitas mi ayuda, lo que sea, puedes confiar en mi, ¿vale?
Pone su mano con dificultad encima de la suya.
Gracias Caleb, por todo, de verdad. Prefería no contarle lo que había pasado..no quería volver a ver una reacción como la que había tenido Mariah.
Ahora ve, mi madre te estará esperando. Le dice intentando sonreír.
Buena chica -dice Caleb mientras sonríe.
Va hacia el bolso de tu madre y saca de ahí tu teléfono móvil.
Te lo dejo encima de la mesilla. Si necesitas algo y no hay una enfermera cerca, llama a tu madre ¿vale? Lleva el móvil encima.
Justo cuando pronuncia estas palabras suena su propio teléfono móvil. Caleb se queda mirando unos instantes la pantalla parpadeando, y después se gira hacia a ti.
Tengo que atender una llamada. Nos vemos luego, Phoebe.
Continuará...
La tarde pasa con tranquilidad. Aún te duele todo, pero el reposo te está viniendo bien. Ves la tele con tus padres, cenas y te acuestas pronto. A la mañana siguiente, a primera hora, cuando las enfermeras están sirviendo el desayuno y tus padres están en la cafetería, ves aparecer a Mariah.Tiene el gesto compungido y se sienta a tu lado para decirte:
Te quería pedir perdón Phoebe. Todo lo que pasó fue... tan raro.
Entonces lo sientes. Una voluntad se acaba de imponer sobre la tuya. Es como si te abofetearan en la mente y enviaran tu yo de cara a una pared. Aunque eres perfectamente consciente a lo que sucede a tu alrededor, no puedes hacer absolutamente nada. La sensación de impotencia es brutal.
¿Qué está pasando aquí? ¿Quién cojones eres? -brama tu voz que no es en realidad tuya.
Tratas de avisar a Mariah, pero tus labios no responden. Algo te empuja a levantarte, y un dolor terrible te recorre y te empuja de nuevo a la cama, sudorosa y jadeante.
Phoebe, soy Mariah, ¿no me reconoces? ¿qué... que te pasa? ¿llamo a la enfermera? -el miedo se trasluce en el tono de voz de tu amiga.
Sé que te va a sonar raro, pero yo no soy Phoebe. -dice la voluntad dentro de ti usando tu voz. Notas que le duele tanto como te ha dolido a ti -Me llamo Josh Albie y no te conozco.
Algo se quiebra en esa voluntad terrible, y utilizas su debilidad para tratar de volver a tomar el control de tus actos. Es... como estar dormida bajo el agua, despertar y tratar de volver arriba a tomar aire dando brazadas desesperadas. La voluntad no ofrece resistencia, y te deja tomar posesión de tu cuerpo.
Mariah ha salido corriendo de la habitación. Mientras recuperas el aliento y te enjugas el sudor frío de la frente, tu madre y Caleb entran en ella como una tromba.
¡Phoebe! ¿Estás bien? -dicen al unísono.
Yo..no lo sé.. Consigue murmurar mientras seguía recuperando el aliento.
¿Se estaba volviendo loca o qué? ¿Qué acababa de pasar? Lágrimas vuelven a salir por sus ojos, de la impotencia de no entender nada de lo que estaba pasando. No era capaz de mirar ni a su madre ni a Caleb a la cara. ¿Cómo iba a mirarles si no sabía que le estaba pasando?
Se lleva las manos a los ojos, para cerrarlos con fuerza, esperando que cuando los abriera todo no fuese más que una pesadilla. Se despertaría en la habitación del campus, con Mariah en ella, charlando de tonterías. Sí, seguro.