Partida Rol por web

PHOEBE TYLER

Universidad de Bellas Artes de Armhest, Massachusetts

Los médicos dijeron que todo había ido extraordinariamente bien, y te dieron el alta enseguida. Te encontraste de vuelta a la facultad, donde todo el mundo preguntaba por ti. Tus mejores amigos ya te habían llamado y escrito mensajes al móvil pero hay mucha más gente que parece preocuparse por ti de repente. Supones que más movidos por el morbo que por genuina preocupación. Por precaución les cuentas la versión de Mariah de que fuiste tú la que te resbalaste, mientras pones en orden tus pensamientos.

No has hablado apenas con tu amiga desde aquella irrupción mental, y se te forma un nudo en el estómago cuando piensas en volver a tu habitación. No sabes lo que va a pasar, ni cómo va a reaccionar tu amiga.

Cuando abres la puerta ella está ahí, con su portátil, conectada a la Wi-Fi. Cuando te ve entrar sonríe, se levanta, te echa los brazos por el cuello y te abraza. Suspiras reconfortada por el abrazo. Quizá todo vuelva a la normalidad. Quizá todo vuelva a ser como antes.

¿Estás bien? -te dice.

Por encima de su hombro ves el artículo de The Daily Dish, un periódico digital, que estaba leyendo Mariah. Un escalofrío recorre tu columna vertebral cuando ves de quién trata... Josh Albie.

Ahora, perfectamente. Le dice con una cálida sonrisa de alivio a su amiga.

Se le hiela la sangre al ver el artículo sobre el hombre que la "poseyó".

¿Qué estás leyendo? Le pregunta como si nada, y se sienta al lado de donde estaba sentada antes su amiga, para poder leer bien el artículo.

Es un artículo sobre el tío que... "dijiste que eras". He estado investigando el asunto -dice mientras gira la pantalla del portátil para que puedas ver mejor.

Es un profesor de literatura inglesa de la Universidad de Boston. También es el tío que escribió aquél libro tan famoso, 'Tú', esa novela que contaba la vida de un grupo de personas que tenían en común sólo el amor por un personaje, ¿te acuerdas? Estuvo muy en boga hace unos años -Mariah baja los ojos-. Quizá él tenga algo que ver con lo que pasó aquella noche. Quizá... tenga las respuestas a las preguntas que te puedes estar haciendo...

Phoebe se queda sorprendida y a la vez alegre.

¡Eres la mejor, amiga! Le exclama tirándosele encima para abrazarla. Todo podría aclararse... por fin. Suspira.

¿Qué? ¿Cuándo nos vamos? Le preguntas sonriendo cómplice.

Es lo menos que podría hacer por ti después de todo lo que ha pasado -dice estrechándote con fuerza en el abrazo-. Me he portado como una estúpida. ¡Perdóname, Phoebe! ¡No todos los días tu mejor amiga te salva la vida utilizando poderes mágicos!

Tu amiga ríe de su propia ocurrencia y añade: escucha, no he encontrado forma de contactar con este tipo, pero podemos pasarnos por la universidad donde él da clase. O quizá contactar con la periodista que le ha hecho la entrevista.

Saca las llaves de su coche, que tintinean en su mano.

¡Tú dirás, yo estoy preparada!

Phoebe le sonríe. Se había quitado un gran peso de encima. Luego medita.

Mm... será mejor que con la periodista no...es capaz de publicar que estoy chalada o algo. Prefiero ir a contactar con él directamente. Dice finalmente decidida.

No tarda en dar un salto y coger una bolsa para llenarla de algunas ropas, dinero y posibles pertenencias útiles. En pocos segundos está en la puerta. ¡Vamos! Dice enérgica. Y ambas se dirigen al coche.

Quince minutos después estás montada en el coche de Mariah, con dirección a Boston. En la radio suena una canción que incita a pensar.

¿Cómo te sientes con todo esto, Phoebe? No hemos hablado de ello todavía.

Phoebe sonríe de lado al escuchar la pregunta de Mariah. Parece que le hubiese leído el pensamiento, pues al escuchar esa canción estaba pensando eso.

Su cara vuelve a ponerse algo más seria, como concentrada, y medita unos segundos para intentar pensar como explicar lo que sentía en esos momentos.

Pues verás...no es una sensación fácil de explicar. Habla mirando hacia adelante, pues no quería ver la cara que pondría. Estoy rara y confundida. No sé qué me pasa exactamente, ni porqué y tengo miedo. No quiero hacerle daño a nadie. Baja la mirada y se queda algo entristecida y luego piensa en cuando la "poseyeron". Y esto tiene pinta de ir a peor, porque cada vez me pasan cosas más raras. Lo único que quiero es una solución y no estaría de más que ya de paso me dieran una explicación. Cuando hable con ese hombre espero que todo quede más claro, y entonces ya decidiré qué hacer. Se encoge de hombros y sonríe forzadamente a Mariah.

Llegasteis a la Universidad de Boston antes de lo que habíais esperado. El campus os esperaba. Quizá en su interior encontrárais las respuestas que estábais buscando.

Bien, ¿cuál es el plan? -preguntó Mariah.

Phoebe medita unos segundos con la mano en la barbilla.

Mmmm....Lo más lógico sería ir a preguntar al centro de información. ¿no? Dice no muy segura. Entre que estaba un poco nerviosa y confusa, no sabía exactamente qué hacer.

En secretaría os informan de que el profesor Josh Albie trabaja en el Departamento de Literatura Inglesa, y os indican por dónde se accede a él. Avanzáis por un largo pasillo lleno de despachos hasta que encontráis la Secretaría del Departamento.

Hola, buenos días -saluda la mujer-. ¿Qué desean?

Estamos buscando al profesor Josh Albie -responde Mariah.

Acaba de irse hará quince minutos -replica la secretaria-. ¿Sois asistentes del seminario, alumnas suyas, o...? ¿Os puedo ayudar en algo?

Esto... ¡sí!¡somos alumnas suyas! Y lo estábamos buscando para..comentarle algunas dudas. ¿Sabe usted dónde podemos encontrarle? Le sonríe como si no hubiera roto ni un plato.

Debe ser importante, para que hayáis venido a la Universidad un Sábado -asiente la secretaria, pensativa.

Mariah y tú intercambiáis una mirada rápida. Han pasado tantas cosas en vuestra vida últimamente que ni tan siquiera sabéis en qué día vivís.

Es que tenemos un examen y no podemos esperar al lunes -miente Mariah siguiéndote la corriente.

Está bien, trataré de localizarlo -dice mientras marca un número en un inalámbrico.

La secretaria espera a que Josh Albie conteste, durante un tiempo que te parecen siglos. El corazón te palpita a tal velocidad que crees que se te va a salir del pecho.

Hola Josh, perdona por llamarte en tu tiempo libre, pero hay aquí dos alumnas tuyas que necesitan hablar contigo para resolver unas dudas antes del examen. Dicen que es urgente, ¿puedes atenderlas? -asiente-. Gracias, Josh, te las paso.

La secretaria pone una mano en el teléfono y os dice: pasad a esa sala si quéreis, está vacía y podréis hablar tranquilamente.

Os conduce a una pequeña sala de juntas, os tiende el teléfono y cierra la puerta tras de si. Mariah parece tan nerviosa como tú. Te aclaras la garganta y te preparas para hablar con aquel desconocido...

Hola profesor Albie. Empieza Phoebe algo tímida. ¿Por dónde iba a empezar?

Soy Phoebe Tyler, supongo que ya habrá deducido que no somos alumnas suyas...¡pero no nos cuelgue! Ruega. Últimamente me han pasado cosas muy extrañas, y usted ha resultado ser la única pista para solucionarlo... Dejo que el hombre responda, pues en todo este tiempo no he podido oír su voz.

No sé a que se refiere con eso de que soy el único que puede ayudarle, señorita -dice una voz educada, de un hombre maduro-. Ahora estoy... trabajando. Aunque si quiere podemos cenar esta noche y me cuenta lo que le sucede, aunque, francamente no creo que pueda ayudarla.

Está bien. Responde mirando a Mariah. Será mejor que hablemos esto en persona. Iré con una amiga. Dígame dónde quedamos y cuando. Dice con seguridad.