Partida Rol por web

Escena para que los hermanos os podais conocer e intercambiar opiniones y sospechas

Hola hermano.

—No reconozco los desnudos techados de la pomposa ciudad, sin una gota de nieve, ni sus calles, atiborradas de personajes vestidos con todos los colores del arco iris. El licor que veden sus destilerias no tumbaría ni a mi hermanita. La gente es cálida, el ambiente huele a especias y sudor. Todo es extraño, ruidoso. Estoy lejos de casa. Me alegro de ver una cara conocia. Gherta de Kislev te saluda, hermano.

Sonreí ante las palabras de Gherta.

-Samuel de Altdorf tendré que decir. A mi el ruido de la ciudad me relaja y cada persona es una oportunidad. Pero no estamos aquí para esto, supongo. -Dio un paso al frente.

-Conozco de tu inocencia, como tu conoces la mía, ¿Pero deberíamos saber el resto el uno del otro? -Pregunto con curiosidad.

-Que piensas del anciano. ¿Sera un problema? que desee la soga es señal de algo bueno o malo. Yo creo que solo le beneficia ha él en particular. ¿Alguna sospecha sobre alguien en particular? Yo aun estoy dudando en mi voto. -Confiaba en ella tanto como en mi propio criterio.

—Aún hay secretos que debemos guardar. Intuyo entonces que tenéis un don, como yo. El mío podría costarme el cuello, por eso mejor callar. Mañana puede que os descubra mi secreto, pues aún no sé la magnitud del mismo.

Unos pocos días en Altdorf y ya hablaba como ellos, llenando el aire sin llenar a ningún punto.

—Si el anciano quiere morir, ¿Qué hay de malo en ello? Si es un siervo del caos, le daremos muerte. Y sino lo es, será un aliado y habremos descubierto su secreto. Aún es pronto para sospechar de nadie. Es una buena primera jugada.

Sonreí bajo el habito. -Veo que tenemos capacidades parecidas, el error no da otra opción que la muerte.

-Que alguien quiera morir, esperando un premio a cambio, sin que pueda ganar dicho premio quitándose el mismo la vida, no es un premio para compartir. No creo que se convierta en aliado de nadie. Tal vez una tercera fuerza a tener en cuenta, pero es una simple suposición.

—Puede que sea una trampa. O puede que solo esté jugando con nosotros. Puede que sea un error. Pero ya hay ¿Tres? Enemigos. Tres secretos. Al menos quitemonos este de encima. También cabe la posibilidad de que sea un verdadero Siervo y solo quiera provocar el caos. Seguro que mañana, si él no ha muerto, y un inocente sí, nos acusará a su gusto. Demasiado poder para un hombre.

-Lo que sabemos de él es que no es uno de esos tres secretos, no tendría sentido. Por contra no te detendré si decides votarlo, después de todo hoy sera casi imposible encontrar alguno de los ocultos.

—Quizás mi mente es más imaginativa. O retorcida. Veo una tendencia. Ha pedido que todos le votemos y la mayoría se ha negado. Ha generado animadversión. Como sacudir el hocico de un oso de las nieves — se encogió de hombros —. O quizás solo está loco. Pero si quiere morir, no seré yo quien le prive de ello.

Había decidido, votaría al misterioso anciano.

—Si mañana no amanezco, venga mi muerte hermano.

-Mmmmm... Creo que el anciano a tenido suerte al elegir a un siervo del caos como su sustituto en la soga y mala al a ver muerto ante su propio elegido. Pero os doy el punto a favor, esto nos ha beneficiado aunque hemos perdido a uno de los nuestros en el proceso.

—Yo no pierdo a nadie, hermano. Cuando era niña me di cuenta de que mis palabras llegaban más allá que al mero oído. Los muertos me hablan y yo hablo con ellos. He hablado con el anciano y puedo hacerlo en cualquier momento. Con él y con cualquier espíritu recientemente fallecido. Como ves, ya no oculto nada. Si hay algo que desees preguntarle, habla. Seré tu medium. Por lo demás, aún quedan dos siervos. El propio anciano me ha aconsejado prestar atención a aquellos que tratan de ocultar su presencia mediante el silencio y las palabras mudas.

-Interesante, sin duda es algo útil. ¿No sabe entonces quienes son los otros dos siervos del mal que se esconden entre nosotros? De saberlo esto lo terminaría mucho antes.

—Eurulfo Stonefell se ha ido. Mi poder solo me permite comunicarme con los muertos cuando se encuentran en la antesala, en el paso intermedio entre la vida y la muerte real. El anciano se mostraba calmo. Ojalá yo logre tener algún día una entereza similar. Ahora mismo me hierve la sangre. ¡Preguntas que no son respondidas y necios tan pagados de sus propias palabras que creen que la confianza se gana diciendo simplemente "Confía". La confianza es sudor, sangre. Muerte.

Se paseó nerviosa por la habitación, abriendo y cerrando las manos. Era una chica de acción, no podía mantenerse callada o distante, ella tenía que intervenir, sacudir el avispero.

—El anciano no sabía quien más podía ser un mentiroso pero si me hizo partícipe de sus sospechas. Dijo que el mal se esconde detrás de un rostro atractivo e inocente. También creía que aquellos que callan, que mantienen un perfil bajo, son dignos de ser sospechosos. Ariel, Presunta y Rosalia fueron los nombres que me dio. Aparte, yo añado uno de mi propia cosecha y de quien vos ya sospechaís, Arist. Ya le increpé anoche. Veamos si es capaz de responder.

-Parece que Arist prefiere morir en silencio. Más del resto es curioso, como sospecha el viejo de Rosalia y esta amanece herida, ¿Tal vez intento atacar a alguien mas y se hirió en el proceso? De ser así, ¿No crees que alguien ya hubiera dicho que fue atacado por ella? Como lo hace tu amigo Bragg. No sera que tiene alguna habilidad que le causa dolor ¿Si no consigue su objetivo? Como los brujos cuando fallan sus hechizos. -Que Gherta estuviera callada en la gran sala era raro, para lo poco que la conocía sabia que no era una persona callada o tímida, pero al menos aquí podía escuchar sus sospechas y yo dar las mías sin tapujos.

—Son tantos los enigmas, tantos los misterios. ¿Y si Arist no puede hablar por una condición especial suya? Al menos podría saludar, ¡Joder! ¡Hombres débiles y de corte! Un hacha afilada y un campo despejado, no necesito más que solucionar este entuerto. Pero aquí en la capital las cosas se hacen de otra manera, ¿No es así, hermano?

No soy amigas de las triquiñuelas, me duele al cabeza de pensar. ¿Y si Eurulfo tenía un don para cambiar su cuerpo por otro? ¿Y si eligió a Floresta por azar? ¿Y si él es un Siervo y ahora tiene la mascarada perfecta? Él y Burgsen llevan la conversación. Soy una loba, mi instinto me dicen que me están llevando de la mano como a una niña pequeña. O quizás, no lo sé, solo son paranoias. Necesito escuchar a los demás. Las heridas de Rosalina son interesantes, como también el silencio de Arist. Por otro lado, muchos otros han hablado pero no han dicho nada. Eso es otra bonita cortina de humo. Aún no sé que pensar.

Se recostó en la silla, el ceño fruncido, de mal humor. Aquel no era su terreno. Su acero era más afilado que su mente.

—No tenemos nada aún. Al menos yo. Solo un puñado de sospechas basadas en aire. Esperemos a ver si responden.

-Aun siendo mudo puedes moverte. O Arist esta allí para morir y dar un dia mas a los engendros o es uno de ellos y espera pasar desapercibido sin participar y teniendo en cuenta que tuvo un voto, el mió, quiere decir que si esta atento o al menos preocupado por votar.

-Entiendo tu frustración, si tan solo supiera el nombre de uno de ellos mañana amaneceríamos con uno menos, sin tener que perder el tiempo es votos. Pero no ha lugar para el fallo. Por lo que es pronto para actuar directamente y pronto, me temo, para sacar conclusiones acertadas sobre otros. De momento lo mejor es pensar que ellos son uno menos, el tiempo dirá el resto.

—Si tienes el don de la muerte temprana debe ser utilizado con sabiduría. Estoy perdida. Rosalia era inocente. Inepta, torpe en la defensa, débil. Pero inocente. Alguien la atacó. Ella no se defendió. ¿Por qué? Intentaré que su fantasma me hable, que me cuente todo lo que sabe y, sobretodo, por que señaló a Jorjos. Ahora que sabemos que es inocente, sus palabras tienen una carga mayor de veracidad.

Era todo lo que podía hacer.

—Eurulfo sabe que puedo hablar con los muertos ya que hablé con él cuando estuvo muerto. Si yo amaneciera muerta mañana es que considera que mi don es demasiado peligroso para él y que ha decidido que soy una amenaza. Entonces sabrás si es un traidor. En la otra mano, cuando espectro, se mostró colaborativo. No sé que pensar. Solo sé que no me gusta que me guien. Y él parece influir en todo, llevar las riendas de la investigación. No sé si es un pendante presuntuoso o algo más.

Arrugó el ceño igual que haría un animal.

—Las heridas de Rosalina eran de verdad, alguien la atacó. Entonces, ¿Quién atacó a Bragg? ¿Qué hay de cierto en su historia? Y queda la incógnita de Jorjos. Espero que los muertos hablen, los vivos no ofrecen muchas respuestas.

-Ciertamente, así me temía que ella solo fuera una victima de su propia desidia. Espero que si hable contigo y pueda decir mas de lo que se supone que sabe o era. Debemos empezar a descartar hipótesis y buscar futuros objetivos. Si te habla en el otro lado házmelo saber.

-Y sí, el anciano es quien lleva la voz cantante por el momento, pero aun queda mucho por hacer, somos mayoría aun que no nos fiamos de nadie como han dejado claro los demás, confiare que el nuevo día sea mas útil que el anterior y que otros mas callados hasta ahora empiecen a hablar.

—Rosalía se ha manifestado. Le he preguntado por todo, su herida, la acusación a Jorjos, si tenía un don, el motivo de su débil defensa...todo, hermano. Le pregunté por todo. Ella se ha limitado a responder "Yo investigue a Jorjos y me hirieron. Pero nadie me hizo caso cuando lo señale, lo defendieron a el y termine aqui. El es uno de los malos".

—Un callejón sin salida. O bien no quiere colaborar o es tan estúpida como parece.

-Mmm... O dice la verdad. Sea como sea si parece que no tiene intencion de demostrar que sus palabras sin ciertas. Gracias hermana por compartirlo conmigo. Deberemos esperar un poco mas supongo.