Partida Rol por web

Una sonrisa y una reverencia a todas las presentes.

Ve el cuerpo de Gunhilda tendido y masculla algunas palabras arcanas mientras se hace una herida en la mano izquierda y deja caer unas gotas de sangre sobre su frente, unas gotas que parecen quemar la piel de la hija de Eglantine.

Tras ello vuelve a mirar a las presentes y con la mirada encuentra el cuerpo de la vieja Yidorac muerta, de modo que avanza hacia ella sin mediar palabra aún e introduce la mano en su boca para sacarle la fría lengua y cortarla.

-Descansa, maestra...

Susurra, cargada de ternura, antes de tomar su capa y enfundársela, así como la Mano de Hierro de su casa. Toma el cuerpo de su maestra mientras algunas runas de fuerza brillan en su cuerpo y la carga hacia el lago, lugar donde deja que el agua engulla para siempre los restos de su maestra, con una única lágrima recorriendo su rostro, pues aunque su alma se había secado en el mundo de los muertos, sus nuevos ojos aún podían manifestar lo que sentían al despedirse de su mentora.

Acto seguido se incorpora y mira a Nebaleth directamente.

-¿Tomarás el Tridente de la estirpe de Elgantine para terminar esta batalla?

Pregunta, cargada de dignidad.

Tras pasar a penas horas de la llegada de Ángel, una nueva victima caía y esa era Gunhilda que por fin descansaba y estaba donde tenía que estar.

Pero vio como la pequeña Naive volvía entre las vivas, pero mi mirada fue impactante cuando noté que venía como más cambiada, más madura...Me acerqué a ella con pasos firmes y con mi espada en la mano.

Me coloqué justo enfrente de ella, dando pasos más cercanos a ella y a su cara. Hasta el punto de mi cara se pegaba tanto a la suya, le miré a sus ojos y le di un casto beso.

Me separé y le di la bienvenida.

No pensé que vinieras nuevamente aquí, es una sorpresa. Ahora solo espero, que tras a ver recibido mi mensaje, aquí tú nos ayudes pero con madurez a acabar con todo esto.

Naivé se lleva un par de dedos incrédula ante el gesto de Gala, no obstante, asiente con firmeza a sus palabras y sus ojos buscan clavarase en los de Nebaleth, aguardando su respuesta con impaciencia.

Nebaleth se quedó mirando a la nueva Naive, a la Naive manchada de sangre, a la Naive con ojos de fuego. Dió un paso hacia adelante, para aceptar el tridente con un gesto mudo. Su mirada medio perdida, su boca entreabierta. Intentó pronunciar unas palabras pero a vista de que no conseguía articular sonido, se limitó a asentir.

Nebaleth sabía que estaba ya muerta. Sabía que hacía tiempo que las traidoras habían ganado, con o sin relicarios. Tantas muertes, tantos cadaveres viajando entre el más allá y la vida, apilados por doquier. Los susurros y griterios de las difuntas invadían su cabeza, impidiendola pensar. Pero aún así sabía cosas. Sabía que su sangre llegaría al rio. ¿Al acabar el día? ¿Al acabar la noche? Que importaba...Su mano se cerró con fuerza sobre el tridente y en sus ojos volvieron a brillar las ascuas de un fuego que pronto se convertiría en volcán.

Ella era la estirpe de Eglantine. Y el fuego arrasaría todo a su paso.

La bruja toma el tridente y se lo entrega, en un gesto cargado de solemnidad mientras asiente con la cabeza y sus ojos brillan con la misma intensidad.

-Nos aguarda la batalla final, alcanza la altura de tu linaje, tú, que has llegado hasta el día de hoy sin que tu cuerpo haya abandonado este mundo, sin que tu alma haya abandonado el de los caídos.

Aprieta entonces la Mano de Acero del Agua y el lago vibra, ansioso de probar sangre.

Se inclina con el mayor de los respetos y camina con un paso firme y sosegado hacia Gala y acaricia su mentón.

Luego mira al resto de presentes.

-Preparad vuestras mejores armas.

Shaira apretó con fuerza el báculo de los vientos.

Por fin una batalla de verdad... Debemos estar preparadas, hermanas. El final de esta historia se acerca.

Ángel asintio ante las palabras de Naivé...se refugio tras el cuerpo de Arcano y Medianoche se poso en el lomo de este...el cuerpo de la bruja comenzo a cambiar de forma...buscando en su interior su nueva forma...

Miro a Nebaleth y cierro los ojos.

-Sé que puede que te cueste de creer, pero fuego y agua han de batallar unidos esta vez. Vida y muerte. Es la única salvación para el futuro. Te concedo mi voz, mi voto, para que lo unas al tuyo. Y al de ellas. Este anochecer será un anochecer... Carmesí.

La pequeña bruja sonríe y el fuego de sus ojos brilla y parece querer devorar a sus oponentes.

Gala escuchó las palabras de Naive agarro su mano le dio un apretón fuerte, le soltó la mano y agarré mi espada con mis manos y dije.

Estoy preparada para acabar con esta batalla, empecemos y acabamos de una vez con todo esto.

Una sonrisa torcida apareció en el rostro de la bruja, una mueca que intentaba imitar un gesto que se sentía incapaz de realizar en esos momentos.

- ¿Y contra quién luchamos?

De pronto, la brisa comenzó a soplar fuerte, tan fuerte como si se acercase un huracán y entonces, todo comenzó a temblar.

Shaira contempló a Nebaleth, con los ojos inyectados en sangre.

¡Contra mi, Nebaleth! - y su báculo de los vientos brilló con fuerza - ¡Estoy harta de tanta palabrería! Voy a mandarte a ti y a las demás junto con esas muertas con los que tanto te gusta hablar.

Ya te lo dije, la batalla final se acercaba ¡Y aquí la tienes! Para esto es para lo que valgo, para esto es para lo que he nacido: para luchar. Y esta batalla será recordada generación tras generación. ¡Y no podréis pararme!

Afilando mi espada y mirando al resto de brujas allí presente, dije.

Desde luego que va ser recordara querida, porque pondremos fin a tus mentiras, eso te pasa por tentar a la suerte. Probarás de primera mano lo que es capaz de hacer esta maravilla de espada.

Aprieta el puño con fuerza y obserba a Nebaleth.

-Puede que te cueste de creer, pero lucharé de tu lado, pues en mí también hierve la sangre de Eglantine. El agua se alzará para acabar con tus enemigas.

Algunas runas brillaron el cuerpo de la bruja, la cual ni se inmutó por la fuerza del aire, salvo sus cabellos que ondean dándole una belleza sobrenatural.

-Shaira Aira está tan confiada como Morgana. Pero juntas, vivas y muertas, agua y fuego, terminaremos con la amenaza.

Sus ojos refulgen aguardando la batalla y la sonrisa muestra una dentadura brillante.

Cobrare tu vida de la misma forma que tu y tus aliadas cobraron la de mis hermanas y la mia, Shaira...Caeras para darle paz a las almas de nuestras fundadores y retornar los relicarios a sus verdaderas dueñas...

Ángel continuaba cambiando su forma, pero tras Arcano su voz se escucho...

Shaira Aira comienza a reírse, fuera de si.

No podéis derrotarme, queridas. Pobrecitas ingenuas, he evolucionado y mi poder ya no conoce límites.

¡Por la gloria de la Casa Arien! - grita mientras todo a su alrededor tiembla con furia y el viento se agita aún mas fuerte.

- Subyuga a Morgana cuando vuelva, Gala-añadió alicaída, su mirada perdida en el lago. El viento arrastraba un profético olor a sangre y las aguas se tornaban de color rojizo ante la luz del atardecer. Pronto caería el día...lo que Nebaleth no sabía es si caería también su posibilidad de victoria...

Me lo estás diciendo de verdad Nebaleth, eso hacia Morgana es algún mensaje de ella sobre mi... o es una petición tuya sobre ella. Le dijo mientras se quedaba pensativa.

- Nada tan complicado. Cerró los ojos mientras sus fosas nasales se abrían, inspirando los últimos restos del calido aire diurno antes de la fría noche. Yidorac dijo que robaste el don de la nigromante, y Lethalia dijo que eso implicaba subyugar a una de las traidoras.- su vista se dirigió a la otra bruja, completamente inexpresiva. Y cuando Morgana vuelva, deberías usar ese don en ella...

Te digo lo que ha Gunhilda no me quedé con el don de nigromante no lo tengo si lo hubiera tenido hubiera traído a la vida a ella, y ella sabe que la respeto. Con ella quiero decir a una hermana mía.

Pero tranquila que acabaré con Morgana.