Mmm Chicago... Creo que se a quien se puede solicitar tenga a bien informarnos de la llegada de nuestro amigo... Anda en buenas relaciones con nuestra gente... Pensáis en los mismos que yo chicos?
Que te parece "tovarich" el plan es bueno y sales con ganancias...
Mientras el hombre decidía que hacer, ayudado por la impresionante figura de Amadeo, y el discurso de mi primo y de Sal, decidí darle un vistazo al motor del coche de hombrecillo... Un vistazo rápido que pudiera decirme que podría hacerse en ese motor para sacarle mejor rendimiento... Obviamente no sería ahora, pero le informaría para que fuera a un taller y le mejoraran ese 4 latas...
Desgraciadamente, ese cacharro tenía muy poco que dar de si...
Chico, no creo que con este conjunto de hierros, seas capaz de llegar ni ha salir del estado, ya no digamos llegar a Chicago... Mi consejo es que pilles un billete de bus... Y hazte con otro buga allí...
Motivo: mecánica
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 80 (Fracaso) [80]
Vaya mierda jajaja, fallo la tirada. Será posible!!! Ahora que iba a proponerle comprarle el coche por un valor bajo y arreglármelo... Pero interpretando la tirada, es que no le veo utilidad (aunque la tenga) a ese coche... Así que no lo compro...
Una vez Bogdanovich comprendió todas las implicaciones de lo que el grupo trataba de decirle, no fue muy complicado hacerle ver que lo mejor que podía hacer en esos momentos era llevar ese destartalado coche suyo hasta el parking de la estación de tren o de autobús y tomar un billete hasta Chicago o la ciudad que prefiriera para no regresar nunca más a Nueva York. Y el ruso, tras tragar saliva y asegurar incontables veces que lo haría, mostrando un genuino convencimiento, se dirigió a su coche para ponerse de inmediato con aquel nuevo plan para su vida.
Por supuesto, el grupo no iba a confiar en la buena fe de Bogdanovich y lo siguieron con mayor cautela que lo habían hecho anteriormente, para ver si cumplía con su parte. Tras abandonar aquel solar, el ruso regresó a su apartamento, aquello les hizo pensar que pudiera estar pensando en tratar de jugársela de alguna manera, pero no tardaron en verlo bajar con un gran maletón tan cargado de ropa que incluso se salía de la maleta. Metió todo en el maletero y se fue de allí a toda prisa, en dirección a la estación de autobuses.
Y es que Bogdanovich no era más que un pobre desgraciado que le tenía demasiado apego a su vida como para no seguir los sensatos consejos que el grupo le había dado al recomendarle que abandonara la ciudad. Vieron como el ruso se subía a un autobús rumbo a Illinois y se aseguraron de que el autobús se iba con él a bordo. Desde el propio teléfono de la estación, y siguiendo la idea de Luigi, llamaron a unos amigos de Chicago para que comprobaran unas horas después si Bogdanovich iba a bordo del bus a su llegada a la ciudad del viento.
Una vez hecho todo aquello. Solo quedaba informar a Costello de que todo había salido perfectamente y que el trabajo estaba hecho.
Bien muchachos, creo que ha sido un trabajo fino fino... al menos esta vez no habrá que visitar al Doctore...
Estoy tentado de darle un poco de parné al conductor del autobús para que nos llame y nos diga si el pobre "tovarich" se apea antes de lo que sería deseable... Porque en ese caso no nos avisaran nuestros "amigos", pero tampoco sabremos seguir un rastro que habremos perdido...
Ahora, deberíamos volver con Costello no creéis?
—Me esperaba algo más de acción —contestó Amadeo poniendo su pesada mano sobre el hombro de Luigi—, pero no ha estado mal. Vayamos a darle el parte de la misión a Costello.
Al menos esa vez no habían hecho nada que le dibujase nuevas cicatrices en el cuerpo y mentiría si dijese que no había disfrutado de sus nuevos compañeros, mucho menos taciturnos y temerarios que los anteriores.
-Buena idea Luigi -dijo Sal. Vio cómo se alejaba el autobús y luego asintió a Carisi. -Vamos, Filippo?
-Sí, claro-contestó el muchacho-Tengo ganas de contárselo. Además tendrá que ser él el que se ocupe de hablar con los de Chicago para que le estén esperando a su llegada.
Lo cierto es que Filippo se sentía satisfecho. Al igual que Carisi, esperaba que la cosa se hubiese complicado algo más. Solo que mientras que Carisi parecía lamentarlo,él estaba contento. Habían tratado la situación de una forma diplomática, sin necesidad de ensuciarse las manos y aún le habían hecho un favor al tal Bogdanovich. Pues al final todo se acaba sabiendo y la venganza de una persona de la posición y los recursos del señor McIntire, podría ser terrible.
-Venga, vamos. No hagamos esperar al Primer Ministro.
De camino de vuelta a Scarpato's dejaron al fotógrafo en su casa y se despidieron de él. Testi les aseguró que revelaría las fotografías de inmediato y se las entregaría a Costello al día siguiente por la mañana. Dado el buen pellizco que se había llevado el fotógrafo por el trabajo, no tenían duda de que así sería.
Una vez ya en el restaurante, tuvieron que esperar a que Costello regresara, pero lo hicieron comiendo un buen plato de pasta en una de las mesas que el bueno de Gerardo Scarpato preparó para ellos. Costello llegó cuando estaban con el café y se sentó a la mesa con ellos para escuchar qué tal habían ido las cosas. Costello les felicitó por el trabajo bien hecho, y les dijo que se pasaran al día siguiente para cobrar la minuta.
A la mañana siguiente, Costello les hizo llegar las buenas noticias. Su buen hacer había dejado muy satisfecho al señor McIntire, quien telefoneó personalmente a Maseria para darle las gracias y también al propio Costello. Ambos estaban orgullosos de sus chicos, y sus nombres habían resonado en la reunión de los jefes la noche anterior cargados de elogios. Los amigos de Chicago habían telefoneado para avisar de que Bogdanovich estaba en la ciudad y Testi había traído unas maravillosas fotografías que servirían para tener bien atado al señor McIntire si en el futuro se olvidaba de la gratitud que les había mostrado entonces con tanta efusividad.
Ganáis un punto de Reputación cada uno. Ya os lo sumé en la ficha.