- "¿Estáis todos bien? ¿Podéis caminar?" -
Bilis había perdido a sus compañeros entre el humo. Aferrando el mangual, caminaba encorvada hacia dónde creía que los había visto por última vez. Desorientada, tosiendo y escupiendo, pensó que no encontraría la salida...De repente oyó una voz que la llamaba…era la voz del elfo. Guíandose por ella continuó andando a ciegas hasta que el humo se fue disipando y vio el portón.
Llegó a la salida y allí estaba el resto de sus compañeros, bomberos y curiosos. Se acercó a sus camaradas.
- Tu voz me ha salvado la vida, elfo, te lo agradezco. Luego se dirigió al dracónido - Te olviidaste esto – le dijo entregándole en mangual. Y se derrumbó en el suelo. Allí se quedó sentada intentando recuperarse cuando llegaron los legionarios.
Asistió como ausente a la acusación lanzada contra el instructor azul. ¿Sería verdad? ¿Había sido capaz el instructor de destruir esa escuela que tanto le había costado levantar y mantener?. Bilis no lo creía pero…era un humano, cualquiera sabía cuáles podían ser sus motivaciones. Escuchó como decidían nuevamente su destino; debían dirigirse a la escuela amarilla. Bilis pensó por un momento en escaparse pero se sentía demasiado cansada, sin posibilidad de escabullirse ante los legionarios y sin fuerzas para abrirse paso luchando. No, no podía. Se levantó con dificultad cuando Herreforo tomó el mando y empezó a andar. La nieve empezó a caer…
Por fin entre las sombras aparece Bilis, tosiendo y arrastrando el enorme mangual de Marronoso. "¿Por eso arriesgaste tu vida? ¡Valiente tontería!"
Le doy la mano.
- Vamos, no te pierdas esta vez.
Salimos justo para ver a los soldados acusando al Instructor del incendio. "No puede ser verdad, no me lo creo."
Empecé a andar detrás de Herreforo cuando se dirigió hacia la otra escuela. Por un momento observé la nieve caer. Era una visión agradable, me hacía sentir en contacto con la naturaleza, y recordé mi tierra.
Cuando todo está más tranquilo observo con disimulo a Bilis preguntándome qué le habría pasado.
Tirada: 1d20(+10)
Motivo: Percepción - observar a Bilis
Resultado: 2(+10)=12
Tirada: 1d20(+3)
Motivo: Perspicacia - observar a Bilis
Resultado: 10(+3)=13
He tirado las dos cosas que tenía. Considera las que apliquen, ignora el resto.
PETACULOS: No ves nada raro en Bilis.
Lo único que notaba era calor, afixia y dolor, mucho dolor. Abrí los ojos cuando comencé a oir a la gente, , aunque aún mareada, para verme en brazos del instructor azul, que al poco, sin que yo no siquiera pudiera hacer nada, me pasó a los brazos del enano. Volví a cerrar los ojos, ya que el dolor era agudo. Pero en ese momento las palabras de Elessar me helaron la sangre, a pesar del calor que sentía. - No le ha podido pasar nada a Bilis, seguro que sale ahora.. - dije sintiéndome bastante mal por no poder hacer nada más por mi compañera que esperar a que saliera, ya que entrar ahí en mi estado hubiera sido un suicidio.
A lo que ya, simplemente, no pude dar crédito, es a las palabras de la guardia. - El instructor azul detenido? Nos mandan a la escuela amarilla? Esto no tiene sentido! - Pensé sin decir nada, ya que la última vez que dije algo a favor de un detenido acabé entre las rejas de mi celda. Ver la muerte tan de cerca, sin poder hacer nada por salvar mi vida, terminó con la máscara que me había conseguido fabricar en estos últimos días, y las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, lo que hacía que me escocieran de forma espantosa, debido al humo el incendio.
Las palabras de Herreforo, consiguieron tranquilizarme un poco, al menos él se quedaría de momento, ya que nome gustaría tener que comprobar lo agradable que podría resultar un instructor nuevo.
- Creo que puedo caminar - digo al enano que aún me tiene en brazos.
Harold se hallaba dividido entre dos sentimientos encontrados. Aunque lamentaba que la escuela azul se hubiera abrasado, había escuchado que los trasladarían a la Amarilla, y en realidad a él lo mismo le daba una que otra. Su meta no había cambiado ni un ápice. Y además había encontrado un uso muy útil a su nueva habilidad.
Sí que lo siento por ellos pensó mientras observaba la camaradería existente entre los esclavos, cómo se ayudaban unos a otros en un momento de necesidad. Pero...¿quién nos dice que realmente no ha prendido fuego él mismo a su escuela? razonó mientras se llevaban al instructor azul preso. Qué irónico sería que lo condenaran a la esclavitud...
"¿Estáis todos bien? ¿Podéis caminar?" preguntó el tal Herreforo
Muñón asintió en silencio. Parecía que una nueva etapa de su nueva vida comenzaba de nuevo, pero en otro lugar.
- Comenzáis a caminar por las calles de la ciudad.
- Petaculos, Bizcochito y Marronoso están heridos, por lo que no pueden andar muy deprisa y les viene bien apoyarse en los que no estáis heridos.
- Salís de esta escena: Los siguientes posts en la escena de la ciudad.