Miro a mi alrededor y descubro que ya no estoy en la arena...
"Sabía que no debía acercarme al oso" pienso para mis adentros.
Está claro, estoy muerto... y de algún modo, no puedo evitar sentir cierto alivio. Este momento, aplazado durante miles de años, durante los cuales mi alma quedó aprisionada en la cárcel de piedra de aquella maldita bruja.
- Soy el General Koross av Kardail, mensajero de la muerte - digo con respeto, pues así es como se debe tratar a estos seres, pero también con firmeza. Mi viejo nombre, y no el estúpido apodo de gladiador que me pusieron en Detritus. Ahora puedo volver a usarlo con honor -. Soy un guerrero fiel a Kord, y el Olvido no es para mí. Cruzaré el Lethe para renacer.
- "Eso es bueno, pues el destino de muchas almas heroicas es regresar al mundo de los vivos para completar cualquiera que fuera su destino, ya fuera este lograr grandes gestas, alcanzar la fama o cualquier otro de los mezquinos propósitos por los que se rigen las razas mortales.
Ten en cuenta que si regresas, no conservarás ninguno de tus recuerdos y que seguramente la forma en la que te reencarnes no tendrá absolutamente nada que ver con tu anterior existencia.
Observa este aspecto, ¿quieres volver bajo esta forma?" -
Observo el aspecto que me muestra el mensajero de la muerte. No es un dracónido, pero... ¿cómo podría serlo? Aquellos que de los míos quedan, ya olvidaron sus orígenes, y ahora se encuentran asediados por los seres humanos, para quienes no son más que un recuerdo de otros tiempos.
La forma que se me muestra es muy distinta de lo que ahora soy, pero creo que servirá para albergar mi alma y para volver a ser lo que una vez fuí, un dirigente orgulloso y noble. Tan solo espero no repetir los mismos errores que cometí en mi anterior vida.
- Esa forma me satisface - digo por fín -, te ruego que me permitas regresar en ella.
Entre las nieblas se forma la imagen de un noble humano reclinado en un sofá mientras come indolentemente una manzana.
- "Bien, en breve dispondré de la energía suficiente para transmitir una porción de tu alma a ese cuerpo. El resto se disipará para siempre en este plano." -
- Así sea, si así debe ser. Aguardaré paciente a que llegue el momento.
La Muerte canaliza su poder y un breve pozo de energía se forma. El alma de Marronoso salta a su interior, una parte se consume en el proceso, otra parte acaba en otro cuerpo...
- El Inframundo queda tranquilo tras la desaparición de Marronoso.
Dime cuando sera mi turno para volver. Como comprenderas estoy impaciente por ello. Pregunto a la muerte con respeto y algo nervioso.
- "¿Qué tenemos aquí? ¿Un alma sin rostro? Tu energía espiritual está tan desvaída que ni siquiera guardas recuerdos de tus vidas pasadas?
¿Es acaso la tuya un alma heroica o es corriente?" -
No soy quien para decidir eso. Conteste a la muerte.
Dejame volver a la vida y que la gente lo decida.
La forma traslúcida de un gnomo trabajando como soplador de vidrio en un taller aparece momentáneamente ante la vista de Muerto Sin Reposo.
En un callejón oscuro se ve acechante una forma a primera vista similar a la del niño. El niño es un mediano que se desliza cerca de un puesto de fruta para robar una manzana y escapar corriendo.
Si tengo que elegir entre las dos me quedo con el mediano. Dije a la muerte despues de unos segundos de deliberacion.
- "Bien, pronto habré reunido la energía suficiente para enviar los restos de tu desvaía esencia hacia esa alma heroica. Son almas heroicas las de aquellos con el potencial de llevar a cabo gestas más allá de lo posible para el común de los mortales, incluso aunque nunca desarrollen plenamente todo su potencial." -
Muerto sin Reposo salta hacia el portal de energía sin pensárselo.
- "¡Alto! Pero si todavía no estabas preparado..." -
- El portal del Inframundo se cierra. Un nuevo Muerto sin Reposo se ha reencarnado.