Partida Rol por web

HP - La copa de la travesura

La vida en el castillo de Millie

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21/10/2023, 13:32
Millie

Si había un profesor, aparte de Snape, al que temía Millie, ese era el de Defensa contra las artes oscuras, Alastor Moody. La pequeña no entendía por qué lo habían cambiado, el profesor Lupin, que había impartido esa asignatura el curso anterior, había sido muy guay, pero éste... Éste daba miedo con su ojo falso moviéndose de un lado a otro y viéndolo todo. 

Estaba sentada en su pupitre, junto a Percy y escuchaba al profesor con los ojos muy abiertos y muy quieta, intentando pasar desapercibida. La asignatura le gustaba, desde que había conocido el mundo mágico y había asistido a su primer año en Hogwarts, había decidido que de mayor quería ser la mejor aurora de la historia. Sus sueños de viajar en la Tardis y visitar nuevos mundos, perdiéndose en el tiempo y el espacio, habían muerto cuando finalmente aceptó que aquello era imposible, que el doctor Who no existía y que ya era mayor para tener esos sueños infantiles, pero... Ahora conocía el mundo mágico y formaba parte de él, aquello era muchísimo mejor...

Tenía que aprender mucho para poder perseguir sus sueños y aunque el profesor Moody le daba miedo, había sido un auror y había detenido a muchos de los grandes mortífagos. La pequeña sentía una mezcla de pavor y reverencia hacia el profesor y siempre procuraba estar atenta y aprender lo máximo posible. 

De repente, mientras el profesor estaba escribiendo en la pizarra, Millie vio de reojo a Bubble. Se había escapado de su mochila y estaba caminando por el pasillo, lentamente e intentando no llamar la atención, pero se dirigía hacia los estantes donde estaban los insectos. Millie ahogó un gemido y miró a uno y otro lado antes de deslizarse hasta el suelo. Su mirada se cruzó un instante con la de Percy y se llevó un dedo a los labios, rogándole en silencio que no dijera nada y empezó a caminar a gatas para alcanzar a la tortuga y meterla de nuevo en la mochila.

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22/10/2023, 11:59
Alastor Moody

La clase de defensa contra las artes oscuras era una mezcla de emociones para la pequeña Millie. Por un lado, la materia era una pasada, porque servía para perseguir a los malos y evitar que hicieran daño a la gente, y eso molaba mucho. Por el otro, bueno, el profesor le daba miedo, no solo por su ojo mágico que se movía sin parar y que parecía verlo todo, sino también por su actitud. Era mal hablado, decía palabrotas y actuaba de ellos de un modo amenazante, amenazas que se veían reforzadas por las habladurías del castillo, pues se decía que había transformado en un animal a un estudiante de Slytherin como castigo.

Aun así, molaba, molaba mucho, y la pequeña Millie lo reverenciaba, a la distancia, porque un sano miedo la podía poner a salvo de los clásicos exabruptos del profesor. La lástima es que Bubble no parecía sentir lo mismo, o tal vez tuviera hambre, ganas de ir al baño o de estirar las piernas, pero no le importó lo más mínimo escaparse de la mochila mientras el profesor comenzaba con su lección con una voz cortante y cargada de impaciencia.

- No sé como han podido ser tan descuidados con vuestra educación. Dumbledore se debe estar volviendo viejo, oh sí, el viejo Dumbledore se debe estar haciendo viejo muchacho - dijo en voz alta, como si hablara con alguien que no estaba ahí - Afortunadamente estoy aquí para remediarlo. Os enseñaré encantamientos que os pueden salvar la vida a vosotros, o a los demás, sortilegios para enfrentar a todo tipo de animal mágico, y, finalmente, hablaremos de las maldiciones imperdonables. - Miró a su derecha, como si hubiera alguien y dijo - Oh, sí, un buen mago debe conocerlas, usarlas es otro asunto, pero siempre es bueno saber que hay fuera, porque no todo el mundo tendrá escrúpulos, no, no señor, lo puedo decir por experiencia.

Bubble salió al pasillo de la clase y Millie la vio. Se le escapó un gemido a la niña al ver como su tortuga iba en dirección hacia el profesor, y como el profesor la viera podía pasar cualquier cosa. Se decidió a salir de su asiento a gatas, aprovechando que el profesor estaba escribiendo en la pizarra un esquema sencillo:

Maldiciones imperdonables (mortífagos) -> Aurores -> Wizengamot -> Azkaban -> Dementores

Subrayó varias veces la palabra dementor, y luego la rodeó con varios círculos antes de girarse a una velocidad sorprendente para alguien de su edad y gritar

- ¡Expeliarmus!

Una luz roja brotó de la varita del profesor y cayó a un palmo del lugar donde Millie había apoyado la última de sus manos al gatear. La señal de una quemadura en la piedra y el humo eran la señal de que había tenido suerte de que no le diera. Al verla Ojoloco la miró enfadado y le recriminó

- Señorita Millie, nunca se acerque por la espalda a un auror, ¡Nunca! Las consecuencias pueden ser terribles. Estamos entrenados para atacar al menor indicio, así que, le sugiero que..... - Entonces vio la tortuga y su ojo comenzó a moverse frenético en la cuenca mágica de su ojo - ¿Qué es esto? ¿Es suya señorita? ¿Nadie le ha explicado que no se pueden traer mascotas a la clase? Críos, malditos críos, no tienen ni el más mínimo sentido común...Aprovecharemos la interrupción para practicar un conjuro, un conjuro útil para cuando una mascota se escapa, o para impedir que un fugitivo se escape, se hagan daño al caer de un lugar o les lancen algo. ¿Están listos para aprender algo útil?

Sin que nadie pudiera decir nada, apuntó a la tortuga y bramó

- ¡Arrestro momentum!

Inicialmente no pareció pasar nada, pues Bubble no era muy veloz, pero al cabo de un minuto, cuando vieron que la tortuga no avanzaba y se había quedado con una patita al aire vieron que algo le pasaba.

- El conjuro os lo debería haber enseñado Flitwick, pero debe estar demasiado ocupado haciendo que flotéis plumas. Así que, poneos en pareja y pasad a recoger una gobstone por pareja. Vuestra misión es tirársela al compañero y que el compañero la pare en el aire con ese hechizo, arresto momentum. Si no lo lográis quedaréis rociados y apestando...así que ya sabéis... ja, ja, ja - Rio divertido, como si ese tipo de enseñanza si que le motivara. Se giró hacia Millie y le dijo

- Y no se preocupe por su tortuga, creo que para dentro de unas cuantas horas debería ser capaz de moverse. - Lo miró serio - Y si la vuelve a traer a mi clase y me entero la castigaré. Esto no es cuidado de las criaturas, esta es una asignatura importante y debería ponerle más atención si es que quiere llegar a ser aurora.

 

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23/10/2023, 12:42
Millie

Millie avanzaba con cuidado, intentando no ser descubierta, mientras poco a poco iba acortando las distancias con Bubble. El profesor estaba de espaldas, escribiendo en la pizarra, si se daba prisa podría recuperar a la tortuga y no se enteraría...

Pero antes de llegar a alcanzarla, el cambio de tono en la voz del profesor al pronunciar el conjuro desarmador, sorprendió a la chiquilla, que ahogó una exclamación al ver como el hechizo impactaba contra el suelo, muy cerca de ella, si no hubiera levantado la mano, entonces... Dirigió la mirada hacia el lugar donde había impactado y sus ojos se abrieron como platos al ver la quemadura. El profesor la estaba sermoneando y Millie volvió su atención hacia él, sin atreverse a moverse mientras él hablaba. Miró de reojo a Bubble, desvelando su posición y entonces el profesor Moody quiso aprovechar la situación para darles una lección. 

¡No...! — La pequeña ahogó un gemido y, con el corazón en un puño, empezó a correr a gatas hasta llegar junto a la tortuga. Mientras el profe les explicaba en qué consistía aquel hechizo, Millie cogió a Bubble y la apretó contra su pecho. Estaba bien, no le había hecho ningún daño, solo que... No podía moverse... Al darse cuenta de ese detalle la acarició con un dedito en el cuello.

Lo siento, Bubbi... — Sabía que no podía llevarla a las clases, pero eran tantas las horas que tenía que quedarse encerrada en el cuarto, que le sabía mal y siempre la llevaba escondida. Estaba convencida de que la tortuga disfrutaba de su compañía y a ella le encantaba poder compartir su día a día con el animal. 

Volvió a levantar la mirada cuando el señor Moody volvió a dirigirse a ella y se mordió el labio, nerviosa y asintió con la cabeza. 

Sí, señor. — Musitó, contrita y se levantó del suelo, llevando a Bubble en brazos para meterla de nuevo en la mochila. A pesar del mal rato que acababa de pasar, la idea de practicar un nuevo hechizo la excitaba. Aquella era la mejor clase del mundo, a pesar del miedo que le daba el profe. Tras dejar a la tortuga dirigió su mirada hacia Percy, su compañero de pupitre. 

¿Vamos? — Le preguntó y una sonrisa asomó a sus labios. — Gracias por no haber dicho nada... — Susurró, lanzando una mirada significativa hacia la mochila. A pesar de haber sido pillada igualmente, le agradecía a su compañero que hubiera guardado silencio cuando ella se escurrió bajo el pupitre.

Y Millie se dirigió a recoger el gobstone para poder practicar el nuevo conjuro.

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24/10/2023, 08:55
Percy Morgan

El corazón de Millie se sacudió del miedo en cuanto vio que su querida tortuga recibía el conjuro ralentizador del profesor. Sabía que no le había hecho daño, pero aun así, el verla tan quieta le hacía sufrir. Se apretó la tortuga contra el pecho y la acarició mientras le pedía perdón al reptil. Ella sabía que  no debía llevarla a clase, pero es que sola en su cuarto, encerrada, se aburría, y eso era cruel, uno no encierra a un amigo en una habitación, más si el amigo disfruta de la compañía y aprende algo de magia, porque muchas veces había visto como Bubble prestaba atención como si entendiera lo que se decía.

Tras la bronca del profesor Millie metió a Bubble en su mochila y cuando llegó a su tiempo vio a Percy pálido y mordiéndose el labio. Parecía demasiado sorprendido como para escuchar a Millie, así que cuando le preguntó si iba con ella a practicar el conjuro, se quedó quieto, mirando en dirección al profesor Moody, apretando las mandíbulas. Se levantó del sitio y antes de que pudiera hablar la voz de látigo del antiguo auror restalló en la clase

- ¿Algún problema con la tarea señor Morgan? - Su ojo se movía a toda velocidad, mientras su lengua humedecía sus labios.

El chico se levantó y dijo

- Ha sido cruel hechizar la tortuga de Millie, no se debería permitir hacer eso, no es justo. Bubble no ha hecho nada, no ha roto nada...

El profesor se acercó al chico, a grandes pasos, y lo cogió de la oreja

- ¿Justicia? ¿Me habla de justicia, a mi? - Estaba muy enfadado - El mundo no es justo señor Morgan, hay fuerzas malignas que van a querer dañarles, independientemente si es justo o no. Arresto momentum es un hechizo sencillo de contrarrestar, así que, si tan preocupado está, debería hacerlo en vez de contestar. - Bufó enfadado - Niños, no se puede esperar nada bueno de ellos...Cuando acabe la clase se tendrá que quedar aquí señor Morgan, en su castigo irá su penitencia.

El profesor le soltó la oreja y les hizo a la clase ademanes impacientes para que empezaran con el gobstone. Percy se tocó la oreja que le habían estirado, rojo, de la vergüenza y la rabia. Miró a Millie y esbozó una pequeña sonrisa y negó con la cabeza

- Era no decir nada lo que me estaba matando.... Es un bruto, pero es el mejor auror del mundo, y yo quiero ser auror. Se puede aprender de él muchas cosas, pero esto no, maltratar a un animal está mal...¿Estás lista? - sonrió - ¡Tirámelo! ¡No me vas a apestar con eso!

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24/10/2023, 13:16
Millie

La niña contempló boquiabierta como Percy se atrevía a plantarle cara al profesor. Se trataba nada más y nada menos que de Alastor Moody, uno de los mejores aurores del mundo y su compañero se estaba enfrentando directamente a él. Millie se había quedado plantada, con los ojos muy abiertos y las mejillas coloradas, sin poder ni siquiera reaccionar, al menos en un principio. Cuando escuchó la palabra "castigo" algo dentro de ella saltó como un resorte. Percy le estaba hablando, le estaba diciendo que probara su puntería con él, pero ella ni le miró, sus ojos caramelo se habían quedado fijos en la espalda del profesor.

¡No es justo...! Él no ha hecho nada, sólo le ha dicho la verdad. Usted es cruel... — Le increpó, alzando la voz por encima de los murmullos de la clase. En el momento en el que las palabras empezaron a brotar de sus labios, casi sin pensarlas, su conciencia empezó a advertirla de que estaba nadando en aguas tormentosas, Ojoloco Moody era un auror, el mejor del mundo, tal y como Percy le estaba recordando y ella sólo era una niña... Pero ignoró a su conciencia, por muy auror que fuera, se estaba portando de forma cruel e injusta con Percy y Millie no era una cobardica. 

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26/10/2023, 19:58
Percy Morgan

Millie alucinó al ver como Percy se atrevía a enfrentarse a un profesor, más a uno que quien más quien menos le tenía miedo. Era cierto que Percy tenía fama de meterse en líos, y que no era la primera vez que lo castigaban, pero una cosa es que te castigara Snape, que no hacía falta que tuviera muchos motivos para hacerlo, y otra alguien tan intimidante como Alastor Moody. Lo iban a castigar, y eso es algo que no podía permitir su amiga, porque una cosa era tener miedo, y otra ser una cobardica, así que también increpó al profesor por no hacer nada.

El profesor se giró a mirarla con el ojo y le espetó

- ¿Soy cruel? ¿Sí? - bufó - Él no ha hecho nada, aparte de discutir a un profesor, acción que ha realizado por su culpa, por traer una tortuga a clase cuando sabe que está prohibido y no poder contenerla. - Los miró - Descuento cinco puntos a Gryffindor, por cada uno de ustedes. - Miró a la clase, a ver si hay alguno que protestaba además, pero nadie lo hizo, y no solo eso, sino que captó alguna mirada de sus compañeros culpándola de la pérdida de puntos. 

El profesor tenía razón en algo, y es que sin ningún tipo de castigo iba a seguir trayendo a Bubble a clase, y con él, probablemente también. Bubble se había escapado, y él profesor la había hechizado, pero con la cantidad de conjuros que sabía, si hubiera querido le habría hecho daño, y aunque iba con lentitud, en cámara súper mega extra lenta. El profesor le dijo

- Acompañará al señor Morgan en su castigo. - Dijo el profesor dando por finalizada la discusión. Percy suspiró, no quería que su amiga se metiera, pero Millie no iba a dejarlo pasar así como así. Ambos se lo habían ganado, pero un castigo en buena compañía era menos castigo.

- No tendrías que haberlo hecho, yo estoy acostumbrado a que me castiguen, pero bueno, me siento más tranquilo si estás aquí conmigo, no sea que el profesor me transforme en cualquier cosa como hizo con Malfoy - reía, pero se le veía aliviado que ella estuviera allí con él para el castigo.

Los gobstones empezaron a volar de un sitio a otro. Los alumnos más aventajados los ralentizaban tanto en el aire que cogerlos era facilísimo. Los menos aventajados, empezaban a ser rociados del líquido apestoso. El profesor le puso el gobstone en la mano a Percy y le dijo

- Si no lo lanza usted, lo haré yo, señor Morgan. - El chico tragó saliva y cogió el gobstone. Miró a Millie y le dijo - ¿Estás lista? Quitémosnoslo de encima. Igual si lo hacemos bien nos perdona el castigo. ¿Preparada? ¡Ahí va!

Y le lanzó el gobstone, mientras que el profesor regañaba a otros de sus compañeros que no estaban cumpliendo sus expectativas.

 

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27/10/2023, 11:37
Millie

¡Era injusto!

Millie estaba dispuesta a recibir el castigo, no era la primera vez que la castigaban ni sería la última, pero lo que le indignó de verdad fue las pérdidas de puntos. No era nada justo, había decidido también quitarle a Percy por lo que ella había hecho... Iba a protestar, cualquiera podía darse cuenta de que la niña estaba a punto de saltar solo con ver su expresión y su ceño fruncido, pero hubo algo que la retuvo. Apretó los dientes con fuerza y bajó la mirada, metiéndose las manos en los bolsillos y aguantó el chaparrón del profesor. Estaba roja como un tomate... Había sentido sobre ella las miradas alertadas y acusadoras de sus compañeros y eso había despertado una alarma dentro de su cabeza, haciéndola callar a tiempo y aguantar la injusticia en silencio...

Al escuchar a Percy, alzó de nuevo la mirada, dirigiéndola hacia él con la risa bailando en sus ojos. Había sido la comidilla de todo el colegio. 

Se lo tenía merecido... — No sabía qué había pasado para que Ojoloco lo transformara en un hurón, pero estaba segura de que Malfoy se lo merecía. Era un Slytherin y tenía cara de comer limones...

En ese momento escuchó de nuevo al profe y alzó ligeramente las cejas, sin apartar la mirada del niño. Asintió con la cabeza y se preparó para lanzar el conjuro y ralentizar el gobstone.

¡Arrestro momentum!

Lanzó el conjuro, intentando alcanzar la bola apestosa, antes de que la llenara con su fétido y putrefacto olor. Como no lo consiguiera, iba a pasar un castigo un tanto... "Oloroso".

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejé la dificultad en blanco porque no estaba segura de cuál era ^^

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28/10/2023, 10:35
Percy Morgan

Ella quería seguir protestando, hacer justicia, hacerse oír para que el profesor reflexionara y les levantara el castigo pero las miradas de los compañeros de su casa la disuadieron. Ya habían perdido 10 puntos, no querían perder más, y aunque fuera injusto, hay momentos en los que hay que callar estratégicamente. Al menos estaría castigada con Percy, porque un castigo en compañía era mil veces mejor que uno sola. Comentaron sobre el castigo de Malfoy y la sonrisa se desparramó en los labios de Percy

- Seguro, Malfoy es lo peor, tía. Debe ser lo que se echa para peinarse, nadie puede ser tan capullo así de natural - Dijo divertido.

El profesor les conmino a tirarse el gobstone, ralentizarlo en el aire y devolvérselo a su compañero. Los gobstones eran divertidos, menos por su olor, pero si aquello era un reto, lo iba a superar, iba a demostrarle al profesor Moody de que pasta estaba hecha. Le lanzaron la bola y la trató de parar, con confianza, pero no lo consiguió y la bola la roció de arriba a abajo con su pestilente carga. Percy se sonrió y le dijo

- 1 - 0 para el equipo Morgan. Vamos Millie, enséñame de que estás hecha.

Cuando Millie le lanzara la bola se sorprendería al ver como Percy conseguía ralentizarla en el aire, aunque lo más divertido fue la cara de sorpresa que puso al lograrlo. No es que fuera un gran mago, o mejor dicho, lo era, pero solía preocuparse de otras cosas antes de estudiar. La bola avanzó a cámara lenta y la mano de su amigo la cogió en el aire con una sonrisa. 

Mirando a su alrededor pudo ver que los fracasos se acumulaban en la clase, y salvo Percy, solo Ginny Weasley parecía haber controlado el gobstone. La clase apestaba y el profesor se le veía visiblemente contrariado

- No sé lo que os enseñan en esta escuela, veo muchos defectos en vuestra formación, muchos. Así no podríais defenderos de nada que os ataque, pensad, ¿Y si fuera un artefacto explosivo? ¿Y si fuera una maldición mortal? ¿Lo haríais así de mal?

No parecía que el profesor fuera muy paciente con sus estudiantes. Las pruebas se fueron repitiendo sin que el número de éxitos aumentara, y así llegó el final de la clase. La profesora McGonagall entró y su rostro se volvió más pálido de lo habitual al ver que estaban aprendiendo. Le preguntó al profesor Moody que estaban aprendiendo, y cuando le contestó que el conjuro no era otro que Aresto Momentum le dijo

- Alastor, ese conjuro se enseña en séptimo, y estos alumnos son de segundo. ¿No estás siendo un poco duro?

El profesor trató de excusarse diciendo que siempre había que estar preparado, y que los mortífagos no iban a esperar a que estuvieran en séptimo. El rostro de McGonagall mostraba contrariedad, pero no dijo nada más. La presencia de la profesora era una oportunidad de escapar al castigo. Tal vez si le contaban lo que había pasado se podrían escapar, tal vez podía aprovechar que estaban hablando, pero Percy parecía dispuesto a cumplir con él, ya fuera por orgullo o por curiosidad. Un castigo impuesto por el mejor auror de todos los tiempos, eso si que debía ser un castigo.

 

- Tiradas (1)
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29/10/2023, 12:30
Millie

Millie estaba allí, preparada, dispuesta a ralentizar la gobstone y evitar así que la rociara con su apestoso olor. Vio la bola dirigirse hacia ella a toda velocidad y pronunció el conjuro, pero... Iba muy rápida y era muy difícil poder apuntarla y... Vio como la gobstone esquivaba el "arrestro momentum" y un líquido hediondo salió directo hacia ella, pero consiguió cerrar los ojos justo en el instante en el que era rociada y apestada.

— ¡Aghhhh...! —

Las palabras de Percy hicieron que abriera de nuevo los ojos y le mirara, pero el olor era tan nauseabundo que la sonrisa que había empezado a asomar a sus labios se transformó rápidamente en una mueca de asco. 

Puaj... Es como si un elefante se me hubiese peído en la cara... — 

Se rio y cogió la gobstone y le hizo una señal al niño para que se preparara antes de lanzársela. Vio como la bola formaba un arco perfecto y sus ojos se abrieron como platos al ver como se ralentizaba en medio del aire y empezaba a flotar lentamente hasta la mano de Percy.

¡Uala...! Tíramela... Ahora sí que me va a salir... —

Le espetó, preparándose de nuevo y fracasando una vez más. Así estuvieron un buen rato, Millie se esforzaba todo lo que podía, pero el líquido acababa bañándola con su pestilencia una y otra vez.

Cuando entró la profesora McGonagall en la clase, la niña estaba completamente rociada y olía muy mal. Se sentía frustrada y tenía que apretar los labios para aguantar las arcadas que acudían desde su estómago. Pero a pesar de sentirse así, no había desaparecido de su mirada el brillo desafiante. Tenía que conseguirlo y más ahora que sabía que era un conjuro para un curso muy superior. 

Miró a Percy con la intención de animarle a escapar, aprovechando el entretenimiento de la profesora McGonagall y librarse de esta manera del castigo, pero vio su determinación en su gesto y soltó un pequeño bufido.

Aprovechemos y vayámonos... — Le dijo hablando con apenas un susurro, a pesar de que había visto en su mirada la fascinación que sentía por el profesor. En otro momento, quizás, también se hubiera planteado aquello como una oportunidad, pero estaba echando mucha peste y quería ir a lavarse y cambiarse... Quería irse de allí...

Se mordió el labio, indecisa y miró hacia donde tenía la mochila, con Bubble ralentizada en su interior. Si iba hacia su pupitre y cogía la bolsa, podría salir sin que "Ojoloco" la viera... Pero... Volvió a mirar a Percy. Él había salido en defensa de la tortuga, era el único que se había enfrentado a Moody y le habían castigado por ello. Sería muy injusto que se fuera y le dejara tirado, cargando con todo el castigo. Suspiró y una sonrisa traviesa asomó a sus labios.

Está bien... Compartiremos el castigo a tope... — Susurró y le dio un repentino abrazo, con la intención de que se le pegara también el olor pútrido que la estaba envolviendo.

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30/10/2023, 10:00
Alastor Moody

Como si un elefante hubiera comido garbanzos. No se podía calificar de otra manera la peste producida por un gobstone. Percy rio con la broma de Millie y le dijo

- Lo siento, pensé que lo pararías, siempre se te dan bien todas estas cosas de defensa contra las artes oscuras...

Poco podía saber Percy que el conjuro era demasiado avanzado para ellos, y que él había tenido mucha suerte al conseguir evitar que lo rociaran. El rostro de Percy se iluminó, porque aunque no era un desastre tampoco es que fuera un cerebrito, así que declaró que iban 1 a 0 y cuando Millie le pidió una revancha volvió a lanzarle la pelota apestosa. Millie lo intentó, una, otra vez, otra, pero no lo conseguía, mientras que para Percy el conjuro le resultaba tan natural como respirar.

La llegada de la profesora McGonagall dio la explicación de porqué el conjuro no le salía a casi nadie. Era de séptimo, y ellos de segundo, así que era normal. Se les presentaba la ocasión de escapar, pero, ¿Habría manera de escapar del ojo mágico del profesor Moody sin que les viera?. Millie quería irse, pero sutilmente Percy le decía que no, que la verían, y ella no quería dejarlo tirado, se había arriesgado por ella y su tortuga, y no merecía comerse el castigo solo.

Millie se decidió, se quedaría, pero no a cualquier costa. Saltó y abrazó a Percy que se quedó paralizado ante la efusividad de su amiga. Se puso rojo, como un tomate, mientras le palmeaba la espalda torpe a su amiga, que solo lo había abrazado para contagiarle de su pestilencia. El instante de parálisis se desvaneció en cuanto los efluvios de gobstone le llegaron a la nariz. La empujó y dijo

- ¡Quita, que hueles a mofeta muerta! ¡Me vengaré de esta!

Y aunque lo dijo riendo Millie supo que iba a hacer algún tipo de repercusión. A Percy le gustaban las bromas, y seguro que ya estaba pensando en alguna.

Los alumnos se marcharon del aula y se quedaron con el profesor que los miraba irritado, mordiéndose los labios, con el ojo mágico frenético. Miró en dirección a la mochila de Millie y le dijo de forma cortante

- Saca tu tortuga y ponla encima de la mesa. Es hora que aprendáis el contrahechizo, ya que tantas ganas tenéis de ayudar a la tortuga lo tendréis que hacer con vuestras manos. Sacad la varita, vamos, rápido, no tengo todo el día.

Dijo bufando impaciente. 

- Apuntad a la tortuga y lanzar el hechizo. Finite incantatem. Es muy importante que marquéis la m final, porque Finite incantate hará explotar la tortuga, ¿Y no queréis hacerlo daño, verdad?. Finite incantatem es un encantamiento muy útil para un auror, dominarlo es muy importante.

Al final, resultaba que, a pesar de ser impaciente y cortante, el profesor Moody si que se preocupaba por su formación y quería ayudarles a ser mejores magos y brujas.

Notas de juego

Dificultad 9. Sería un éxito normalmente inmediato, pero aplica penalización porque el conjuro lo ha hecho un profesor y es más difícil de deshacer.

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30/10/2023, 11:28
Millie

A pesar de recibir el empujón y las amenazas de Percy, Millie no pudo contener la risa que se derramó de sus labios. Le había pillado por sorpresa y había sido muy divertida la cara que había puesto al darse cuenta de por qué lo había abrazado. 

¡Jajajajajaja...! Que buena.... Jajajajajaja... Tenías que haberte visto la cara... Ha sido... Jajajaajajaja... Uyyyyy... — Los demás alumnos ya habían abandonado el aula, dejándoles solos con el profesor Moody. Millie contuvo como pudo la risa y dirigió la mirada hacia Ojoloco. En el momento en el que sus pupilas se detuvieron en el frenético movimiento de su ojo falso, cualquier pincelada de hilaridad que quedara en su rostro se desvaneció, dando paso a una expresión mucho más solemne. 

Escuchó las palabras del profesor y sus ojos se abrieron como platos. Los castigos así molaban mucho, aunque... Ese conjuro lo habían aprendido el año pasado. Iba a protestar, pero una vocecilla en su interior, vocecilla que solía ignorar pero que a veces le daba buenos consejos, le advirtió que no era lo mismo finiquitar un conjuro de un compañero que el de un auror tan importante. Así que Millie asintió con un gesto de la cabeza y corrió a coger la mochila y sacar a Bubble de ella. 

Colocó a la tortuga sobre la mesa. Ésta había conseguido levantar la patita delantera y alargar un poco la cabeza. La niña pasó con suavidad el dedo por el cuello del animal, preguntándose cómo sería verlo todo desde la perspectiva del reptil. ¿Lo vería todo a super velocidad?

Tranquila, Bubbi, vas a ponerte bien...

Le susurró y sacó la varita, apuntándola mientras pronunciaba el hechizo que rompería el encantamiento ralentizador.

Finite Incantatem...

Pronunció, convencida de poder detener el conjuro de Moody, pero... Algo iba mal... La niña había dicho bien el conjuro, se lo sabía, lo habían practicado el año anterior, pero... 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Eso era una pifia, ¿verdad? Menuda suerte con los dados xD

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30/10/2023, 13:34
Percy Morgan

No hubo nada mejor para romper la incomodidad del muchacho que la risa de Milie. El color rojo de vergüenza se volvió rojo rabia, pues las risotadas de su amiga seguían y seguían y seguían, algo molesto el muchacho le espetó

- Pues deberías haberte visto la tuya, que te agarrabas a mi como si fuéramos novios - El chico se creció y le dijo - Y yo paso de chicas, así que pasa de agarrarte así de mi, que tengo una reputación que mantener, la de rebelde sin causa.

Dijo haciéndose el duro. Puede que fuera rebelde, pero era un buen chaval, un buen amigo, aunque se metiera en líos por defender lo que creía justo y a quienes eran abusados por otro. El castigo tendría lugar allí mismo, en cuanto los alumnos se hubieron marchado. Fue así como supieron que su castigo sería deshacer el encantamiento sobre Bubble, aprender a defenderse de un posible ataque de un mortífago o un mago oscuro.

Con cuidado, Millie colocó a su amiga sobre la mesa para acariciarla. La iba a salvar, aunque, pensándolo bien, igual aquello molaba porque lo veía todo a super velocidad. Tendría que investigar ese hechizo y ver que efecto tenía en ella, así lo sabría, pero lo primero era lo primero, y lo primero era rescatar a su amiga, que se iba a poner bien, aunque fuera lo último que hiciera en su vida. Así que prestó mucha atención al profesor, aunque al final el conjuro no era algo muy impresionante, ya lo sabía, lo había dado en primero, y estaba segura de que lo iba a resolver fácilmente. Lanzó el conjuro que debía romper el hechizo del profesor Moody y rápidamente se dio cuenta que algo había ido mal. Rápidamente, en ello radicaba la ironía, porque de pronto, todos sus movimientos se hicieron lentos, aunque sus sentidos no se vieron afectados. Percy miró a Millie con un gesto de alarma

- Profesor, A Millie le ha pasado algo, fíjese, va a 0 por hora, como un caracol. ¡Ayúdela!

El profesor bufó mientras decía

- No hay conjuro fácil señorita, se ha relajado, ha descuidado el floreo de la varita y ha provocado que el conjuro de su tortuga no le afecte. - Miró a Morgan y le dijo - usted encárguese de la tortuga de su amiga, yo lo haré de ella, los conjuros que no salen bien pueden ser más difíciles de quitar.

Percy puso la varita encima del caparazón de Bubble, dio un par de golpecitos como si fuera un director de escuela y dijo

- Finite Incantatem

Para alivio de Millie la tortuga volvió a caminar a su velocidad normal. Por algún tipo de presentimiento la tortuga se le acercó a mirarla fijamente, preguntándose porque su dueña iba tan lentamente. Sacó la cabecita y la movió arriba y abajo, varias veces, como pidiéndole que acelerara, pero no podía. El profesor Moody se puso frente a ella, y mientras hacía el floreo dijo

- Ha hecho un buen trabajo señor Morgan debería aprender de ella señorita Millie

De pronto Millie se pudo mover, sorprendentemente sin que el profesor Moody emitiera una palabra. Aquello había molado, porque no había movido ni los labios, y ya estaba libre del conjuro. Era el número 1, daba miedo, pero era el mejor, aunque seguía siendo impaciente y cortante

- Y ahora cojan a su tortuga y márchense, y para el próximo día preséntenme medio pergamino sobre los ghouls y como derrotarlos. 

- Tiradas (2)
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30/10/2023, 17:56
Millie

...Algo iba mal.

Millie había lanzado el conjuro, había pronunciado bien las palabras y había tocado a Bubble con la varita, estaba segura de haberlo hecho todo bien, pero ahora ella tampoco podía moverse. Se dio cuenta en el momento en el que fue a retirar la mano y ésta no correspondía a la velocidad de su pensamiento. ¡No se movía! Bueno, puede que sí, pero... 

¡Aghhhhhhh!

¿¡Qué está pasando!?

¡¡No puedo moverme...!!

La pequeña veía a Percy mirándola fijamente y empezó a entreabrir los labios para sacarle la lengua. Todavía estaba molesta por las últimas palabras que le había dicho, pero la atención de Ojoloco había evitado que llegara a responderle. Los amigos también se abrazaban, eso no era cosa de novios. Además, ¡que ella también pasaba de novios! Puaj... Si eran super empalagosos y asquerosos... Pero no había tenido opción de decirle nada y ahora estaba super lenta... 

Escuchó al niño llamando al profe y vio como éste se acercaba y le pegaba un sermón. 

Ya casi había conseguido sacarle la lengua a Percy, era tonto, mira que decir que ella le había abrazado como si fueran novios... 

Pero...

Estaba Moody y...

En el momento en el que se planteaba que no era buena idea sacarle la lengua, el auror la devolvió a su velocidad y no le dio tiempo a retener su movimiento y la lengua se mostró en un gesto de burla hacia su amigo. La guardó rápidamente y se cuadró delante del profe, poniendo cara compungida y asintiendo con un gesto de cabeza.

Sí, señor... —

Tenía que aprender y prestar más atención a las clases. Había fallado un conjuro tan sencillo y había quedado en ridículo delante de Percy, de Moody y de Bubble... 

Apretó con fuerza los labios y cogió a la tortuga entre sus brazos mientras el profesor les despachaba. Asintió nuevamente y dio media vuelta para salir corriendo de la clase... Era una patata...

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31/10/2023, 19:48
_Narrador_

¡Percy era tonto! ¡Novios! ¡Pero si eso era un asco! No quería imaginárselo, lo de los besos, y cogerse de las manos, y las flores, un rollo. Solo había una cosa guay de ser novios, y era el chocolate que le regalaban a las chicas, pero a parte de eso no había nada que valiera la pena. El problema es que no podía demostrarle a su amigo lo que pensaba de los novios, porque en ese momento, trataba de sacar su lengua, pero su lengua se movía a la velocidad de las tortugas.

Sería divertido, si su amigo no estuviera preocupado por ella. Además, él se había portado muy bien con Bubble y la había desencantado. Ahora se arrepentía de haberle sacado la lengua, pero no lo pudo evitar, en cuanto le devolvieron la velocidad no pudo contener la aceleración lengüil y acabó burlándose de su amigo. A Percy se le escapó una risa, pero la consiguió disimular con una tos, mientras Millie adoptaba una expresión cóntrita.

Se arrepentía, de no estudiar, de no prestar atención y sobre todo de que Percy y Bubble hubieran visto lo patata que era con la varita. Percy sonrió y le gastó una broma, haciendo como si cogiera a Bubble a su velocidad anterior, hablando tan lento que apenas se le entendía

- Sooooooooy Miiiiiiiiiillllllllieeeeeeeeeeeeee laaaaaaa vvvvvveeeeeelllllllooooooooz. 

Pero en cuanto el profesor los despachó cogió a Millie y salió corriendo a una velocidad increíble. Percy la llamó para que no se fuera, pero Millie no le escuchó, o hizo como si no lo hiciera

- ¡Ey! ¡Millie! ¡No te vayas, jo, que era solo una broma!

Intentó correr detrás de su amiga, pero Millie era más rápida, así que lo dejó atrás, mientras se escondía detrás de una armadura. Su amigo pasó de largo y entonces se apoyó contra la pared, dispuesta a dejar ir toda la pena y la rabia que sentía. Y se hubiera dejado ir, si hubiera algo a su espalda. La pared había desaparecido y estaba cayendo por una especie de tobogán, cada vez a más velocidad, dibujando una espiral que se iba endemoniando cada vez más. 

Poco a poco la pendiente se hizo más pequeña y su velocidad decreció, hasta que finalmente se detuvo. Estaba bastante oscuro, pero había una luz en una de la esquina de la habitación, una luz que recortaba una pequeña figura, que estaba agachada. Desde esa posición se oía una voz que repetía una cantinela como si fuera un mantra, apenas un susurro audible

- Seguro que alguien me viene a buscar, seguro. Me buscarán y me encontrarán, no voy a morir aquí de hambre, el director no lo permitiría. Y si no me encuentran, encontraré yo una salida, no creo que me pase como en el invernadero, aquí no hay cerrojos... Me van a buscar, sí, seguro....

Le sonaba, era una estudiante de Ravenclaw, creía que se llamaba Micaelah, había coincidido con ella en alguna clase.

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01/11/2023, 11:03
Millie

Millie se sentía muy patata. Había fallado todos los conjuros, incluso uno de nivel 1, haciendo que el encantamiento que había intentado disipar le afectara a ella. Era una niña que no destacaba mucho en conjuros, solía costarle cogerle el truquillo a la floritura de la varita y a veces se le trababa la lengua con las palabras complicadas. Pero una vez que le cogía el truquillo, el conjuro se le quedaba grabado en el cerebro y podía hacerlo sin apenas tener que pensar. ¿Por qué le había pasado eso? Seguro que había perdido su oportunidad de ser aurora. Seguro que Ojoloco hablaría con el Ministerio de magia y la clasificarían como patata.

Se había escondido detrás de una armadura, tenía a Bubble entre sus brazos y miraba por un lado. Vio pasar a Percy, llamándola y se echó ligeramente hacia atrás. No quería que la viera, había sido todo un corte y le daba mucha vergüenza...

Pero... —

Detrás suyo no había pared y cayó de espaldas en un tobogán. Su corazón empezó a acelerarse mientras su cuerpo iba cogiendo velocidad. No podía parar... 

Iba a muchísima velocidad, de espaldas y eso daba mucho miedo... Había sido tan repentino y la impresión tan fuerte, que el grito se le anudó en la garganta y se quedó allí, atrapado.

Cuando llegó al final se sentó en el suelo, con los ojos muy abiertos y la respiración entrecortada. ¿Dónde estaba? Todo estaba oscuro... No soltó a Bubble, la pobre se había metido dentro del caparazón y se quedaría allí durante un buen rato. 

¿Dónde estoy? — Musitó para sí misma. Había encontrado un pasadizo secreto de chiripa, que pasada, pero... Tragó saliva y en ese momento se dio cuenta de que no estaba sola. Vio la luz tenue y escuchó la voz de la otra niña. 

¿Micaelah? — Preguntó alzando la voz y se levantó del suelo, sin soltar a Bubble. Sacó la varita del bolsillo y conjuró un poco de luz mientras caminaba hacia la Ravenclaw. 

Hola... Soy Millie. ¿Cómo has llegado? ¿Dónde estamos...? — Con la varita iba iluminando un poco la zona donde se encontraba, intentando averiguar algo. — ¿Cuánto llevas aquí? — Tras el susto inicial, Millie estaba fascinada. Aquel sitio debía ser enorme... Volvió a mirar a la otra niña y se acuclilló delante de ella, intentando darle un poco de confianza. — Tranquila, saldremos de aquí...

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02/11/2023, 09:34
Micaelah Khan

El esconderse de Percy le valió para encontrar un pasadizo secreto, y meterse en problemas, o correr una aventura, de eso nunca se podía estar seguro en el castillo de Hogwarts. Había caído por un tobogán, de espaldas, a toda velocidad, tanto que hizo que se le acelera el corazón y le entrara un poco de miedo, no mucho, que no había gritado ni nada, aunque hubiera sido porque el grito se le hubiera quedado atascado en la garganta.

El aterrizaje fue más suave de lo esperado, y la pendiente del tobogán se hizo menos empinada después de recorrer sabe Dios que distancia a toda velocidad. Al llegar abrió los ojos sin reconocer donde estaba, así que, tras apretar a Bubble muy fuerte para sentirse más segura se lo preguntó, y si alguien la escuchaba y se lo decía mucho mejor, pero nadie la escuchó, aunque por lo menos no estaba sola.

Una vocecita de niña, preocupada, se arrodillaba junto a una varita que emitía una luz mortecina perteneciente a un lumos. El uniforme de Ravenclaw, su aspecto, la había visto, aunque no hablado con ella, esa chica era tímida, casi no hablaba, así que cuando la llamó dio un respingo y gritó como si un dementor la persiguiera

- ¡AHHHHHHHHHHHHHH! - Pero entonces se dio cuenta que los dementores no hablaban, y que no la llamarían por su nombre, aun así le apuntó con su lucecita de lumos como si eso la pudiera proteger. - ¿Millie? - Preguntó con timidez mientras se encogía de hombros. Al menos la había reconocido y estaba bajando la varita, aunque no sabía donde estaba. - Me escondía de Hestia Goyle, me quería pegar, y me metí detrás de una armadura. ¿Qué día es? Tengo un poco de hambre

Micaelah no parecía ser de las que hablaran mucho, ni tampoco las que comían demasiado. Cuando trató de tranquilizarla no dijo nada, como si no la creyera, o como si no quisiera hablar, y entonces le dijo - Creo que es miércoles, y esto, creo... que fue... ¿el lunes? No tendrás nada de comer, ¿verdad?

¡Llevaba dos días perdida y nadie la había encontrado! Si levantaba la varita vería que estaba en una especie de almacén donde se encontraba todo tipo de artefactos antiguos, una especie de trastero donde se acumulaban distintos materiales de deshecho de las clases: Pupitres rotos o quemados, calderos agujereados, estanterías con las baldas rotas, incluso un par de muñecos de los que se utilizaban en clase de defensa contra las artes oscuras como blancos. También habían cuadros, pero en blanco y negro, que apenas se movían, como si la ausencia de movimiento los hubiera adormecido. El problema es que no parecía haber puertas, ventanas o trampillas, aunque debía haber alguna manera de salir, porque las cosas no podían haber aparecido de la nada ¿O sí?

Olía a humedad, a polvo, a años de encierro, y no sabía de donde, pero parecía correr algo de aire, que sino estaría mucho más viciado.

Notas de juego

Puedes hacer una tirada de percepción para buscar, o buscar otras situaciones imaginativas ^^

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03/11/2023, 19:43
Millie

¡Hestia Goyle! Esa niña era de lo peor. Millie nunca se había sentido una gallina, pero con ella... Era diferente... Lo mejor era que no te pillara a solas. El año pasado, Hestia la atrapó en uno de los pasillos y la levantó por encima de su cabeza para dejarla colgando de un clavo. Era horrible y muy tonta. 

Al escuchar que Micaelah se había escondido de Hestia, Millie formó una pequeña mueca con los labios. No había nadie que se atreviera con ella, era tan fuerte y bruta y lo peor era que le encantaba fanfarronear y demostrar su fuerza contra los más débiles. ¿Por qué no se metía con alguien de su tamaño?

Es una cobardica... — Se respondió, murmurando para sí misma y soltó un breve suspiro. Pero cuando Micaelah le dijo que llevaba desde el lunes allí dentro, su boca se entreabrió por la sorpresa y sus ojos como platos. ¿Cómo era posible que nadie se hubiera dado cuenta de su ausencia? 

¿Desde el lunes...? Ualaaaaa.... No, no tengo nada... — La niña se incorporó y levantó la varita por encima de su cabeza, intentando ver dónde se encontraba. — ¿Cómo has podido estar aquí tantos días...? Debes estar muerta de hambre... — Dedujo y un escalofrío recorrió su espalda. Si ella llevara tantos días sin comer, seguro que estaría famélica y tirada por los suelos. No podría ni moverse y sentiría sus entrañas licuándose... ¡Que fuerte! ¿¡Cómo podía aguantar!?

¿Sabes dónde estamos? Tiene que haber alguna salida por alguna parte... No te preocupes, la hallaremos juntas... — Le dijo, soltando a Bubble en el suelo para así poder extender su mano para ayudarla a levantarse, mientras su mirada seguía recorriendo lo que el débil haz de luz iba desvelando.

Yo también me he caído por un agujero que había detrás de la armadura. — Le confesó y volvió a coger a Bubble, que continuaba escondida dentro del caparazón. 

Empezó a caminar, recorriendo con la mirada el enorme lugar y comprobando que a simple vista no parecía haber ninguna salida. 

Vio los pupitres, los calderos y muñecos... Había tantas cosas allí, aquello era como la sala de desperdicios de Hogwarts, todo lo que ya no servía la tiraban y olvidaban en aquel lugar. Vio cuadros en blanco y negro y se acercó a uno de ellos que le llamó la atención. Todos ellos parecían congelados, como si estuviesen dormidos, pero en aquel se podía ver a alguien sentado en la orilla de un río, a la luz de la luna. El agua parecía moverse ligeramente, apenas era perceptible, pero sí, había algo de movimiento...

¿Hola? — Llamó al hombre, alzando ligeramente la voz. — Señor, ¿podría ayudarnos?

- Tiradas (1)
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04/11/2023, 13:12
Micaelah Khan

Hestia Goyle, aquello eran palabras mayores, en más de un sentido. La chica no era muy lista, pero todo lo que le faltaba en inteligencia lo suplía con fuerza y crueldad. Quien más quien menos de segundo para abajo la había sufrido, y no discriminaba entre casas, si eras un alfeñique y te cruzabas en su camino sabías que te iba a caer una buena, a no ser que estuviera comiendo, momento en que solo podía concentrarse en las viandas ofrecidas por los elfos domésticos en Hogwarts. Ojalá se metiera con gente de su tamaño, aunque desgraciadamente no había mucha gente de su tamaño. Para Millie era una cobardica, y una abusona, y.... fea y chunga, pero todo eso dejó de tener importancia cuando descubrió que Micaelah llevaba allí al menos dos días, sin que nadie notara su ausencia.

- Es que no he encontrado la salida - dijo la niña en una voz apenas audible, luego se permitió una débil sonrisa y dijo - Ya me pasó una vez en el invernadero, pero allí había agua al menos. No como mucho, la verdad es que no tengo mucha hambre, pero esto es un poco aburrido. 

En la constitución de la niña parecía estar la respuesta. Era menuda, bajita, poca cosa, y seguramente eso era producido porque no comía mucho. Cuando le preguntó donde estaba se encogió de hombros, miró a su alrededor y le dijo

- En algún tipo de almacén, creo. - Asintió cuando dijo que hallarían la salida, pero no parecía demasiado convencida. Había asentido porque no se atrevía a contradecir a Millie, pero se veía claro que la chica no confiaba mucho en que Millie la sacara de esa tesitura.  Millie dejó a Bubble y su tortuga se puso a inspeccionar a su ritmo parsimonioso. No llegó muy lejos, porque Millie la volvió a coger y empezó a mirar por todos los lados, buscando una salida que parecía que no iba a encontrar nunca. La sala era grande, parecía no tener fin, y no tenía señales de haber sido visitada por nadie en mucho tiempo. Hasta los cuadros habían perdido su color y sus protagonistas estaban inmóviles. De pronto Millie vio uno de ellos que se movía ligeramente, un hombre junto al mar, a la luz de la luna. Las olas del mar se movían a cámara lenta, llegando a los pies del hombre, que no parecía darse cuenta de que se estaba mojando. La voz de Millie le hizo girarse lentamente, la miró y se levantó lentamente mientras se acercaba a la niña. La figura del hombre fue creciendo conforme se acercaba a la niña, que se pudo dar cuenta de que el hombre debía estar bastante lejos.

Según se acercaba su figura se iba definiendo, era alto, pero no era un hombre, más bien era un chico, debía tener 16 años, y parecía estar profundamente abatido. Miró a la niña, y en su rostro se dibujó durante un instante una mirada curiosa, que pronto fue aplastada con la tristeza del tono gris del cuadro.

- Hola. ¿Os habéis perdido? - Su voz era lenta, casi como las que salía de un walkman que se había quedado sin pilas - ¿Habéis visto a Clara? Estaba esperando a que me mandara un mensaje en una botella, y todavía no ha llegado... ¿La habéis visto?

Para un cuadro cosas como la vida o la muerte, comer o pasar hambre, no eran tan relevantes. Al menos todavía tenía energías para hablar, y quien sabe, con un poco de suerte les ayudaría, aunque parecía que si no era Millie la que lo convencía no lo iba a convencer nadie, porque Micaelah no parecía capaz de hablar con nadie, ni siquiera con un cuadro.

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05/11/2023, 16:04
Millie

Al ver que la imagen del cuadro se trataba de un chico, que bien podría ir a 5º o 6º, Millie abrió mucho los ojos y se quedó muy quieta, mirándolo fijamente. Se veía tan triste...

¿Clara? — Preguntó finalmente, confirmando el nombre y recuperando un hilillo de voz mientras negaba con la cabeza. — No... No la conozco... ¿Está en uno de estos cuadros? — Su mirada se apartó de él un instante, para recorrer de nuevo la cantidad de lienzos que habían por la sala y volvió a mirarle.

Quizás se haya dormido... ¿Por qué estáis aquí? ¿Sabes dónde estamos? Creo que nos hemos perdido y queríamos encontrar una salida. Este sitio es enorme... — La niña empezó con su batería de preguntas, sin darse cuenta que quizás podía estar atosigando al chico.

¡Oh! Yo me llamo Millie y ella es Micaelah. ¿Tú cómo te llamas? ¿Quieres que busque a Clara? Si necesitas ayuda dímelo... Pero... — Se mordió el labio y volvió a mirar a uno y otro lado, volviendo de nuevo al mar de tristeza que reflejaban sus ojos. — ¿Dónde estamos?

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06/11/2023, 08:40
_Narrador_

El chico del retrato estaba buscando a Clara, pero Millie no la conocía, aunque eso no impediría ayudar si podía, así que le preguntó por ella para ver si podía encontrarla. El muchacho suspiró y negó con la cabeza

- Sí, estaba en uno de los cuadros, o estaba. Tal vez sus colores se hayan apagado para siempre... - La tristeza de los ojos tras el retrato era tan palpable como el marco del cuadro. Tragó saliva y los ojos se le humedecieron, aunque fuera pintado, se veía que estaba realmente angustiado. Con un esfuerzo apartó la tristeza para contestar a Millie - Estamos aquí porque nuestros colores se han apagado. La gente piensa que los cuadros mágicos son para siempre, pero no es así, sus colores se apagan, y cuando lo hacen del todo no podemos volver a movernos, o a hablar, no somos mucho mejor que una pared. - suspiró, aquel no parecía un futuro muy halagüeño para un cuadro - Estamos en el cementerio de los lienzos, el lugar donde van todos los cuadros rotos, los que hemos perdido el color...

Y por lo que parecía muchos cuadros habían perdido los colores. Eso explicaba un poco donde estaban, y porque había cosas rotas, era algún tipo de almacén donde las cosas que ya no se podían utilizar se depositaban para que no molestaran, olvidados, hasta que perdían su movimiento y sus colores definitivamente. El chico parecía cansado de hablar tanto, por la falta de costumbre y le dijo.

- Hola Millie, Micaelah, yo me llamo ... ¿Cómo me llamaba? - el muchacho se rascó la cabeza, angustiado, por no recordar su nombre - Adam, creo que me llamo Adam. - Su rostro se iluminó - ¿Me ayudaríais? ¿Sí? Clara, Clara es la chica más guapa que ha existido y existirá. Es rubia, y tiene una melena que le llega casi hasta las caderas, de sonrisa dulce, ojos azules y la voz más bonita del mundo. Le gusta cantar, pero... Un día se la llevaron de mi lado, sus padres se mudaron, y prometimos mandarnos mensajes en una botella para recordarnos. Siempre cumplió, siempre, pero hace.... ¿Unos años? dejó de hacerlo. - La cara del muchacho se angustió - ¿Crees que me ha olvidado? ¿Crees que sus colores se han apagado para siempre? El marco de su cuadro es de abedul, con unas volutas en la madera que parecen sonrisas....

Micaelah, que había permanecido callada le dijo

- Te ayudaremos, pero, necesitamos salir de aquí.. Tengo sed, un poco, y, me estoy haciendo pis. ¿Sabes como salir del cementerio?

El retrato se rascó la cabeza, incapaz de entender conceptos como las ganas de ir al baño o la sed. Negó con la cabeza

- No sé como salir, y hace años que no veo a nadie vivo por aquí.... aunque.... - el chico compuso una mueca de dolor, y la intensidad de la luna de su cuadro se apagó varios tonos - de vez en cuando, alguno de los fantasmas vienen cuando no quieren que les encuentren, especialmente ese tan pomposo.. ¿Cómo se llamaba? ¿Sir Nicholas von no se qué?

Micaelah tocó el marco y le dijo

- No hables más, buscaremos a Clara, y si ves a Sir Nicholas avísale que estamos aquí. ¿Vamos Millie?

Cuando se retiraron le dijo

- Se está apagando, no podemos dejar que hable mucho. ¿Crees que Nick casi decapitado va a venir? Los fantasmas...no necesitan salir por las puertas...¿Oye, y tu tortuga?

Millie la había abrazado, pero con una cosa y la otra, Bubble había aprovechado para escaparse. La maldita era una Gryffindor de patitas a caparazón, en cuanto había una aventura se lanzaba a por ella.