Partida Rol por web

Entre las flores se acercó la figura de una joven muchacha que te resultaba familiar y de un muchacho un tanto terrorifico. Ambos no podían verte, ¿por qué?

Mm, ahí viene alguien - pensó Shin cuando vio a dos extraños acercandose. Sin embargo aquellos extraños no parecían percatarse  de su presencia a pesar de estar mirando justo hacia donde estaba el.

Muchas veces me han ignorado, pero este es mucho - hace una pausa - acaso no será que me he vuelto invisible sin saberlo, pero yo no puedo hacer eso.

Ves que los dos, aunque mirasen hacía donde estabas tú. No te veían. La chica fue hacia donde estabas y la atravesaste de repente.

¡Mira!,¡mira que rosas azules más hermosas!

Le dice la muchacha a su acompañante.

Este suspira profundamente al ver lo infantil que era su compañera.

Sí, son hermosas...

Le responde con cierta indiferencia reflejada en el tono de sus palabras.

Ahora si me crispa los nervios, no puedo creer que me haya atravesado. Yo no puedo lograr efectos sobre mi propio cuerpo. Aunque quizás... - Shin pensó esto y se dispuso a remediarlo, más que nada quería saber si era su propia magia la que obraba efectos sobre él.

Debo concentrarme - se dijo en tono seguro - estoy aquí, estoy aquí - pensaba para si mismo intentado que su magia obrara como antes lo había hecho.

Shin lo intentaba pero esto no era obra de su magia, sino de algo más poderoso.

Oh...está empezando a llover. ¡corramos!

De acuerdo.

Le dijo a la chica mientras la cubría con la capa y corrían juntos.

Shin se da cuenta de que no está lloviendo.

No, porque no es real.

Shin mira al cielo con el ceño fruncido, nunca en su vida había visto a algo o alguien que superara su talento en la magia. Entre emociones y sustos el joven se dispuso a buscar la fuente que emanaba ese poder.

Tomó unas 4 simples bolitas/canicas (no se como le diran en españa) y las arrojó al ire y, mientras éstas estaba aún suspendidas Shin exclamó: No te quedes atrás, no pierdas el rastro, que la soledad no es la mejor compañía. 

Shin demuestra una total inseguridad al tratar de relacionarse con otros, pero realmente tiene una confianza óptima en si mismo cuando se trata de obrar magia. Es por esta razón que se encontraba confíado en que su magia de búsqueda le indicaría el camino.

Shin estuvo buscando y buscando de donde venía ese poder hasta llegar al pasillo del instituto y ve a los dos jovenes descansando y riendose.

Menuda lluvia...la que nos ha caido... Je je...

Le dice al siniestro joven entre risitas.

Este la toma de la barbilla y se quita las vendas que cubrían su boca hasta besar a la joven. Hasta que, finalmente, desaparecen por completo.

¿En qué mundo me he venido a meter? - se pregunta en voz baja Shin.

En primer lugar huyo de la piscina y después, tengo que huir del jardín. Mejor iré a mi habitación a recostarme un poco...

A penas piensa esto se gira en torno a si mismo y emprende rumbo a su habitación, aunque, a decir verdad, no recordaba donde estaba...

Vas a tener que esperar un rato para que te dé una sorpresa.