El bueno de Gari no se tomó muy bien la broma del enmascarado. ¡¿ABANDONAR LA CIUDAD?! ¿y donde iría? Las zancadas del príncipe sobre la tarima se hicieron más largas y más rápidas, su nerviosismo iba en aumento, y la broma no había rebajado la tensión. ¡No podemos abandonar la ciudad! Grito con voz chillona. Que el príncipe se pusiera nervioso implicaba que todos sus siervos también se ponían más nerviosos. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer?
Enonces vinierón las nuevas sugerencias. ¡SI! Una cabeza de turco eso siempre soluciona todo. ¡Colgaremos a todos esos cruzados de picas a las puertas de la ciudad! Eso saciara las ansían de venganza del conde del valle de nunca jamás.
Erzebet parecía disfrutar con el cariz que estaba tomando la conversación. Sacar a los cruzados fuera de las murallas para que fueran masacrados ahorraría a su padre muchos problemas, o que su padre se encontrara directamente con todas las cabezas empaladas en picas sería mucho mejor. Además, luego ella podría enorgullecerse de haber facilitado tal desenlace.
Como bien a expuesto el pope y el caballero, una masacre llamaría la atención de todo el mundo, y de señores de la noche importantes1. Tanto si fuera de cruzados solamente. Dijo prestado especial atención a Mario, que había sugerido este punto, y Erzebet que disfrutaba con dicha sugerencia. O si fuera masacrada toda la ciudad. Dijo mirando al príncipe. El derramamiento de sangre debería de ser la última opción, la sangre es un bien preciado y no debe malgastarse. Al igual que los mortales no riegan la tierra con vino, nosotros no deberíamos de regar la tierra con la preciada vitae.
El pope esta en lo correcto, deberíamos de establecer una reunión con el señor del Valle de Toht, puede que hablando solucionemos este entuerto. Dijo mirando con severidad a la joven Erzebet. A buen seguro tengo, y no soy un experto militar, que ningún señor movilizaría a sus huestes es invierno. Si vuestro padre quiere atacar la ciudad, lo hará cuando las nieves de las montañas comiencen a derretirse. Eso dará tiempo para una negociación.
1-Pequeño apunte histórico. La Camarilla se fundó oficialmente en 1493, la aventura transcurre en 1183. Aun no hay camarilla ni ninguna de sus instituciones como los Justicar. Tampoco existe el Sabbat, aun no se han producido las revueltas Anarquistas y ni el ataque contra el antediluviano Lasombra en Sicilia.
No hace falta que modifiquéis los mensajes, es de cara a subsiguientes post.
El tiempo pasaba y Gari seguía paseando nerviosos, parecía que la idea de Vikos no terminaba de convencerle
Señor. Si me permite, tratare de negociar con ese voiboda. Mi viaje me lleva cerca de esas tierras.
-Ilustrísima, ¿no sería quizás interesante enviar a alguien... más neutral, a la negociación? Lo ideal sería que vos pudiéseis negociar directamente con el voivoda, claro. Con vuestro ingenio podríais a buen seguro hacerle entrar en razón-, deslizó Enzo mientras reprimía una risilla macabra. Casi golpea con un leve codazo cómplice a Erzebet.
Casi.
-Mas la ciudad os necesita, ahora más que nunca. Si enviáis a Myca, su talento fuera de toda duda, le pondréis en peligro por su mera afiliación con vos. Quizás alguien juicioso como el sacerdote, aquí presente. Quizás alguien diestro con la espada, como estos dos caballeros. Quizás alguien dotado de erudición, como este monje... Y quizás, alguien discreto, como un servidor-.
Encontraba la situación algo absurda y divertida en sí misma, visto el nerviosismo galopante de Gari. Pero ganarse el favor de un Príncipe siempre era buena cosa en las noches de la Guerra Santa.
Tirando de politiqueo para engancharnos a la trama. ALRIGHT!
¡Francesco, pase al hueco! ;D
¡Bien, bien, bien! Comento Gari con brillo en los ojos. Lo mejor será mandar una gran comitiva, entre mayor sea la comitiva más posibilidades de triunfo. ¿No es así? Mañana partireis TODOS a ese mal logrado valle de nuca jamás. Creo que esta es la mejor opción.