Partida Rol por web

Me porto todo lo bien que puedo en la comisaría mesopotámica. Si no podemos ni hablar entre nosotras, esperaré mejor ocasión. Estoy deseando que me atiendan los servicios médicos y recuperarme de las heridas. Pero claro, Dios tiene otros planes para mí.

... mientras que Deirdree solo le produce molestias la manipulación.

Me quejo del dolor e intento que me dejen curarme a mí misma. Imagino que la respuesta es que guarde silencio y que me quede quieta (Aquí todo lo arregláis guardando silencio) y después de porfiar un rato me tranquilizaré y me sentaré murmurando, que no quiero montar un escándalo. 

Después las meten en una celda a las dos...Pasa un tiempo indeterminado...

Unas horas estupendas para descansar y charlar con Lyss. El trato a los detenidos y la atención médica son una birria, pero mira, aquí ya nadie nos molesta. 

Cuando aparece Goriel en la sala de interrogatorios, le dirijo una mirada glacial de reproche, pero no tengo intención de decirle nada (ni siquiera respondo a su saludo). Me duelen las heridas y cuando por fin me quita las esposas sólo me muevo para adoptar la postura que le resulte menos dolorosa a mi cuerpo, ignorándole por completo si esperaba agradecimiento.

...por si quieren rezar por el alma de esas dos personas srta Rawlins, porque ha sido su arma quien lo hizo...

 Pues si fue el revólver, que rece él. Dos perros menos. Sigo mirando a Goriel con la misma actitud.

...le espera una larga condena en uno de nuestros campos de reeducación en donde lograremos hacer de el un buen creyente. O morirá en el intento…

No lo siento en absoluto por él. Y eso que tengo entendido que esos campos son aún más duros que las colonias penales.

Pero aquí permanecerán hasta que alguien se haga cargo de ustedes...

¿Pero qué demonios dice de hacerse cargo de nosotras? Este estirado levita debe pensar que somos niñas o algo peor... Aquí a Deirdre ya le cuesta mucho mantener el silencio porque desea decirle un par de frescas al Inquisidor (fresca, en idioma de Deirdre, frase insolente). El rostro de Deirdre se congestiona por la ira contenida pero resiste y no pronuncia ni una palabra.

Mareska consiguió huir del transporte que la transportaba a una prisión fuera del planeta.

- ¡Por todos los demonios del infierno!- Y Deirdre explota brevemente, no ha podido aguantar más sin hablar. Dicho esto, sigue escuchando a Goriel con cara de pocos amigos (el cual imagino que la reprende con la mirada y continúa hablando). Lo cierto es que la noticia no la sorprende demasiado, lo ve hasta lógico. Lo primero, la muy zorra se pone a salvo, siempre se le dio muy bien corromper a los de su alrededor. Lo he visto durante meses en la Colonia 3. Después lanza sus jaurías sobre nosotras. Por eso me quería con vida. Yo sé donde está Park, Mareska aún no. Pero no tardará en averiguarlo... Deirdre está muy preocupada y le cuesta escuchar hasta el final al Inquisidor sin intervenir.

...no tardara mucho en venir alguien aceptable para transferirle la custodia y que pague la fianza.

¿Aceptable para quien? ¿Y que paguen la fianza? ¿Pero es que nos van a comprar? De todas formas, estos pensamientos indignados dejan paso a lo esencial y Deirdre empieza a hablar muy deprisa, en un tono de súplica que creía absolutamente imposible que fuera a emplear hace sólo tres minutos:

- Inquisidor Goriel, deme permiso para avisar a Park. Sólo necesito acceso a un transmisor, por poco tiempo. Ella es buena persona, no merece que esos animales la maten- la voz de Deirdre suena débil porque tiene un nudo en la garganta- Se lo suplico... Tiene que ayudarla- la mujer junta las manos en un gesto de implorar y con los ojos húmedos- Ya sabe cómo son esos criminales. No puede permitirlo... Park salvó mi vida y aquí estoy yo sin poder hacer nada por ella salvo suplicar a esta roca de granito sin corazón.

Si Goriel se marcha sin hacerle caso, Deirdre se derrumba sobre la mesa y romperá a llorar (vaya vida, esta chica se va quedar sin lágrimas).

Tras las jornadas que Deirdree llevaba, violencia, encarcelamiento, primeros auxilios ineficaces y con un callate por respuesta a sus protestas los nervios estaban a flor de piel.

Cuando lanzo el exabrupto al enterarse de la fuga de Mareska, Goriel le lanzo una mirada gelida que nada transmitia.

Ante su petición arqueo un poco las cejas.

-Señorita Doyle los servidores del profeta no estamos para satisfacer sus caprichos ni salvar la vida de las abominaciones como la doctora Park. Petición denegada, creo que olvida que esta detenida.

Deirdre se derrumba y ante ello salta enfurecida Lyss, levantandose de la silla y arrojandola hacia atras.

-¡Es usted un monstruo!, caerá sobre su conciencia la muerte de una buena persona.

Goriel no se inmuta en lo mas mínimo, apaga la tablet y se pone frente a Lyss que es obvio que le cuesta contenerse. Detras de ellas la puerta se abre con cierta premura aunque los pasos que se escuchan son parados a un gesto del inquisidor,

-Una persona no, una abominacion. Yo no soy uno de esos sicarios señorita Rawlins podría descubrir que soy mucho mas dificil de matar.

Y la sostiene la mirada durante unos instantes.

Lyss parece apaciguarse, la fama de estos insquisidores trasciende Espejismo.

-Ocurrirá lo que Ur designe-dice por ultimo Goriel.

Después sobrepasa a las mujeres y sale por la puerta. Unos guardias les vuelven a engrilletar y las llevan de nuevo a las celdas.

Deirdre lloró durante poco tiempo. Cuando llegaron a las celdas, se secó las lágrimas con el dorso de la mano y se sentó en su camastro. Parecía agotada, quizá algo ausente. Pasaron un par de minutos y Lyss casi se sobresalta cuando su menuda compañera empezó a hablar, en un tono calmado y lento poco habitual en ella:

- No me rendiré, nunca - Deirdre no parecía hablar con nadie en concreto, pues miraba a una pared, y Lyss la miró arrugando la frente. Deirdre giró la cabeza hacia ella y continuó su monólogo - Lyss, yo no soy buena... Antes de que me capturaran en Corben tuve la oportunidad de escapar con Vogel (alguna vez ya ha contado a su amiga lo de este individuo) pero no soportaba la idea de estar libre pero junto a un ser tan despreciable, así que me dejé apresar. Estuve una hora, creo, llorando al lado de los cadáveres de buenos viajeros, y soldados. Todo eso fue culpa mía, en gran medida. También traicioné mis principios al traicionar a un hombre honesto que me gustaba. Le engañé, le ataqué, le amenacé y hasta le seduje. Le condenaron por mi culpa, destruí su vida y su carrera por egoísmo. Suboficial Randall Ottson, aún le recuerdo bien. Cuando me trasladaron a Espejismo, había caído en una profunda depresión. Mis culpas no me dejaban dormir, ni vivir, así que estuve intentando autodestruirme durante meses, consciente o inconscientemente.

Deirdre hace una pausa y se recuesta en su camastro. Parece a punto de quedarse dormida, pero sigue hablando despacio con voz muy baja a Lyss, sentada a su lado, que la escucha pacientemente.

- La Doctora Park me salvó. Es la mujer más noble que he conocido en mi vida. Me dio un propósito, una meta. Todo el mal que hice ya no tenía remedio, pero podía redimirme si cambiaba. Podía dedicarme a ayudarla en la enfermería; había una infinidad de reclusas que necesitaban nuestra ayuda. Incluso dedicándonos en cuerpo y alma a esa tarea, no podríamos salvar a todas. Pero no podíamos rendirnos, jamás. Park me insufló esperanza cuando ya no me quedaba nada. Deirdre hace una pausa y cierra los ojos, cada vez habla mas bajo. Sonríe cuando prosigue su discurso. Entonces apareciste tú, era como regresar al pasado cuando era feliz. Al estallar el motín supe que debía hacer todo lo posible por ayudarte, no importaba el peligro. Nueva pausa de Deirdre, que deja escapar un débil bostezo. Justo antes de dejar el presidio, me despedí de Park y lo último que me dijo después de abrazarnos fue "Ahora puedes cumplir tus sueños, ya sabes cuál es el camino recto a seguir. Nunca te rindas". Por el mismo motivo por el que te ayudé a ti, debo intentarlo con ella... Nunca te rindas...

Deirdre deja de hablar y Lyss se da cuenta de que su amiga se ha quedado dormida. Está claro que para ella los dos últimos meses han sido como una montaña rusa de emociones; de la prisión a la libertad, reencuentro con ella, la Ithaca esperando en algún sitio, ahora pelear para salvar la vida, la amenaza que se cierne sobre Park... Lyss le da a Deirdre un beso en la frente y después se recuesta en su propio camastro. También ella está al límite de sus fuerzas.