Tirada de Protagonista
Motivo: Sigilo
Dado principal (1d6): 2 = 2
Dado salvaje (1d6): 4 = 4
Total: 4 = 4
Dificultad: 4
Resultado: Exito
Tirada de Protagonista
Motivo: Pelear
Dado principal (1d8): 6 = 6
Dado salvaje (1d6): 4 = 4
Total: 6 = 6
Dificultad: 4
Resultado: Exito
Tirada de Protagonista
Motivo: Disparar
Dado principal (1d8): 5 = 5
Dado salvaje (1d6): 5 = 5
Total: 5 = 5
Dificultad: 4
Resultado: Exito
Tiro sigilo para salir de la estancia cuando entren los asaltantes, para ir al módulo exterior
Tiro pelea y disparo x si los tengo q utilizar...
Con una lentitud que le exasperaba, Markus se dirigió a la esclusa de entrada al clausurado Modulo de Descompresión, con un sentimiento agridulce, pues veía la posibilidad de huir, pero por otro lado condenaba casi con seguridad a sus compañeros, a los que quedaran con vida: — Si es que queda alguno...
Nadie había contestado a sus ultimas preguntas, así que intuyó que el foco de la atención de los asaltantes había virado hacia algo que estuviese sucediendo allí: aquello que había disparado el sistema de alarma. Era el momento de irse, ahora o nunca. Y así hizo: con manos diestras, modificó el cuidado sistema de seguridad de la esclusa para que cuando su mini-submarino se liberase, no cerrase aquella sección. Eso provocaría, no solo la anegación de la sala, si no su destrucción, cuando la elevadísima presión del fondo marino irrumpiese en aquella sala con presiones de superficie.
Y así ocurrió, cuando puso en marcha el submarino, abriendo el canal de comunicación y enviando la señal SOS de forma cíclica, repetida. Con manos inexpertas, pese a conocer mas o menos su manejo, Markus fue alejandose poco a poco de la Estación verne, con un nudo en el estómago. Antes de perderla de vista, se giró en la cabina para observarla por última vez, con ojos llorosos. De pronto, con cierta sorpresa, vió como el Módulo 505, desacoplado completamente a esas alturas, explotaba con un fogonazo engullido por la tranquila negrura abisal:
— Vaya, parece que al final el navy seal y la doctora se las compusieron para eliminar aquella información que se decía tan valiosa... — pensó, con una sombra de pena, pues era consciente de que, si no habían muerto por ello, aquellos terroristas no tendrían prebendas para acabar con su vida por ello.
Poco a poco, y tras media hora de que el submarino fuera remontando, y Markus estimó que debería quedar poco para llegar a la superficie, pero algo estaba fallando, y fue entonces cuando fue consciente que, de algún modo, había equivocado las medidas de ruta. El sudor empezó a empaparle la ropa y el pelo, cuando fue consciente de que las reservas de oxígeno en aquel pequeño submarino eran exiguas. Pero todo era confuso allí abajo, costaba hasta saber donde estaba incluso la superficie!!
Cuando las reservas de oxigeno se empezaban a agotar, y la sensacion de mareo iba creciendo en el ruso por la sensación de asfixia, un piloto empezó a pulsar en la consola de mandos: alguien parecía contestar a su SOS. Se disponía a contestar, cuando la negrura de la inconsciencia le reclamó para sí...
Bueno, pues ahí te dejo, con la incertidumbre!! xDD
Espera al epílogo que vendrá ahora, cuando resuelva el turno de Antonio!! ;)
La suerte estaba ya echada: lo que estuviese haciendo la doctora Mellows había disparado la alarma, y no había tiempo que perder. Un gruñido de frustración ante la puerta de la Sala de Computación del Modulo 505 fue lo unico que se permitió el navy seal antes de lanzarse a preparar lo que pensaba, podía única posibilidad de huida: escondió los cuerpos de los dos guardias abatidos en los Laboratorios Pricipales, y, dejando abiertas las puertas de acceso a ellos, abrió así mismo la puerta de acceso al recibidor, y se escondió en la esquina, esperando que los asaltantes entraran en tromba hacia el laboratorio abierto, permitiéndole una mínima posibilidad de huir hacia la Sala de Conexión Exterior, y desde ahí, al ascensor que sería su salvación.
Lo primero que falló en su plan fue que, una vez abierta la primera de las puertas, la que daba a la Sección Central, unas granadas de humo entraron rodando a la Sala de Acceso en la que se encontraba él, seguida por los punteros rojos de varios subfusiles de asalto. En un primer momento, Antonio lo tomó como algo bueno, pues el humo le podria valer de cobertura para irse, pero despues recordó las máscaras, unas mascaras que había cometido el error de no coger. Serían granadas de gas lacrimógeno. Bueno, no todo estaba perdido, su instrucción le había enseñado a lidiar en parte contra aquello, así que se tapó con un la manga de la "bomber" cara y ojos, y empezó a contener el aliento, mientras el dañiño gas iba llenando la estancia:
— Pasos!!! — pensó, recuperando parte de la esperanza, pues si tardaban mucho mas, el gas le haría toser descontroladamente, mientras los ojos, ahora cerrados, le abrasarían, sin permitirle ver.
Abrió ligeramente los ojos, cuando tres asaltantes entraban en la sala, cubriendo las tres direcciones que debían. Aunque en un primer momento el que cubria su parte parecía no haberlo visto, enseguida empezó a gritar algo en árabe, mientras le apuntaba con el arma. Antonio disparó primero, abatiendo al terrorista, que, mientras caía, disaparaba hacia el techo. Mientras el navy seal giraba su arma hacia otro de ellos, una bala le impactó en una pierna: — Ratatatata!! — El segundo terrorista caía al suelo, completamente inerte, pero el tercero alcanzó otras dos veces a Antonio, que no pudo evitar coger aire por el dolor, y doblarse entre espasmos cuando el gas penetró en sus pulmones. Sus brazos perdieron fuerza, y el subfusil cayó al suelo con un golpe sordo. El agente, antes de que la negrura le acogise en su seno, lo último que vió fue a aquel tercer terrorista acercarse a él, apuntandole con su arma, y gritandole cosas que no entendía, en arabe.
El ultimo pensamiento de Antonio Rodriguez fue hacia la doctora Mellows:
— Espero que todo esto haya merecido la pena...
Entonces, como respondiendo a su muda petición, y antes de perder el conocimiento, una sorda explosión llegó desde el pasillo norte. Una breve sonrisa se dibujó en la cara del navy seal: al menos la doctora lo había conseguido.
Tirada de Protagonista
Motivo: Sigilo Antonio (Beni)
Dado principal (1d6): 1 = 1
Dado salvaje (1d6): 4 = 4
Total: 4 = 4
Dificultad: 4
Resultado: Exito
Tirada de Protagonista
Motivo: Notar Asaltantes
Dado principal (1d6): 5 = 5
Dado salvaje (1d6): 5 = 5
Total: 5 = 5
Dificultad: 4
Resultado: Exito
Tirada de Protagonista
Motivo: Disparar Asaltantes
Dado principal (1d6): 5 = 5
Dado salvaje (1d6): 2 = 2
Total: 5 = 5
Dificultad: 4
Resultado: Exito
Bueno, tio, mala suerte!! Pese a haber usado por tí el Beni, han superado tu tirada de Sigilo!! El resto, sumado a la bomba lacrimógena, no era complicado de suponer... Aun así, bien jugado!!
Espera al epílogo, que colgaré en un rato!! ;)
— En este dia, se cumplen 25 años del accidente que acabó con la vida de 16 personas en la Estación Subacuática Verne, en lo mas profundo de la Fosa de las Marianas. Un triste revés para la Asociación Mundial Científica, que estudiaba allí la posibilidad de cultivo de un alga con alentadoras posibilidades como único alimento elevadamente nutritivo que podría combatir el hambre a nivel mundial... — rezaba el presentador en la tele de plasma donde unos ojos cansados la observaban con tristeza, pese a los años pasados desde entonces.
Como hacía todos los años desde entonces, Markus Popov, ahora Vlad Tchakisnky, electricista retirado en Dunedin, Nueva Zelanda, se tomaba una cerveza frente al mar, hacia donde suponía que se encontraba la profunda tumba de sus compañeros, y de su antigua vida. Un pesquero neocelandés le había encontrado flotndo en mitad del océano, despues de que el ruso, desesperado, hubiese proyectado su asiento de aquel minisubmarino, aguantando las ultimas briznas de aire que quedan en la nave. Llegó a la superficie vivo, pero casi asfixiado e hipotermico...
Pero eso era ya historia. Le habían dado por muerto, y oficialmente su tumba era aquella Estacion Verne que, por lo que vió en las noticias, nunca mas se reabrió. Hubo rumores de un asalto, pero fueron acallados rapidamente, y la versión oficial hablaba de una explosion fatal frente a la que nada pudieron hacer sus tripulantes.
La cerveza se elevó de nuevo en un brindis imaginario, con el viejo Markus Popov brindando con sus compañeros caídos, allí, frente al oceano Pacífico, mientras las gaviotas sobrevolaban la playa en aquel dia de otoño...
Bueno, pues Popov sobrevivió al asalto!!
Hasta siempre, mozos!!!
Un autentico placer!! ^_^