El marine sentía la adrenalina correr por sus venas, revitalizando su alma y su ego. Era invencible. Imbatible. Era la puta ostia dijeran lo que dijeran los demás. Solo le quedaba una puta barrita de vida pero no le importaba lo más minimo. Aquello era vivir la experiencia al limite y él había sabido aprovecharla como dios manda.
Él solo acabó con todos los enemigos, mientras Elisabeth había quedado paralizada por el horror de aquellas cosas saliendo de esa horrible puerta al infierno. Cuando el último ser se desintegró sintió la vibración del fragmento y como comenzaba a iluminarse, enlanzando su brillo con el de la pulsera LED que decoraba su muñeca.
Como la vez anterior, el portal se abrió delante de ambos, permitiendoos una salida de vuelta a...¿casa?
Os doy un dia o dos para que me digais si cruzais o no. Más que nada porque oye...sois demasiado impredecibles, jejejeje
El marine se vanaglorió de cada salpicadura de sangre, víscera y seso que le cayó encima durante la carnicería. Se revisó la vida por si tenía que darle el fragmento y al ver que aún tenía algo de barra vital sacudió a la doctora.
Vamos, mujer. No ha sido tan terrible. Despierta. Piensa que tu oficinista te está esperando al otro lado del portal. JA JA JA JA- rió con ganas
Cogió a la italiana por el brazo y la lanzó dentro del portal. Por un segundo se planteó quedarse en ese mundo, pero fue solo eso, un segundo. Saltó al interior del portal antes de que este se cerrara. Eso sí, con el rifle de plasma bien sujeto, no fuera que apareciera algo indeseado al otro lado del portal
Tampoco me quiero suicidar matando bichos, aunque puede que lo pensara hace un post JAJAJAJAJA
Te estoy imaginando como lanzas a la dra al portal y no puedo dejar de reirme! xDDDDDDD