Partida Rol por web

Barahime

Llegabas a la reunion y estabas totalmente segura de que habias llegado unos minutos con antelacion pero estaban todos reunidos la unica presencia que faltaba era la tuya, en la habitacion que estaba decorada a corde con los colores del clan Leon y sus aliados, se encontraban todos al rededor de una mesa bebiendo algo de sake mientras esperaban, el sitio reservado para ti estaba junto a un samurai que no habias visto, los demas eran cortesanos, tu padre y entre los cortesanos uno era grulla.

Todos te saludaban con cortesia y esperaban a que tomases asiento para dar comienzo.

Kenshi

Veias entrar a una mujer samurai de cabello corto y negro y vestida con los colores del clan León, era la ultima persona en llegar a la reunion, no la conocias, todos la saludaban, la reunion estaba a punto de dar comienzo.

Me fijo en como entra la chica de pelo corto. Por su vestimenta, la reconozco como un samurai, aunque era la primera vez que veia a una mujer con mi categoría, ya me habian comentado que existian en nuestro clan, pero no prodigaban mucho. Por sus rasgos podia preveer que debería saber combatir y conocer bien el arte de las armas. Al ver que se sienta a mi lado, me pongo algo nervioso. Retiro mis dedos de encima de la mesa y los coloco encima de mis piernas. No paraba de jugar con los dedos, y no quería mostrar nerviosismo. Parece que sería mi primera mision realmente importante y no quería causar mala impresión.

Cuando la tengo al lado, me fijo que es mas bella de lo que parece. De vez en cuando no podía evitar echar una mirada a esta dama, si la podia decir asi. Me hago una autoreflexion de que no estoy en la posada, y miro hacia el señor Matsu y el resto de comensales, esperando que empiece la reunion.

Al llegar me doy cuenta que sin haber llegado tarde, ya me esperan. Clavo mis pies y saludo con firmeza justo antes de dirigirme a mi asiento y colocar la espada frente a mí, un poco lejos de mis brazos y dificil de blandir. Sé que el gesto de confianza será recompensado, sé también que mi deseo es simplemente contemplarla.

Saludo al joven que asiste junto a mí a la reunión; parece algo cohibido: puedo entenderle. A lo mejor en mi rostro se trasluce que ahora mismo no me apetece estar aquí tampoco. Bienvenido a mi casa Akodo-san,soy Matsu Barahime. No temas.

Con suerte le infundiría una poca de confianza. Con el rostro lo más serio posible esperaba a que todo comenzara.

Encantada de conocerla, Matsu-san. No puedo evitar sonrojarme algo al intentar apaciguar los nervios que me corrian. Pero su presencia me calmaba al cabo de unos minutos. En voz baja, le pregunto: Matsu-san, sabes que puede suceder?

El ambiente de la sala era serio y Matsu-dono no habia empezado a hablar todavía. Impaciente esperaba noticias.

Le devolví la mirada al joven indicándole que desconocía el motivo de nuestra presencia; ante todo sería mejor que no nos llamaran la atención por no estra lo debidamente concentrados. Sin duda pronto saldríamos de dudas. Me concentré en obervar de forma fugaz a los demás de la estancia intentando escrutar las presencia de ánimos y cuanto podía, tal vez esperar de ellos.

Espero a que comiece la reunion y me intento tranquilizar.

El silencio se rompia con la voz del señor del castillo, Matsu.

-Estamos hoy aqui como una ocasion excepcional para llevar un suceso de forma pacifica, un suceso que incumbe al clan Leon y al Grulla.- Entonces dio paso a las palabras del cortesano Grulla.

-Recientemente una caravana de mercancias Leon ha sido asaltada en nuestros territorios, lo que lleva a pensar que hemos sido nosotros debido a la rivalidad entre nuestros clanes, pero mi presencia aqui como rehen politico representa mi voluntad de que no ha sido el clan de las artes el que ha agredido al clan de la guerra.- El grulla acabo y uno de los cortesanos Leon siguio.

-Por eso hemos aceptado mandar a dos de nuestros samurais a investigar la caravana y comprobar si es cierto que el clan grulla ataco o no, vosotros dos, Matsu Barahime-san y Akodo Kenshi-kun.- El silencio duro unos pocos segundos y Matsu hablo de nuevo.

-Si teneis preguntas o peticiones hacedlas ahora o podemos dar vuestro encargo como iniciado.

Al final se nos revelamos un posible incidente político. Sin duda o la confianza tendría que ser demostrada o el resultado había sido prefijado. De todas maneras me alegraba saber que el clan contaba con que sirviera en un asunto que aunque rutinario era delicado.

Honraremos nuestra tarea, si no se considera que debamos partir con más información que la ya recibida es que no la necesitaremos. No pediremos cosas inútiles. Ya estamos preparados para irnos en cuanto se nos indique.Las palabras las decía firme y con el cuerpo recto, aún xuando agachase la cabeza desprendiendo obediencia; como debía ser obediente y firme. En cuanto a cualquier documento que nos acredite la naturaleza de  nuestro viaje...para poder utilizar las rutas más rápidas

Me levanto de la silla y asintiendo con la cabeza: Acepto la mision sin problemas. Sera todo un honor encargarme de ella. Me vuelvo a sentar a la espera que me indiquen que me puedo retirar, junto con Matsu-san. Creo que no necesitamos mas informacion. Ya encontrariamos las pistas necesarias, aunque si se era algo que incunbia a un riesgo politico, eso se tornaba mucho mas delicado.

-Aqui teneis unos documentos que demuestran vuestra identidad como nuestros campeones para este asunto.- Dijo el cortesano Leon mientras sacaba unos rollos y os los entregaba, uno para cada uno.

La reunion acababa y todos se iban marchando despues de saludar respetuosamente excepto Matsu que mira a Barahime y la espada que esta habia traido, la cual estaba bastante decorada.

-¿Porque traes esa espada Barahime?- Pregunto el hombre intrigado.

Me es muy preciada. Además la llevaba conmigo cuando me encamine a la reunión. Mi respuesta aunque claramente lacónica daba a entender que no me apetecía hablar de la historia de la espada. Aún sintiéndome orgullosa de su posesión.

-Entiendo deberiais emprender vuestro viaje ya.- Dijo Matsu.

Nos vamos Matsu-san?- dirigendome a mi compañera y recogiendo mi espada, y colocandomela en la cintura. Ya tenia ganas de emprender esta nueva mision. Por momentos me sentia importante, aunque la prudencia seria mi arma.

Se había dicho practicamente todo.Enseguida partimos Matsu-sama. ¿Iremos a pie o montados?. No es relevante realmente. Miré a mi compañero durante un momento. En seguida recojo mi bolsa furoshiki, no necesito mucho más que lo que cabe en ella y las armas que recibí de mis ancentros. Tenía ganas de partir cuanto antes. A pesar de no querer abandonar realmente el castillo en esos momentos sentía que lo mejor era alejarme ya antes de que las emociones se entrometieran.