Partida Rol por web

Pel observó como tras la petición de Valtarn, sus compañeros juraban en idiomas más o menos comprensibles. Valtarn era un Enano que suscitaba una sobriedad inmediata, hacía difícil el tomarse nada en menos consideración que la seriedad más absoluta. En este caso, Pel se dejo influir por el sobrio Comandante de la Compañía del Trueno.

— Juro que que llevaré a cabo la misión encomendada en nombre de la Compañía y al servicio del Clan Durgis. —

La Enana llamada Michani suscitaba la curiosidad de Pel. Tenía un aura intrínseca que emanaba respeto; era como si el resto de los Enanos del lugar andaran de puntillas a su lado, como si nadie se atreviera a alzarle la voz. había sido así mismo curioso que pronunciara su juramento en idioma Comercial, lo cual hablaba de una baja dosis de estrechez de miras. Alguien como esa mujer era quien necesitaba Pel para aprender ciertos rudimentos del idioma Enano. El título de Maestra del Saber era un indicativo de que ciertas dotes de esa Enana serían seguramente bien apreciadas por Pel.

También dedicó unos momentos a tratar de recordar si conocía la ubicación o se había cruzado con alguien de la tribu a la que pertenecía Keg. Había viajado por Eren central y aunque solía reuir a los extraños, se había topado con gentes de todo tipo. Era algo inevitable si viajabas.

Tras la aclaración de Valtarn, miro al resto entendiendo por fin cuál había sido el problema. No es que hubieran mantenido la discrección, sino simplemente, que su nivel de enano antiguo no había sido suficiente para captar el sentido de las palabras del Dorith, de ahí la confusión que había habido entre los diferentes integrantes.

Lo que sí que me extraño es que Valtarn no viajara con nosotros, aunque por otro lado, entendía que gozábamos de la confianza suficiente para encargarnos de esta misión, y más con la ayuda que había venido que, por cierto, parecían bastante competentes y curtidos.

Cuando el Dorith quiso escuchar un juramento salir por nuestra boca, recordé la primera vez, hace lo que parecía años, allá en Koln, cuando el alcalde nos obligó también a jurar. En esa ocasión, recordándola ahora, me vine un poco arriba, cosa que no iba a pasar en esta ocasión.

Cuando llegó mi momento, dí un par de pasos hacia delante y, llevándome la mano al corazón, empecé a hablar en enano antiguo de una manera más que aceptable Yo, Girolamo Savonarola, juro por mi honor y el honor de mi familia, llevar a cabo la misión encomendada, con todo el empeño posible y poniendo los recursos de que dispongo para ello. Me rasco la cabeza al acabar, encogiéndome de hombros, y cambiando al ereño tanto jurar por el honor. Si fuera de la sombra, juraría de igual manera, pues no tienen honor y les daría igual recordaba haber tenido el mismo pensamiento en la aldea de Koln, pero parecía que las viejas costumbres seguía arraigadas.

Cuando volví a mi sitio, miré nuevamente a todos los integrantes de la expedición, sobre todo en mis viejos camaradas, con los que habíamos compartido una difícil y peligrosa misión, saliendo victoriosos. Ahora, más héroes dispuestos a dar su vida por la libertad se habían congregado allí, suscitando mi curiosidad innata. Solo tendría 3 días para poder hablar con ellos, y otros 3 de vuelta, aunque dudaba que fuera todo tan fácil.

Michani, Pel, Keg, Adam, Barich......todos parecían bastante capaces, y la verdad es que lo agradecía. Si había algún tipo de confrontación, siempre era bueno estar rodeado de curtidos luchadores, además de gente que se veía acostumbrada a vagar por los caminos. 

Cogiendo uno de los lados de la capa que había conseguido, me la puse un poco por encima, perdido durante unos segundos en mis pensamientos. Tras todo este tiempo con esa capa y las botas, había notado algo extraño, no sabía bien cómo explicarlo, pero me sentía arropado por los rebeldes que había luchado contra la sombra, haciéndome más capaz. 

Espero casi hasta el final antes de su hablar. Quería estudiar al resto y ver como se comportaban en el juramento le sería útil. Así que escucho las palabras, pero sobre todo atendió a los gestos de los desconocidos. Como temía, había un par que no le caerían nada bien y otro tanto que le generaban dudas.  Un leve suspiro hondo y sentido se escapó entre sus labios, sacudiendo la dura y áspera barba; varias noches de mal dormir se avecinaban.

Sin embargo, para sí mismo debía reconocerse algo contento; salir de la ciudad a hacer algo de provecho, con las montañas bajo sus pies… Si, quería aquello. Incluso si era en esa compañía, no podía escapar de su sentido de deber ni de los instintos que había desarrollado por casi un siglo.

-Juro cumplir mi misión por el clan Durgis. +declaro simplemente al llegar el momento, mirando al Dorit mientras asentía nuevamente con un cabeceo leve y se llevaba la diestra al pecho con un golpe seco. Esta era la clase de misiones para la que debía dejarlo desde el principio, en lugar de malgastar su tiempo con aquello…

Noche del 12° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 2]

Girolamo fue el primero en cuestionar la complejidad de la tarea, digno y normal de un gnomo, por lo cual el Dorith no le dio importancia y se prestó a responder – ¡Dunkan del clan Durgis! – llamó súbitamente mirando a uno de los enanos que acompañaban a su hijo Gror. Dando un par de pasos al frente, dicho enano saludó al Dorith. – Dunkan, ¿conoces la ruta hasta el puesto comercial y al propio Rendel? – le preguntó con firmeza, a lo cual aquel explorador simplemente asintió diciendo – así es mi señor, he estado allí una vez hace algunos años, al gnomo se le conoce bien en la zona –. Con ello, el tema quedó zanjado, al menos por parte del Dorith. Del tema de las necesidades del paquete, el Dorith hizo caso omiso, no iba a darles privilegios a aquella gente, si tenían que mear, que mearan como se ha hecho desde la antigüedad y ya está. Al menos ese era su pensamiento.

A Michani, el Dorith le respondió con mucha mayor cortesía, pues para el clan era un privilegio tener a una poderosa enana entrenada en Calador. A la par, probablemente no volvería a ver a nadie así en lo que le quedaba de vida. Y por ello, el Dorith ya tenía sus propios planes; si su hijo Gror iba a ser el señor de la Roca, aquella enana era lo que necesitaba para gobernar con sabiduría. – Lamento no poder dar una respuesta digna. Desconocemos el número de viajeros, pero esperamos y creemos que serán muy pocos. Igualmente desconocemos su carga – le dijo a Michani con una amplia sonrisa y respeto en el lenguaje antiguo de los enanos.

Wendell, un miembro ya formal de la compañía del trueno liderada por Valtarn tomó la palabra en un nivel de dominio de la lengua enana tan malo, que Woden le habría echado a patadas de no ser porque aquello no era conveniente en aquel día. Respondiéndole, simplemente le dijo de forma seca – es un viaje de tres días, Dunkan conoce el camino mejor que nadie – aunque eso no era realmente cierto.

Fue en aquel momento cuando Valtarn tomó la palabra para explicar a sus hombres la misión, pues justamente muchos no entendían la lengua de los enanos, y menos la hubieran entendido si hubiesen estado hablando en la lengua del clan Durgis. Por ello usó la lengua del comercio, que era conocida para la mayoría, aunque quizá no a un nivel necesario. De cualquier modo, para eso estaban Girolamo o Arvin, aunque este último no se encontraba allí, había estado enfermo durante el viaje y Valtarn había considerado un insulto el llevarlo hasta allí en un estado deplorable. No darían la imagen de héroes que todos esperaban de ellos. De los nuevos, poco sabía Valtarn, tanto Pel, como Keg, Adam o Barich le eran reclutas desconocidos, pero aún así, tendría que jurar y servir en la lucha contra la sombra.

Y tras esto, empezaron los juramentos. Así, juraron Wendell, Barich, Michani, Keg, Ulfrin, Adam, Pel, Girolamo, Dainn y finalmente Durghall. El Dorith estuvo contento de que así fuera, pues con eso podría quitarse, al menos de momento, el problema que generaban aquellos visitantes lejanos. Aunque una vez que llegasen, si que sería un problema que no llamasen la atención y causasen un revuelo en la ciudad. Si algún enano traidor del clan Drumlen se movía entre ellos, la historia correría velozmente hasta los oídos de algún legado.

Saliendo de sus pensamientos, Woden volvió a las últimas palabras de Wendell y a sus propias intenciones. – Todo ya está planeado. Partirán en tres días al amanecer. Dunkan será su guía y llevarán con ustedes provisiones suficientes para un viaje ligero de tres días. A la par les daremos algunos minerales para que puedan intercambiarlos por provisiones para el viaje de regreso. Dainn se encargará de eso – explicó, haciendo alusión al viejo enano que también iría con ellos.

Entonces, sin más espera, el Dorith soltó una bomba que no gustó nada a Dainn y que a los demás con el tiempo tampoco les haría gracia, e inteligentemente lo dijo todo en la lengua de los enanos. – Gror, hijo mío. Ha llegado el momento de que pruebas tu valía. Tú serás el líder de este grupo. Se que no nos fallarás, el destino de la guerra podría estar en sus manos – exclamó dando un suspiro para luego continuar – Confía en tus hombres, son los mejores guerreros que hay y los gemelos darían su vida para protegerte. Se que Dainn también cuidará de ti poniendo su vida si es necesario – dijo en cierto tono de amenaza. – Pero se que necesitarás consejo. Por eso he invitado a la canalizadora Michani y al propio Dainn en esta empresa, ellos serán tus "consejeros". Escucha su voz y actúa con sabiduría – finalizó el Dorith, hablando aún la lengua de los enanos y considerando que ya había dicho todo lo que había que decir, ahora dependía de ellos.

El Dorith responde de mejor o peor manera a las preguntas que le han estado haciendo, aunque por la expresión del líder, no le ha caído en gracia el pobre manejo de Wendell del idioma enano, por lo que le susurro al ereño en la lengua del comercio:

 - "Mejor habla en la lengua del comercio y usa lo que has aprendido de antiguo solo para escuchar, por lo menos hasta que lo mejores."

Aquel enano parece ser alguien menos paciente y sabio de lo que esperaría de un líder, quizás por eso es que nunca he querido acercarme a las conglomeraciones de los clanes, donde debes arrodillarte ante inútiles o crueles solo porque su sangre lo indica. La vida en mi aldea era mucho más simple.

"Pero ahora, en la Compañía del Trueno, supongo que debemos lidiar con estas cosas para servir bien en la guerra contra la Sombra."

Las palabras continúan y me queda claro que iremos solo un grupo seleccionado, que incluye a aquel guía que parece ser reconocido y a la mujer, que inspira calma y sabiduría. Lamentablemente Valtarn no irá con nosotros y eso no me agrada mucho, pues es un buen líder de tropas y su ayudar sería valiosa.

Entonces finalmente me queda claro, por lo que dice Woden, que será Gror el que nos lidere. Según lo que hemos escuchado, el hijo del Dorith no es un tipo digno, sino más bien un estúpido, por lo que todo esto no parece ser más que una estrategia política para que la corte acepte al "heredero" después de una misión peligrosa que otros harán por él mientras solo se dedica a pasear y ser protegido. Miro a Gror, inquisitivo, para juzgar por mí mismo si es que es un enano de respeto o si será el nuevo Hamil del grupo. Supongo que tendrá oportunidades de ganarse nuestro respeto, solo espero que las utilice bien.

Wendell asiente con su cabeza al mensaje de Ulfrin, dándose cuenta de la sabiduría de su consejo mientras observa la extraña asignación de cargos. Pese a no ser demasiado ducho en los entresijos de la jerarquía enana es consciente que el líder del grupo, probablemente, no sea la mejor opción para liderarlos, pero no por eso piensa dejar de cumplir su parte.

Con todo, sin saber de las capacidades de quienes serán sus compañeros, o por lo menos algunos de ellos, propone, esta vez en la lengua del comercio que espera que todos sean capaces de entender - Si la salida está prevista para dentro de tres días, quizás debamos aprovechar parte de ese tiempo para conocernos -

El defensor es consciente que es la primera vez que llegan a una población medianamente estable y quizás Girolamo desee aprovechar para trocar las mercaderías que han trasladado de un lado a otro, en su carreta, durante los últimos meses, pero sospecha que, pese a todo tendrán algo de tiempo libre - Y por conocernos no hablo de saber que prefieren comer, sino de como prefieren eliminar orcos o caídos - agrega como al pasar - O que capacidades tienen que puedan ayudar a conseguirlo - 

El Ereño no se considera ni un líder ni un gran estratega, pero no le impide saber que conocer las fortalezas de sus compañeros es algo tan importante como conocer las debilidades de sus enemigos.

Para Dainn fue ciertamente como si le hubieran escupido en la cerveza o tirado la marmita justo antes de servirla. La cosa ya de por si parecía extraña y complicada, pero al menos tenía una idea de cómo organizarse por anteriores viajes con agentes rebeldes y refugiados; y el detalle de que tendrían para negociar no estaba nada mal, era mejor no depender exclusivamente de raciones o de las Karadun para alimentar un grupo tan grande.  Aunque extrañamente no había visitado las cascadas (porque pensaba no había lugar en las montañas donde no hubiera estado), tenía una idea general de donde se encontraban y eso era suficiente, además que llevarían un guía que si conocía la zona. Hasta ahí la misión tenía una dificultad moderada.

Entonces caía la piedra de lastre; el "heredero de Durgis" sería su líder. De haber estado a solas, se habría jalado la barba y dado una patada a las rocas más cercanas. Pero todo lo que hizo fue llevarse la diestra a los ojos y luego pasarla hacia su calva marcada con fuerza, dejando que la tensión llevase su frustración, a la par que un gruñido apagado surgia de sus labios.

-Gragh...

El, por supuesto, debía de ser su niñero, aunque por esta vez sería un deber compartido. Despues de aquella amistosa advertencia del Dorit, intercambio una mirada con esa mujer, Michani, aun con expresión de disgusto en las facciones. Con los ojos le indico hacia un aparte, pero con la mano alzada añadio que después. Tendrían que ponerse de acuerdo entre ellos... o no… para ver como hacían para aconsejar aquella bestia con barba. Pero la Sombra debía estar riéndose en su cara de ellos.... Heroes, como no. 

El propio Dorith terminó por usar la lengua de comercio para zanjar por si mismo las dudas que se planteaban. Después de todo parecía que su única tarea sería la de escolta pues tendrían un guía que conocía sobradamente el camino hasta su destino. Pero precisamente en estos tiempo procurar la seguridad del viaje resultaría ser la tarea más complicada de todas. Barich no conocía mucho estas tierras, pero sabía que las fuerzas de la Sombra no escatimaba en recursos para poner fin a los últimos focos de resistencia. Así que no resultaría raro que tuviesen que dar más de un rodeo y, si no quedaba más remedio, luchar para abrirse camino. Por lo menos no tendrían que preocuparse de la supervivencia, pues tendrían provisiones y bienes con los que hacerse con más cuando sea necesario. 

Después de eso, también supieron quién lideraría la expedición. El hijo del Dorith de Roca de Durgis. Barich había podido escuchar algún que otro rumor, pero prefirió mantenerse al margen de habladurías estando en tierras extrañas y sin conocer al objetivo de tales comentarios. Barich tan solo juzgaría a alguien por sus acciones y no por lo que puedan decir otras personas. 

Con todos los detalles cerrados y bien atados, Wendell fue el primero en proponer compartir las aptitudes de cada uno. -Me parece buena idea. Pero podemos hablar de ello en un lugar más apropiado.- Contempló durante un segundo el gran salón en el que se encontraban. -Quizás no vean con buenos ojos que nos quedemos aquí a discutir nuestros asuntos.- Le dijo con un sonrisa amable. Barich también escuchó las palabras de Ulfrin y también pudo ver los gestos de desaprobación por la mera presencia de algunos de los nuevos activos de la Compañía. Por lo que el joven montaraz esperó a que los invitasen a abandonar el salón y así buscar otro lugar en el que poder reunirse. 

Adam agradeció el cambio de idioma para terminar de aclarar el asunto. Así no había posibilidad de equivocación. Lo que le extrañó fue el revuelo que causó cuando dijeron quién sería el lider de la comitiva, al parecer había cierto resquemor por ello en algunos enanos. Intentaría enterarse más tarde a qué era debido, aunque esperaba que eso no significase que la misión en sí era una prueba para el lider y que ellos iban simplemente de caravinas. Tenía mejores cosas que hacer que jugar a la politica enana. Como matar sirvientes de la sombra.

La cosa quedó en un segundo plano momentaneo cuando el tal Wendell quiso saber algo más del grupo en el que estaba, lo cuál lo cierto es que era razonable. Pero no el momento o lugar como bien puntualizó el montaraz.

Sí. Vayamos a cualquier otro lugar. Aquí se nota que estamos de más.

Y se dispuso a seguir a los demás a donde fueran, preferiblemente a algún lugar al aire libre.

A pesar de las palabras del Dorith, en las que claramente solo incluyó enanos para sus palabras, donde otro se pudiera haber sentido ofendido, no fue así mi caso, acostumbrado a sobrevivir en cualquier lugar de Aryth, a pesar de no ser bien recibido en muchos de sus lugares.

Sabía que la sombra siempre los había aceptado, pero a regañadientes, y el resto de los pobladores, bueno, en muchos casos nos trataban como colaboradores de la sombra, siempre bajo sospecha.

Lo que no me gustó demasiado fue la elección del líder. Un líder que no tenía cualidades para ello, solía traer desastres, y eso no me hacía ni puta gracia. Esperaba que sus "niñeras" fueran de otra pasta, y hicieran lo que tenían que hacer. 

Cuando los elegidos nos reunimos, Wendell expuso una necesidad, que era la de conocerse. Cuando se viajaba por las tierras del Aryth tenías que confiar en quien estaba a tu lado, y para ello había que saber de lo que era capaz.

Encantado de conoceros a todos dije habiéndome aprendido ya los nombres de cada uno Mi nombre es Girolamo, por si alguno, durante ese juramento, a mi entender absurdo y fuera de lugar, se hubiera dormido. Si os soy sincero, a punto estuve yo de hacerlo.

El caso es que, si os parece, mientras vosotros habláis de esas cosas, con que sepáis que soy un cero a la izquierda en combate, ya podéis haceros una idea. Eso si, si hay que hablar con esos orcos, sería capaz de hacerlo, y en eso sí que soy bueno. En fin, que quiero decir que yo aprovecharé para ver si puedo trucar las cosas que hemos traído y adquirir algunas cosas. Tres días pasan volando, y aquí, los enanos digo señalándolos con la cabeza, son duros negociantes.

Keg escuchó la respuesta de Wendell con interés y entusiasmo, atendiendo la opinión que el ereño tenía al respecto de usar el idioma de una raza aún si no la manejaba con facilidad. Lamentablemente, a pesar de las buenas intenciones que había tenido el hombre, parecía que la bárbara había acertado en su suposición, escuchando la respuesta que el otro enano, Dulgrin, daba a su compañero. -Bueno, teniendo un maestro enano, y viendo que habrá más enanos en la aventura, tendrás muchas oportunidades de practicar, Wendell.- Repitió de nuevo el golpecito familiar en el brazo del ereño.

Al ver las distintas reacciones que ponían la mayoría de los enanos y algunos miembros de la Compañía del Trueno al saber quién sería el lider de la expedición, sintió mucha curiosidad. Antes de hacer la pregunta, comenzaron a hablar sobre la necesidad de movilizarse a otro sitio para seguir conversando. La ereña se encogió de hombros. -Vamos, cualquier sitio para hablar es bueno, aunque nunca más agradable que alrededor que una fogata y buena comida. ¡Saber que nos gusta comer o no es importante! O si alguna comida nos hace mal en el estómago, pues vamos a estar pasando tiempo juntos y durmiendo juntos.- Explicó. -Soy Keg, se me da muy bien golpear orcos con mi espada. Y también conozco de plantas y flora, mi madre era herbalista y me enseñó desde pequeña. La carne de boro es mi favorita, aunque no siempre puedo comerla... También puedo hablar el idioma de los orcos, pero será para gritarles obsenidades en su idioma antes de cortarles la cabeza.- Continuó hablando mientras caminaba con el resto. ¿Y cual es el problemas con Gror?- Preguntó interesada a los que eran enanos del grupo.

El Durith Woden resuelve las dudas y asiento a su amabilidad al responder a la mia, aunque es el tratamiento normal puedo notar que la falta de un Maestro del Saber en el Clan Durgis le pesa, y ciertamente es una lástima.

Aun pensando en eso me sorprendo al escuchar que su hijo Gror liderará la expedición y cual será mi papel en esta, habiendo oido bastante de la reputación del heredero

"¿Entonces he de ser niñera e intentar meter sentido comun en esa cabezota?" me las apaño para mantener mi expresión serena y asentir cuando se me encarga esa tarea, con un poco de suerte los rumores serán exagerados. Aunque una mirada al otro consejero, Dainn, hace que tenga pocas esperanzas de esto. Asiento a su gesto, desde luego tendrémos mucho de que hablar.

Acabada la reunión es el tal Wendell el primero en hablar proponiendo que hablemos entre nosotros en lengua comercial, eso creo. Entendiendo que formo parte del grupo camino junto a ellos fuera del salón, y aunque no lo entiendo todo si frunzo el ceño ante la falta de respeto del gnomo para con el juramento que acabamos de prestar

-sin honor no...- empiezo en comercial, pero me quedo atascada y acabo en enano antiguo que se que el gnomo entiende -sin honor no esperes vencer a la Sombra-

Dejando eso de lado vuelvo a intentar hablar en comercial

-Michani, canalizadora no pelea. Ayudo curación, magia- el idioma aun me es muy nuevo y me resulta muy incomodo, hay mucho mas que podría decir pero prefiero dejarlo ahí de momento. Y desde luego no extenderé los rumores que me han llegado sobre Gror

Parecía que el Dorith había quedado todo atado tras su larga perorata. Al menos esta vez se había dirigido a ellos en la lengua Comercial, con lo que Pel había captado lo esencial de varios asuntos. No así el que se refería a la figura de su hijo, al que había señalado mientras cambiaba de idioma. Pel no era tonto, y sabía que había alguna intención oculta en ello; pero tras ver algunas de las reacciones de los miembros de la expedición, no fue capaz de atar cabos. El que mandara a su propio hijo a la misión hacía pensar a uno que era algo importante y vital, un acto importante en el que quería ver representada su propia sangre. No le dio más vueltas mientras escuchaba al resto, que por suerte volvía a una lengua que conocía.

 — Estoy de acuerdo contigo, Wendell. Conocer nuestras habilidades hará que nuestro viaje sea más seguro y sin duda fortalecerá nuestros lazos. Ahora que hacerlo en otro lugar puede ser buena idea también.

Por  otro lado antes de partir y por si el Dorith u otro de los presentes puede proporcionarlo, querría poder echar un vistazo a un mapa de la zona. El poder poner a vista de plano nuestra ruta puede ser de mucha utilidad a la hora de planificar jornadas o tomar caminos alternativos de ser necesario. Por otro lado seguro que los Enanos tiene conocimiento de los túneles y cuevas que pueda haber en la ruta. Siempre es bueno conocer posibles refugios. —

Una vez quede claro la disponibilidad de mapas en orden revisar la ruta sobre un plano, o si alguien tiene algo que aportar al respecto, Pel se aleja con el resto de la Compañía del Trueno. Son un grupo peculiar, más numeroso de los que estaba acostumbrado a viajar. El arcano dudaba de la capacidad de discreción del grupo, así que deberían confiar en adelantar exploradores y en la fuerza de las armas si algo se torcía. Una vez en un lugar más privado, Pel se anima a hablar.

— Para los que no me conozcáis, soy Pel. Provengo de un área cercana a Erethor, allá en el oeste y he viajado muchas millas hasta llegar aquí. Pasé mi juventud tutelado por los mejores montaraces que podáis imaginar así que tengo buenas nociones de como sobrevivir a la intemperie, algo de sigilo, conocimientos de supervivencia la naturaleza y geografía además. Soy un excelente rastreador así mismo.

Luego volqué mis energías en un talento mágico que se manifestó en mí, así que poseo algunas habilidades sobrenaturales, entre las que se incluyen restañar heridas y proyectar ilusiones auditivas y sonoras. Se manejarme medianamente en una pelea, al menos en un uno contra uno justo. — Véis como palmea la espada bastarda que lleva al cinto. — No tengo armas a distancia, salvo mi fiel honda y algunas piedras que suelo llevar encima, si bien tengo buena puntería; si consiguiera echar mano a un arco, sabría cómo hacerle cantar.

Conozco muchos idiomas, si bien no el Enano, que espero aprender de alguno de vosotros, aunque de algunos sólo chapurreo lo básico. Mi entrenamiento arcano me ha permitido aprender a leer y escribir en un par de idiomas, si bien el Ereño y el Comercial son los que más domino hablando. Sé bastante de orco también.

También me gusta hacer pequeños objetos de joyería. No suelo echar el guante a nada de valor, así que suelo hacer adornos, colgantes, anillos, peinetas, diademas, pulseras o pendientes con elementos naturales o lo que se pone a mi alcance, sea madera, hueso, cáñamo o hierbas trenzadas. Pero he aprendido a imbuir esos pequeños talismanes con el aliento de Aryth, una sutil poder que favorece los esfuerzos de aquellos tocados por el espíritu del mundo y a los que ofrece su ayuda. Es difícil de explicar, pero ya nos iremos conociendo más. —

Pel sonríe al resto. A pesar de su locuacidad parece que se ha guardado algunas cosas para él, quizás esperando que los demás se animen a compartir algo de sí mismos.

Las palabras del señor de la fronteriza ciudad del clan Durgis terminaron con aquella corta explicación y reunión en el salón de los héroes; tras lo cual, Woden simplemente les indicó que estuvieran listos para partir, y que tendrían todo lo que necesitaran a su debido momento. Tras aquello, el Dorith los despidió quedando atrás solo Dainn, con quien habló personalmente por unos pocos segundos antes de sacarlo también. Los héroes se encontraron entonces afuera del salón, en los grandes pasillos de la fortaleza, donde podrían hablar mejor en apariencia, pero no estaban solos, los gemelos guardianes de Gror, quien se había quedado dentro del salón junto a su padre , se encontraban allí custodiando la gran puerta de roca junto con otros cuatro aguerridos enanos. Claramente era mejor alejarse allí.

Por suerte, ya les habían asignado habitaciones dentro de la fortaleza, en una de las áreas más alejadas y vaciás de la misma. Tan solitaria, que los enanos no podían evitar sentir que tenían que montar guardia ante la posibilidad de algún ataque de los orcos desde las profundidades. No obstante, los lugareños, incluido el propio Dainn, parecían confiados, y es que aquella fortaleza realmente era grande, por ello le llamaban la Roca, y aunque estaba en gran parte vaciá, tenía múltiples defensas bajo tierra que alertarían rápidamente ante la intromisión de cualquier intruso.

La sala donde estaban era rustica, pero tenían todo lo que necesitaban, sobre todo, silencio. Allí el grupo pudo hablar con soltura. Sus habitaciones eran cercanas entre si, las más alejadas de todo eran habitaciones comunes para cuatro ocupantes; donde en una de ellas se había alojado a Wendell, Girolamo, Arvin y Durghall; en una segunda habitación similar se encontraba Ulfrin con otros enanos de la compañía del trueno, en una tercera se encontraban Adam, Barich, Keg y Pel, mientras que en otras había más tropas de la compañía del trueno. De hecho todos los miembros de la compañía se encontraban allí, salvo Valtarn, a quien se le había exigido hospedarse en zonas más privilegiadas. Allí también tenían sus habitaciones Michani y Dainn, aunque cada uno tenía habitaciones individuales.

– Mi amigo Dainn – dijo el Dorith apoyando su dura mano con firmeza en el hombre de Dainn – mi aprecio por ti es grande, y tu fama de precede. Se que no me fallaras y que mi hijo regresará aquí con vida. Se que conseguirás que su nombre quede plasmado en los anales de la historia. A fin de cuentas, para eso le has entrenado todo este tiempo – recalcó Woden mezclando una cierta amenaza con una cierta propuesta. Sin duda el Dorith le recompensaría si lograba que tuviesen éxito, quizá con un puesto en el consejo de la ciudad, aunque no estaba seguro de que eso fuera bueno. Pero si algo le pasaba a Gror durante la misión, más valía que a Dainn le pasase algo aún peor, o la ira del señor de la Roca caería sobre él. Lo lamentable de todo aquello era que el gigantesco enano no había aprendido nada, Dainn sabía que tendría que hacer todo por él y cuidar especialmente de que no cayese en ninguna trampa. Por suerte contaría con los gemelos Cuhrin y Fuhrin para proteger al “heredero”.

Tras las palabras personales del Dorith, este mismo le invito a marcharse, el consejo aún habría de deliberar más, mucho más. Atrás aun se quedaban tanto Valtarn como Gror, quienes no eran parte del consejo de la ciudad, uno de ellos, Valtarn, ni siquiera era parte del clan Durgis.

Noche del 12° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 3]

LAS Palabras de Valtarn a los nuevos reclutas y las actividades de entranmiento al día siguiente.

Noche del 12° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 3]

– Aun podemos corregir está locura – exclamó Odruk del clan Durgis, general de las fuerzas militares de la ciudad, y quien había sido el enano aguerrido y furioso que se negara a que los héroes marcharan a la misión solos. – Los orcos están avanzando Woden, hay rumores en todo Kaladrun de que se despliegan en grandes números por todas partes, y que con ellos avanzan ejércitos de legados, e incluso es maldito Dragon traidor – recalcó Odruk con fiereza. En el salón de los héroes se había hecho el silencio momentáneamente, como esperando que el señor de la Roca diera su opinión, y así lo hizo, pero con cierto desdén con el tema.

– Rumores siempre ha habido y siempre habrá, muchos de ellos incluso impulsados por la misma sombra. Apenas hace un mes me llegó la noticia infundada de que un gran ejercito de enanos marchaba para liberar Calador del sitio que le somete desde hace años, y que el ejército era liderado ni más ni menos que por el clan Fodrín – ante aquello muchos enanos estallaron en risas para molestia de Odruk.

– Y, sin embargo, la sombra no descansa – exclamó Valtarn con serenidad y preocupación – no sabemos que es verdad y que es mentira, y por ello es que debemos tener mucho cuidado. En el norte se dice que el clan Toragin ha sido descubierto y que fuerzas del enemigo marchan para atacarlos. Que un gran ejercito de orcos marcha a Calador para darle fin al sitio. Se que hay fuerzas más al norte de Kardolin preparadas para atacar, probablemente en Neldor, aunque los enanos de la ciudad son muy orgullosos como para tener miedo. De hecho, hay demasiadas fortalezas de orcos que se están ensanchando en números, y eso no es buena señal; el enemigo atacará pronto. Al menos hay buenas noticias. Hasta donde se sabe, los maestros del saber del fuego del clan Fedrol siguen firmes bajo el fuego volcánico en las montañas del muro de hielo, y algunos han viajado al sur para traer sus secretos a la guerra. Todo eso muy probablemente es verdad, pero también es verdad que muchas noticias son impulsadas por los enanos del clan sangre negra y el caos y confusión ahora vive entre nosotros – resaltó el comandante de la compañía del trueno.

– ¿Que haremos entonces? – preguntó un enano del consejo con cierta incertidumbre y confusión marcada en su rostro. – Cumplir nuestro deber – exclamó Woden, – y con la mayor eficacia posible – resaltó Valtarn.

– Entonces el muchacho no debería estar al mando – señaló Odruk, – déjame marchar a mi como te he solicitado. Se necesita experiencia para esta tarea. O deja marchar a Valtarn, el lleva moviéndose por las montañas por años, sabrá como reaccionar ante cualquier problema – le dijo al Dorith con resolución y firmeza, expresando sus palabras con un ímpetu que casi consiguió que todo el consejo le apoyase.

– Yo puedo resolver cualquier problema que se presente – dijo Gror exhibiendo su musculoso brazo derecho – si orcos aparecen, solo habrá que aplastarlos como ya antes he hecho. ¿Verdad padre? – pero Woden no respondió si no que pidió calma con las manos. – Confío en mi hijo y confío en los hombres de la compañía de Valtarn. Y si quieren mi sinceridad, he de recalcarles que no voy a malgastar a mi ejército, ni a mi mejor general ni mucho menos a mi gran amigo por un puñado de inútiles elfos. Esperemos a que lleguen aquí y entonces sabremos si merecen nuestro respeto – Gror, que escuchaba todo con atención, no pudo más que entender entre líneas lo que su padre quería decir. – Entonces, ¿qué hay de mí? ¿Soy menos valioso que los demás? – estalló ante la furia y dolor en su corazón.

A lo cual Woden, el Dorith de la Roca, simplemente respondió – Si no puedes regresar en una pieza y con los elfos ilesos hasta este salón, entonces nunca podrás ser el Dorith de la Roca de Durgis – y el silencio se hizo de nuevo en el salón de los héroes.

Mi intención es echar mano a algún mapa que muestre la ruta que vamos a seguir.

Dedicaré estros tres días a tratar de hacer 3 amuletos menores, si me es posible. Al menos dos si el asunto del mapa se alarga demasiado.