Partida Rol por web

Aunque dolorido por los golpes recibidos durante el entrenamiento, Barich asintió cuando el Dorith les informó de que mañana tendrían otra sesión de entrenamiento. Después del transcurso del combate era evidente que tendrían cosas que pulir en caso de verse en una situación similar desde un punto de vista tanto individual como colectivo. Después de todo, ha sido algo circunstancial que el resultado final haya maquillado el transcurso de la batalla. 

Pese a todo, el único que recibió duras palabras del Dorith fue Dainn. Barich no pudo comprender nada, pero no era necesario. Tan solo hacía falta fijarse en la expresión de Woden y en su tono de voz para darse cuenta que no le estaba dando la enhorabuena precisamente. Se planteó preguntarle al enano el motivo de tal reprimenda, pero decidió que era mejor esperar a que se enfriase el asunto pues cabía la posibilidad de convertirse en un daño colateral. De modo que prefirió unirse a los que iban a buscar algo que comer. -Yo también necesito reponer fuerzas.- Comentó apretando con la mano en el lugar donde le habían dado el último golpe. 

El camino hacia el salón de los enanos se hizo curiosamente animado para Pel, que correspondió a la camaradería de Keg con un a sonrisa y palabras amables, mientras le ayudaba a llegar hasta allí de manera casual, siendo un compañero pero no un bastón. Respondió a sus palabras asintiendo.

- Vaya que echar algo al coleto y una jarra de cerveza serán bienvenidas, Keg. Eso va para todo el que quiera unirse. -

Usar la magia siempre le abría el apetito y esta no era una excepción. No habían conseguido la victoria que esperaban, pero habían salvado el tipo, demostrado que tenían agallas y que aún por causa de la suerte, habían conseguido lo que parecía imposible. Era motivo suficiente para tomarse una cerveza.

Una vez en la reunión con el líder Enano, Pel no prestó mayor atención al asunto de que prestaría quien no entiende lo que se está diciendo. Si creían que era suficiente con explicar las cosas en Enano, bueno, allá ellos. En cuanto acabó el trámite, acompañó a Girolamo, Keg, Adam y quien quisiera unirse a reponer energías con un buen plato de estofado y una jarra de fría cerveza.

Regresamos finalmente donde el Dorith, lugar en el que Girolamo me dice que puedo bajarle. Lo hago con una sonrisa, pues el pequeño gnomo no lo ha hecho mal. Keg menciona que estoy sin daño alguno, a lo que le respondo en la Lengua del Comercio:

 - "Solo porque no se han fijado en mí ni para golpearme."

Si no fuera por Michani, cargaría con los daños de un salto mal hecho incluso, pero todos saben eso pues lo vieron. No es que yo haya sido un gran combatiente, esquivando multitud de ataques sino que solo he tenido suerte y sé que esa suerte no será algo que me acompañe cuando luche directamente contra la Sombra.

Escucho las palabras del Dorith y entiendo la decepción e ver que su hijo no es lo que él esperaba, no está a la altura de su destino. No entiendo muy bien aquello pues no he tenido ni jamás tendré esa clase de responsabilidades pero yo solo me conformaría con que estuviesen vivos.

Me sumo en un absoluto silencio pues recuerdos dolorosos me asaltan mientras el resto habla, a quienes planeo acompañarles a lo que quieran hacer, aunque solo sea para mantener al grupo unido. El ánimo no es algo que me sobra ahora mismo.

Lentamente, mucho más lento de lo que hubiera creído posible, Wendell se unió al grupo que pensaba alimentarse.

Sus ideas le resultaban tan poco seguras como sus pasos, por lo que concentró todas sus fuerzas en colocar un pie delante del otro y no perder de vista al resto de los presentes - Yo también voy - atinó a decir antes de apoyar una de su manos en la pared del túnel por el que se movían y empujarse hacia adelante, reacio a dejar que unos golpes le impidieran moverse.

Había ido hasta la reunión con Woden con la mirada somnolienta, fatigado y magullado desde luego pero también algo aturdido, aunque mas por la noticia de que habían “triunfado” que por el par de buenos golpes que dieran por tierra con sus huesos. Ciertamente todo se debía al exceso de confianza de sus oponentes tras el excelente comienzo que tuvieran, pero era una victoria a fin de cuentas, inesperada en extremo. Aunque claro que en un escenario real habría sido mas una masacre… pero así habían sido casi siempre las batallas contra la Sombra si no se tenían todas las de ganar. Por eso, paso las palabras del líder de Roca de Durgis con el ceño levemente fruncido. Fallar? El no lo veía de esa forma. Ahora tenia mucho mas claro el potencial y los defectos de las herramientas con las que debería trabajar para cumplir esta misión. Sin embargo no le discutió, asintiendo simplemente con un gruñido a la orden de mejorar en poco tiempo. Ahora tenia mas animos para una siesta que para pensar, pero bueno...

La palmada de la joven barbara le devolvió de su meditacion. Aunque el acento era atroz,entendió lo que decia y resoplo por su animo. La chica había peleado bien.

-Ve a por ese trago, te lo mereces. +gruño simplemente antes que se alejara con el resto, para luego unirse a Michani. No le sorprendieron las palabras de la enana, eran ciertas y justas. El tambien, ni siquiera habia considerado la magia, aunque mas por desconocer lo que podian hacer realmente o cuan efectivo seria. Ahora eso estaba algo mas claro en el panorama.

Cuando fue momento de separarse, mientras el resto iban a reponerse el se esforzó mas para ir con Gror al igual que ella. Tenia que ver al muchacho antes de por fin dedicarse al sueño. Pero primero se espabilo un poco, recobrando algo de su vigor. Un instructor debia mantener cierto aire con su pupilo.

Mañana del 13° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 21]

El grupo de héroes marchó, aún a pesar de las heridas, hacia el gran comedor de la fortaleza. Allí pudieron comer de las reservas bastas de la ciudad. La Roca se encontraba en un punto crucial de las rutas de comercio y había podido tener la capacidad de que los alimentos no faltasen. Claramente no sobraban e incluso escaseaban en invierno, pero conforme la primavera iba llegando, la ciudad podía empezar a hacerse con reservas que si bien no eran di abundantes ni diversas, al menos garantizaban que la moral se mantuviese firme.

Así, los héroes de gustaron de algo de carne seca y fruta seca, a la par de abundante pan y granos. El agua era sumamente abundante, pues había varios arroyos de montaña en las cercanías que nutrían a la ciudad, aunque la cerveza si escaseaba. No por que no pudieran hacerla en abundancia, sino por que eran un bien no del todo necesario. De hecho, habrían tenido que celebrar básicamente a pan y agua, de no ser por que el comandante Valtarn les hizo llegar un pequeño barril de cerveza.

Pero junto al barril llegó también el comandante unos pasos por detrás de los sirvientes que traían los tarros y el pequeño barril. En un principio pareció que la intensión no era otra más que convivir con sus camaradas y celebrar la batalla, pero pronto su tono se fue haciendo más serio, señal de que tenía palabras para ellos, que, si bien podrían no ser severas, al menos exigían atención.

– En tres días estarán ya en camino, su primera prueba. Y se que puede no parecer dura, pero cualquier prueba en estos días, ante la dureza del dominio de la sombra, ya es en lo básico difícil. Y las cosas siempre pueden complicarse, tomen por tanto el combate de hoy como una lección – exclamó Valtarn inicialmente.

Después habló un poco de su buen desempeño y de sus logros, de su esfuerzo y su tenacidad – usad todo lo aprendido en este día, necesitarán confiar entre ustedes y sacar provecho de todo lo saben. Dejadme que les hable un poco de sus errores – exclamó meditando en sus siguientes palabras – si bien han dado una gran pelea. En el futuro, tómenlo con mayor seriedad. Hoy han pensado en ganar y eso no está mal, pero en sus batallas contra la sombra, la mayoría de las veces tendrán que pensar en sobrevivir, pues ganar al coste de muchas vidas no es algo que se puede ganar. Una victoria como la de hoy realmente sería una amarga derrota al saber que, tras cada enemigo caído, habría otros veinte más esperando para luchar. No derramen su sangre sin sentido –.

Las palabras de Valtarn buscaban, más que nada, dar consejo a sus guerreros en el tiempo que se les avecinaba y el cual, él no estaría con ellos.  – No luchéis si no es necesario. Y si han de luchar, que sea bajo sus términos, en sus condiciones y con la mayor ventaja posible. Hoy, pudieron haber retrocedido, aquello parecía que entregaban la batalla, y si, de ese modo habría sido más difícil ganar, pero visto lo que han hecho hoy, perder igual habría sido más difícil. Y han estado muy cerca de perder, han de ser tontos y necios si no aceptan que han rosado la derrota varias veces – exclamó el comandante en cierto tono de regaño – tras ustedes tenían un terreno alto y una posición más firme para aguantar la batalla. Los enanos de la guardia de la ciudad habrían tenido que ir por ustedes, y aunque quizá les habrían cogido la retaguardia, al final habrían perdido su ventaja tanto al ya no poder rodearles como al ahora haber estado ustedes en una posición ventajosa. Aprovechad el terreno y las circunstancias siempre. La sombra siempre aprovechará todo lo que tenga a la mano contra ustedes. Y no olviden la magia, tienen una gran arma a su favor, han sido tocados por Aryth, son seres por arriba de lo normal. Todos ustedes – miro a Dunkan entonces, pues este no caía en dicha clasificación al igual que Gror y sus fieles escuderos gemelos, aunque era claro para quienes eran las palabras del comandante de la compañía del trueno. – tienen una capacidad especial que podría darles la victoria, he visto lo que puede hacer Pel, lo que puede hacer Michani, y no dudo que algunos más tengan armas secretas bajo la manga como Girolamo. Usen ese poder a su favor, úsenlo con astucia, pero no cometan el error de hablar sobre ello o mostrarlo demasiado si no es entre ustedes mismos. Y si han de combatir, no tengan reparos. Golpeen fuerte, por sorpresa y sin misericordia – concluyó el comandante volviendo su tono más suave y pasando a las bromas y anécdotas.

Aún magullado, Pel se sentó a la mesa y con sana camaradería compartió los mejores  (y peores) momentos del combate con una sonrisa, comiendo con algo de pesar al no tener algo de cerveza con la que brindar. Y en ese momento llegó el comandante, con un inesperado regalo para la los miembros de la prueba. El arcano llenó las jarras del personal y por último la suya, alzando el recipiente tras la alocución de Valtarn.

- ¡Gracias Comandante! Tendremos tan en cuanta sus consejos, como cuenta daremos de su cerveza. Creo que la empresa que teníamos ante nosotros era harto difícil, y si embargo aquí estamos. Que esto nos sirva de advertencia para el futuro y que todos podamos celebrar la victoria asimismo las próximas veces. -

Pel alzó su jarra y bebió con ganas, pensando que pronto tendrían estos placeres muy lejos de la mano allá en los caminos agrestes rodeados de enemigos. Y sí, tenía trabajo que hacer. Era su intención el crear algunos amuletos más y repartirlos entre los miembros del grupo antes de la partida dentro de un dos o tres de días.

Las palabras del comandante calaron hondo en Wendell. No solo había sido la primer baja en el combate sino que, pese a sus propias experiencias, se había mostrado demasiado confiado en sus propias capacidades. Lo bueno era que sabía que no cometería el mismo error dos veces. Desde ese punto de vista, para él, el entrenamiento había sido un éxito. 

Tras beber un trago de su jarro de cerveza, dispuesto a hacerlo durar toda la velada, pensó en lo poco que había visto de sus compañeros antes de caer. Aparentemente la magia había sido crucial en la "victoria" si es que podía llamársela así, aunque no había visto mucho de ella.

- La próxima vez, cuando realmente sea importante, lo haremos mejor - aseguró más confiado de lo que realmente se sentía - Podéis estar seguro de ello -

Con algunas vendas por aquí y por allí, mi alegría volvía a ser la de siempre, y más cuando habíamos logrado sobrevivir durante más tiempo del que esperaba.

Sin duda, las palabras del comandante eran sabias, y seguro que habríamos de tomarlas en consideración para otra vez, pero para eso, debían de convencer a Gror sobre las estrategias a seguir, hacerle ver con sabiduría cuál era la mejor opción y hacerle cambiar de opinión si era menester.

Cuando Wendell habló, mire al valiente humano, que por su expresión, no olvidaba que había sido el primero en caer. No te aflijas amigo mío. Todos vimos lo que paso. Lo único que tienes que hacer es tener más cuidado y pensar en que, quizás, las órdenes dadas no haya que tomarlas al pie de la letra digo alzando los hombros, dando a entender que abalanzarse de esa manera, y quedarse aislado, había sido la causa de no aguantar tanto palo.

Yo se que eres fuerte y rápido, y seguro que aprenderás de esta batalla. Esperemos que el que tiene que hacerlo, lo haga ¿no? acabo palmeándole el hombro mientras me dirijo a Pel y Michani

Buena batalla. Vaya truquitos que sabes ¿eh bribón? eres una caja de sorpresas jajajaja. Seguro que lo lograremos, ya veréis. 

La comida no era lo que se dice una exquisitez, aunque Adam tampoco lo esperaba. En estos tiempos con tener algo consistente y regular que comer ya era todo un logro. Aunque desde luego la cerveza fue más que bienvenida, hacia mucho tiempo que no disfrutaba de una.

Lo cierto es que no le hizo mucho caso al comandante, aparte de agradecer el obsequio del barril, y cuando algunos comentaban que lo harían mejor la próxima vez se encogió de hombros.

Yo no le daría mucha importancia a esta batalla. No era algo de verdad, por lo que no había verdadera tensión al saber que no podías acabar muriendo. Eso es algo que se nota y no peleas con la misma intensidad. Además, era una prueba hecha para aplastarnos y desmotivarnos, o al menos a nuestro lider, y el hecho de haber ganado aunque sea en el último momento seguro que les ha repateado y trastocado sus planes.

En la vida real no vamos a tener una batalla así por la sencila razón de que no nos meteremos en ella, es un suicidio. Y si se diera el caso de que no hubiera más remedio que hacerlo acabaríamos todos muertos, tratando de matar al mayor número de enemigos posibles antes de caer.

Así que no le deis más vueltas. O al menos yo no pienso hacerlo.

El comandante Valtarn se mostró contento con las palabras de la mayoría de los miembros de su compañía, a excepción de Adam, quien había sido el último en hablar y quien en el fondo aún no se había ganado el derecho de ser reconocido como parte de la compañía.

– Si el entrenamiento no te ha sido de provecho, puedes descartarlo – exclamó el comandante algo enojado – mañana habremos de entrenar, y al día siguiente también, puedes considerarte excluido si así lo deseas, seguramente no tendrán mucha importancia por lo que no tiene caso que le des vueltas – exclamó con cierto sarcasmo y enfado.

El grupo habría de seguir su festejo durante aquella mañana para más tarde tener libre gran parte del día, hasta que el comandante, ya entrada la noche, tuviese con ellos un entrenamiento táctico y puntualizará diversos puntos sobre su viaje. Más adelante, en los siguientes días, sus rutinas habrían de repetirse, hasta que, llegado su momento, habrían de partir tal como estaba planeado. Y solo entonces iniciaría su verdadera aventura, la cual, tal como anticipaba Adam, les mostraría lo que era la vida real en los tiempos de la sombra.