Partida Rol por web

De aquí en adelante te lo desglosaré de esta maenra para que no tengas problema para el control de los Amuletos.

El primer dia de camino fue tranquilo, e iba más preocupado por como afrontar este viaje que por lo que me rodeaba, lo que hablaban, o cómo hablaban, tirando casi todo el tiempo de mi mula Galán, que iba la pobrecica cargada como una mula, pero sin rechistar, avanzaba y avanzaba.

Fue al final del primer dia, cuando ya más tranquilo por Galán, y ¿quién sabe? más tranquilo por haberme puesto ya en marcha, que era lo que me gustaba, andar y recorrer los caminos de acá para allá, comencé a ver los problemas que podía haber en la cadena de mando, en cuanto a la transmisión de órdenes y de información importante.

No llegaba a comprender del todo las palabras, pues no hablaban el enano antiguo, sino el del clan durgis, y eso ya, en sí, iba a dificultar más la situación, además de no haberme pasado desapercibido la mirada Dque me echó cuando no le hice entrega de nada de lo adquirido. 

Estirándome la ropa, me acerqué a Gror y, en un más que respetable enano antiguo, saludé levantando la mano Hola Jefe dije dejando clara la posición que tenía, y de la cuál no envidiaba en absoluto en primer lugar quería disculparme por no haberle hecho entrega de ninguno de los objetos que había conseguido. Suponía que tú podrías conseguir todo aquello, y mucho más, y quería evitar que la gente pensase que no te habías preocupado por ellos ni los habías pertrechado de manera adecuado. Si te hubiera dado alguno, esto se habría ido al traste y sabrían que, efectivamente, no habías conseguido nada para ellos. Me rasco la cabeza, encogiéndome un poco de hombros a modo de disculpa, mirando hacia atrás para ver si alguien se había dado cuenta.

En cuanto a las guardias, digo haciendo referencia a lo que habían estado hablando, como bien le has dicho a Dainn, sería bueno que fueran de tal forma que siempre hubiera alguno que pudiera ver en la oscuridad, pero quizás también, y seguro que ya lo habías pensado así, debamos de preguntar quiénes tienen mejor vista y oído, para poder separarlos y que cada grupo de guardia sea lo más competente posible.

Acercándome un poco la boca a su oído, le susurro Mira a ver qué te parecen estos grupos de guardia

Girolamo - Wendel - Dainn
Durghall - Adam - Ulfrin
Guardaespaldas- Barich - Michani
Keg - Pel - Gror

Dunkan, sentado en el suelo, estaba preparando una pequeña fogata en el centro del campamento que estaban montando. Lo hacía al revés, generando el fuego desde arriba para reducir la columna de humo. Y una vez encendido, puso una pequeña olla con cereales y agua para hacer una especie de sopa aguada, la cena de aquella noche. Y es que lo más llevaban con ellos eran justamente cereales.

La sopa olía bien, parecía ser cebada, aunque era claro que pronto habrían de hartarse de ello. No obstante, era alimento, y en aquellos tiempos todo alimento era bienvenido. Entonces el menudo enano que era su guía empezó a contarles la que sería la primera historia de muchas, tanto en aquella noche como en todas las siguientes.

Suspirando profundamente, comenzó – mi padre nació allí arriba, al igual que yo – su brazo extendido apuntaba a las Kaladrun hacia el este, al lado contrario de aquel bosque oscuro. – Allí aun están las ruinas de la fortaleza del cuerno alto, una poderosa construcción en lo alto de las montañas que se decía era inexpugnable. No lo fue. Apenas y resistimos un mes siendo asediados. Mi padre murió a las puertas de la fortaleza, cuando los orcos atacaron desde las profundidades y rodearon a aquellos que cuidaban los muros. Los demás huimos a las profundidades. Yo terminé en Roca de Durgis. Mi abuelo – cortó con tristeza en sus ojos mientras agitaba la sopa que ya emitía olores algo fuertes – huele bien – les dijo, - al menos se sobre hiervas aromatizantes – recalcó señalando lo monótono que podría ser comer sopa de cebada todos los días.

- El se quedó a defender el gran salón de la fortaleza. Era un enano honorable y aguerrido, aunque ya estaba muy viejo. La fortaleza ardió por más de un mes, los enanos no dejaron nada, aún cuando era una posición clave y firme para posicionarse en sus planes de conquista. Muchos sobrevivientes dicen que murieron cuatro orcos o más por cada enano que cayó, lo cual motivo su odio. Yo no estoy seguro de eso, cuando cierro los ojos aún puedo ver pilas de enanos muertos en todas direcciones, entre ellos mi padre. Me hubiera gustado que cayera de forma más heroica – concluyó.

Las sorpresas, y sobretodo la generosidad, de sus compañeros no acabaron con los amuletos de Pel. Al parecer el anterior grupo, el que ya venía consolidado de antes, tenían bastante botín que habían conseguido. Y tuvieron a bien repartirlo entre todos.

-Sin duda son gente inusual en estos tiempos. Me alegro de haberlos conocido.

-Muchas gracias por los objetos. Seguro que daremos buena cuenta de ellos.

Finalmente se pusieron en marcha, y aunque no pudieron a Adam donde hubiese preferido tampoco le importó demasiado. Era un defensor después de todo. Que mejor lugar que defendiendo a los canalizadores, de los cuales seguramente dependían sus vidas en los momentos dificiles.

Al acabar la jornada, y con el merecido descanso, tocaba el tema de las guardias. Nuevamente le daba igual cuando la hiciera, eso sí la idea de Wendell sobre que al menos hubiera un enano en cada una era muy buena. Dudaba de que a él se le hubiera ocurrido.

Tras cenar se dispuso a hacer su parte con Dainn. Procuró mantener una conversación con el enano, sobretodo para evitar dormirse, pero también quería aprender un poco más de su lengua. El simplemente chapurreaba un poco.

Tras la distribución de las guardias, y mientras comían la sopa que estaba sorprendentemente sabrosa, Wendell escuchó interesado la historia de su guía - Combatir a los siervos de la sombra ES una muerte heroica - sentenció tras escucharlo - Aunque espero que, en nuestro caso, si tenemos la mala suerte de encontrarlos, sobrevivamos a ese encuentro. Sea acabando con ellos o pasando desapercibidos, lo cual, probablemente, sería lo mejor - 

Durante la distribución de turnos, el defensor observó como dejaban de lado a los usuarios de magia para que no vieran interrumpido su sueño. Sin tener claro el motivo, supuso que era una necesidad de su extraño poder, por lo que lo aceptó sin problemas.

- Ulfrin, parece que tocar compartiendo guardia con tu persona - trató de hablar en su enano nunca bien aprendido - Quizás poder enseñando mucho idioma en tiempo juntos - completó, reconociendo, por sus experiencias en la ciudadela, que no sabía tanto como hubiera querido - Así cuando volviendo sabiendo mejor hablando que cuando saliendo -

Tras unos segundos observando, niego con la cabeza mejor dejar descansar a los que tienen esas aptitudes mágicas. digo observando al grupo nuevamente, quizás con solo dos podría valer

Dainn y Adam
Furin y Keg
Gror y Barich
Cuhrin y Durgall
Ulfrin y Wendell

La charla ni la diplomacia eran el fuerte de Dainn, pero hablarlo con otro enano y en especial con su discípulo le daba un cariz diferente al asunto. Así que refugiándose en el dialecto de Durin para evitar más orejas de las debidas, enserio su ceño antes de responder.

-Vamos por partes. Primero, escucha. +puntualizo en tono seco y bajo, para luego continuar más suave+. Lo del orden que propones no esta mal, pero el… “mago” ese, que trajeron, sabe también algo de las técnicas de montaraz. Si nos van cubriendo el rastro junto con el muchacho evitaremos inconvenientes. Si quieres marchar detrás mío no hay problema, pero esto no es un camino fácil y recto como un tunel, Gror. Por donde vamos, el ataque puede venir de cualquier parte.  Es mejor si te quedas en el centro junto a la canalizadora y la proteges. Además, así podrás reaccionar más rápido si nos atacan por los flancos o por detrás, que si te quedas al frente.  El resto  me parece bien cómo has dicho y se los hare saber en la mañana.

Se rasco la barba.

-Del campamento dejanos ocuparnos a Dunkan y a mí; sabemos lo que hacemos y hemos estado más que tú en el exterior; no dejaremos nada que nos delate y si podemos hacerlo en lugares fuertes lo haremos. Por otro lado no recuerdo haber dicho nada de las guardias hasta ahora. Iba a proponer dos por turno mientras estemos cerca de la Roca y podemos descansar más tranquilos. A la vuelta si habrá que reforzar las cosas, o si por alguna maldita suerte nos metemos en el bosque. Pero tenemos que reservar fuerzas mientras podamos.  

Suspiro o más bien fue un resoplo con un deje de paciencia que no le era nada habitual. Debía haberse guardado algo de cerveza para el viaje.

-Debes calmarte y reservar eso para el enemigo, cuando aparezca.  Aprovecha la tranquilidad mientras la tengas; conoce a tus hombres y aprende algo de su lengua, así podrás darles mejor las ordenes cuando llegue el momento.  Les encargo la guardia de Medianoche a ti y al chico Barich; con el puedes empezar.

La llegada del mediano y su interrupción no eran especialmente bien recibidas y menos en este momento. Dainn frunció el ceño aún más de lo que ya tenía.; aunque la disculpa estaba bien y era razonable, en lo demás el pequeñajo estaba pisando rocas mojadas.

-Muy bien a lo primero, pero deja los asuntos de organización a los líderes de la expedición, pequeño. +replico, también en enano antiguo, antes que Gror aplicase su propia diplomacia+ Por ahora solo necesitas permanecer a salvo y escuchar cuando te ordenen algo. Ve a comer algo y descansa; ya llegara tu momento. +sentencio brevemente, despidiéndolo con un gesto que le daba pie para que se apartase mientras fuera posible.

Al oir la reacción de Dainn, le miro con cara de fingido asombro por eso estoy yo aquí, y no se lo que haces tú jajajaja rio sin que puedan saber si lo que decía era en broma, o en serio.

Realmente no sabía que Dainn fuera uno de los líderes de la expedición. Esperaba que Gror le hiciera ver quién era realmente el líder y que lo que hacía falta era una cohesión entre Gror y el resto del grupo. ¿Pero qué iba a saber eso un montaraz del norte? ya había oído hablar de ellos, incluso una vez me encontré con uno llamada Trancos. No me olvidaré de él jamás. 

Cruzándome de brazo, espero paciente a que Gror reaccione, lanzando miradas a mi alrededor, mientras levanto la punta del pie y la bajo, repetidas veces, como siguiendo un ritmo imaginario.

El grupo por fin se había puesto en marcha después del arduo entrenamiento y la preparación previa. Sin duda el Dorith queria aumentar todo lo posible las posibilidades de que el grupo completase con éxito la misión y con todos los honores posibles. Después de todo, la reputación de su hijo estaba en juego. Poco antes de partir pudieron acomodar parte de su equipo en la carreta que llevarían durante el viaje y, para sorpresa de Barich, los veteranos del grupo compartieron algunos enseres entre todos. -Vaya, muchas gracias.- Respondió el montaraz sin poder evitar cierta sorpresa. En un mundo donde sobrevivir resulta desafiante en el mejo de los casos, compartir es una práctica escasa en muchos casos. -Si me lo permites, también me podría servir el escudo. Durante el entrenamiento pude comprobar que algo de ayuda para defenderme nunca está de más.- Dijo cuando Wendell puso a su disposición parte del equipo con el que no habían podido comerciar. -No tengo mucho para compensaros, pero he podido cazar algo estos días y aumenta un poco las provisiones para el viaje.- Le dijo al defensor, esperando que con eso pudiese en cierto modo cubrir en parte el favor.

De este modo el viaje empezaba. Dunkan se mostraba ciertamente hábil como guía y el primer tramo fue bastante tranquilo por fortuna para todos. El único inconveniente que conseguía enrarecer el ambiente en cierto modo resultó ser la barrera del idioma entre la mayoría de los integrantes del grupo y el su líder. Del mismo modo, los guardaespaldas de Gror también mostraban incomodidad con el asunto. Por suerte, Dainn tuvo buen ojo al percatarse y tratar de atajar el problema. Pero el conocido orgullo enano parecía ser un muro difícil de sortear... De cualquier modo, el tiempo pasaba y la noche amenazaba con llegar por lo que no tardaron en disponer las guardias. -Vosotros tenéis más experiencia en estas tierras. Haré la guardia que me digáis.- En el poco tiempo que estuvieron juntos pudieron compartir sus puntos fuertes. Estaba seguro de que habiendo recorrido ya esta región, sabrían dar buen uso de las habilidades de Barich. 

Con todo más o menos fiijado, tocaba montar el campamento y cenar antes de comenzar los turnos de guardia. Pese a la oscuridad y la maldad que acechaban tras cada esquina, en aquel momento parecía que todo eso pertenecía a otro mundo. Sin duda, a ninguno de los allí presentes se le ocurriría bajar la guardia por un segundo; pero la camaradería que mostraban entre ellos les permitía disfrutar de cierta tranquilidad en aquel momento. Barich trató de hacer memoria de la última vez que estuvo con un grupo tan numeroso. Por Eren Central, siendo a penas un niño, tan solo eran él y su padre. Incluso cuando se estableció en el valle, las misiones de rastreo y vigilancia no podían ser muy numerosas y mucho menos permitirse momentos así de distendidos. Pero no podía olvidar el objetivo de su misión ni subestimar el mundo en el que le había tocado vivir. Barich descansó mientras pudo y puso toda su concentración durante su guardia, esperando que los esbirros de La Sombra no diesen con ellos tan pronto.

Pel escucha en silencio las palabras de Dunkan con respecto al destino de su padre y otros.

- En verdad es una historia para lamentar el que tantas buenas cosas y una herencia como esa se perdiera de esa manera, Dunkan. De verdad que lo siento. Ojalá las cosas hubieran salido de otra manera hace cien años cuando la Sombra se arrastró dentro de los corazones de las razas y dio su golpe final.

Perdimos, luchamos solos y perdimos, ese fue nuestro error y lo sigue siendo a de de hoy. Los elfos no salen de sus bosques allá en Erethor. Vivo muy cerca del hermoso bosque, pero que no os engañen cada año la linde retrocede un poco y los orcos queman los árboles más rápido de los que los elfos pueden plantarlos. He viajado al otro lado de las planicies de Eren para encontrar Roca Durgis, una fortaleza en un mar de enemigos como habrá otras aquí y allá, como la del cuerno alto donde naciste, Dunkan. Pero son eso, islas, lugares que resisten el mar de sombra que nos rodea, pero al igual que las aguas que acaban con la piedra tras años y años, ese es el destino del que no estemos unidos. -

El Canalizador lanza un algo suspiro mientras detiene el tallar de una pequeña piedra en sus manos.

- La verdad es que no tengo tienda, viajo con mi petate y mi sobretodo, que nunca me han fallado en una noche fría ni húmeda; se recoge en un santiamén además, lo prefiero a la tienda por su versatilidad. -

Durante el viaje intento seguir las conversaciones en lengua de comercio, lo cual acaba dandome algo de dolor de cabeza, poco acostumbrada a su uso intensivo. Y parece que Gror se siente igual, pero no parece de la clase de gente que gestiona bien la frustración.

La historia de Dunkan, también en lengua de comercio, me hace pensar en mi propia situación, reafirmandome en la decisión que tome hace tiempo de abandonar mi hogar en las tierras del clan Glorand para luchar contra la sombra, pero recordar eso me hace pensar en todo lo que deje atras

Al menos hasta que llega la hora de dormir y se habla de tiendas

-yo manta, buena manta. No buena si lluvia-

Antes de que nos vayamos a dormir, han tenido la deferencia de dejarme fuera, me acerco a Pel

-antes de dormir hacemos idiomas, ¿si?. Yo aprendo hablar mejor todos, es bueno-

Keg escuchaba con una gran sonrisa la historia de Dunkan, aún si no era precisamente una historia feliz. Era muy probable que pocos de ellos tuvieran historias felices en sus vidas. Pero el simple hecho de estar compartiendo historias entre ellos ya era una manera de ir fomentando la unión entre los viajeros. Era una lástima que Gror, que podría estar creando un lazo con el resto de sus compañeros de viaje, pareciera preferir mantenerse en un aparte.

-Tampoco tengo tienda, aunque si alguien tiene una sería bueno que la prestaran a los que más necesitan descansar, usuarios de magia por ejemplo.- Dijo la bárbara, probando los cereales calientes que por ser el primer día no estaban nada mal.

Dunkan escuchó asintiendo las palabras de Wendell y Pel – la sombra ha extendido ya sus brazos por todo el mundo, cierto es. Quizá solo los misteriosos mundos más allá de los mares estén libres de su poder corruptor – señaló un tanto taciturno – pero seguimos luchando Pel, los elfos siguen luchando, los enanos no caerán, no todo está perdido. ¿Han escuchado ya la historia de los maestros del saber del fuego del clan Fedrol?, ¿no? – preguntó incrédulo – bueno, quizá solo sea un mito, igual que el de los pueblos que habitan más allá de los grandes mares – señaló.

Mientras Dunkan hablaba, Gror y Dainn parecían discutir, o más bien, Dainn parecía regañar severamente a un Gror cuyo rostro desencajado se batía entre la ira y la pena. Aún era muy joven ciertamente, sobre todo en su mente y corazón. – El clan Fedrol es famoso por dominio de las artes ancestrales del fuego, a ellos deben muchas de las poderosas trampas que ahora protegen Calador. Fueron de los primeros clanes en caer antes de que la sombra lo dominara todo. Y por muchos años se creyó que estaban extintos. Pero se dice, que un puñado de maestros del saber del fuego, allá en el lejano helado norte, lograron derrotar a las huestes de la sombra y salvar a muchos de sus camaradas refugiándose en las profundidades de las bóvedas magmáticas de los volcanes del norte, además… – el enano detuvo sus palabras súbitamente al ver que Gror se aproximaba a ellos, claramente enfurecido.

Madrugada del 17° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura   [Turno 4]

Gror había escuchado todo lo que Dainn le decía, no de buena manera y a momentos parecia que habría de terminar la discusión. Y está concluyó de hecho cuando Girolamo se acercó a opinar, muy probablemente con una buena intención, pero en el peor momento pues claramente ambos enanos estaban muy tensos y lo que menos querían era darle explicaciones al gnomo de sus decisiones o incluso de los que estaban hablando. Y ya fuese asintiendo a lo que Dainn le decía o encaprichado, Gror avanzó decidido hacia el grupo que se reunía junto al fuego, dejando atrás tanto a Girolamo como al mismo Dainn. Entonces, con fiereza en sus palabras, pero en un muy limitado dominio de la lengua del comercio de los gnomos, les habló.

– Dainn – inició señalando al enano montaraz – él encargado de orden de marcha caminos. Todos obedecer. Gror lo ordena – exigió queriendo mostrarse firme, aunque se le notaba incomodo – Dunkan, tu encargado de acampar cada noche. Dainn ayudarte. Tú decir quien guarda y cuando guarda – ordenó todo esto para luego retirarse a donde se encontraba Fuhrin, el antipático gemelo que custodiaba de Gror. Su hermano gemelo, por el contrario, siendo mucho más amistoso, se encontraba justo a un lado de Dunkan escuchando la historia que este contaba.

Así, con aquella abrupta interrupción, la cena llegó a su fin y cada quien optó por apurar sus actividades y prepararse para la marcha del día siguiente. Tomando para ello, un rol de guardias improvisado que fijó Dunkan, el grupo procedió a pasar su primera noche fuera de la protección aparente que otorgaba la fortaleza de la Roca.

A la mañana siguiente, Barich contó a todos que en su guardia con Gror, escuchó con claridad que algo se arrastraba por el suelo y parecía rodear el campamento. Como si fuesen grandes serpientes. No pudo dárselo a entender a Gror, y tampoco pudo ver nada en los alrededores cuando exploró la zona donde habían acampado, y el sonido pronto se desvaneció. No obstante, volvió a escucharlo hacia el final de su guardia. Dainn aún no lo mencionaba a nadie, pero él también había escuchado algo que salía del bosque y arrastrándose por el suelo avanzaba hacia ellos. No obstante, su buena vista le aseguraba que no había nada allí, nada se movía ni se escondía entra las sombras. Incluso su pulido instinto no le hacia sentirse amenazado, aunque si incómodo. Algo andaba allí, pero no existía realmente.

Sin darle peso a aquel incidente durante la noche pues nada se podía hacer y nada había pasado realmente, el grupo se puso en marcha de nuevo, guiados por Dunkan pero bajo el orden que Dainn había planificado durante la noche anterior y que en aquella mañana les comunicaba.