Partida Rol por web

Las palabras de Barich impulsaron a Wendell a adelantarse pero, antes de dar siquiera el primer paso decidió quedarse donde estaba. Después de todo hacía apenas unas horas se habían quejado de que el líder del grupo quería dedicarse al combate cuando deberían mantenerse ocultos. No era el momento de ayudar... aunque estuviera tentado de hacerlo.

Y tampoco deberían hacerse notar por las dos extrañas criaturas, y menos por el caído que las seguía. Resultaba difícil desoír la llamada de sus propios impulsos, pero Wendel se mantuvo en silencio, agazapado, con la honda preparada y los nervios a flor de piel - Solo espero que valga la pena - murmuró mientras observaba las espaldas del enano no-muerto que se alejaba persiguiendo a los extraños desconocidos - Casi que preferiría acabar con el, pero... - meneando la cabeza tuvo la esperanza que nadie reaccionara en la forma en que el mismo deseaba hacerlo.

La jornada evolucionaba de manera favorable; no podía ser de otra manera, ya que con Dainn el experto explorador y buen conocedor de estas tierras, y Pel en retaguardia usando las artes que había aprendido de su tía años atrás se encontraban razonablemente a salvo. El resto de la partida ponían lo mejor de su parte en la labor, destacando Baricho con grandes conocimientos del arte del rastreo y la supervivencia. Los conocimientos y buen ahcer de este grupo eran sin duda un desafío para el Enemigo.

Y entonces ocurrió. Después de avistar la columna de humo y oír que una docena de apestosos orcos hostigaban a una población, la sangre de Pel hirvió, ya que era una historia lamentablemente familiar para él. A ello se añadió la aparición de los extraños seres seguidos de un caído, esos seres a los que la muerte sólo había llenado de hambre de los vivos.

- Nadie merece un fin así... - murmuró el montaraz. El asunto es que no podía decirse si se refería a las criaturas que huían del no muerto, o de lo los que habitaban aquella aldea castigada por la crueldad de los orcos.

También existía la posibilidad de que el enemigo supiera de su existencia y tratara de hacerles salir a campo abierto con la intención de destruirles, aunque fuera cierto o no, si permitían que el miedo y la inacción les dominaran, más les valía estar muertos.

La súbita aparición de aquel escenario le hizo fruncir los labios tras la barba. Por supuesto no le importaba ayudar a aquellas criaturas tanto como darle descanso a un compañero enano, pero Adam estaba en lo cierto; no sería raro que no estuviera solo. Los ojos del viejo enano otearon el bosque buscando esas repugnantes presencias y murmuro.

-Es verdad. Todos en alerta y vigilen su flanco. Esperaremos el reporte del muchacho antes de decidir cómo continuar.

Y en verdad el reporte no lo decepciono; era lo que esperaba. Al parecer la suerte de los aldeanos se había acabado. Podía perfectamente imaginar la cara de Gror sin mirarla; sabía lo que el sentía, porque habían sentido algo parecido.  Pero no era esto a lo que habían venido.

-Si no hay señales de otros caídos ni de que los orcos nos detectaran, debemos seguir adelante mientras están… ocupados. +gruño en tono bajo y sombrío+ Entrometernos solo nos expondría. 

Si esto solo fuera cualquier otra patrulla o viaje, no habría dudado en atacar a los orcos por detrás. Pero esta era una mision mas delicada e importante... supuestamente. Miro de lado al hijo del Dorit, cambiando a la lengua de clan para hablarle mas directamente.

-A la vuelta revisaremos la aldea. Tal vez alguno logre sobrevivir... O podamos vengarnos de sus asesinos... 

La jornada de caminata no se presenta carente de eventos y son dos las cosas que nos asaltan pasadas unas pocas horas, las que veo a pesar de mi posición en retaguardia. Una columna de humo proveniente de un pueblo que indican parece tener unos humanos e incluso enanos, siendo atacado por orcos. Pienso en aquel episodio y recuerdo mi propio pueblo. El fuego arde en mi interior y daría cualquier cosa, incluso mi vida, por ir y acabar con esos asquerosos servidores de la Sombra, para liberar a esas personas y unirlas a la causa. Probablemente, después de este ataque y quienes ya hayan muerto, los sobrevivientes estarán mucho más dispuestos a luchar.

"Pero no soy el líder de esta misión. De hecho, ni siquiera soy libre de decidir ir y luchar solo pues ahora pertenezco a un grupo y debo honrarlo."

Pero entonces veo a unas criaturas huyendo de un caído y también siento que debemos matarle. Los caídos son aberraciones que no sirven a la Sombra, pero que amenazan a todas las criaturas vivientes. Debemos matarlos en el acto y sin ninguna contemplación.

Pero la verdad es que sigue sin ser mi decisión. Saco mis hachas, preparado para luchar y mirando al líder de nuestra comitiva, Gror, a ver si las ansias de limpiar un poco estas tierras le asaltan en un buen momento, un buen momento como este.

Cuando, sin haber avanzado demasiado, o menos de lo que yo esperaba, Dainn dio el alto, me moví un poco de mi sitio, intentando descubrir el origen de nuestra detención.

No tardamos en ver el humo, y las explicaciones de Barich un poblado con humanos y enanos luchando contra una docena de orcos pensé. Aquí huele a mierda de la buena. dije para mi. Una cosa era no ir a meterse en problemas y otra encontrárselos. No tenía claro si sería bueno dejar a esa aldea en manos de los orcos.

Sin embargo, antes de seguir con mis meditaciones, escuché nuevas voces, haciendo que girara la cabeza. ¿Pero qué son esas cosas feas? ¿y a quiénes están persiguiendo? Entrecierro los ojos, intentando enfocar la mirada. Lo que les perseguía había sido un enano, pero esas dos criaturas, no tenía claro qué eran.

Acercandome a Gror le traduzco el informe de Barich sobre la aldea, por suerte ha hablado de forma muy clara y sencilla, y diría que voy mejorando en mi comprensión del comercial

-en la aldea hay humanos y algún enano, les atacan al menos una docena de orcos- digo en enano antiguo y voz baja ya que han aparecido esas extraas criaturas seguidas por un caido

La vista de esa aberración me enferma, y pensar en esa aldea solo lo hace peor. Pero tenemos una misión, yo misma lo he dicho antes. Si nos metemos en lios ahora a la vuelta será mucho peor.

Apretando los puños asiento a las indicaciones de Dainn

Tarde del 17° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura   [Turno 7]

El primero que por instinto quiso reaccionar fue Gror, como todos esperaban, pero Cuhrin le detuvo a tiempo pidiéndole a modo de señas que observara. Las palabras de Dainn ayudaron aún más a detener al corpulento enano quien habría querido dar fin a ese caído, y si era posible también a aquellas dos criaturas, que, para él, eran una clara manifestación de la oscuridad de la sombra. No obstante, sus intenciones, consideró hacer caso a Dainn y los demás, y levantando la mano, pidió a todos que esperasen y estuviesen alertas.

En los alrededores, el silencio reinaba, como si toda criatura viviente y el mismo bosque hubiesen decidido callar. Todos excepto aquellos dos seres que huían del enano Ungral. El ser más adelantado ya había tomado cierta distancia, cuando su compañero, trastabillándose, casi caía presa del corrompido enano. Esto obligó a la criatura a subir a un árbol cercano, esperando que el torpe ser levantado de la muerte por el poder del Dios oscuro, no pudiese seguirle. No obstante, el enano aún conservaba cierto nivel de inteligencia y destreza, y aunque con torpeza, empezaba también a subir. El otro ser, a lo lejos, se había detenido, confundido entre la decisión de ayudar o aprovechar el momento y huir.

Los héroes contemplaban todo aquello desde una distancia seguro de unos 200 metros. Dunkan habló entonces – Si no vamos a hacer nada, será mejor apurar el paso y seguir adelante. Pronto tendremos que acampar y no quisiera hacerlo aquí cerca – exclamó empezando a retomar la marcha el mismo.

Pel boqueó asombrado tras procesar lo que sus recuerdos le decían sobre las criaturas que huían del corrompido cadáver del Enano. No pudo evitar empuñar el arco de su espalda mientras se dirigía a sus compañeros.

- Por todo lo sagrado, ¡son fatas! Nunca pensé que vería criaturas sacadas de las leyendas, si bien las historias las emplazan en las montañas Kaladrum y apenas en un par de sitios más. No debemos permitir que sean destruidos esos seres, ¡son Aryth en estado puro! Os pido ayuda para esto amigos, como no permitiríais que os arrancaran un ojo de la cara, ¡salvemos a esos seres! -

Tras decir eso, Pel emprende una rápida carrera hacia los seres amenazados por el Caído, preparando una flecha en su recién adquirido arco.

De momento Keg había continuado según las instrucciones de Gror, quien parecía un poco más abierto a escuchar a los demás, aunque de momento sólo escuchaba a los enanos. El avance fue cada vez más silencioso, sintiendo quizás de forma más evidente la fuerza de la Sombra y lo expuestos que estaban si no andaban con cuidado. Fue entonces cuando se dieron dos sucesos separados: por un lado había una columna de humo, la cual Barich fue a investigar, y por el otro dos criaturas que eran perseguidos por un caído.

La bárbara miraba con curiosidad a las pobres criaturas, eran raras, pero no parecían ningún trasgo que hubiera conocido antes. Fue entonces cuando Pel explicó lo que eran y salió corriendo en aquella dirección. Keg dudó mirando a Gror y a Dainn, esperando que alguno de ellos diera alguna instrucción, pero sólo esperó unos segundos, saliendo tras del hombre con habilidades arcanas, lista para cubrirle.

"Y que se supone que es una fata" Wendell miró confundido al explorador mientras se lanzaba en la dirección de las criaturas que había identificado y del caído, dudando sobre que hacer. Después de todo si, por el bien de la misión, estaban dispuestos a dejar indefensos a los humanos y enanos del pueblo porqué debían auxiliar a esas criaturas? 

"Claro que no son orcos, es un caido" intentó convencerse  a si mismo mientras dejaba caer la mochila para moverse con más prontitud.

Sin estar convencido de que era lo correcto, sin embargo, sabía que no debía dejar solo a un compañero, por lo que se lanzó en su persecución mientras desenrollaba le honda que llevaba en su muñeca, listo para utilizarla en cuanto estuviera a la distancia adecuada... si es que la terminaba utilizando - Dijimos que sin distracciones - intentó explicarse mientras sus rápidos pies le permitían alcanzar a Pel - Sean lo que sean, no deberíamos distraernos - insistió entre resuellos - Además están demasiado lejos - terminó, esperando hacer entrar en razón a su compañero.

Pel habla en voz alta y sus palabras son precisamente lo que necesitaba para intentar acabar con aquel caído. El canalizador se mueve rápidamente para ayudarle, sin esperar asistencia ni consenso alguno, pero el hecho de que sean unas fatas me predispone a ayudarle también. Recuerdo al elemental que nos ayudó en las Cavernas de la Lágrima Caída y siento que no podemos abandonarles a su suerte.

Comienzo a correr detrás de él mientras saco mis hachuelas. Apenas inicio mi marcha, le hablo a Gror, para que no sienta que le ignoran. Mis palabras las pronuncio en la lengua del Clan Durgis pues Pel ya ha hablado en la Lengua del Comercio:

 - "Son fatas, enemigos de la Sombra. Debemos ayudarles y un caído otrora enano no puede seguir deshonrando nuestra tierra."

Digo para ver si convenzo a Gror de apoyarnos, por uno u otro motivo, al ser el líder de la misión. Sé que nos estamos saltando completamente la cadena de mando pero, bueno, hay situaciones límites como esta, donde se requieren reacciones rápidas.

Al oir a Pel, muevo la cabeza de un lado a otro ¿dónde? ¿dónde? hasta que, sonriendo, vuelvo a mirar a esas extrañas criaturas. Nunca me había imaginado que fueran así, aunque había oído hablar de ellas

Wendell, como dice Pel, son la esencia de Aryth. Al igual que los elfos, o los enanos, son considerados los principales enemigos de la Sombra por la unión que tienen con Aryth.

Digo esto en voz alta, de forma que todos puedan oirme y entender las causas de que Pel haya salido corriendo, al igual que Ulfrin, aunque éste por otro motivo, el cuál me dio una idea

Hablando en enano, miré a Michani, aunque también iba para todos no creo que a ningún enano le guste ver a un compañero suyo vagar en ese estado, condenado por aquello por lo que luchamos a destruir toda la vida que encuentre a su paso. ¿Eso lo permitiríais? sabía que era alejarse de su misión, pero eran apenas 200 metros, y podrían salvar a unas criaturas legendarias.

Con la ballesta en la mano, seguí al resto 

-¿Fatas?- las palabras de Pel me hacen levantr la vista y mirar de nuevo a esas criaturas a las que apenas preste atención antes

-Gror, no podemos permitir que ese caido los mate.- digo en enano a nuestro lider, las palabras de Girolamo en este caso solo señalan lo obvio, y el hecho de que Pel se haya lanzado a la carga echa por tierra cualquier consideración de prudencia

-por supuesto que no, hemos de ir a ayudarlos-

Mientras hablo cargo mi honda, conteniendo apenas mi urgencia por salir corriendo tras Pel y los demás en espera de las ordenes de Gror