Partida Rol por web

No había mucho más que hacer, pero quería mandar las instrucciones lo antes posible, pero sin dejar de observar al orco Wendell, digo hablando en Ereño para que no lo entendiese el orco por lo que parece han tomado la Roca con los golem de piedra. Díselo al resto mientras yo intento sacar algo más de información

Me giro de nuevo hacia el orco, volviendo al lenguaje tosco y gutural de su raza ¡Eso es una gran noticia! esos patacortas testarudos no se levantarán de un golpe así. ¿Y cómo habéis podido conseguirlo después de tantos años? ¿algún espía? pero tranquilo, que tu esfuerzo y dedicación a la sombra será bien recompensado. Solo tienes que aguantar que llegue un legado* para sanar esas heridas, ya verás

Mirando al gnomo con la misma mala cara conque había estado mirando al orco, Wendell se dio vuelta y caminó hacia donde se ocultaba el resto del grupo. Una vez que estuvo más cerca, cruzó los brazos sobre el pecho y, bajando la voz, el defensor supuso que por el momento era mejor que el orco no supiese cuantos ni quienes eran, repitió la información tanto en lengua comercial como en enano antiguo.

Al terminar preguntó, como al pasar, también en ambas lenguas - Quieren que Girolamo le pregunte algo en especial? No creo que sea bueno que el orco nos vea a todos, seguramente sospechará que lo estamos engañando, pero puedo volver y transmitir las preguntas -

El plan de interrogar al orco para obtener información por medio del engaño es al parecer, la forma fácil de saber qué es lo que sucede en la Roca mas la paciencia de tener a un orco vivo y cerca no es algo que me guste en lo más mínimo. Me impaciento estando oculto cuando podría estar derramando su sangre. Miro a Gror y estoy seguro de que no está más feliz que yo pero me mantengo en mi sitio para no echar a perder el plan.

Después de un tiempo, Wendell se acerca a informarnos y a preguntar, a lo que le respondo en la Lengua del Comercio pero en voz baja para que el orco no vaya a escuchar:

 - "¿Por que no le cortan la cabeza de una vez y seguimos avanzando? Ya quedó claro que la Roca de Durgis está bajo ataque y debemos ir, aunque no sea mucho lo que podamos hacer."

La verdad es que las argucias y estrategias de engaño no es algo que va conmigo, sobre todo si se refieren a dejar orcos vivir más segundos de los totalmente imprescindibles. Lo que ha dicho, de golems y fuerzas de choque nos indica que es difícil que podamos ser de mucha diferencia pero si podemos distraer lo suficiente para que civiles huyan, no habrá sido en vano.

Pel había quedado atrás mientras trataba de asimilar las connotaciones de que la Roca estaba bajo ataque. parecía que el Enemigo se adelantaba a los planes de las Gentes Libres, como si intuyera que la reunión que se hubiera dado entre elfos y enanos hubiera sido una verdadera amenaza para su oscura hegemonía.

y es que realmente así lo creía Pel, ya que más allá de poderosos conjuradores, armas de leyenda o magias perdidas,era la unidad de los pueblos de Aryth lo que debía dar miedo a la Sombra, algo que seguramente se había dedicado a socavar durante los siglos anteriores a su conquista. Ahora tenían delante una disensión y desconfianza, una situación que el Enemigo había creado sin duda para su beneficio. Que esas heridas empezaran a curar era un desafío a su dominio.

- Si hay otra manera de entrar en la ciudad Gror la sabrá, y probablemente los enanos tratarán de salir por allí del asedio. Debemos ayudarles y propiciar el encuentro de los elfos con los líderes de la Roca. Ese orco ya dijo lo que debíamos saber. Avancemos. -

El orco miró extrañado a Girolamo – espías, los orcos no necesitan espías, el supremo salvador nos guía y nos brinda su poder. Con él alcanzaremos la gloria y destruiremos a las bestias enanas. El señor descansa aún de sus heridas, pero pronto, cuando consigamos un puñado de nexos más, podrá levantarse, y entonces será el inicio de la nueva era – respondió el orco hablando en su antigua lengua, tan ancestral como la de los enanos mismos, con los cuales estaban emparentados.

Mientras el pícaro gnomo hablaba con el orco intentando sacarle más información, Wendell transmitía lo dicho por éste al resto de sus compañeros. La opinión fue general, no tenía sentido perder el tiempo allí, la roca estaba en peligro y no necesitaban saber más. Aunque algunos como Dunkan no estaban de acuerdo, para él, el número de enemigos, su composición y sus planes eran algo trascendental.

No obstante, fue Ulfrin el primero en hablar, y sus palabras, traducidas por el mismo Dunkan a Gror, fueron suficientes como para mover el corazón iracundo del aguerrido enano. El cual, tomando su pesada hacha se puso en marcha en dirección al orco. Este no tardó en divisarlo y se dio entonces cuenta del engaño. Intento escupir al gnomo, pero ya había gastado muchas fuerzas en hablar. Aunque no moriría tan fácilmente, con sus últimas fuerzas, intentó hacerse con su daga la cual estaba escondida en su bota.

- Es su hogar - atinó a murmurar Wendell en la lengua comercial alejando a Girolamo del lugar donde el orco estaba a punto de morir - Dejalo que vengue a sus parientes - añadió, en lengua enana, respetando el deseo de Gror de poner fin a la vida del orco

Sin embargo, pese a ese respeto, el defensor sabía que marchar sin pensar no era una buena idea, por lo que, una vez que el hacha cumplió su trabajo se dirigió a el, en su propia lengua - Existe algún acceso que puedan no haber descubierto? Quizás debemos ir hacia allí, para ayudar a que escapen -

Al ver como Gror dejaba el escondite para dirigirse hacia el orco, y como la vil criatura sacaba de su bota una daga, la ereña movió rápido su espadón para atacar el brazo del orco antes que pudiera herir al líder enano. Luego se apartó un par de pasos hacia atrás, en caso que el enano, en medio de su furia, no pudiera diferenciar enemigos de aliados.

Anonadada por las terribles noticias dejo que Gror avance hacia el orco, aunque no sirva para nada práctico al menos se desahogará un poco, y no podemos perder mas tiempo aquí

-golems, ¿cuantos habrán?- pregunto para mi misma sin esperar una respuesta, ¿que se puede hacer para defender las ciudades enanas de esas moles?

Sacudo mi cabeza para despejarme de esas preguntas funestas que no ayudan ahora

-hemos de avanzar e intentar ayudar. No vamos a poder vencer a los Golems, pero tal vez si ayudar a escapar a los supervivientes-

Ya estaba todo dicho. Tampoco es que hubiera dicho nada que no supiéramos ya, pero quizás lo de los nexos de poder fuera algo importante pero ¿cuántos quedarían en Aryth? ¿sería verdad que el destino está sellado? con la caída de Roca Durgis, uno de los principales bastiones de la rebelión caían con él, y no tenía claro cuál seria el destino de todos los enanos, desprovistos de su fortaleza y guarida.

No quedaba más remedio que seguir y ver si podían salvar al mayor número de enanos posible.

Tal como suponían, Gror se encargo de cobrarse el agravio contra aquel maltrecho orco, incluso era probable que la ayuda de la ereña barbara no hubiera hecho falta, pues ninguno creía que Gror fuese a detenerse por la amenaza de una daga, incluso si ya la tenía clavada.

Los que consideraron mirar, pudieron ver como Gror partía el cráneo del orco de un hachazo para luego destrozarlo con la furia de su bota derecha. Dunkan estaba entre aquellos que no gustaban de ese tipo de cosas, e incluso, como sabían bien, al enano ni siquiera le gustaba combatir. Mirando hacia otro lado el enano pensó en lo dicho por Wendell y le respondió en la lengua de los gnomos – Ciertamente hay otros caminos, pasajes bajo la montaña, mult… – sus palabras fueron interrumpidas por Fuhrin, quien de un fuerte empujo le había arrojado al suelo y ahora le recriminaba algo en la lengua del clan Durgis mientras su puño endurecido amenazaba con regresarlo al suelo si respondía algo.

Más adelante, Gror daba la orden de que avanzarán, no tenía tiempo para hablar ni hacer planes aunque pronto tendrían que hacerlos. En un principio con pasos firmes, pero pronto todos tuvieron que correr tras él.

Anocheser del 23° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 5]

Cerca de unos veinte minutos después, con el crepúsculo ya prácticamente sobre de ellos, el grupo de héroes llegó hasta los límites de la Roca de Durgis. Habían tenido que correr en un inicio y más de uno se había propuesto el lanzarse sobre de Gror para detenerlo y evitar que cargase de frente contra el enemigo, no solo por lo tonto que habría sido aquello si no por que lo haría sumamente cansado. Por suerte el enano detuvo el paso a mitad del camino permitiendo a todos tomar el aire tras llevarlos al borde del cansancio.

Ahora, el enano quien iba al frente junto a Dainn, se había detenido por completo, y pronto todos se dieron cuenta por que. Poco a poco todos pudieron percibir aquel extraño olor en el aire, un olor a quemado entre medio de la brisa, que llegaba de los alrededores. - Carne quemada – exclamo Eirinn en la lengua comercial, a lo cual Dain y Barich asintieron, ellos también se habían dad cuenta e incluso indicaron la dirección de la que parecía proceder el olor.

Hacia allí estaba la Roca, todos lo sabían – humo – exclamó Eirinn de nuevo al mirar a lo lejos, ciertamente, para los ojos más adiestrados, si miraban con atención, podían notar las señales de una batalla. La Roca estaba en llamas.

El rostro de Gror se desfiguro en ese momento, su expresión parecía indicar que estaba por quebrarse en llanto para luego estallar en ira. Clavó con fiereza su hacha en el suelo en un intento por liberar su mente, pero aquello solo lo hundió más. Fuhrin y Cuhrin tuvieron que sujetarlo con firmeza para que no se lanzase a correr de nuevo al tiempo que Dainn intentaba que se callase y no gritase, el enano estaba fuera de si. Habían perdido aparentemente a su líder. Aunque no podían reprocharselo, su misión estaba por concluir y era una gran victoria; la cual a su vez implica el merecido reconocimiento para él y su futuro. No obstante, para Gror seguramente ahora todo estaba perdido, si la Roca había caído ya no le quedaba nada y seguramente querría morir en batalla con los suyos.

Ciertamente, como expresará el avatar de la reina elfa, muchos de ellos entre ellos probablemente todos los enanos, el futuro estaba fijo en el presente y nada importaba más allá de ellos mismos.

A los agudos ojos del defensor la acción de Fuhirm estaba clara, no quería que su compañero le informase de salidas secretas del enclave. Encogiéndose de hombros optó por hacerse el desentendido. Incluso sin entender cuales habían sido, exactamente, las palabras que le habían dicho a Dunkan, su silencio lo dejaba claro. Había otras salidas, solo que el no estaba autorizado a conocerlas. 

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Probablemente Wendell fue el que mejor llevó el paso demencial que proponía Gror. Más de una vez estuvo a punto de intentar detenerlo, pero no lo hizo. No tenía sentido pretender que el enano se mantuviera calmado. Cuando la distancia le pareció suficiente tomó la decisión de, pese a todo, intentar detenerlo aunque sea un momento. Pero, por suerte para el (no quería tener que discutir con el líder del grupo) el mismo Gror fue consciente de que debían disminuir la velocidad.

Manteniéndose atento a su entorno, Wendell movía los ojos hacia uno y otro lado y aprovechaba cada pocos pasos para detenerse y concentrarse en lo que percibían sus oídos. Estaba claro, por el olor y el humo, que la batalla había sido encarnizada. Solo esperaba que por lo menos algunos de los enanos pudieran haber huido.

No hay que conocer el idioma del clan para entender lo que le ha dicho Fuhrin a Dunkan, estaba hablando de las entradas secretas a la Roca, y aunque la desconfianza duela es comprensible. Sin decir una palabra ayudo al explorador al levantarse y me dispongo a una marcha rápida.

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Para cuando Gror finalmente se detiene aun he de correr un rato antes de alcanzarle e inclinarme intentando recuperar el aliento tras la frenética carrera. Doy las gracias al espíritu de la tierra porque nuestro lider se haya detenido, ya que no estoy en condiciones de hablar con el para calmarlo

Alguien menciona el olor y solo espero que sea carne de orco, tal vez los defensores de la Roca tuvieran aceite hirviendo o algo así.

Levanto la mirada hacia la colina que nos oculta el enclave enano mientras la sangre sigue latiendo en mis sienes

Keg se unió a la carrera, sin estar segura sobre lo que tendrían que enfrentar cuando llegaran allá. Sólo quedaba claro que la batalla estaba siendo encarnizada y que no parecía haber gran esperanza para los enanos. Era triste y doloroso, si bien ella no era una enana había pasado parte de su vida adulta tratando con ellos. De nuevo estaba siendo testigo de la destrucción de gente inocente, y esta vez la caída era mucho peor, pues La Roca había podido resistir hasta entonces.

De hecho, ¿cómo era que había caído justo ahora? ¿Qué había cambiado? La ereña pensó en aquel hombre que había pertenecido al grupo original de los mercenarios a los que se había unido, el que había sugerido poner algo en la bebida de Gror para que no pudieran entrenar. ¿Sabía aquel hombre alguna cosa que no había revelado? ¿Sabía que aquella ciudad caería?

La bárbara vio como el olor a humo era más intenso. Había algo que Keg no podía sacarse de la cabeza desde que lo había dicho la elfa. -Esta no es una misión de rescate. Ni siquiera es para ayudar a los supervivientes a salir. Debemos llevar a alguno de los elfos hasta el Dorith Woden, tenemos que creer en que está con vida.- Miró a todos, antes de girarse a los elfos. -Y en caso que no lo esté, Gror es su legítimo heredero. Lo que sea que deba revelar ante el señor de Roca Durgis, ¿no puede ser relevado a él?- Señaló.

La situación estaba clara, y el resultado, aunque nos pesara, ya sabíamos cuál era. Lo único que quedaba era ir hacia la Roca e intentar ver si el Dorith seguía con vida. Como había dicho Keg, quizás fuera esa nuestra misión actual. No sabíamos por qué habíamos llevado a cabo esta misión, pero tenía que ser importante

Como dice Keg, esa es nuestra misión principal ahora mismo.  No sabíamos lo que querían o tramaban, pero quizás sea la única chispa de esperanza que separe la derrota, de poder continuar con la lucha.

Cuando Fuhrin empuja a Dunkan y Michani va a ayudarle, yo me pongo en medio de los dos y miro con una mirada cargada de desprecio, antes de responderle en el dialecto del clan Durgis:

 - "Yo sí soy del clan y confío mucho más en algunos de los no enanos del grupo que en ti. Por idiotas como tú es que nuestro pueblo está solo y ahora, quizás destruido."

Me mantengo ahí, sosteniendo su vista y con cara de pocos amigos hasta que Michani se encarga del explorador, preparado para enseñarle a puñetazos a tener más respeto con los que no son tan idiotas como él. Solo hasta que Gror da la orden de avanzar es que me retiro del medio.

Nuestra frenética carrera por el camino nos acerca rápidamente a la Roca de Durgis, lo que es más terrible al ir notando con más y más intensidad el olor del humo y los signos de devastación. Mantengo el paso con una hachuela en cada una de mis manos, a sabiendas de que en cualquier momento nos verá el enemigo y tendremos que luchar por nuestras vidas.

Avanzo junto al grupo, asustado de que sea tarde para ayudar pero emocionado de saber que también es una oportunidad de asestarle un golpe a la Sombra y, saber que uno de sus ejércitos se estampó contra los muros de la fortaleza, sería algo que me alegraría por semanas.

"Pero no, no debo albergar esperanza. Eso nunca se cumple."

Así que me preocupo de mirar y escuchar lo mejor que puedo, para así saber bien a qué nos enfrentaremos antes de encararnos al peligro y, probablemente, a la muerte.