Nyll, como cualquier gnomo, se siente atraído por lo que brilla y señala a Thelonius, sin decir palabra, que se va a acercar a ver de qué se trata.
Thelonius asiente con la cabeza, también en silencio, y le sigue de espaldas, cubriendo con la vista todo lo que se pudiera menear.
Oh, qué maravilla. Lo que hay en la esquina es un agujero de buena profundidad ¡lleno de monedas, joyas y algunos objetos más, como armas y armaduras! Todo tiene muy buen aspecto y está claro que ha sido removido recientemente por otras manos que no son las vuestras.
- Será como deséis- responde Hitmol cuando ya empieza a retroceder lentamente sin volver la vista. Lentamente, el mago se une al pícaro en la retirada.
No avanzo más por si hiciesen algo antes de que volvamos por el bujero.
¿Vemos u oímos a Hitmol y a Urik?
Nop. Aunque se escuchan ruidos lejanos por el corredor que dejásteis momentaneamente a un lado.
Retrocedéis con dignidad pero atención por el pasillo, escoltados por la voz de los murmullos de los zargonitas "civiles" que parecen volver a debatir, en voz baja, qué deberían hacer ahora ante vuestra presencia y el giro de los acontecimientos.
Pero para vosotros ya es casi agua pasada. Volvéis por el túnel despacio, en dirección a la caverna principal más arriba. Cuando estáis cerca, empezáis a escuchar un sonido, el de pasos sigilosos moviéndose por dicha sala y el rebuscar leve de alguien en el metal.. del tesoro, imagináis.
POR FAVOR, cuidado de nuevo con los destinatarios. ;)
Hitmol aprieta con fuerza la daga mientras señala con la otra mano a Urik que se adelante unos pasos. Con precaución y muy lentamente, el mago empieza a avanzar todo lo silencioso que puede esperando no tener que matar a algún zargonita descarriado con los pocos recursos que tiene a su alcance.
Nyll señala con la mano en dirección al corredor lateral y se dirige hacia allí.
Thelonius echa una mirada al alijo, traga saliva y sigue al gnomo sin dejar de vigilar a diestra y siniestra.
Urik avanza de forma sigilosa , buscando identificar la fuente de los pasos sigilosos . Le hace una señal a Hitmol como que se quede detras con la luz para intentar esconderse en las sombras . Mientras empuña con fuerza el estoque dispuesto a clavarlo en la espalda de los enemigos en cuanto se descuiden .
-¡AAAAAAHHHH!-
-¡AAAAAAHHHH!-
-¿ERES TÚ?-
-¡CARAMBA, URIK, MENUDO SUSTO!-
-¿SUSTO? ¡POR QUÉ VAIS SIN LUZ!-
-¿POR QUÉ ACECHÁIS EN LAS SOMBRAS VOSOTROS?-
-QUÉ GNOMO MÁS TORPE-
-QUÉ MEDIANO MÁS GRUÑÓN-
Pues eso, que ambas parejas de exploradores os encontráis de golpe tras doblar una esquina del túnel. XD
- ¿Sabéis que hemos estado a punto de partiros en dos?- pregunta el mago que aferra la daga en su mano y ha estado a punto de lanzarla sobre Thelonius cuando este se giraba.
Bueno, nosotros son subíamos ya; si os parece allí os contamos lo poco que hemos averiguado. Pero antes de nada, queríamos quemar el cadáver de Zargon, hemos oído que tal vez pudiera regenerarse o algo por el estilo.- Dicho esto, Hitmol busca entre los pilares una tea para encenderla y algún mueble viejo, inservible y de poco valor para construir una pequeña pira funeraria alrededor del dios zargonita.
Cita:
Secundo la moción, pero mientras tanto vamos a echar el guante a unas cosillas que hay en aquel lado. Nyll, ayúdales con la hoguera, dice Thelonius, en su salsa cuando de cosas de valor se trata.
Nyll se afana en preparar el fuego purificador y mientras se enciende, le dice a Urik: ¡cuenta, cuenta!
Bueno hemos encontrado el tesoro de Zargon , esta en un agujero del suelo , ademas y esto es lo mejor hemos encontrado la fuente de agua de la piramide ... por eso seguro que los cynadeceos pagan un buen dinero . Ademas allí quedan una docena de zargonitas desarmados , que a nada que se presenten una decena de cynadeceos armados se rinden . Le empieza a contar Urik a Nyll . Poco mas hay que contar , salvo lo que han insinuado de que el pedazo animal ese se regenera .
Regresáis a la sala del monstruo, donde Zargón, el enorme Zargón, permanece inerte para vuestro alivio. Las joyas y monedas siguen en el agujero donde las dejásteis. Es evidente desde un primer vistazo que este corpachón gomoso y húmedo no podrá ser quemado con un poco de leña, que por cierto, tampoco es que haya a mano.
Visto que no hay nada combustible cerca, Thelonius reacciona rápidamente: Nyll, ve hasta la cuerda y pide que baje el resto, más los esclavos liberados. Que los cynidiceanos organicen una cadena humana y traigan muebles viejos, maderos y todo lo que no sea útil y pueda arder. ¡Venga!
Hitmol, Urik, vigilemos que este bicho no se levante, y mientras, aseguremos el botín.
Nyll asiente con la cabeza y echa a correr en dirección a la cuerda.
Pasa todavía un buenr ato más antes de que uno de los vuestros suba por la cuerda. ¡En Snyll! El gnomo trepa por ella tan rápido como puede para llegar hasta vuestra planta.