Partida Rol por web

- Bueno ¿Cenamos? - Dijo Richard viendo que en la conversación no llegaría la sangre al río. Y quizá para distender aún más el ambiente.

- Mañana esta zona también va a estar movida, parece que los de fuera van a acercar familiares a la barrera, no sé la intención, quizá que no decaiga el ánimo o no perder el contacto con el mundo exterior – Se levantó de hombros pues él tampoco lo acababa de entender.

No me pasa desapercibido el comentario por lo bajo de Brandon, pero prefiero dejarlo ahí. No vamos a sacar nada removiendo el tema. No es que yo pueda hacer mucho. Richard dice de cenar y asiento.

- Lo de los familiares va a traer problemas...Solo va a alborotar más a la gente. Mañana no suelto la escopeta en todo el día...- comento- Y tenemos que pensar que hacemos con las patatas - Y ahí miré a mi hijo, quería su sincera opinión.

- ¿Las patatas? - Preguntó Brandon con el ceño levemente fruncido.

Richard le explicó tu propuesta de quedarse suficientes para consumo propio y dar el resto para la gente necesitada. Para ello hablando con un organismo público como por ejemplo el ayuntamiento.

Brandon asintió – Con este calor aguantarán menos de lo normal, pero mínimo una semana antes de que empiecen a estropearse. A parte de las nuestras... ¿Qué tal si dividimos el resto por la mitad? damos ahora la mitad ahora y la otra mitad dentro de unos días, así si se solucionara esto aún podríamos obtener algo de beneficio... - Dijo a modo de idea

Procedo a terminar de poner la mesa, mientras escucho la idea de mi hijo.

- No me parece mal...Está bien. Creo que sería lo correcto. Dejar que se pudran en el cobertizo es un desperdicio, y administrandolas así, tienes razón en lo del beneficio - le asiento- Pues creo que si...Que podemos hacer eso.

Al terminar de poner la mesa tomo mi luego en ella, creo que podríamos terminar de concretar el tema durante la cena, y mañana comenzar a proceder. Yendo al ayutamiento o a donde sea.

 La cena ya comenzó con normalidad, Richard tomó la palabra.

- Yo mañana por la mañana lo puedo comentar en el ayuntamiento. Según quede, vengo y te comento. De paso, también puedo comentarles el tema del grupo de Brandon.

Anticipándose a una posible desaprobación del chico se anticipó a matizar – No voy a prohibiros nada, pero si me aseguraré que si alguien ha de hacer algo arriesgado que sea alguien con experiencia... - Trató de decir con tono conciliador

El chico hizo una mueca pero asintió como dando su visto bueno.

Asentí a la propuesta de Richard.

- Puedo ir preparando igual los sacos, y eso...- como un poco- Adelanto trabajo. Esperaré noticias, si tienes trabajo, dímelo por walkie y ya procedo con lo que sea.

Lo segundo que dijo fue de alivio para mi. Me dejaba más tranquila saber que mi hijo no estaría en riesgo. Al menos no de la forma en que me lo expuso.

- Gracias, Richard. Por preocuparte y eso - le dije, aunque en ese grupo también estaba su hijo, claro.

Richard asintió y te sonrió – No es nada, es parte mi trabajo y es gratificante cuando se puede aplicar a las personas que conoces y las puedes ayudar... - Comentó

La cena siguió su curso y hasta que finalizó. Ahora fue tu hijo el que intervino dirigiéndose a ti – Mañana por la mañana te echaré una mano con lo que haya que hacer por aquí y me marcharé después de comer, como hoy... - Te dirigió una mirada de “si te parecía bien” - Creo que ya me retiraré a descansar – Dejó su plato y te dio un beso de buenas noches. Esperó por si tenías algo que decirle antes de que se subiese definitivamente a su habitación.

Le sonreí a Richard por su comentario, antes de seguir con todos la cena. Empezaba a acostumbrarme a cenar todos así. Solo habían sido un par de días, con hoy. Pero debe ser que cuando estás agusto te acostumbras rápido y parece que es como si lo hubieras hecho de toda la vida. Algo natural.

Brandon se levanta primero y me dice que se va a descansar.

- Mañana podemos empezar a ver lo de la patatas, para que no estén asi a granel y sea más facil de repartir equitativamente - porque algo haría con ellas, eso lo tenái claro- Pero descansa por hoy, no te preocupes. Yo recojo la mesa - le digo a mi hijo.
 

Tu hijo se despidió y definitivamente se retiró a dormir, aunque antes hizo un viaje a la cocina llevándose algunas cosas de la mesa.

Quedaste con Richard que también te ayudó a recoger las cosas – No es fácil ser padre o madre, pero creo que Brandon es un buen chico – Apuntó estando ya ambos en la cocina - Supongo que yo hubiese actuado igual, aunque mi Adrien se muestra bastante más distante, lo que lo complica todo más. Pero bueno, un día los tienes en brazos y cuando menos te has dado cuenta ya son independientes... - Reflexionó en voz alta.

Richard reflexionó mientras quitábamos la mesa.

- Se que Brandon es buen chico, pero no puedo evitar preocuparme ¿lo entiendes, no? Quizá siempre fui un poco paranoica, he estado toda mi vida en tensión esperando la puñalada, estando preparada para lo que sea...Y ahora, con todo esto de la cúpula aún más. No puedo darle una palmadita en la espalda y animarlo a ello sin más...- añado al comentario - Cuando sea padre lo entenderá...

Voy hablando mientras recojo, luego le miro.

- Gracias por lo ánimos, y por todo...

 Richard asintió con la cabeza – Lo entiendo perfectamente. En el fondo todos somos un poco paranoicos y por el momento tus niveles de paranoia creo que se pueden considerar como normales. Además, has estado mucho tiempo sola. No seré yo quien diga que estar sólo es malo, hay gente que desea estar así... Pero en esa situación nunca está demás tomar precauciones – Dijo apoyando tu postura.

Te sonrió y se emocionó un poco con lo último que dijiste, su respuesta fue un sentido abrazo. No hizo falta más palabras – Anda vamos a la cama, si te apetece, aún me quedan fuerzas para intentar quitarte algo más de estrés – Te guiñó un ojo y esperó a que lo acompañaras a la habitación.

Le sonreí un poco cuando me dijo que entendía mi postura. Aunque aún no conocía ni la mitad de mi paranoia me parece. Sea como sea, después me dejé abrazar y le correspondí en el gesto, apoyando mi cabeza en su hombro. En respuesta a lo que segundo que dice, le doy un beso en el cuello y después me aparto para cogerle de la mano e irlo subiendo hacia mi habitación. Creo que tampoco eran necesarias más palabras en esta situación, claro que estando mi hijo a pocas habitaciones de distancia, no iba a montar ningún alboroto, claro está.