Al principio abrí los ojos como platos cuando ella dedujo que "mi amigo era policía", luego quedó claro su hilo deductivo y tuve una imagen palpable de lo ocurrido. Ya no se trataba de especulaciones sin base, mis dudas estaban contrastadas. Aunque faltaba aún saber quienes eran los que habían actuado. Probablemente fueran o el emisor o el receptor de la mercancía. Quizá llevaban algún dispositivo en el camión que les alertaba si se abría la puerta de la carga en ruta y actuaron en consecuencia. Sea como fuere, debían tener acceso a los datos de quién era el policía y quién el conductor. Eso sería fácil para alguien del cuerpo con acceso a los archivos... o con acceso a Jimmy.
Estos pensamientos se agolparon en mi cabeza mientras ella hablaba y aún me mantuvieron abstraído unos segundos después. Lo justo para una pausa no demasiado larga. Retomé una postura similar a la de antes, para ocultar mis labios.
- No sabe cuánto le agradezco lo que me ha contado, pues reafirma mis sospechas. - Le dije en el mismo tono confidencial de antes. - Sí. Mi amigo era el policía que alguien suicidó. - Le confesé. - Hay algo que no encaja. - Pensé. Luego continué diciendo. - Le aseguro que cuando pille al responsable de esto, lo pagará caro. ¿Recuerda algo más? ¿Le dijo su marido qué material transportaba o porqué creyó que el policía habría pagado con su vida husmear en su carga? Si tuviera algún detalle más concreto, sería de mucho valor. Aunque a usted no le parezca, cualquier cosa puede tener una importancia enorme.