Cuando Mycroft Mallard regresa a la taberna de Miss María.
Te alejas de tus compañeros, que se quedan hablando en el lugar del suceso antes acaecido. Vas dándole vueltas al tema de la agresión que habéis presenciado, y por temor a cómo se encuentre miss María, aceleras el paso.
Al poco llegas a la taberna. Está aparentemente vacía. No se ve movimiento dentro.
Te fijas un poco más, y ves a Maria sentada en una mesa, como dormida, apoyada sobre la mesa, con la cabeza de lado sobre sus brazos. Entre el sobresalto de antes, y lo atareado del día, está un poco cansada...
Márcate sólo a ti en la escena.
Avanzas una buena distancia tras Mycroft para que no te sienta. Lo ves avanzar hasta la entrada de la cafetería/taberna, y pararse a mirar desde el cristal al interior.
Parece estar comprobando si hay gente dentro, o si Miss María se encuentra en el lugar.
Márcate a ti solo.
Si pretendes avanzar con sigilo, tira por Discrección, para que no te oiga.
Doy un par de golpes a la puerta con los nudillos de mi mano derecha antes de entreabrir la puerta y asomar la cabeza al interior del bar disculpe miss María, vengo por la cuestión sobre la visita al interior de la casa en la que se hospedaba mi hermano. ¿Es este un buen momento? Si es demasiada molestia puedo volver más tarde pregunto desde la puerta entreabierta, esperando la respuesta de miss María antes de entrar al bar.
Ves que María levanta la cabeza ligeramente sobresaltada, y te mira con cara de sueño. Bosteza con disimulo, y te hace un gesto con la mano indicándote que entres.
-No, no, corasón, pues pasá, que no pasa ná. Es que el jaleo de antes y la hora de la comiiiia me han dejao matá. Ni te he buscao las llaves, esperas un segundiiiito...
Se incorpora, y se va detrás de la barra. Te prepara un café humeante y calentito, que desprende un aroma exquisito, y te lo señala.
-Subo a por ellas ahora, corasón. Dame un segundiiiito, y ahora bajo.
Al fondo del local hay una puerta por la que sale de la estancia. Debe conducir al piso de arriba, que debe ser el lugar en el que vive María, ya que el edificio tenía dos plantas, mientras que lo que es la cafetería en sí sólo posee una.
Te deja un ratito esperando a solas, ante tu taza de café, mientras escuchas pasos deambulando por el piso superior. Parece estar dando vueltas por casa, buscando.
Tirada de Escuchar.
Muchísimas gracias miss María contesto entrando y cerrando la puerta tras de mí. Me dirijo directamente hacia el café, el cual tenía un aroma que invitaba a saborearlo. Además después del abundante almuerzo en la posada de miss Stone nada mejor que un café caliente para terminar de asentar la comida.
He llegado a tiempo, al parecer ninguno de esos lunáticos amantes de la violencia gratuita y desprovistos de los modales más básicos no han pasado aun por aquí. Solo espero que ninguno fuera directamente a la casa y la forzara, aunque después de lo visto frente a la iglesia ya no me asombraría lo más mínimo pienso mientras doy un largo sorbo al café, el cual era definitivamente uno de los mejores que había probado en mi vida, mientras la buena mujer buscaba las llaves de la casa de su difunto esposo en el piso superior.
Tirada: 1d100
Motivo: Escuchar
Dificultad: 55-
Resultado: 20 (Exito)
-Bah, el viejo está flirteando con Miss María... no vale la pena ni para espiarle- comenta para sí mismo. Si lo que había oído, el oficial no vendría hasta la noche, tenía aún tiempo para... para echarle un vistazo. Y a ver si esta vez no pasaba nada.
Con la misma discreción con que había aparecido, se alejó en dirección a la casa donde se había quedado Charles Mallard. Mientras intentaba echarle un ojo a cualquier cosa algo fuerte, una palanca o parecido, para abrirse paso entre las pertenencias de la víctima. Con lo que había visto, ya tenía una idea de la suerte del pobre desgraciado... pero saber que estaba haciendo allí, en ese lugar olvidado por Dios y la ley... eso cerraría la información que necesitaba.
"Veremos que sucederá" pensó fumando su cigarro.
Tirada: 1d100
Motivo: Descubrir
Dificultad: 60-
Resultado: 74 (Fracaso)
Te ha parecido ver a alguien espiándote desde el exterior de la tienda. Al mirar hacia el cristal, te parece ver a Gordon Flemming alejarse de la cafetería.
María aparece en ese momento, con un par de llaves en la mano.
-Toma, corasón. Estas son las llaves de la casa. Son las dos igualiiiitas, pero por no sacarla del llavero, con lo que cuesta, prefiero te las lleves. Ya me las traerás cuando acabes, no hay priiiisa, ¿de acuerdo, corasón?
Una de dos, o esta situación está poniendo al límite mis nervios o ese supuesto “periodista” es el ser más despreciable que jamás me he echado en cara. Empiezo a dudar siquiera en que realmente sea lo que dice ser, a mí no me parece más que un vulgar tunante. Debo de tener cuidado con él, quien sabe cuales son sus verdaderas intenciones. No dejo de darle vueltas a mi cabeza a esta idea mientras termino de tomar el café.
Justo en el momento en que dejo la taza vacía en el plato, miss María reaparece con las llaves en la mano. Un millón de gracias miss María. Espero que no me lleve mucho, en cuanto termine le devolveré las llaves. Me dirijo hacia la puerta dispuesto a salir, pero cuando esta estaba entreabierta me doy la vuelta de nuevo en dirección a miss María no se preocupe miss María, procurare no revolver en la memoria de su difunto marido, y me asegurare de que nadie más lo hace.
-Descuiiiida, corasón. En esa casucha de mala muerte sólo nos dejamos los muebles viejos, pero todo lo demás lo trajiiiimos para esta chosa, corasón- te dice, sonriente, señalando al piso superior- Espero que encuentres algo de tu hermano que te lleve a averiguar dónde está, corasón.
Sales del bar, y tomas rumbo a la casa de María, en la que se hospedaba tu hermano hasta hace poco.
Fin de escena :)