Partida Rol por web

Cuando parte del grupo se dispone a investigar en los alrededores de la casa de Charles, en busca de alguna pista.

Comienza a nublarse. Es posible que acabe lloviznando hoy. Además, hace un día de mil demonios, por no hablar de que os rugen las tripas como si hiciese mil años que no coméis...

Con estos pensamientos en mente, tornáis el camino de la iglesia, y comenzáis a andar siguiendo las indicaciones que María Dosantos le había dado a Mycroft. Veis la tienda de comestibles, a la derecha, y también pasáis una horriblemente chillona casa amarilla, a la izquierda del camino. Caminando otros quince minutitos más, llegáis a un senderito mal segado (si es que se puede decir que esté segado), y lo tomáis, camino a la casa del difunto marido de María.

Tras andar unos cuantos minutos más, os parece vislumbrar una minúscula casita a lo lejos. ¿Podría ser la casa de la que la dueña de la cafetería había hablado? Debe de ser, porque no se ve ninguna más por la zona...

Por fin os situáis ante ella:

By camember, shot with NIKON D50 at 2010-01-04

Es una casucha minúscula, de piedra. Se ve que ha pasado por tiempos mejores, ya que es muy antigua y apenas ha sido reformada. El jardín alrededor de la casa crece a placer.

Las ventanas tienen barrotes, oxidados. La puerta de entrada es de madera. Está cerrada con llave, y aunque no costaría mocho tirarla abajo de una patada, dado que está completamente carcomida, os preguntáis hasta qué punto es conveniente hacer eso, si su dueña se ha ofrecido a dejaros las llaves para que la examinéis a placer esta tarde...

No obstante, no todos los que van hacia la casa son dueños de una moral intachable...

Sabía que mi hermano podía ser en ocasiones muy poco escrupuloso, y es cierto que miss María me había advertido del estado de la vivienda, pero esto es aun peor de lo que jamás imagine. ¿Acaso puede realmente un ser humano vivir en semejante lugar? pienso completamente asombrado ante la visión de la casa en la que habitaba mi hermano. Si bien llamarla casa quizá sea demasiado.

Bueno caballeros, según las indicaciones de miss María, y aunque pueda parecer increíble, esta es la vivienda que mi hermano ha utilizado como residencia en su estancia aquí en Yokelville indico al resto de los presente, casi mas para terminar de convencerme a mi que para informar al resto, pues al ser la única casa en varios metros a la redonda no cabía ninguna duda.

Me disponía a dar un rodeo a la casa para ver si por algún casual pudiera encontrar en el exterior de la casa algo que pudiera indicarme el paradero de mi hermano, pero entonces recordé las palabras de ese presumido periodista, y decidí no apartarlo de mi vista por lo que fuera capaz de hacer. Oportunamente, mis tripas rugieron, y aproveche la coyuntura para intentar que todos nos fuéramos a comer y volviésemos luego con la dueña del inmueble. Seguro que así ni siquiera “mister” Flemming intentaría nada raro bueno señores, mi corazón ya se siente algo mas aliviado al saber que mi hermano al menos contaba con un techo donde cobijarse, y es ahora mi estomago el que precisa de toda mi atención. ¿Qué les parece si vamos a comer donde miss Stone y volvemos luego a la tarde junto con miss María y las llaves de la vivienda?

Echo un breve vistazo alrededor de la casa. La hierba crece a placer, y no veo ni huellas, ni nada que me indique que haya habido nadie cerca de la casa estos últimos días, si bien es cierto que tampoco soy yo un rastreador de la leche, precisamente.

-Bueno, ya sabemos dónde vivía mi padre- les digo, aliviado al saber que contaba con un hogar. No debía de ser del todo desagradable volver un poco a vivir "con la naturaleza". Digo esto, porque si no hay matorrales hasta dentro de la casa, me como mi sombrero. Y apuesto un ojo a que tiene goteras.

Escucho la idea de irnos a comer, y dejaré que sea mi tío quien responda a eso. Como él quiera, de momento**, me dejo guiar.

¿Irnos a comer ahora? ¿Es una broma? ¿Como pretendían hacernos caminar esto para darnos la vuelta?

Pienso en Alan... y en el subnormal... si sus tripas le instan a ir a comer al albergue estoy seguro de que aún tardará un buen rato, y me interesaba mucho lo que con sus buenas maneras hubiese podido conseguir donde yo habia fallado del subnormal. El percance en la tienda y el monumental enfado que me habian invadido habian menguado mucho tras desfogarme en la carrera y ahora la calmada casita me ayudaba tambien a minar ése resentimiento.

Lanzo una indiscreta mirada cómplice al elocuente Flemming pero yo tan solo me limito a cruzar mis manos tras mi espalda y dar una vuelta silenciosa a la pequeña casa con grandes pero muy tranquilos pasos, observando la fachada, puerta, ventanas y alrededores.

No esperaba ver nada, era tan solo una casa, y dudo que inspeccionarla por dentro nos llevara más de unos pocos minutos, me paro en uno de sus lados para ver los distintos horizontes, los paisajes y vistas que puedan disfrutarse desde el lugar y masajeo mi barriga con cariño, esa sensación tirante ... hambre... si me hubieran vendido algo en la tienda... ¿ pero porqué a mí no me vendieron nada y a Alan sí? urrg que rabia .... glglgl.... y hambre

-¡Maldita sea, Mallard! ¿Me has hecho venir hasta aquí sólo para eso? ¿Para un mísero vistacillo desde fuera?

Resoplé varias veces indignado. Las tripas me comenzaron a rugir...

-Si no fuera porque me muero de hambre, te mandaría al carajo por arrastrarnos hasta aquí sólo para eso. Vamos, demos la vuelta- digo, furioso.

No obstante, dudo mucho que los acompañe hasta la posada. Tenía otros planes en mente...

Los cuatro dan la vuelta, primero a través del sendero, y luego por el camino del pueblo. A la altura de la tienda de comestibles, Gordon se detiene, y os dice que sigáis sin él, que va a darse una vuelta por la tienda de "abarrotes", como la llama él. El resto proseguís hacia la posada de Miss Stone.