Partida Rol por web

He creado una escena para cada uno para que podáis ir colgando las cosas que hacéis, consultándome cosas, poniendo vuestros pnjs, historia, lo que sea, así que adelante con ello^^ 

Nombre: Alexander

Apellidos: Weir

Fecha de nacimiento: 4 de Marzode 19XX

Estatus de sangre: Sangre Mestiza.

Estatus social y económico: Clase media.

Nacionalidad: Feroés (Islas Feroe)

Residencia: Tórshavn.

Descripción física: Alexander es sensiblemente más alto que la media de su edad, situandose en el 1'40m. La sensación de que es alto se agrava al estar tan delgado como está. Tiene el pelo cataño claro y los ojos azules. Siempre lleva exactamente el mismo peinado, y si puede, la misma expresión facial seria y ausente. Suele vestir con camisetas y pantalones de tela comodos, así como con zapatos.

Descripción psicológica: La palabra que definiría la psicología de Alexander sería sistemático. No solo esta obsesionado con las normas, la educación, el orden y el saber, también considera que todos aquellos que no comparten su punto de vista son inferiores intelectualmente. Tiene fuertes dificultades para sociabilizarse con los demás, cosa que no cree necesario a no ser que quiera algo de ellos. Por otro lado, su forma de divertirse es algo extraña y única: Estudiar. Además de esto, suele tomarse las cosas siempre de una forma estrictamente literal.

Curiosidades: Le encanta la comida china. Por propia petición, estudió solo en casa y no en un instituto o colegio. Debe sacar punta a los lapices antes de escribir y limpiar las plumas después de escribir. No tiene animales porque lo considera una perdida de tiempo innecesaria. Tiene un reloj de bolsillo que siempre lleva con él, y un segundo reloj para comprobar que el primero marca la hora correcta. Las multitudes le ponen nervioso. El apellido de soltera de su madre es Hag, por lo que se asume que debe ser pariente de Somnolens Hag, la bruja en la cual esta basada el personaje de Ficción Maléfica. Tiene un largo listado de manías y algunas trazas de t.o.c.

Secretos: Su padre murió durante un accidente en el departamento de misterios mágicos hace seis años. Todo el suceso esta envuelto en medias verdades, secretos oscuros, negación de lo ocurrido y peticiones de silencio.

Miedos: Ligirofobia, Melisofobia, Ornitofobia, Misofobia, entre otros.

Pasatiempos y aficiones: Estudiar. Corregir a los demás. Ser insufrible. Leer. Estar solo. Los cómics, la televisión, la lectura pesada o muy pesada.

Elizabeth Weir: La madre de Jessica, Iraida, Alexander y Zora. Estudió en Gryffindor, y fue una excelente bruja que despuntó en prácticamente todo lo que hizo, con una mezcla de habilidades innatas, suerte y estudio. Se casó con Dagomaro Farrah, que al casarse con Elizabeth adoptó su apellido (y no al revés, como dicta la costumbre en Feroe). Fueron felices y tuvieron tres hijas y un hijo. Elizabeth fue una gran aurora, con una marca personal terriblemente alta de efectividad en su trabajo. Una mujer verdaderamente buena en lo suyo, una depredadora nata que vio su vida sesgada de la noche a la mañana.

Su marido murió en un extraño accidente en el Departamento de Misterios Mágicos donde trabajaba, e hizo que la mujer perdiera el juicio. No solo renunció a su trabajo, si no que pidió traslado a uno de los departamentos administrativos, a un puesto reservados a aquellos que han perdido la ilusión por su vida y las motivaciones por su trabajo o familia. Se convirtió en un Alma en Pena. Llorando por las noches la muerte de su marido, arrastrando los pies y ausente por el día. Ya nada parece importarle (ni siquiera sus hijos) y hay quien dice que ha perdido totalmente el norte. Actualmente trabaja en sanciones administrativas en el Ministerio. La familia de Elizabeth se ha desatendido de ella, asumiendo que ha caído en la desgracia y la locura, dejándola sola.

Aunque la familia Weir nunca se casó con ningún muggle, si lo hizo con Mestizos y Sangre Sucias, con lo que el apellido no tiene relevancia alguna en el peso de la comunidad.

Dagomaro (Farrah) Weir: El padre de Jessica, Iraida, Alexander y Zora. Es irónico pensar como la comunidad puede olvidar a alguien por algún tipo de conveniencia conocida solo por unos pocos. Nadie habla de Dagomaro, y hablar de su muerte es motivo suficiente como para ser enviado a Wizengamot. Alexander apenas tenía cinco años cuando su padre murió, y no recuerda como era. Solo su obsesión por el tiempo. No le pone cara, ni puede hacerlo ya que su Madre, Elizabeth, quemó todas sus fotos, cartas y recuerdos. Conoce su nombre únicamente por labios de su hermana mayor, que al pronunciarlo delante de su madre, esta última le pegó un bofetón (siendo esta una de las pocas veces que Elizabeth se portó diferente a ser una mera autómata).

En la mente de Alexander, la figura de Dagomaro no es más que una sombra que se pierde en la noche, de espaldas y sin volverse atrás.

Jessica Weir: Jessica es la hermana mayor de los cuatro hermanos. Tiene 16 años y llegados a este punto, cabe hacer mención de dos cosas bastante importantes: La primera, que es la futura promesa de una madre adolescente en la familia. La segunda y quizás más importante: Jessica es una Squib.

Esto no solo ha creado a una adolescente con problemas de identidad en una casa donde todos pueden hacer magia, sino que además sufre de una carencia emocional y  de atención por parte de una madre ausente y unos hermanos que muy pronto, la dejarán abandonada en Faroe para irse a Hogwarts.

Esto a desembocado en una adolescente con poca autoestima, que usa su cuerpo como reclamo para sentir la ilusión de sentirse querida aunque sea durante unas horas y que en el fondo, solo quiere que alguien le haga caso, le aprecie, le quiera y la valore. No suele parar mucho por casa -le da igual lo que le pase a una familia que no considera suya ya- y no sería la primera vez que Alexander ha tenido que ver a su hermana llegar por la mañana borracha y con los zapatos en las manos.

Iraida Weir: Iraida es la segunda en orden cronológico. Tiene trece años y estudia actualmente en Hogwarts, en la casa Hufflepuff. Aunque extraño, presenta una gran madurez a su edad, haciéndose cargo personalmente del cuidado y educación de sus hermanos mayores, ejerciendo de madre, hermana mayor y amiga.

Pero a pesar de lo buena, amable, paciente, tolerante y cariñosa que es, tiene un pequeño defecto. Es un zoquete. Es mala para los estudios, muy mala. Por más que estudia y se esfuerza, le cuesta mucho aprender cosas nuevas o centrarse y concentrarse en lo que hace.

Teme en lo que su hermano pueda convertirse, y por ello intenta cuidar de él como puede, ya que este no le deja apenas margen de maniobra para nada, y suele intentar deshacerse de ella con juegos de palabras complicados o palabras que Iraida nunca escuchó siquiera. A pesar de todo, algunos profesores dicen que es un diamante en bruto: algún día despertará la gran maga que hay en ella y que por alguna razón, se niega a dejarse ver.

Zora Weir: Zora es la hermana pequeña del cuarteto, y por desgracia, el producto natural y evidente de la suma de personalidades de su casa. Una chiquilla carente de figuras maternas o paternas, sin atención o cariño de ningún tipo, viéndose arrastrada a un segundo plano en su vida cotidiana (llegándose a olvidar de ella en algunas ocasiones).

Es un año menor que Alexander, y por lo tanto todavía no puede asistir a Hogwarts, si es que llega a recibir la carta alguna, pues nunca demostró capacidades mágicas de ningún tipo, aunque esto probablemente sea por la presión psicológica a la que se ve sometida en su casa.

Es una chica muy independiente, superviviente que ha tenido que pelear mucho más por sus metas y objetivos que cualquiera de sus hermanos, a quien menosprecia (aunque solo sea por envidia -y es muy envidiosa- y retribución a lo que le hacen) y prefiere evitar. Tiene un gran talento artístico sin desarrollar ni explotar.

Alexander nació un cuatro de Marzo cualquiera, en las paradisiacas islas invernales de Feroe. El tercero de cuatro hermanos, se crió en un hogar que podrían catalogar de perfecto en la mayoría de sociedades Muggles. Una bonita casa pintada de azul cielo cerca de un acantilado, el olor a mar, la brisa marina, las risas y juegos de un grupo de hermanos que disfrutaban de una vida plena, al amparo de un padre atento y cariñoso y una madre protectora y fuerte que cuidaba de ellos.

Todo era perfecto, propio de un cuento para preadolescentes deseosos de una historia con final feliz. Pero por desgracia, no todas las novelas pueden tener un final feliz. La sombra de la desgracia no hizo más que aparecer un verano, hace seis años, cuando pasaron los días y la más mayor de cuatro hermanos esperó su carta para ingresar en Hogwarts.

Y esperó.

Y esperó, pero nunca llegó. La dura estampa de ser un Squib pesaría sobre la hermana mayor de Alexander durante el resto de sus días. Algo que no pareció importarle al padre de Alexander. Pero como siempre se dice, las desgracias nunca vienen solas.

Aquel mismo año, hace ya seis años, poco antes de las fiestas de Navidad -Los Weir eran creyentes-, Elizabeth, madre de Alexander estaba preparando una cena para sus hijos, los reunió y los llevó a cenar a casa. No hubo comenzado la cena, cuando apareció un auror, un viejo compañero de Elizabeth que le invitó a salir de la casa.

Alexander jamás olvidaría el alarido de dolor que surgió de la garganta de su madre. La última vez que la vería sentir algo por alguien. La noticia era sencilla: El padre de Alexander jamás volvería. No se volvería a hablar de él, no se volvería a pronunciar su nombre. Se quemaron sus fotos, sus cartas, sus recuerdos. Todo lo que era suyo o podía recordarle.

Y Elizabeth jamás volvió a ser la misma. Solo un fantasma de su pasado, sin amor por su propia vida o la de sus hijos. Sin deseo, emoción o fuerza para vivir o creer en algo.

La familia se rompió, y no tardó en caer en una espiral funesta de auto tormento y pesadillas. Fue en el sentido estricto, un sálvese quien pueda que cada uno palió como mejor podía. Alexander se refugió en los libros, buscando una figura paterna en los próximos años, o quizás en un sentido para lo que había pasado, o simplemente, una explicación que jamás llegó.

Se aisló, y aquella soledad lo definiría como lo que es. Como lo que siempre había sido, pero ahora, simplemente, había quedado expuesto.

Odio tus apellidos. Siempre me los tengo que mirar para escribirlos xDDD

Créeme, eso no será lo peor. Ahora voy para casa a acabar xD

Nooooooooooooooooooo >.<

Nombre: Arcturus

Apellidos: Nohansen Wüstenfuchs

Sobrenombre: Cub

Fecha de nacimiento: 15 de Noviembre de 19XX

Estatus de sangre: Sangre Pura

Estatus social y económico: Clase Alta.

Nacionalidad: Jordano (Nacionalizado en Inglaterra y Alemania)

Residencia: Highland Road Km12, Baldrine, Isla de Man.

Descripción física: Arcturus mide un 1'49, algo por encima de la media para su edad y esta sobre los 40 kilos, así que esta delgado, pero sin pasarse. Es bastante pálido de piel, sin marcs de belleza o imperfecciones. Destaca sobretodo los grandes ojos azules celestes sobre unas arqueadas y pobladas cejas de un color azabache oscuro. Cuenta con una nariz algo más grande de la media y una sonrisa que va de oreja a oreja que no parece desaparecer casi nunca. Su pose típica sería cruzada de brazos mientras observa a su alrededor con una sonrisa divertida. Al moverse, parece una persona nerviosa o inquieta, así como hábil y rápida aunque no necesariamente fuerte. Siemrpe va vestido de una forma muy arreglada, de etiqueta como mínimo, y lo más informal que sel e verá puesto es el uniforme del colegio. Tiene una gran capacidad de expresión facial, y le resulta dificil mentir. 

Descripción psicológica: Se hace evidente al juntar a Arcturus con otros niños que ha estado viviendo en una burbuja toda su vida, aislado de otros niños, y sin hacer cosas de niños. Más maduro que la mayoría de chavales de su edad, no ha disfrutado de una vida de juegos y diversión bajo la atenta y represiva mirada de su abuelo. Lo que significa una bomba a punto de estallar, pues en su interior hay un chaval impaciente y nervioso, con ganas de jugar, liarla, correr y meterse en broncas como el que más. Esta claro que tiene grandes carencias emocionales, falta de cariño y estima, y que le fascina las relaciones sociales entre los demás chicos. Por contrapunto, esa madurez impuesta y esa estricta educación también han llevado a Arcturus a ser una persona protectora con aquellos que no pueden defenderse por si mismos.

Secretos: Practicamente todo lo relacionado con su nacimiento es un escándolo. Es hijo no reconocido del hijo del Actual Ministro. Por si esto no fuera poco, la madre huyó al quedarse embarazada y su persecución fue literalmente, toda una caza de brujas que acabó con la madre en San Mungo y arrancándole su hijo de los brazos al poco de nacer. Para más drama, su madre no tenía más que dieciseis años cuando dio a luz a Arcturus. Su abuelo es un poderoso y despiadado hombre de negocios que controla una importante parte del sector bancario en el mundo mágico gracias a un esquema de Ponzi, además de un importante veterano de guerra; mientras que su madre se ha convertido en una activista en contra de todo lo que representa su respectivo padre. Una bomba de relojería a punto de estallar.

Miedos: Conocer a su madre (quien en casa se le retrata como el peor de los enemigos conocido y por conocer), decepcionar a su abuelo, relacionarse con los demás niños (después de todo, nunca ha estado con otros niños de su edad). Tiene un fuerte miedo al fracaso.

Pasatiempos y aficiones: Se siente altamente identificado con Spiderman. Más exactamente, con Peter Parker. Sin apenas amigos, sin padres y con la magia como super poder. Esto en parte es culpa a que su abuelo no le permitió tener juguete o estimulo infantil ninguno y... bueno, en una de sus excursiones acompañando a su abuelo a Gringots se agenció una primera edicion de Amazing Spiderman. Claro esta, solo se leyó el primero. Pero tiene claro que le encanta la fotografía, leer, nadar, tocar el piano... hasta que descubra que son las bromas, jugar con otros niños, meterse en problemas, liarla parda y todas esas cosas divertidas que hacen los niños.

Esta peculiar historia comienza por el abuelo de Arcturus, un hombre con cara de pocos amigos llamado Robert Daphness Nohansen de Nuremberg. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, su abuelo participó en la subguerra máica derivada de la misma, luchando contra hombres lobo provinientes de los fiordos y estepas heladas rusas, donde se ganaría el apodo de Arktischewölfe (Lobo del Ártico) y que a día de hoy aun muchos usan para referirse a él con respeto. Así que al acabar la guerra, el y Hilda se mudaron a inglaterra donde nacería su única hija y heredera de todo un imperio económico: Dana.

Al Arktischewölfe no le costó mucho mezclarse con sus antiguos enemigos gracias a una mezcla de fama y billetera. Se asentó en la Isla de Man, compró cuanto tuvo a su alcance y aprovechó algunos rumores, contactos, suerte, y prácticas ligeramente cuestionables para invertir su dinero con muy fructíferos resultados. En apenas unos años, los Nohansen habían construido un imperio ecopnómico de renombre en el corazón del Imperio Británico Mágico, se codeaba con la alta sociedad y disfrutaba de influencia y prestigio.

Robert se convirtió en todo un lobo de la economía. Había cambiado la guerra por la economía, y era un hueso duro de roer. Trabó una gran amistad con el Ministro de Magia, y mantuvo su riqueza e influencia en una espiral ascendente hasta que su hija cumplió los quince años. Y decidió tirarse al hijo del mejor amigo de su padre al final del baile de graduación de los TIMO's, y lo que era peor: Quedarse embarazada.

El padre y por aquel entonces amante de Dana no es otro que Edwin, el hijo del Ministro, quien no dudó en fugarse con Dana al enterarse que esta se había quedado embarazada. En pequeño comité, el Ministro no podía permitirse un escándalo así, por lo que confió la búsqueda de los vástagos al Arktischewölfe. La huida duraría más de un año, y los llevaría por gran parte de Europa, África y Oriente Próximo. Sería en Jordania donde nacería Arcturus, a la sombra de Petra. Aunque solo cuatro meses más tarde, Robert acabaría dándolos caza en una pequeña casa de Alemania, donde desmemorizaría a Edwin y se llevaría a la fuerza a Dana a San Mungo, quitándole tanto al niño como su custodia y lo que era peor: repudíandola de la familia.

Dana se convirtió entonces en algo parecido a... una activista. Pro-Cualquier cosa que fuera en contra de su padre. Una Neo-Liberal sin motivos, vamos. Y Robert la tacharía algo así como un demonio, que merecía ser excluida y marginada de la sociedad. Arcturus acabaría bajo la tutela de sus abuelos maternos. No cometerían el mismo fallo que cometieron con su hija, era su última oportunidad de crear un digno heredero. Lo adoctrinarían y le enseñarían todo lo necesario para ser un mago de provecho en la alta sociedad en un futuro cercano, aunque quizás Robert no contaba que su nieto tuviera el mismo fuego en las venas que su madre, Dana.

Arcturus ha pasado practicamente toda su vida aislado del mundo, como una sombra que debía callar y aprender de los mayores, rehusar a los de su edad o tonterías similares y centrarse en ser alguien mucho más adulto de lo que corresponde a un crio de once años. Por supuesto, su abuelo había mostrado energicamente su oposición a que su pequeña joya fuera a Hogwarts, un nido de maldad y escoria (palabras textuales), pero parece ser que el Director tenía... cierto interés especial en que el Pequeño Arcturus asistiera al colegio.

Sorry por mi super demora. Bien me parece ^^ Tramaré cosas malvadas al respecto. Hazme la ficha :*

Sigo pensando que debería haberte dado otro pj. Ahora todos los antiguos post de Alex los dice un tal Arcturus...xDDDD

Por cierto, hay ministro de magia y no se llama Edwin...aunque tengo que releerme mi propia partida para recordar qué narices hice :D ¿Lo maté? ¿Quería matarlo? Misterios misteriosos xDDDD

Si no mal recuerdo, tengo todo lo del otro guardado, por si quieres cambiarlo.

Aun estamos a tiempo xD

Avisame lo que tenga que cambiar de historia xD