¡Hala! Entre los gritos de unos y de otros Troy no entendía nada. Entendía que Peeves gritara, ¡¿pero por qué gritaba la tímida de Lizbeth?! De pronto le daba un poco de miedo. Sus cambios de humor eran de lo más llamativos. Miró a Jason, algo confundido. Él era su amigo, la conocería mejor que nadie.
Pero tampoco es que tuviera tanto tiempo para pensar porque Peeves no iba a dejarles ni a sol ni a sombra. Al menos él tenía un mote más elaborado que Lizbeth y Jason... ¡pero tampoco podía pensar mucho más en eso! ¡Porque ahí venía el pringado oficial lleno de meado!
- ¡Ni te acerques, tío!- no quería irse del pasillo. ¡Quería encontrar las cocinas! James se lo había encomendado y no podía volver con las manos vacías.
¡Aunque me llene de pis encontraré esas malditas cocinas!
Motivo: super visión! (buscar)
Tirada: 1d10
Dificultad: 10+
Resultado: 1(+3)=4 (Fracaso)
Mi super visión me ha fallado T.T
Lo breve de la respuesta no le preocupó, más bien, era algo que agradecía. No era él mucho de preocuparse por otras personas, y mucho menos por preguntar. Así que esas dos palabras, ese fue bien era mucho más de lo que necesitaba. Incluso si lo hubiera resumido en un bien tambíen le habría valido. Así que se limitó a dejar que Iradia se marchara. Se limitó a dejar que Violet ocupara el puesto de su hermana, algo mucho más simbólico de lo que pudiera parecer en un primer momento, y mla miró, desde su posición.
- Él. - miró entonces al hombre que bien podría pasar por uno de los malos de James Bond. El profesor. - Sabe algo. Y quiere decirlo. Solo tenemos que buscar la combinación de palabras adecuada. ¿Tu la conoces? -
Mi corazón late a mil por hora. No estoy acostumbrado a hacer ejercicio y el estruendoso sonido de los latidos casi consigue tapar todos los demás. Llego a temer que el bicho raro ese esté en realidad al otro lado de la puerta.
- ¿Qué crees que hará si nos encuentra, Cian?- le pregunto a ese segundo yo. Aquel amigo que acude siempre que estoy solo y alterado. Y en estos momentos lo estoy.- Te colgará boca abajo de un pie y te llevará volando por todo el pasillo. La mera idea me produce un escalofrío. Aquello suena peligroso.
- ¿Tú crees? Pero...- de repente una voz que no es la de Cian me hace pegar un bote de sobresalto. Mi desconcierto va en aumento cuando veo al dueño de la voz. El profesor de Encantamientos que, además, es el jefe de mi casa. Me quedo sin habla mientras observo impotente como el hombrecillo se acerca a mí, mi palidez sustituida por un ligero rubor al ser consciente de que me ha debido de escuchar hablando solo.
Mi cabeza le da vueltas a posibles excusas que puedan explicar porqué estoy ahí pero soy incapaz de encontrar nada que suena medianamente decente.- Eh...eh... un fantasma...me...me...ha perseguido tirándome cosas- explico, comenzando a hiperventilar ante la idea de tener que inventar alguna mentira.- y..y...me...he perdido. - El decir esa simple frase me quita un pequeño peso de encima. Ni siquiera sé por qué estaba nervioso si en realidad lo que le he dicho es la verdad.
El nuevo grito había conseguido que apurara aún más el paso, a pesar del miedo que me atenazaba quise seguir adelante, ya que podía más la vergüenza que podía llegar a sentir si daba media vuelta, quedando como una cobarde, que el temor a que algo malo estuviera pasando a la vuelta de la esquina. Pero cuando encontramos a Selwyn, con la serpiente enroscándose a sus pies como si de su mascota se tratara, la impresión que causó en mí fue grande ya que, por unos instantes, me había imaginado lo peor.
Pero mayor impresión que ver a la rubia como si nada pasara, fue ver al extraño hombre que estaba con ella. Un estremecimiento me recorrió e, de manera instintiva, di un paso atrás impresionada por el color de su piel y, lo peor de todo, el color de sus ojos rojos como la sangre. Sin embargo fue escuchar su voz lo que de verdad despertó en mí un gran rechazo, pues sus palabras habían llegado a mí como el siseo de la serpiente que ahora reposaba tranquila en el suelo.
—¿Le conoces Simon? —Me había girado hacia mi compañero extrañada porque aquel hombre supiera su nombre. Pero la curiosidad era más fuerte y, casi inmediatamente, me volví de nuevo en dirección al hombre—. ¿Quién... quién es usted? ¿Ya había estado aquí antes? —Mi voz sonó a mis oídos más chillona de lo que pretendía—. ¿Qué es lo que... eso que dice de planificar? ¿Está buscando algo señor?
Mi instinto me decía que lo mejor que podía hacer era salir corriendo de allí, pero era incapaz de apartar los ojos de aquellos otros rojos que se mostraban igual de fríos e hipnóticos que la serpiente. Que alguien extraño al colegio anduviera por los pasillos de aquella forma, me resultaba chocante, sobre todo sabiendo lo estrictos que eran respecto a los extraños.
Ted empezó a negar con la cabeza con tanta rapidez que costaba seguirle con la mirada. Era casi doloroso. Claro que Ted nunca había sido un niño normal. Tenía sus...peculiaridades.
- El profesor Dumbledore te protegerá. Pero no estaréis a salvo mientras él viva. Es un hombre poderoso, Caliope. Lord Voldemort - dijo casi con temor reverente -. Este ataque no quería hacer daño a nadie, sólo demostrarle a Dumbledore lo poderoso que ahora es. Va a ir a peor. Quiere ser más poderoso de lo que ya es. Escuché su nombre por el colegio y me fui a investigar hasta que supe lo que pasó...
Por suerte, Peeves había salido persiguiendo al otro muchacho con lo que pudieron marcharse en otra dirección esperando topar con las cocinas. Por desgracia, éstas no parecían estar anunciadas de ningún modo aunque a decir verdad aquello no constituía una sorpresa de por sí. ¿Qué estaba anunciado en Hogwarts? Si incluso las escaleras cambiaban a placer para perder más a los estudiantes... El propio castillo parecía disfrutar produciendo desorientación en sus habitantes.
- Que asco, pis - decía mientras Jason, que por suerte también se había salvado como sus dos compañeros -. Ei Liz, ¿cómo has dado ese salto? Tienes unos reflejos flipantes. Pensaba que eras super mala con los deportes - reconoció su amigo sin caer en que aquello podría suponer un mal trago para sus compañeros. Pasaron por delante de un cuadro con fruta en el que ni Lizbeth ni Troy se fijaron pero Jason, que a aquellas alturas empezaba a estar canino, se quedó mirándolo con los ojos entrecerrados -. Chicosss, chicos...¡Troy! - Troy estaba tan concentrado que ni siquiera escuchó inicialmente la llamada de Jason, y quizás no la hubiera escuchado aún sino fuera porque se tropezó con los cordones desatados de sus zapatos y casi se cayó al suelo* -. ¿Creéis que la cocina puede encontrarse aquí detrás? ¿Deberíamos llamar al cuadro a ver si nos abren?
Motivo: buscar
Tirada: 1d10
Dificultad: 10+
Resultado: 5(+5)=10 (Exito)
*Mira que pifiar buscar...pero lo dejaremos así xD
Tirad advertir dif 10. Si la pasáis, cosquillitas a la pera y el cuadro se abrirá
Cuando Alexander miraba de aquel modo tan fijo la verdad era que resultaba inquietante. A Violet le entraban ganas de contar sus parpadeos, aunque fuera sólo por hacer algo mientras se esforzaba por no apartar la mirada, incómoda.
- ¿Qué crees que sabrá? - bueno era lógico que algo más que ellos sobre el asunto, puesto que por algo era profesor. Además, estaba ese vendaje tan sospechoso. Contuvo las ganas de preguntarle que de qué palabra hablaba, temiendo verse ridiculizada. En su lugar, se mordió el labio con indecisión -. Sólo tenemos que convencerle de que merecemos saberlo. Quizás si le hacemos entender que sólo por ser atacados ya estamos implicados en esto, sea lo que sea..., tal vez entonces confíe en nosotros.
- No...
Eugene había perdido su aplomo habitual y ahora miraba a Voldemort de hito en hito, atemorizado. Selwyn por su parte seguía con la serpiente restregándose contra sus piernas y ella parecía inmutarse más bien poco, con su aspecto altivo y desdeñoso de siempre, como si aquella conversación le resultara aburrida. Casi parecía fuera de lugar teniendo en cuenta que todos los demás parecían tensos.
- Me conocerá, señor Simon. Igual que usted, señorita Connolly. Pero un adelanto. Soy Lord Voldemort y dentro de poco tendréis la oportunidad de decidir qué tipo de vida queréis. Algunos pensaréis que es injusto tener que posicionaros a tan temprana edad pero muchos ya demostráis tener...aptitudes - sus ojos se posaron sobre ellos, esbozando una fría sonrisa -. Me temo que la conversación se ha acabado - en aquel momento, Rox cayó al suelo de golpe, aunque nadie parecía haberla atacado -. La mayoría de vuestros compañeros ya deben estar durmiendo, al igual que la señorita Abbot - la siguiente en caer fue Joy y pocos segundos después, le llegó el turno a Simon -. Se avecinan cambios. Dumbledore ni siquiera ha sido capaz de prever esto. Se hace viejo... Dulces sueños.
Maebh sólo vio cómo el suelo se aproximaba hacia sí antes de abrir los ojos, sobresaltada, el despacho de Dumbledore.
Trastabilló unos segundos, intentando guardar el equilibrio. Lo último que quería era caerse por si aún había pis de Peeves en el suelo. Y cuando logró aquella hazaña, se dio la vuelta y llegó hasta Jason que observaba un cuadro con un bodegón pintado. El chico entrecerró los ojos, sin llegar a encontrar ninguna pista que dijera que las cocinas estaban cerca.
- No sé, Jason... yo no veo nada. ¿Estás seguro de que es por aquí?
Motivo: Pera, perita, pera
Tirada: 1d10
Dificultad: 10+
Resultado: 4(+3)=7 (Fracaso)
Nada, que soy un negado de los sentidos XD
Dando pequeños saltitos como un duendecillo, Liz se colocó al lado de Troy para observar el cuadro. Misma postura, misma apertura de los ojos y, quizá, la misma arrugilla graciosa en la nariz. Aunque eso era muy suyo, para que se iba a engañar.
-Jooooeeer, no veo nada.
Sus palabras fueron una mezcla de llanto, rabieta y decepción. Pero no se movió del sitio. Seguía con los ojos fijos en aquel cuadro. Quizá fuera de esos en los que, de repente, aparecía una mini criatura y te daba la solución. Cosas de magia.
-¡Jason ayuda! - espetó a su amigo algo más enfurruñada, sin entender muy bien por qué el chico todavía estaba allí parado. ¿Es que no quería salir de ese pasillo meado?
Motivo: Advertir
Tirada: 1d10
Dificultad: 10+
Resultado: 4(+5)=9 (Fracaso)
QUE MALOS XD Posteo mañana el texto que estoy en luxemburgo
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Perdonad.
Aquel nombre me provoco un escalofrio, aunque no supe por qué. De repente, fue como si el calor me abandonara y mi pelo se volvio completamente negro, al recordar aquella figura que habia visto en mis recuerdos. -Lord Voldemort. - repeti, con un susurro entrecortado, mirando a Ted con preocupacion- ¿Quien es Lord Voldemort? ¿Es el hombre que hizo lo de las mazmorras? - le pregunte entonces, mientras continuaba escuchando a mi amigo- Y... ¿Que fue lo que paso? Tienes que contarmelo todo, Ted. Si es peligroso, los demas deben saberlo. Tenemos que estar protegidos... - dije, asustada y preocupada por todos los que me rodeaban, mientras miraba a mi amigo con gesto serio- Por favor... cuentamelo Ted... Dime lo que sabes... - le pedi, olvidando ahora incluso por completo que mis padres me estaban esperando.
Si era tan peligroso como Ted decia, habia que poner a todo el mundo en sobreaviso, eso estaba claro.
- Más que nosotros. - Afirmó categoricamente, con total seguridad y conocimiento de causa. - Estuvo consciente cuando nosotros no lo estuvimos. Que narre lo sucedido en nuestro tiempo de incosciencia es ua buena forma de recibir información. Después, cosas más concretas. - Afirmó con la cabeza.
- Tu sabes más de relaciones sociales. Es posible que tu método sea aceptable. Pero necesitaré que colabores conmigo. Este campo no es mi punto fuerte. - Añadió, mientras se bajaba de la camilla de un salto y se sacudía la ropa. Estaba sucísimo. - Vamos. - Le pidió, marchando con ella hasta la altura del profesor.
- Nos gustaría realizar algunas preguntas, profesor. -
No era porque aquel hombre se comportara de manera agresiva o amenazante, pero aún así los sentimientos que me despertaba su presencia eran bien claros... miedo y ansiedad. Yo no le conocía, nunca le había visto y nunca había oído hablar de él, en cambio él parecía conocernos muy bien a nosotros, o por lo menos conocía nuestros nombres.
No llegaba a comprender lo que nos estaba diciendo, hablando de tener que elegir o decidir la vida que íbamos a llevar. Yo aún era demasiado pequeña para pensar en un futuro como adulta ya que aún me quedaban muchos años que pasar en el colegio.
—Lord Voldemort...
Repetí su nombre en un susurro, intentando grabarlo en mi cabeza para que no se me olvidara. Miraba al hombre, miraba a la serpiente y miraba a Selwyn que no parecía ser consciente de lo que sucedía a su alrededor, y cuanto más los miraba más miedo sentía. Tenía la sensación de que un frío intenso se había colado en el interior de mi cuerpo, y me estremecí. Justo en ese momento vi como, poco a poco, iban cayendo mis compañeros hasta que...
—Lord Voldemort...
Y me vi caer igual que había visto caer al resto de los chicos. Viendo el suelo cada vez más cerca de mí, me preparé para recibir el golpe pero, en lugar de caer, lo que hice fue contemplar un suelo bien distinto al que acababa de ver en mi visión, sueño o realidad, aún no sabía qué había sido lo que había pasado.
Con los ojos abiertos como platos, sin entender lo sucedido ni dónde me encontraba, miré con miedo a mi alrededor hasta que, poco a poco, fui consciente del lugar donde me encontraba. Seguía en el despacho de Dumblendore y él estaba allí conmigo.
—Se avecinan cambios. —Fue lo primero que dije sin saber muy bien porqué había empleado parte de las últimas palabras del hombre—. Era tan real...
Observé al director con detenimiento, comprobando que en verdad el director era un hombre muy viejo.
Jarek vio como el otro niño dudaba un poco y temió haber pedido demasiado, pero enseguida el espíritu competitivo de Duffield se impuso y aceptó el reto. El joven Cerny apoyó las palabras de su amigo con una palmada en el hombro.
-Por supuesto. -aseveró con confianza -Y luego sabremos los secretos de quien queramos.