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La Estela del Destino: Descubriendo los Enigmas del Océano

Prologo William Hunter.

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09/06/2023, 17:27
Narrador

 

En el horizonte, el sol se alzaba majestuoso, tiñendo el cielo de tonalidades doradas. Sus rayos acariciaban las aguas del océano, revelando destellos fugaces que bailaban en su superficie. En el puerto de la isla Eclipse, un joven de mirada decidida y vestimenta oscura contemplaba con asombro el espectáculo matutino.

Era William Hunter, un hombre cuyo espíritu aventurero y sed de libertad lo habían llevado hasta aquel lugar en busca de nuevos horizontes. Con su estatura imponente y sus músculos esculpidos por la experiencia en alta mar, se mantenía en alerta, observando los barcos que se mecían suavemente en el puerto.

Las historias que había escuchado sobre el legendario pirata Olivier Levasseur y su tesoro habían despertado su curiosidad desde temprana edad. Durante años, había estudiado mapas y recopilado información, ansioso por desentrañar el enigma que rodeaba aquel misterioso botín. Ahora, con la isla Eclipse como punto de partida, se encontraba más cerca que nunca de su objetivo.

Mientras el viento acariciaba su rostro, William inspiró profundamente el aire salado y una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios. La emoción vibraba en su interior, alimentando el fuego de la aventura que ardía en su corazón. Sabía que el camino no sería fácil ni exento de peligros, pero estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.

Con paso decidido, William se adentró en las calles del animado puerto de la isla Eclipse, donde el bullicio de los comerciantes y el aroma a especias llenaban el aire. Observó los carteles que anunciaban la llegada y salida de barcos, y su mirada se detuvo en un pequeño astillero donde se alzaban majestuosos barcos bergantines.

Su determinación se fortaleció al vislumbrar esas imponentes embarcaciones, símbolos de libertad y travesías por los mares. Sabía que necesitaría un barco para emprender su búsqueda del tesoro, y aquel astillero parecía ser el lugar adecuado para comenzar.

El astillero se erguía majestuoso en el puerto de la isla Eclipse, sus tablones gastados por el tiempo y las manos laboriosas que habían dado forma a tantos barcos de aventura. Aunque el sol brillaba alto en el cielo, el lugar parecía estar sumido en un silencio inquietante. Solo unos pocos trabajadores, con sus rostros curtidos por el viento y el sol, se afanaban entre las estructuras de madera, dándole vida a las embarcaciones con dedicación y destreza. Algunos llevaban pesadas herramientas sobre sus hombros, otros sostenían rollos de cuerda entre sus manos callosas. Sus camisas y pantalones desgastados por el trabajo incansable, y sus sombreros maltrechos por el uso constante, eran testigos mudos de su oficio. A pesar del agotamiento visible en sus facciones, el brillo de determinación en sus ojos denotaba su pasión por el mar y la construcción naval. 
 

Notas de juego

Comencemos un poco antes de zarpar...

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11/06/2023, 13:42
William Hunter

William miraba sus tocas manos. Si pudieran hablar, contarían historias de saqueos y peleas, de oro y sangre, de lujuria y agua salada. Todos los iguales pasaban ante sus ojos de la misma manera que las últimas semanas. Quizás, sus tiempos de aventura habían finalizado. Pero no, era joven y fuerte. El sol cegaba sus negros ojos, pero el calor era agradable y el aroma ya más que conocido para Hunter.

Isla Eclipse era un lugar tranquilo, al menos a aquellas horas en el puerto. Pero la isla arrojaba unas historias que a William le entusiasmaban: Olivier Lessaeur. Un legendario pirata con un tesoro en su poder que cualquier hombre mortal querría encontrar... o arrebatar. No eran mucha la información veraz que Hunter tenía, pero no era la primera vez que se embarcaba en una investigación: tabernas, callejones, barcos del mercado negro... todo era válido para encontrar alguna pista. Habían pasado muchos años desde que William supo sobre Lessaeur, pero no había podido centrarse en su leyenda hasta ahora. William no el más lúcido del lugar, pero sabía hasta donde podría llegar con sus habilidades y conocimientos: y ahora era el momento.

El puerto se presentaba imperioso ante él, a pesar de la tranquilidad y de la luz que reflejaba. Aquellos lugares no descansaban, da igual en qué punto del mundo estuvieras: ¿podría encontrar allí algo más sobre Olivier Lessaeur?

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12/06/2023, 22:45
Narrador

Mientras William observaba el puerto con determinación en sus ojos, un trabajador del lugar se percató de su presencia. El hombre, agotado por el peso de las vigas de madera que cargaba, se acercó a William y le habló con un tono lleno de curiosidad y entusiasmo.

-Hey, tú-, dijo el trabajador, dejando caer las pesadas vigas al suelo. -¿Buscas trabajo?.

El sol brillaba sobre las gotas de sudor que surcaban su frente, mientras sus ojos se encontraban con los de William, esperando una respuesta. El trabajador sonrió, revelando un destello de complicidad. -Si es así, entonces estás en el lugar adecuado-, dijo en voz baja. -El Forjador siempre está buscando gente nueva.

Las palabras resonaron en el aire, cargadas de misterio y promesas de aventura. Era evidente que aquel "Forjador" debía ser alguien importante, alguien con poder y recursos. La curiosidad se apoderó de William mientras imaginaba qué tipo de tareas podrían esperarle bajo la tutela de este misterioso individuo.

 

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13/06/2023, 15:18
William Hunter

William murmuraba en voz baja una canción que había escuchado en una de las tabernas cerca de Port Royal cuando un hombre llamó su atención. Un marinero de pura cepa o un trabajador de muelle, rudo y sudoroso, similar a una mula de carga. Aquellos hombres habían visto muchas cosas y en sus ojos se dibujaban muchos recuerdos.

Depende de cual sea el trabajo, buen hombre — dijo mientras se incorporaba y ayudaba al mismo a mover aquellas vigas —. ¿Qué encomienda ese tal Forjador? Uno siempre está dispuesto a echarse a la mar.

Al final, William estaba en aquel lugar aquello mismo: buscar una aventura que le hiciera sentirse vivo.

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15/06/2023, 20:34
Narrador

William continuó ayudando al trabajador a mover las pesadas vigas mientras esperaba ansiosamente su respuesta. El marinero, agradecido por el gesto de ayuda, decidió compartir la información que tanto ansiaba William.

— Si buscas al Forjador, lo encontrarás en su oficina, en el extremo este del puerto — respondió el hombre, limpiándose el sudor de la frente con el dorso de la mano. — Es un edificio imponente, con paredes de madera oscura y un techo adornado con una figura de hierro forjado en forma de llamas. No te será difícil reconocerlo, está justo al lado del astillero principal, pero si lo que buscas es echarte a la mar, deberías preguntar por El Susurro del Mar, es un viejo bergantín que está por ser desmantelado.

Con las indicaciones en su mente, William agradeció al trabajador y se dirigió hacia la oficina del Forjador. Al llegar, se encontró con un edificio majestuoso que destacaba entre los demás. Las paredes de madera desprendían un aroma a cedro y estaban adornadas con intrincados grabados marinos. La puerta de roble macizo estaba tallada con símbolos náuticos y tenía una robusta aldaba de bronce en forma de ancla.

Al abrir la puerta, William se adentró en una espaciosa sala con una gran chimenea de piedra en un extremo, donde ardía un fuego crepitante. La habitación estaba repleta de herramientas de trabajo, modelos de barcos y mapas marinos. En el centro de la sala, había un escritorio de roble pulido, detrás del cual se encontraba el Forjador, un hombre de aspecto imponente.

El Forjador era un individuo de gran envergadura, con una barba espesa y canosa que le llegaba hasta el pecho. Su mirada era penetrante y su rostro mostraba arrugas marcadas por el tiempo y las experiencias vividas en alta mar. Vestía un elegante traje de capitán, rematado con una capa de cuero negro y botas de madera pulida. A su lado, descansaba un sable de aspecto imponente, que mostraba los desgastes y marcas de numerosos combates.

 

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15/06/2023, 20:47
Forjador

William Hunter entró en la oficina del Forjador, y al acercarse al escritorio, pudo sentir la mirada intensa del hombre frente a él. El Forjador lo examinó con atención, sin perder ni un ápice de su aparente ocupación.

— ¿Qué quieres? Estoy ocupado, así que sé breve — dijo el Forjador, en tono firme y directo.

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16/06/2023, 12:10
William Hunter

William asintió ante las palabras del marinero.

Gracias por la ayuda, buen hombre, que los mares le sean propicios y su vela siempre tenga el viento a favor — le deseó mientras terminaba de estrecharle la mano.

El Forjador era un nombre imponente, y más si se rodeaba de tales estructuras y un bergartín llamado el Susurro del Mar. Parecía sacado de aquellas leyendas que surcaban los vastos mares en busca de oro y aventuras. No podría ser una mejor oportunidad para Hunter, que también era consciente de los peligros que eso conllevaría.

No tardó en dar con aquel edificio, destacaba ante los demás. Así que, decidido, se adentró en el mismo. La figura de un hombre curtido en mil batallas se hizo ante él, rodeado de un lujo que William no había visto a menudo y mucho menos disfrutado. Con respeto, William asintió con la cabeza.

He preguntado en el puerto, señor, si conocen de algún capitán o patrón dispuesto a echarse a la mar que necesite de alguien ducho con el sable y joven para aguantar las bravatas de la navegación y que pueda ganarse una vida digna. Y aquí estoy, para saber si las indicaciones que he recibido son ciertas.

Breve y directo, como pedía El Forjador.

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20/06/2023, 17:17
Forjador

El Forjador, un hombre de presencia imponente, contempló a William Hunter con una mezcla de curiosidad y evaluación. Sus ojos, que parecían haber presenciado innumerables batallas en los mares más salvajes, escudriñaron al joven marinero en busca de fortaleza y determinación.

Con una sonrisa enigmática en los labios, el Forjador se apoyó en una robusta mesa de roble tallada con intrincados diseños marinos. Sus dedos acariciaban una brújula antigua, desgastada por el paso del tiempo pero llena de historia y secretos.

— Aventurero audaz, veo en tus ojos el destello de aquellos dispuestos a enfrentar los desafíos del océano. Me place saber que has buscado las respuestas correctas y has llegado a mi puerta con la esperanza de encontrar tu destino — dijo el Forjador en un tono profundo y resonante.

El ambiente se llenó de un aura de misterio y promesa mientras el Forjador continuaba hablando, alternando entre palabras y silencios calculados, como si sus frases fueran la brisa que acaricia las velas de un bergantín en plena travesía.

— El océano es un amante caprichoso, joven Hunter. Requiere de valor y habilidad para enfrentar sus embates. Tu búsqueda de un patrón que valore tus destrezas y te brinde una vida digna en el mar no ha pasado desapercibida. Quizás, solo quizás, haya algo que pueda ofrecerte.

El Forjador abrió un cajón y extrajo un mapa antiguo y desgastado. Sus dedos arrugados trazaron líneas y rutas en él, señalando lugares inexplorados y tesoros ocultos.

— Existe un bergantín, conocido como "El Susurro del Mar". Un navío legendario, cuya fama ha trascendido los confines de los mares. Puede que su destino se cruce con el tuyo, William Hunter. Pero... todo en este mundo tiene un precio.

El Forjador guardó silencio por un instante, permitiendo que sus palabras se impregnaran en el aire cargado de intriga.

— Si estás dispuesto a embarcarte en una empresa de mayor envergadura, a explorar los rincones más peligrosos y desconocidos de los siete mares, quizás pueda poner "El Susurro del Mar" a tu disposición. Sin embargo, te pediré un favor a cambio, un servicio que solo un hombre valiente y astuto como tú podría cumplir.

La voz del Forjador se volvió más baja y confidencial, mientras sus ojos brillaban con la anticipación de lo que estaba por venir.

— Pero, antes de aceptar, piensa bien en las implicaciones, en los desafíos que encontrarás en tu travesía. ¿Estás dispuesto a arriesgarlo todo por la promesa de riquezas y aventuras que solo los mares pueden ofrecer?

El destino de William Hunter quedaba suspendido en el aire, mientras el Forjador aguardaba su respuesta, sabiendo que este encuentro marcaría un antes y un después en la vida del joven marinero.

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22/06/2023, 19:28
William Hunter

La presentación con el forjador había sido rápida y directa. Un hombre de mar que sabía que los jóvenes como Hunter estaban deseosos de aventuras y que desafiaban los peligros, en muchas ocasiones, con la cabeza llena de pensamientos insensatos. Pero así era William, sabía que no podría alcanzar el honor y la gloria si no encontraba un barco que lo ensalzara hacia aquello.

Más que dispuesto, señor. Hasta le diría que mi corazón buscaba una empresa de esta altura. Creo que usted y yo hemos navegado y comenzado en navíos que tenían misiones menores. Siempre hay una primera vez para una aventura que narren los cuentacuentos o al que hagan canciones en las tabernas.

Hunter seguía de pie, sonriendo de lado a aquel hombre para mostrarle que no tenía reparo en las condiciones que le pedía. "El Susurro del Mar". No había escuchado nada al respecto sobre aquel bergantín, pero no quería decir que no fuera conocido. Quizás, hacía a William ignorante, y eso le llamó la curiosidad.

Cuénteme, señor Forjador, estoy dispuesto a aceptar cualquier petición si está al alcance de mi mano siempre que me ayude a partir para ganarme un buen botín y un nombre decente que puedan recordar los más viejos marineros y capitanes.

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23/06/2023, 00:58
Forjador

El Forjador escucha con atención las palabras de William Hunter, admirando su determinación y entusiasmo por emprender una gran aventura en alta mar. Una sonrisa enigmática se dibuja en los labios del anciano navegante mientras asiente lentamente.

— Veo en ti el fuego de la juventud y la valentía necesaria para enfrentar lo desconocido. Estoy dispuesto a confiarte "El Susurro del Mar", mi barco más preciado. Pero antes de sellar nuestro acuerdo, hay un asunto que debo atender.

En ese momento, un hombre se acerca apresuradamente al Forjador y le susurra algo al oído. El anciano asiente y luego se dirige nuevamente a William.

— Lamento interrumpir nuestra charla, joven Hunter. Parece que ha surgido un asunto urgente que requiere mi atención. Sin embargo, no quiero dejar nuestras negociaciones a medias. Te insto a que busques a un hombre en la taberna "La Sirena Embrujada". Será fácil reconocerlo, lleva consigo una estrella de mar.

El Forjador extiende su mano hacia William, sellando el acuerdo con un apretón firme. En ese momento, de manera hábil y casi imperceptible, coloca un anillo negro en el dedo de William. Un escalofrío recorre el cuerpo del joven marinero, pero el Forjador no hace mención de ello.

— Con este anillo, sellamos nuestra alianza. Te permitirá acceder a ciertos beneficios y protección en tu travesía. Pero recuerda, el destino tiene un precio. Por cada tesoro que obtengas en tu próxima aventura, te pido un 15% como tributo. Es un trato justo, ¿no crees?

El Forjador mira fijamente a William, sus ojos transmitiendo una mezcla de sabiduría y advertencia.

— Ahora ve, joven Hunter. Que los vientos te sean propicios y los mares te brinden sus secretos. "El Susurro del Mar" te espera en el puerto. No decepciones mi confianza y regresa con riquezas dignas de un auténtico corsario.

Con estas palabras, el Forjador se despide de William, dejando al joven marinero con el peso del acuerdo y un futuro lleno de incertidumbre.

Notas de juego

Con el siguiente post que realices terminamos el prólogo.

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23/06/2023, 19:40
William Hunter

Sería mentira si William dijera que no intentó escuchar lo que aquel hombre le decía a El Forjador, pero su agudeza auditiva no llegó a buen puerto, nunca mejor dicho. No se movió ante aquella situación, así que aguardó pacientemente. Así que, una vez que el hombre salió, William volvió a centrar su atención en su patrón.

Es más que justo, pues el hecho de darme la oportunidad de embarcar me permite poder adquirir unas ganancias que no hubiera tenido sentado en el muelle de donde vengo. Así que cuente con ello.

Pero aquel apretón de manos no fue un apretón normal, un reclutamiento a voces en una taberna, fue algo más. Un silencio en la oscuridad fue lo que sintió William, una tormenta en el vasto mar, un día sin agua en la isla más perdida y peligrosa. Y, de repente, las palabras de El Forjador.

Tendrá noticias mías.

Y salió del lugar, dirección a la "Sirena Embrujada".