Partida Rol por web

La estrella caída

1. La torre de Gerin

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15/09/2018, 23:49
Amo del Calabozo

Kilian había llegado esa misma tarde a Sartor. Siguiendo las instrucciones de Lars, el joven guerrero había acudido a El escudo partido, una de las pocas posadas del poblado. Estaba sólo en una mesa, cenando, con la música de un laúd sonando de fondo y ensimismado en sus pensamientos. ¿Qué haría ahora? ¿A dónde podía ir? Ni siquiera había tenido tiempo para asimilar todo lo que había pasado.

Siempre podía poner su espada al servicio de quien le pagase.  A fin de cuentas si llevaba tanto tiempo aprendiendo a luchar era precisamente para eso. Aunque Sartor no parecía el lugar más indicado para encontrar trabajo. Tendría que probar suerte en Aguasfrías, allí siempre pasaban cosas.

Fue entonces cuando escuchó la expresión estrella caída y Kilian salió de su ensimismamiento. Era el tema de conversación de los parroquianos. Unas noches atrás una bola de fuego surcó los cielos cruzando el poblado y cayó en el bosque. Al día siguiente se organizó una batida pero ésta no tuvo éxito. Una patrulla de Tantauror los expulsó antes de que pudieran encontrar algo. Y por si fuera poco, un día después un emisario del reino élfico los acusó de haber encontrado y robado el meteorito.

Las cosas empezaban a sonar interesantes para el joven guerrero. Si lo encontrase podía ganar sus buenas piezas de oro. Por lo menos como para olvidarse de sus problemas económicos durante un tiempo. Con dinero en la bolsa podría centrarse en averiguar por qué había caído la casa Lutt. Puede que Brent fuera un cretino y no quisiera la ayuda de Kilian, pero él no iba a dejar sóla a Erin. Además, con la muerte de Harold y Lucrecia, él había perdido lo más parecido que había tenido a un hogar desde la muerte de su madre. La traición de Dunken se había convertido en algo personal.

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16/09/2018, 10:41
Amo del Calabozo

Arael estaba tocando el laud como cada noche en El escudo partido. Ya habían pasado tres semanas desde que llegara a Sartor pero no conseguía acostumbrarse a su nueva vida. Tanto su huida como la posibilidad de que algún miembro de los Halcones Argénteos la buscase, la atormentaba a partes iguales. No le quedaba otra que mantener un perfil bajo, como una vulgar trovadora de taberna y esperar que las estaciones pasasen. Igual era buena idea marcharse a alguna comunidad élfica. Su padre siempre le había dicho que el tiempo no pasaba igual viviendo entre humanos que con elfos. Vivir con humanos te obligaba a vivir como ellos.

La elfa pensó en la estrella caída. Sintió el impulso de unirse a la batida para buscarla días atrás, pero consiguió reprimirse lo suficiente como para no unirse a la expedición. Era el típico tema en el que los halcones estaban envueltos. No era recomendable. Encima el grupo que se internó en el bosque fue expulsado por una patrulla de elfos de Tantauror y, para rematarlo, al día siguiente un emisario acusó al pueblo de haber encontrado y robado el meteorito.

Casi sin darse cuenta, la elfa había aumentado el tempo de la canción. Sumida en sus pensamientose había perdido el ritmo, tras aprovechar un silencio de la canción para corregirlo, continuó con ella como si nada hubiera pasado. Arael estaba realmente preocupada. Si las hostilidades escalaban tendría que elegir entre afrontar sus actos o abandonar Sartor y empezar de nuevo. Otra vez.

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16/09/2018, 10:58
Amo del Calabozo

Irae, ahora bajo el nombre de Kelrin, había llegado dos días atrás a Sartor. Nada más llegar al pueblo se dirigió a El Corpiño Mágico, donde se encontró con Rethan. Igual que ella se trataba de un drow, pero como varón que era no tenía los mismos posibles que ella. Vivía como un humano y estaba obligado a permancer en ese lugar como un simple tendero. Nadie en la superficie confiaría en él así que traicionar a la matriarca solo le traería la muerte.

Renthar la puso al día de lo que pasaba en la superficie, y como si Lolth estuviera guiando sus pasos, le mostró su primera oportunidad. Unas noches atrás, una bola de fuego surcó los cielos cruzando Sartor y cayó en el bosque. Al día siguiente se organizó una batida pero ésta no tuvo éxito. Una patrulla de Tantauror, el reino élfico del Gran Bosque, los expulsó antes de que pudieran encontrar algo. Y para rematar la faena, un día después un emisario elfo llegó al poblado y los acusó de haber encontrado y robado el meteorito.

En resumen, los ánimos estaban caldeados y la situación apuntaba a que si la estrella caída no aparecía, todo se desencadenaría de una forma violenta. Si encontraba ese meteorito podría conseguir un buen puñado de monedas y si por el camino mataba a uno o dos elfos... mejor que mejor. Y si al final todo explotaba siempre podía dejarse llevar y matar también a un par de humanos. Pero de momento y siguiendo el consejo de Renthar, esperaría una señal que reactivase la búsqueda del astro caído.

Kelrin e hospedó en El escudo partido y esperó. Pero esperar resultó no ser tan fácil. No sabía que hacer durante el día en un pueblo como Sartor. No es que hubiera mucho por hacer. El hastío llegó hasta tal punto que comenzó a sentir impulsos asesinos. Un asesinato haría del pueblo un lugar mucho más interesante.

Esa noche estaba siendo tan aburrida como las otras, la drow escuchaba el sonido del laúd mientras ella jugaba con una patata cocida. No tenía hambre, quería que pasara algo.

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16/09/2018, 11:12
Amo del Calabozo

Klaus había llegado a un pueblo llamado Sartor. Era el primer lugar civilizado que visitaba desde que abandonó a sus padres. No porque no hubiera pasado por otras ciudades, sino porque no se sentía especialmente cómodo en ellas. Si esta vez lo había hecho era porque se traba de un poblado pequeño y realmente necesitaba algunos suministros. Aún le quedaba mucho por aprender para que la naturaleza le diera todo lo que necesitaba.

Estaba cenando sólo en un local llamado El escudo partido. Había llegado pronto con la idea de comer algo caliente y marcharse cuánto antes, pero habían tardado en servirle la comida lo suficiente como para que el lugar se llenase. Así que ahora estaba incómodo, con mucha gente en muy poco espacio y empezaba a pensar que quizás mereciera la pena dejar la cena a medias y marcharse.

El joven druida no tardo en notar de que la mayoría de los parroquianos hablaban de lo mismo, de la estrella caída. Unas noches atrás una bola de fuego surcó los cielos cruzando el poblado y cayó en el bosque. Al día siguiente se organizó una batida pero ésta no tuvo éxito. Una patrulla de Tantauror los expulsó antes de que pudieran encontrar algo. Y por si fuera poco, un día después un emisario del reino élfico los acusó de haber encontrado y robado el meteorito.

La verdad es que tras hacerse una idea de lo que estaba pasando en el pueblo, las ganas de Klaus de salir de allí aumentaron considerablemente. No hacía falta ser un lince para saber que la cosa olía a problemas a kilometros de distancia y el druida no tenía muy claro si quería verse envuelto en ellos. Pero por otro lado, ésta era posiblemente la clásica experiencia que podía cambiar tu vida y tu forma de ver el mundo. Y ese era precisamente el objetivo de su viaje.

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16/09/2018, 11:34
Aldeano

La puerta de la taberna se abrió violentamente y por ella entró un aldeano con el rostro desencajado. El sonido de unas campanas se escuchó de fondo.

¡FUEGO!—gritó—¡FUEGO EN LA TORRE DE GERIN!

Entonces otro grito llegó desde la calle.

¡SON TRASGOS! ¡HAY TRASGOS ATACANDO LA TORRE! ¡REFUGIAOS!

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16/09/2018, 11:44
Amo del Calabozo

La  torre de Gerin era posiblemente el lugar más interesante que había en Sartor. Aunque no estaba exactamente en el pueblo, sino en el linde del Gran Bosque. Gerin era un mago que se había instalado cinco años atrás en el pueblo y se hizo construir una torre como morada. Pese a que podía parecer extraño, no lo era para nada. Eran muchos los magos que se instalaban en lugares tranquilos para poder dedicarse a sus investigaciones sin alborotos. 

Además, Gerin no era el típico mago aislado que rehuía de los sartorios. El mago iba un par de veces a la semana al pueblo para aprovisionarse y se relacionaba con los pueblerinos con naturalidad. Aunque su torre fuese el único edificio que se encontraba fuera del pueblo, todos en Sartor le trataban como uno más. Además, era bien sabido que contar con su presencia reducía la cantidad de potenciales problemas. Así que en general era alguien bastante querido en Sartor.

Tras la caída del meteorito y su desaparición se había rumoreado que Gerin pudiera haberlo encontrado, pero pronto se desechó esa idea. Nadie creía la posibilidad de que el mago pudiera poner en peligro al pueblo y crear un conflicto con los elfos. No era de ese tipo de personas.

Pero entre tanto misterio había algo que si estaba muy claro. Un ataque a la torre no podía significar nada bueno.

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16/09/2018, 14:03
Dan

Dan estaba de buen humor. Después de tan largo viaje ya quedaba poco para volver a casa. El monje no sabía lo que se encontraría allí pero eso ahora no le importaba. Sólo quería llegar. Tenía ganas de volver a ver Puntagris. Cruzar sus puertas llenas de caravanas, pasear por el puerto abarrotado de navíos, recorrer los mercados lleno de cosas extraoirdinarias, mezclarse con el gentío... Sus recuerdos de niño permanecían intactos.

Su plan de viaje pasaba por llegar a Aguasfrías y tomar un barco que lo llevara a Puntagrís, si conseguía que lo aceptasen en el pasaje.  Si no tendría que hacer el camino a pie pasando por Entrebosques y Pontflamingo, demorando más su llegada. Pero fuese por mar o por tierra llegaría a casa. 

Me pregunto como estarán Jeyn y Ward.

Y entonces la puerta se abrió con un aldeano jaleando algo sobre un incendio. Los sentidos de Dan se activaron y plantó sus manos en la mesa preparado para moverse cuando fuera necesario. En cualquier momento todo el mundo se levantarían alborotados y el caos reinaría en el local. No iba a cogerlo desprevenido.

Y entonces llegó una segunda voz hablando de un ataque trasgo. ¡Trasgos! No había que ser muy listo para saber que la mayoría de los pueblerinos no podían lidiar con una amenaza así. Pero él sí. Y es lo que iba a hacer.

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16/09/2018, 18:04
Klaus

Apenas estaba empezando aquella sopa caliente, tras semanas de estar en la intemperie y el frio a veces en ocasiones como aquella solo se le apetecía un buen pedazo de pan sacado del horno de piedra y algo caliente que llevarse a los labios para calentar un poco más su cuerpo. No es porque no comiese caliente en su camino, sino porque en aquel tipo de lugar la comida solía tener más sustancia de la que el mismo podía conseguir de vez en vez, encontrarse animales muertos no era el pan nuestro de cada día. No pudo evitar arrepentirse rapido de aquella decisión, las aglomeraciones no eran los suyo y Cormag tampoco las toleraba tanto como el quería, y aunque se debatía entre dejar la comida y salir o terminarla rápidamente parecía que la respuesta había venido por si sola en forma de alarma de fuego.

 

Dejo la cuchara en el lugar mirando intensamente a aquel tipo apretando los labios, el ataque era otra cosa a tener en cuenta, pero no podía simplemente dejar que el bosque se quemara, y aquellas torres a las afuera siempre solían estar en el linde con el bosque, quizás no pudiera hacer lo suficiente como para salvarlo pero tenía que intentarlo o no se lo perdonaría en la vida. El asunto de los trasgos ya vería como lo solucionaba, aunque esperaba no toparse con ninguno, no se acercaría precisamente a la torre o esa no era su intención, lo primordial era el bosque y para eso con estar cerca y al acecho de que ninguna llama se acercara de mas era más que suficiente.

 

No tardo mucho más en decidirse diciendo adiós a la exquisita sopa antes de acariciar al cuervo acariciando suavemente las alas para que se pudiera adelantar. – Ve e informa, bosque Cormag, fuego, ve e informa....- En cuanto sus pies se pusieron en la calle dejo que el ave saliera volando para que le informara cuando tomara la posición necesaria para estar a salvo y controlando el lugar. A la salida miro la calle intentando recordar por un segundo cual era el camino más rápido para llegar a su destino, pero aun así lo primero que hizo fue ir por Muile. No tenía intenciones de volver a aquel lugar y se llevaría al animal de nuevo con él, aunque lo dejaría lejos de todos los problemas, no tenía intención de perder toda sus pertenencias, y armarse adecuadamente por si había problemas.

 

Estaba desatando las bridas del animal y preparándose para montarlo cuando se percató de que no era el único que tenía la intención de marcharse hacia el mismo lugar de la que suponía muchos escapaban o se alejaban. – Vamos Muile, tenemos mucho que hacer y el tiempo apremia Cormag ya está en camino... – Empezó a tirar se los amarres, no montaría, no con todo el caos que había podría ser contraproducente y asustar aún más al animal en aquel momento.

 

 

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16/09/2018, 18:43
Kelrin

Kelrin jugaba desganada con la comida cuando el aldeano irrumpió en la taberna. Su cara se iluminó ¡Al fin algo interesante! Al ponerse en pie tiró el tenedor con la patata pinchada, sin preocuparse de si éste daba diana en alguien. En su cabeza se había esfumado la frustración y ya sólo existía la posibilidad de medir su poder y de asar algún trasgo.

La elfa corrió ágilmente hacia la puerta, esquivando a algún que otro cliente y, apartando de un empujón al aldeano, salió a la calle. Miró a su alrededor, realmente no sabía dónde estaba la torre de Gerin, pero esperaba que el humo proveniente del incendio le guiase. Desde su llegada a Sartor, nunca se había sentido tan viva como en aquel momento y la expresión de su rostro lo delataba.

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16/09/2018, 18:33
Kilian

- Trasgos… eliminarlos le podría traer algún tipo de ganancia. –pensó Kilian nada más se produjo el grito de alerta.

Agarró su cerveza y la apuró de un trago, para ver justo cuando agachaba la cabeza, lo que le pareció un tenedor volando con algo de comida trinchada en él. Se puso en pie; cogió con una mano su arma, con la otra el último muslo del pollo que había sido su cena y se dispuso a salir raudo de la posada mientras daba cuenta del muslo.

Una vez fuera de la posada miró a ambos lados, en ese tipo de situaciones era fácil seguir el rastro. Solo tenía que seguir el humo, así como ir en dirección contraria a la de aquellos aldeanos que venían corriendo despavoridos. Y de donde solo algunos curiosos y otros “locos” como él se atreverían a ir.

Tiró el hueso del muslo, hizo crujir sus nudillos apretando los puños entre si y echó a correr.

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16/09/2018, 19:06
Arael

Aunque no podía sacar esas preocupaciones de su cabeza, Arael a veces se sentía bien. Allí, sobre la pequeña tarima del Escudo Partido, haciendo más amable el ambiente con los acordes de su laúd. Sabía que atraía la mirada de muchos, pero era algo que siempre disfrutaba. También le gustaba observar a la gente desde aquella posición privilegiada, dentro del microcosmos que siempre se creaba en los locales a los que iba, decenas de historias... todas convergiendo allí, ¡Y a ella le encantaba imaginárselas! Por ejemplo, ese crío hablando con un cuervo, seguro que ha salido del manicomio de Aguascálidas y está aquí de visita porque…

¡Pam!

Paró su melodía al grito de “Fuego” y “Trasgos”, pero sus pensamientos no hicieron más que acelerarse. Parece que su dilema ya no era tal; no podía quedarse de brazos cruzados en esa situación. Ni la gente de Sartor ni Gerin lo merecían. Puede que fueran simplemente un puñado de trasgos cabreados con el mago, pero si aquello era una incursión seria, debía ayudar en lo que pudiera.

Tanteó el cinto que llevaba atado al muslo derecho, ocultando una daga en el vestido. Seguía allí. Se acercó a Grace, una de las chicas que atendían detrás de la barra con la que tenía ya cierta confianza. Le agarró del hombro y se dirigió a ella con decisión:

- ¡Grace! Por favor, confío en ti, guárdame esto. – Dejó el laúd en la barra y saltó por encima de ésta. – Voy por la otra puerta, es importante que salga rápido de aquí.

Fue dando zancadas amplias hacia la habitación donde se hospedaba. Una vez allí, se cambió el vestido y se enfundó la armadura de cuero que le dieron los Halcones. La había modificado un poco, tachuelándola por zonas sensibles y tiñéndola de rojo (Siempre odió el marrón y el gris). Aun así, si la veían, había probabilidades de que la reconocieran. Se colgó el arco a la espalda y metió las flechas en la mochila.

-Hace meses que no disparo… ¿Seguirá dándoseme bien? – Iba pensando, mientras se dirigía a toda prisa a la torre de Gerin.

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16/09/2018, 19:43
Drathir

Drathir, sintió la emoción de la hechicera.

Revoloteó zigzagueante alrededor de la taberna hasta que sintió su presencia en el exterior. Entonces se acercó a ella presto, su apoyo era requerido.

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16/09/2018, 20:44
Amo del Calabozo

El caos se adueñó no sólo de El escudo partido sino de todo Sartor. Mucha gente salía de sus casas para refugiarse con sus familiares. Los guardias, por llamar de alguna manera a las personas que se solían hacer las veces de autoridad, intentaba poner orden y evitar las avalanchas. Más de un carro y de una pila de cajas acabaron volcados entre tanto barullo. Y entre todo ese tumulto fueron seis las personas que abandonaron el pueblo en dirección a la columna de humo que marcaba la dirección de la torre de Gerin. Un improvisado grupo que compartían destino.

El espontáneo grupo estaba formado por: un fornido humano armado con un espadón, un elfa vestida con ropa común cuyo talento era difícil de discernir, un druida humano de aspecto aniñado, una humana con el pelo corto y oscuro con un estoque al cinto, otra elfa armada con un arco y, por último, otro humano más, éste con el  pelo oscuro y desarmado que iba liderando la marcha.

Tras abandonar el pueblo observaron que tardarían en llegar a la torre entre diez y quince minutos. El edificio estaba en un alto por lo que no se veía la base y por tanto no podían ver a los trasgos. Lo que si veían era la densa columna de humo que surgía de ella, tan densa que ni siquiera permitía ver el fuego. Quizás incluso fuera demasiado densa.

Nadia había dicho nada, pero un pensamiento se iba adueñando de ellos. Si había trasgos atacando la torre, tendrían que luchar juntos y confiar sus vidas a los demás. Y eso era difícil cuando se trataba de desconocidos.

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16/09/2018, 21:08
Klaus

Se mordió el labio mirando a aquellos tipos altos y fornidos, incluso las chicas parecían guerreras y el solo sentía un alfeñique a su lado. Al menos tenía muy claro una cosa y es que no podía permitir que el fuego llegase finalmente a los lindes del bosque, aunque parecía que el lugar estaba lo suficiente alejado del mismo como para que no se extendiera rápidamente.

 

No...no podemos dejar que el fuego se extienda....seria el fin.... – Obviamente no menciono que la ciudad no era propiamente su prioridad, aquel punto no les interesaba. Tras aquellas palabras soltó suavemente las bridas del mulo para que se escondiera en un lugar seguro como le había enseñado antes de llevarlo la mano a la boca para dar un silbido casi sordo pero que sabía llegaría a Cormag para que volviese.

 

No se atrevió a hacerlo más sonoro, no sabía que tan cerca podían estar los trasgos y tampoco quería avisarlos.

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16/09/2018, 21:16
Kelrin

Miró a ambos lados mientras corría hacia la torre: al menos cinco personas más iban en su misma dirección. Su cuerpo y su mente iban a cien por hora. Los humanos eran bastante más altos y estaban en buen forma, por no decir el niño que iba en una mula, era complicado no quedar atrás. Llegar la última podía suponer que la fiesta hubiera acabado en caso de ser pocos trasgos... 

-Como ocurra eso no respondo de mí misma-pensó mientras apretaba los dientes y aligeraba más, si cabía, la marcha.

Aunque que llegaran segundos antes no implicaba que pudieran contra los trasgos, por pocos que estos fueran. Jamás había estado en un enfrentamiento de tal calibre pero estaba convencida de su superioridad como Drow, al fin y al cabo ellos pertenecían a una raza inferior. Probablemente quedarían sorprendidos de su poder. Pero...¿y si eran muchos trasgos? Recordó las palabras de Veldrin. Admitir que aún podría no valerse únicamente por sí misma le molestaba, pero quizá contar con alguien que reciba flechas por ti no era mala idea.

Ya decidiría cuando viera la situación si el resto de la comitiva le era útil o actuaba por sí sola.

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16/09/2018, 22:14
Arael

- Peores cosas que el fuego ha visto ese bosque, niño. - Se dirigía a Klaus. - Por ejemplo, a un crío solo corriendo hacia Corellon sabe cuántos trasgos. Si es que son trasgos, ese humo no tiene muy buena pinta.

Arael llevaba un arco corto en su mano izquierda, un puñado de flechas en la derecha y no llevaba carcaj. Seguía el paso rápido del monje con facilidad, pero prefería que él liderara la marcha, parecía decidido.

- Ay, extraños tiempos, después de decenas de años viviendo en este pueblo, es la primera vez que camino con tantas caras desconocidas. ¿Quién te ha visto y quién te ve, Sartor? Y... ¡Ah! - Miró fíjamente a Kelrin - ¿Vienes de El Gran Bosque? He oído que las cosas están patas arriba allí desde la caída del meteorito. Por cierto, soy Arael. - Empezó a sentir que hablaba demasiado.

Con un movimiento casi de prestidigitación horizontalizó una de las flechas de su mano, la apoyó sobre el lado derecho del arco (en lugar de cruzando al izquierdo, como era común) y tensó, probando el estado del arma.

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17/09/2018, 01:05
Kilian

Kilian llevaba un rato corriendo con dirección a la torre. A su lado, cinco personas también lo hacían en la misma dirección. No imaginaba que los lugareños le tendrían tanto aprecio a esa torre, o puede que ellos, buscaran lo mismo que él.

- Bueno, quizás seamos suficientes para darles caza. –pensó mientras iba mirando uno a uno a sus acompañantes.

Sin embargo, eso no lo sabía. Supuso que el ataque a dicha torre no habría sido perpetrado por un par de trasgos, sino por un gran grupo; y sabía por sus entrenamientos, que ante tantos enemigos la coordinación era fundamental para lograr la victoria.  Eso requeriría demasiada práctica y tiempo, cosas de las que no disponían. Tendrían que encontrar una solución y rápido.

- Quizás esto sirva y si no, al menos creo que creará cierta confianza. –se dijo así mismo apretando los puños y a continuación, de manera impulsiva, alzó la voz para decirle a los demás: - Oídme, cuando los avistemos, tratad de no alejaros los unos de los otros. Estoy seguro que de esta manera conseguiremos deshacernos de ellos.

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17/09/2018, 08:31
Klaus

Me llamo Klaus...... – No dijo nada más mientras escuchaba las palabras de uno de los hombres que parecía sin duda mucho más preparado que el mismo para enfrentarse a todo aquello. Iban a paso rápido y tras dejar que Muile seguramente tendría que sudar un poco para mantener el ritmo.

 

No pudo evitar asentir a las palabras del guerrero, el no quería morir, y tampoco quería que nada le ocurriese al bosque, así que si tenía que seguir órdenes para hacerlo no tenía el menor de los problemas. – Yo quizás no sea un guerrero, pero creo que podre ayudar...solo...decidme que hacer..

 

Agarro con fuerza la empuñadura de la cimitarra aun en el cinto y empezó a amarrarse con presteza el pequeño escudo mientras seguía casi corriendo a la par que ellos, tenía miedo, pero el miedo era parte de la vida.

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17/09/2018, 12:00
Dan

Dan había conseguido salir de la taberna antes de que se formara el tapón, pero salir del pueblo fue algo más difícil. El caos reinaba por doquier. Al monje le llamó la atención el denso humo que brotaba de la torre.

Eso no es madera ardiendo.

Por suerte no iba sólo, cinco personas más se habían unido a él. Cinco almas dispuestas a arriesgar sus vidas por salvar a los aldeanos y al residente de la torre. Para cambiar el mundo había que ser proactivo, y ellos lo estaban siendo.

El monje bajó el ritmo de la marcha y se giró para que le vieran.

Yo soy Dan—dijo presentándose con una sonrisa—. Cuidaré vuestras espaldas así que por favor cuidad la mía.

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17/09/2018, 12:05
Vincenza Vanpek

Vincenza—dijo la mujer del estoque mientras se acercaba a Klaus—. Sentir miedo es normal, pero no entres en pánico o nos pondrás en peligro a todos. Así que tranquilizate, ya lo ha dicho el hombretón, si estamos juntos saldremos adelante.

Y entonces la joven mujer verbalizó la pregunta que flotaba en el ambiente.

¿Creéis que esto tiene que ver con el meteorito?