Partida Rol por web

Kilian se metió las manos en los bolsillos del pantalón, y con la cabeza un tanto levantada y ladeada, escuchaba a Eiren sin inmutarse. Por la respuesta de esta, se estaba dando cuenta que se había equivocado y por la reacción de la misma, que ni siquiera lo estaba tomando en serio. Pero ya tendría tiempo de reflexionar sobre ello cuando estuviese solo.

Cuando esta acabó de hablar, Kilian la seguía mirando en la misma postura, pero con una sonrisa dibujada en los labios. Se sacó las manos de los bolsillos y comenzó a hablar tranquilamente.

- He salido de la nada y del dolor del que lo ha perdido todo. Yo no soy nadie, no me vanaglorio de nada, porque aún no he alcanzado nada. Así que no creo que puedas compararme con ese ladrón de comarca. –dijo haciendo hincapié en la última parte de la frase.

- Solo he compartido contigo un deseo, uno que pensaba que compartías. Pero ya que lo dices… -y con un rápido movimiento se sacó la camisa dejando a la luz las numerosas cicatrices de su torso, algunas relativamente frescas como la última cometida por Tharnaros. – Aquí está mi pragmatismo, el aquí y el ahora, porque vine sin nada y sin nada me iré. Solo sé que cuando la muerte venga a por mí, la abrazaré sabiendo que lo habré dado todo.

Dando la espalda a Eiren y echándose la camisa sobre el hombro mientras se dirigía hacia la puerta dijo: - Por eso puede que estuviese aquí, a tu merced, quizás es que no le tenga miedo a la muerte –concluyó Kilian, que firmemente y con decisión, se encaminaba a abrir la puerta con una escueta sonrisa.

Tomó el vaso de agua con ambas manos.

-Eres muy amable, estoy bien- alzó el vaso y bebió un poco de agua, aceptando su hospitalidad. Quería saber algo más del muchacho y aquel ofrecimiento parecía idóneo para empezar a tantearle sin que se sintiera forzado- ¿cómo aprendiste tanto? De curación, me refiero. Eres mucho más joven que el resto, es algo... extraordinario- echó el torso hacia delante, con el rostro ladeado y la mirada fija en el druida.

No pudo evitar sonrojarse ligeramente antes de apartar la mirada con cierto aire de timidez. – Todo lo que selo aprendí de mis padres y mis hermanos..no es que sea un gran experto en sanación o en algo en especial, es solo que es lo que he vivido siempre...no es destacable..

Se sonrojo ligeramente de nuevo antes de alzar la mirada y dedicarle una sonrisa. – De todas formas gracias, es agradable que alguien te reconozca a veces....- Se mordió ligeramente el labio. – Ha tenido que ser difícil, ¿No?...- La observo con aquella mascara. – Salir de allí y estar aquí...si necesitas ayuda puedes contar conmigo..

Arael se rió ante el comentario del monje. Le resultaba un tanto naif, inocente. 

—Creo que nuestras visiones son un poco diferentes sobre el tema. No creo haya emociones buenas o malas, sino que lo que importa es qué hacemos con ellas. Pocas emociones han originado tantos actos malvados como el amor... Y, si es la ira lo que nos empujar a actuar con audacia contra el mal, bienvenida sea.

La elfa suspiró.

—En definiva, no hay dos Arael. Hay solo una que no es capaz de dominar sus emociones, terrenales o cómo las quieras llamar.

—Si lo que intentabas era impresionarme…—la arcana hizo un elocuente gesto con la mano—. Te contaré un secreto, a Tharnaros no lo derrotasteis vosotros, sino su propio ego. Lo único que hicisteis fue darle el golpe de gracia a una criatura moribunda, aunque lo vieras muy vivo.

Eiren miró a Kilian con condescendencia.

—Buenas noches.

—¿Y no está ese amor emponzoñado por la envidia o el odio para cometer esos actos? ¿No es esa ira alimentada por la justicia? Es ahí donde el equilibrio...

El monje dejó de hablar y sacudió la cabeza con los ojos cerrados. Como si se estuviera diciendo que no a sí mismo más que a Arael.

—No he venido aquí a darte la chapa. Y yo no soy un maestro. Por lo que a mí respecta, tienes el corazón dónde debe estar y eso te hace ganar tu derecho a decidir tu propio camino—Dan se apretó el puente de la nariz—. Pero quiero que sepas que tienes el potencial para cambiar el mundo. Y a mí me gustaría verlo. Sólo tienes que ser más heroica y menos extraña.

Tras hacer una pausa, Dan sonrió a la elfa.

—Ya te dije que te quitaría poco tiempo—dijo dirigiéndose hacia la puerta—. Que descanses Arael.

Kilian abrió la puerta y una vez situado bajo el borde de la puerta, se giró mirando a Eiren y le dijo en tono serio y con total sinceridad.

- Disculpa, pero no intentaba sorprenderte ni impresionarte, simplemente te he mostrado que no soy como Tharnaros. Mi único objetivo para venir a verte es porque no quería que volvieses con ellos. No sé cuál es tu historia, ni por qué acabaste junto a ellos… y quizás he intentado mostrarte, sin resultado, que hay otro camino lejos de trabajar para un criminal. –dio un profundo suspiro y continuó diciendo. – En fin, no creo que haya sido muy efectivo, pero al menos tengo la tranquilidad de saber que no volverás con ellos. Como te he dicho antes, creo que vales mucho.

Kilian dio dos pasos hacia atrás, cogió el pomo de la puerta y dijo antes de cerrar con un rostro algo taciturno:

- Espero que vivas muchos años y encuentres tu camino. Buenas noches Eiren.

Arael le dedicó una sonrisa al monje. —Lo intento cada día, compañero. Gracias.— Le agarró del hombro a modo de despedida.

—Que pases una buena noche.

Mantuvo la mirada fija en él mientras le hablaba, preguntándose cómo alguien con tan poca confianza había sobrevivido tanto tiempo. Suerte tal vez. En cualquier caso, aunque no fuera un maestro sanador, sus habilidades habían sido bastante útiles en días anteriores y quizás podrían serle útiles en el futuro:

- Es destacable- añadió en tono firme- Sigue aprendiendo, nunca sabemos cuando necesitaremos que nos saques de un apuro- le guiñó un ojo.

Se apartó el pelo hacia el lado, con gesto serio. Apoyó ambos brazos en la cama, dejando caer su peso hacia atrás para mirar distraídamente al techo:

 - No, no fue fácil la salida- apretó los labios al recordar el viaje junto a aquél estúpido de actitud insolente, fue probablemente la primera vez en su vida que se había sentido impotente.- Pero era necesaria... y me ha hecho más fuerte.- Aunque no lo suficiente, aún.

Tras unos segundos pensativa, bajó la vista a Klaus

- Lo dices en serio?- se reclinó y le cogió de ambas manos- ¿Lo de que puedo contar contigo? Porque hay algo que necesito compartir con alguien

Kilian salió de la habitación de Eiren escuchando a la mujer reirse. La conversación no había ido como esperaba pero ya no había nada que hacer. Y justo cuando cerró la puerta, escuchó el sonido de otra también cerrándose. Al alzar la cabeza vio a Dan saliendo de la habitación de Arael.

No pudo evitar sonrojarse levemente ante su afirmación. Claro que se esforzaría en su camino, lo haría para ser más útil, para que no volviera a ocurrir lo que había acontecido con aquel tipo. No se permitiría caer primero de nuevo, nunca más.

Me esforzare, no tienes por qué preocuparte no dejare que os hagan daño si esta en mi mano y si lo hacen os curare de dicho daño...- Sabia de sobra que aún no tenía habilidades tan destacables como ella quería hacerle ver, pero era halagador que alguien confiase y le diera un voto de esperanza.

Escucho atentamente sus palabras con cara de circunstancias, suponía que debía haber sido aún más duro de lo que relataba, pero Kerlin siempre había sido extremadamente hermética, le gustaba que le contara aquellas cosas. 

Para que negar que el corazón le salto del pecho cuando le tomo las manos de aquella manera y se acercó para hablarle. Lucho para que un sonrojo no le llenara el rostro entero pero asintió suavemente. –Claro...puedes confiar en mí, somos amigos...puedes contarme lo que quieras..

Al ver a Dan, sonrió levemente. Despues de toldo lo que acabab de suceder, el destino había querido que se encontrase justo con quien quería ver en ese momento. Con paso decidido se acercó a él y cuando lo tenía a pocos pasos, se frenó, le miro frente por frente y le habló.

- Buenas noches Dan, creo que te debo una disculpa. –dijo de manera sincera mientras estiraba el brazo esperando a que el monje aceptase la disculpa o no.

Como era de esperar, Dan aceptó las disculpas de Kilian

—No pasa nada—dijo mientras le estrechaba la mano—. Entré en la guardia del tigre y me mordió. No tenía que haberme metido donde no me llamaban. Pero mantengo lo que dije, mi puerta está abierta.

- Bueno, para mí sí que pasa. Por lo general tengo que tomar ciertas precauciones a causa de que existe la probabilidad de que me estén buscando –argumentó Kilian.

Quizás a Dan no le interesase oír nada acerca de él en aquel momento, así que tras una breve pausa, simplemente añadió:

- Pero has demostrado ser un gran compañero y… en cualquier caso, creo que no me comporté como es debido. Quiero que sepas que mi puerta también está abierta siempre que la necesites. –concluyó en tono serio y con total sinceridad.

Esbozó su sonrisa más cálida y apretó suavemente las manos del druida:

- Verás, lo que os dije sobre mi familia aún siendo cierto ¿cómo decirlo? -Hizo una pausa, no parecía serle fácil hablar de ello- Hay más. Pero no me siento preparada para hablar de ello aún y temo que si descubrís más de mí- apartó la mirada- bueno, que si lo descubrís no acabe bien para mí.

Soltó a Klaus para llevarse las manos a la cara y se quitó lentamente la careta, dejándola sobre su regazo. Su aspecto volvió a ser el de un drow. Se recolocó algunos mechones para dar su mejor aspecto y añadió mirándole a los ojos:

-Aún así te doy mi palabra de que no tiene nada que ver con vosotros y no pretendo haceros daño. Te digo esto tal y como soy en realidad, porque no quiero engañarte con un aspecto más amable -se inclinó hacia delante- Klaus, mírame. En cuanto esté preparada, nada me gustaría más que contarte toda la verdad sobre mi pasado.

Tragó saliva, se sentía confiada en que Klaus la apoyaría. Sin embargo, si la cosa se torcía podría salir muy perjudicada de aquella revelación. En el fondo, disfrutaba de aquella situación algo arriesgada a pesar de la leve preocupación que le suponía. 

-Porque somos amigos.

Observo a la drow con el rostro tranquilo y sereno, y con una amable sonrisa. Sintió el leve apretón que le proporcionaba y no pudo menos que dárselo de vuelta ensanchando sus labios para hacer su sonrisa levemente más radiante y amigable.- No tienes que decir nada si no te sientes lista para ello Kerlin...todos tenemos secretos o recuerdos que nos son difíciles de expresar....

Fue su turno de apretar ligeramente la mano y bajar el rostro para buscar su mirada, antes de que ella se apartase y él se quedara en su posición observándola. Creía que la Drow era sincera, o al menos eso es lo que su corazón esperaba, no quería dudar y no lo haría a menos que algo le hiciera sospechar. Sabía que podía pecar de inocente, que quizás estaba aprovechándose de su buena fe pero el sería tan culpable del engaño como ella si este se daba, así que decidió partir una lanza a su favor, confiaría.

Tras aquellas palabras le dedico una sonrisa tranquilizadora y se levantó para tomar su mano. – Te creo...y a mi nada me halagaría más que algún día cuando estuvieras preparada, me lo contases todo...- Apretó suavemente su mano y sonrió de nuevo. –Somos amigos, y los amigos son la familia que se escoge...así que confía en mí, como yo confiare en ti..

—Agradezco tus palabras Kilian—repuso el monje con una sonrisa—. Usemos el pasado como trampolín y no como sillón. Avancemos hacia adelante.

Parecía que Dan iba a marcharse pero pareció pensar en algo.

—El corazón jamás habla, pero hay que escucharlo para entender—le dijo al guerrero—. Escúchalo para llenar ese vacío. Fama y dinero... ese no es el camino. Puedes hacer mucho más.

-No sabes cuánto significa esto para mí...- Sonrió levemente al muchacho, apretando sus manos con gratitud- Es tarde, debería irme a dormir- Se levantó grácilmente quedando frente a Klaus.

- Me alegro de haber venido a hablar contigo, ha sido agradable conocerte un poco mejor - Le dio un beso en la mejilla de despedida y se acercó a la puerta- Que pases una buena noche

Asintió ante las palabras de Dan y añadió:

- Sí, estoy convencido de que lo hallaré, es más, puede que ya lo tenga en mi interior y ni siquiera haya encontrado las palabras para exteriorizarlo. Acabo de tener una conversación antes de venir a verte, que me ha hecho darme cuenta de muchas cosas. En fin, es tarde y no te quiero aburrir, muchas gracias de nuevo. –finalizó Kilian dándose la vuelta para marcharse a su habitación.

Una vez más, los aventureros agradecieron dormir en una cama que en al inclemente raso. La mayor parte de su trabajo estaba hecho y siguiendo el camino no tardarían en llegar a Sartor.

El grupo continúa aquí.