Partida Rol por web

Todo lo referente a la misión le convenció: vapulear a unos cuantos trasgos, 500 piezas de oro o incluso el meteorito... Parecía un artefacto poderoso y eso le generaba curiosidad y deseo a partes iguales. Ladeó la cabeza:

-Mi nombre es Kelrin - Se ofreció la drow- Esos trasgos tienen los días contados, recuperaremos el meteorito.

Miró al resto del grupo con fingida complicidad. El guerrero y el niño habían planteado las preguntas necesarias, así que esperó con ansia a que el mago respondiera, especialmente a la pregunta del niño.

El mago cogió una silla que estaba tirada en el suelo y se sentó en ella.

—Dos días después de la caída del meteorito encontré una patrulla élfica en el bosque. De sus cuatro miembros, tres estaban muertos y el cuarto estaba completamente ido. Mientras intentaba razonar con él se clavó su propio cuchillo en la garganta. Cuando cayó al suelo soltó una piedra azúl metálico del tamaño de mi mano, el meteorito. Y cuando fui a cogerlo...

Gerin hizo una pausa, parecía buscar las palabras.

—No se explicar bien qué pasó. De lo que no me queda duda es de que el meteorito produce algún tipo de locura a aquellos que lo tocan. Llevaba varios días investigando de qué se trataba cuando atacaron esos trasgos. Sin éxito—el mago torció el gesto—. Así que cuando lo encontréis, aseguráos de no tocarlo con vuestras manos, ¿entendido?

«Respecto a seguir a los trasgos… teniendo en cuenta que se han internado en un bosque, son un grupo numeroso y llevan un objeto que puede sumir en la locura a su portador. Dejarán un rastro visible. No deberíais tener problemas rastreándolos»

Asintió a las palabras de Gerin, cuanto más sabía del meteorito más fascinante le parecía. 

-Entonces no seguiré perdiendo el tiempo- Apoyó el petate en una mesa para revisar que llevaba todo lo que necesitaba, puede que aquella misión fuera para largo- se acabó la ventaja para esos hediundos trasgos.

Se colgó a la espalda el petate y se dirigió con paso seguro a la salida. Antes de cruzar el umbral de la puerta se detuvo y se giró para mirar el mago. Le señaló y, dibujando una sonrisa sarcástica, añadió en un tono que sellaba el acuerdo:

- 500 piezas de oro

Se quedó mirando a los presentes, todos parecían completamente seguros de seguir con aquel plan de ir tras el meteorito, el dinero era quizás demasiado, y si era tanto solo suponía que era lo suficientemente peligroso como para pensarlo un poco más o eso creía él.

Observo el lugar antes de fijarse en todos los integrantes, guerreros experimentados, quizás era el momento de salir del sitio y volver a su tranquilo camino rumbo hacia su abuelo, pero también sentía curiosidad aunque a su vez no quería jugarse la vida, así que se quedó allí esperando, cerca del mago a ver que hacían los demás, aunque parecía más que claro lo que harían.

¿Va alguien más tras el meteorito a parte de los trasgos?.....- No supo de donde le venía la idea, pero allí estaba, y miro al mago con gesto interrogativo. – Esos trasgos no trabajaran para nadie, ¿No?....

Gerin esbozó una media sonrisa ante la pregunta de Klaus.

—¿Podrían acaso unos trasgos saber como me hice yo con el meteorito?—preguntó negando con la cabeza—. Quién lo haya averiguado lo ha hecho con magia. Y de la buena. Así que teniendo en cuenta que ninguno de esos trasgos era mago o clérigo...

El mago se encogió de hombros dando a entender sin palabras su respuesta.

—Solo tenemos que encontrar a los trasgos antes que aquel que los contrató— dijo Vincenza terminando a su manera la frase del mago—. Así que tenemos que darnos prisa en marcharnos. Si alguien tiene alguna otra pregunta que la haga rápido.

La mujer puso su mano sobre la empuñadura de su estoque y comenzó a inclinarse hacia adelante y hacia atrás impaciente.

-¿Entonces sería apropiado ir saliendo ya y descansar en el camino si fuera necesario? - Preguntó Arael, dejando en la mesa la flecha con la que jugaba- Empezó a tensar el arco vacío, apuntando a objetivos imaginarios. -¡Trasgo! - Exclamó no muy alto, soltando la cuerda. -Fushhhhh- Imitó el silbido de una flecha.

Siguió apuntando y disparando imaginariamente mientras sus compañeros hablaban. -¡Payum!, Fuuushhh, ¡Ñiiiiaum! -Finalmente apuntó con los ojos muy abiertos y una sonrisa torcida a Kelrin. Soltó la cuerda. 

-¡TRASGO!

Con el conocimiento de que tenían que atrapar a los trasgos cuanto antes, el improvisado grupo de aventureros se despidió de Gerin. El mago los acompañó hasta la puerta y los vio alejarse pensativo. Eran un grupo peculiar. Literalmente se acababan de conocer, incluso alguno ni siquiera había dicho su nombre. Tampoco sabían que cargas portaba cada uno ni cuán peligroso podía ser el constante pasado perseguidor. Pero había algo que todos compartían. Difícil de explicar pero real como la vida misma. Algo capaz de crear un vínculo más fuerte que el acero templado. Luchar juntos en un combate a vida o muerte.

Y aunque lo único que el mago sabía sobre los aventureros que acababa de contratar era precisamente ese hecho. Cerró la puerta tranquilo.

El grupo ha obtenido 200 coronas de oro. El grupo continúa aquí.

Arael gana 450 puntos de experiencia.

Kelrin gana 400 puntos de experiencia.

Kilian gana 400 puntos de experiencia.

Klaus gana 350 puntos de experiencia.