Partida Rol por web

—Vamos Clint—le dijo Vincenza de forma amistosa—. No hace falta que hagas como si no pasara nada. Me da igual la cara que tengas, eres un humano. No está mal tener sentimientos y demostrarlos.

El explorador esbozó una triste sonrisa al escuchar a la espadachina.

Gerin negó con la cabeza a lo que decía Arael.

—La piedra no hace nada de eso. Ni siquiera exactamente lo de la reencarnación. Y si cayó del cielo es porque vino de allí arriba. Ésto—dijo señalando la piedra—es irorita, irorita azul.

Sabiendo que no iban a entenderle el mago continuó inmediatamente con su explicación.

—La irorita es el material que construye la realidad. Se conocen siete tipos de ésta, cada una asociada a un aspecto que conforma la existencia: divinidad, vida, muerte, espacio, tiempo, magia y espíritu. Todo nuestro mundo, vosotros, esta torre, el Gran Bosque, toda Mercatia, está construido por ella, y ocasionalmente podemos encontrarla en bruto. Como ahora—el semielfo cerró el cofre—. No me cabe duda, sobretodo después de haber escuchado a Clint, de que esto es irorita azul, la irorita del espíritu. Esas visiones que habéis tenidono son alucinaciones, son recuerdos alojados en vuestra alma. Recuerdos de… vidas pasadas.

Con cada explicación que daba Gerin, le surgían más preguntas. Y encima el mago no estaba respondiendo a todas las preguntas, con lo cual, más dudas le quedaban. Además, le inquietaba el saber que la visión que tuvo, era de una vida pasada. Aquello hizo que se le cerrase el estómago. No pudo aguantar más y se decidió por intervenir.

- Pero eso no explica por qué Clint está encerrado en ese cuerpo ¿No? Es decir, si esa piedra muestra vidas pasadas, es porque quizás fuese Clint una vida pasada. ¿Pero entonces como es que está con nosotros en estos momentos? Recuerdo que Klaus tuvo que reanimarlo cuando lo encontramos, pero si esa piedra no tiene ningún poder de reencarnación…

Parecía que había acabado, pero entonces volvió a preguntar:

- ¿Puede que más de esos meteoritos hayan caído y él tuviese contacto con otro? Además, me gustaría incidir en el hecho de que no nos has dicho que o quienes andan tras ella.

Gerin se quedó en silencio pensando la pregunta de Kilian antes de responder.

—Imagina un vaso de agua medio lleno. Ahora coge una jarra y llena el vaso hasta arriba. Y cuando rebose, sigue echando agua. Al final puede que el agua que había originalmente en el vaso siga ahí, que sólo haya una parte o que no quede nada. ¿Verdad? Ahora piensa que el vaso es nuestra mente, la jarra nuestro espíritu y el agua nuestros recuerdos.

El mago señaló a los aventureros.

—Vosotros sólo habéis recibido un poco de agua, nada que inquiete vuestro ego. ¿Recordáis los elfos que encontraron el meteorito? Su agua estaba tan mezclada que lo que quedaba no era suficiente o ni siquiera quedaba algo de ellos. Por eso habían perdido la cordura. Y luego está el caso de Clint, que aunque es inaudito, no es único. A él le ocurrió lo mismo que a los elfos, pero con una diferencia, su mente aceptó una gran cantidad de recuerdos de una misma vida pasada, una que seguro que tuvo una fuerte personalidad. Y eso acabó generando un nuevo ego.

—¿Conoces a alguien más como yo?

Gerin negó con la cabeza.

—Todo lo que sé procede del estudio. Es la primera vez en mi vida que veo una irorita ante mí. Ni siquiera se me puede considerar un experto en la materia.

El semielfo volvió a mirar a Kilian.

—No sé quién anda detrás del meteorito. No pensarás que te lo estoy ocultando, ¿no? Porque parecía una acusación—añadió con una sonrisa burlona—Pero se me ocurre mucha gente peligroso que podría estar interesado en conseguir un objeto caído del cielo: la Mano Negra, la Hermandad de Nazir, el Ojo del Dragón, la Iglesia de Nashira...—el mago se encogió de hombros—O incluso cualquier anónimo, no todo el mundo tiene una organización detrás. Sólo hay que exminar los hechos. Alguien usó magia para saber que el meteorito estaba aquí, eso es seguro. Y esa persona tuvo que estar involucrada en el ataque de los trasgos. Y por otro lado alguien mandó a un grupo de bandidos a interceptar a esos trasgos para quitarles la piedra. Y me huele en la nariz que estamos hablando de la misma persona.

Gerin levantó las manos para indicarles a los aventureros que se esperaran.

—Sí, ya sé lo que estáis pensando—el mago empezó a hablar como si fuera un grupo de personas—. ¡Seguro que Eiren sabe algo! ¿Cómo se te ha ocurrido dejarla marchar Gerin?—entonces volvió a hablar con normalidad— Porque estoy convencido de que no sabe nada. Si alguien tiene recursos como para localizar la piedra, y organizar dos ataques simultáneos, y todo por un objeto cuya naturaleza desconoce... ¿de verdad creéis que se traiciona a una persona así a la ligera? El trato que ha hecho con vosotros, sólo es bueno si no sabe nada. Pero estoy seguro que tanto ella como los demás bandidos tienen un problema muy serio.

Le tranquilizó la revelación de que aquello que vio no tenía nada que ver con ella. Se habría tratado de convencer de que no era más que un truco nada relacionado con su fortaleza o debilidad, pero tener una confirmación oficial fue un alivio mayor. Sin embargo, no le hacía nada de gracia que Eireen andará por ahí suelta sabiendo su secreto, si alguien tenía que acabar con ella más valía que lo hiciera pronto.

 Aunque, ya sabes, si quieres las cosas bien hechas...

Dio un par de pasos hacia Gerin, acercándose a su vez al resto del grupo:

-¿y tú, Gerin? ¿No estás  en un serio problema también? - la pregunta no iba lanzada en un tono amenazador, más bien pretendía señalar el hecho de que siendo él el actual propietario era de esperar un segundo ataque a la torre.

—Si Eiren y sus colegas están en peligro por tener algo de información sobre la piedra, nosotros estamos todos jodidos —Respondió a Kelrin —Y por si fuera poco, el que podría darnos algo más información está ahora criando malvas en medio del campo.

La elfa reflexionó un momento (no demasiado) y frunció el ceño —Gerin, me preocupa también que estemos poniendo en peligro a la gente del pueblo, quizás deberíamos de tener alguna estrategia defensiva... por ahora.

—Oh sí, claro que estoy en serios problemas—dijo sin mostrarse nada preocupado—. Y vosotros también claro., pero no sólo por la piedra. Lo vais a estar por el tipo de vida que habéis elegido. ¡Aventureros! Vais a lidiar con este tipo de cosas el resto de vuestras vidas. ¡No vais a atar todos los cabos siempre!

Por momentos Gerin pareció un maestro que enseña a unos inocentes niños.

—Pero esos bandidos ni siquiera saben dónde los han metidos Ellos serán los primeros a los que van a ir preguntar, los demás tenemos tiempo para prepararnos. Su problema es mayor que el mío y que el vuestro. Independientemente—entonces señaló a arquera—, Arael tiene razón. Esta piedra no puede quedarse aquí conmigo, no es seguro para nadie. Así que me gustaría renegociar los términos del contrato.

El mago volvió a coger la libreta donde había firmado el pago a Eiren y pasó las hojas distraídamente.

—En su momento os ofrecí quinientas coronas a seis de vosotros. Eso hacía un pago total de tres mil. Teniendo en cuenta lo que he pagado a la bandida, os debo ahora mismo dos mil seiscientas coronas. Pero necesito sacar la piedra de aquí. Necesito a alguien que le lleve la piedra a mi maestro, Caín Veiner, en Aguasfrías. Él sabrá qué hacer con ella—el semielfo hizo una pausa—. Así que si estáis de acuerdo, os pagaré trescientas coronas a cada uno ahora y a la entrega, recibiréis otras quinientas.

Gerin alzó un dedo.

—Si aceptáis, aunque más repartido, habréis ganado un total de seis mil coronas de oro, el doble de la oferta inicial. No me negaréis que es un buen trato.

Kilian reflexionó sobre la información y la oferta que Gerin les acababa de proponer. Estaba seguro de que alguien ya irá detrás de su pista, así que alguno más de añadido tampoco le iba a suponer un problema. Además, las monedas le vendrían bien; y aunque le pareció un precio un poco justo, tampoco se iba a poner a regatear en un momento así. Porque una cosa es que no le preocupara que le persiguieran y otra que se relajase tanto, que los perseguidores lo encontraran allí sentado negociando un precio.

- Yo me apunto –dijo levantando el brazo con desgana y añadió. – Eso sí, en mi opinión, si van a estar siguiéndonos la pista deberíamos salir cuanto antes.

—Yo también—dijo seguidamente Dan—. Y pienso como Kilian, ni siquiera deberíamos de hacer noche en Sartor. Tenemos que movernos rápido. Si quien sea que busca la irorita ya se ha encontrado con los restos de la banda de Tharnaros, tiene un rastro que seguir. Y eso significa que tenemos poca ventaja.

En realidad tendrían dos rastros distintos que seguir ¿No?...Bien es que todos nos llevan a la Torre, pero después la maga se ha ido por un lado y nosotros por otro....y de hecho quizás podríamos reunirnos en un par de días tomando caminos distintos....- Se encogió de hombros ligeramente. – Gerin podría decidir quien lleva la piedra sin decirnos nada, así ninguno sabríamos realmente quien la tiene si nos encuentran...

Seguro que eso les haría también que dividirse en encontrarnos, y bueno, no es tan difícil saber si nos siguen los pasos si vamos en círculos al principio o si unos siguen a otro grupo dando un rodeo más largo....- No sabía si se había explicado con facilidad, pero era como jugar al pilla pilla entre ellos mismos, así sabrían si alguien los seguían y de la misma manera se cubrirían las espaldas de alguna manera hasta que todos se reunieran.

—¿En serio no me vais a dejar dormir en una cama decente ni un día? —Se quejó Arael, frustrada —Al menos vais a esperar a que vaya a la taberna a tomarme una copa de vino y recoger mi laúd antes de salir.

—Sobre lo de separarnos en dos grupos... —La elfa hizo una pausa —Creo que ya estamos en un problema suficientemente grande como para encima hacernos más dédiles. Si estamos juntos, podremos defendernos de quien nos persiga, separados... lo dudo.

—Lo de separaros puede ser una gran plan...—Gerin hizo una pausa— o un plan terrible. Depende de cómo salga. Y como no puedo obligaros a que toméis una opción u otra sólo puedo deciros una cosa. En la vida de cualquier aventurero hay un momento como éste. El momento en el que un trabajo se convierte en algo más que eso y en vuestras manos queda el destino de los inocentes. Si falláis, muchos sufrirán por ese fallo. Pensad bien que opción tomáis.

—Podéis contar también conmigo—dijo aún un conmocionado Clint—. Vamos todos, ¿no?—añadió mirando a Kelrin y a Vincenza que aún no habían dicho nada.

Cuando Gerin habló sobre el pago, ahora reducido, Kelrin torció el gesto y echó una mirada de soslayo a Kilian. Se mantuvo ceñuda y de brazos cruzados mientras los demás hablaban, hasta que Clint preguntó:

-Si - respondió casi con un resoplido, desentrelazando los brazos  bruscamente y dándose media vuelta.

Dio un par de pasos nerviosos, para relajar su frustración.

- Iremos juntos. El sigilo no es nuestro punto fuerte como para dividir nuestras fuerzas  - añadió mirando a los guerreros. Aparte no le apetecía nada ir en un grupo custodiando "aire" - Sobre la piedra... creo que Klaus debería llevarla.

—Claro—dijo Vincenta mientras asentía con la cabeza a la pregunta de Clint—. A mí me parece bien el plan del chico. Jugar al despiste nos dará cuanto menos un poco más de tiempo. Quizás el suficiente como para llegar a Aguasfrías.

Dan negó con la cabeza.

—Quizás tengas razón Vincenza. En otras circunstancias sería un buen plan, pero si interceptan a uno de los dos grupos...—el monje hizo una pausa y no dijo nada más, no hacía falta—. Si además es el grupo que tiene la piedra el fracaso será total. No podemos correr ese riesgo.

—Yo también estoy a favor de viajar juntos—intervino Clint zanjando la discusión—. No podemos perder tiempo con este tipo de discusiones. Debemos de ir a Aguasfrías lo más rápido posible y por el camino más corto.

Mientras los aventureros discutían, Gerin tomó su libreta y fue arrancando unas hojas similares a la que le había entregado a Eiren.

—Esa es la actitud—los espoleó—. Hay ocasiones en las que lo peor que puede hacer un aventurero es perder el tiempo en discusiones. Si no lo habéis descubierto ya pronto sabréis que muchas veces unos segundos son lo que separa la vida de la muerte.

Era curioso. La frase del mago era una gran verdad que el grupo había experimentado demasiadas veces durante estos últimos días. Algo que posiblemente iban a tener que grabarse a fuego.

—Tomad—dijo entregándoles a cada uno de los aventureros una de las hojas—. Buen viaje y tened cuidado.  Confío en vosotros.