Partida Rol por web

El nosferatu suelta una risita nerviosa. – ¿Sabes que ese loco también ira? Tenéis la reunión a la misma hora, no creo que te de tiempo para investigar.

- Entonces le conoceré antes de lo esperado. ¿Qué puedes decirme sobre él? Aparte de que está loco, claro está. - comento mientras hago una mueca que intenta parecer una sonrisa.

Te diré lo mas importante, no le mires a los ojos… podrías acabar muy mal, hay mucha gente que no ha salido bien de allí, de hecho creo que nadie ha salido bien del lugar…

- Bueno, ¿y del resto de la ciudad qué me puedes contar? ¿Quién gobierna y cómo? - necesito más información de la que poseo actualmente... - ¿En quién se apoya el Príncipe? -

El príncipe es alguien poderoso en la ciudad, se llama Alexander y es del clan Ventrue, su círculo de amistades es bastante grande, los más allegados son muy poderosos, varios son conocidos, y casi todos son temidos, son vampiros con los que no hay que meterse.

- ¿Y nuestro líder? ¿Hay algún jefe nosferatu en la ciudad? ¿O un contacto con el resto de vástagos? No sé, un primogénito o algo así... - poco a poco iba haciéndome a la idea de cómo se organizaba la ciudad, pero aún me quedaba mucho. - ¿Puedes hablarme también algo acerca de esos vástagos? ¿De qué clanes son? ¿qué zonas controlan? No sé, cualquier cosa... - ya me estaba relamiendo con la idea de suplantar a uno de esos idiotas...

Nuestro líder es uno de los grandes, está cerca del príncipe. Aunque su grupo de amistades es grande tiene a unos pocos más cercanos, son los que tienen zonas grandes, pueden ser más conocidos. Son todos de diferentes clanes. El que más te podría sonar es Absalón, es de nuestro clan, y su zona es Time square, También esta uno de los chiquillos de príncipe, Kol Ventrue, aunque será sustituido en breves, recibió un accidente al hablar con el malkivian problemático, seguramente le sustituya su hermana Alice, su zona es Central park. Después está en el clan Brujah un hombre llamado Tyler, es peligroso, no le gusta demasiado hablar, ni que pisen su zona otros vampiros, por ello esta tan alejado, su zona es La de la estatua de la libertad, pues es la que más le gustaba. El cuarto de ellos es el del clan Grangel, es bastante salvaje, aunque tiene algo curioso para ser un Grangel, no tiene ningún rasgo animal, su nombre es Harbad, y su zona es Battery Park, es el espacio verde más importante de New York, por otro lado está La Tremere, una mujer bastante seria, aunque eso es si no tienes confianza con ella, es muy hábil con su magia, su nombre es Adeline, y su zona es Ground Zero, y por ultimo pero no menos importante esta la Toreador, aunque su clan suele ser de los mas pacíficos no te aconsejo que subestimes a esta mujer, puede ser peligrosa, su nombre es Alexia, y su zona es Rockefeller Center. – El nosferatu sonríe. – Esa es toda la información que tenemos sobre ellos, mas no te podemos decir.

- Gracias por todo. Si puedo echarte una mano con algo o darte algo de información avísame. - comenté a mi compañero.

Me quedé pensando unos instantes: - Hummm, antes de irme a descansar para la reunión de mañana me gustaría ir a echar un vistazo a ese loco del que tanto se habla. ¿Puedes guiarme por las alcantarillas? No te preocupes, no me verá. Si no sabe que estoy ahí no debería poder hacerme nada... -

El nosferatu te mira y niega con la cabeza. – El príncipe a dado la orden de que se pase nuestra información, queda terminantemente prohibido acercarse al lugar donde vive, después de lo de su chiquillo no quiere mas problemas.

- Vaya, me extraña que el Príncipe permita esas cosas en su territorio. Aunque claro, sindo un malkavian cualquiera le dice algo... - me quedo meditando unos instantes. - Quizá ese malkavian se esté metiendo en más problemas de los que puede manejar.- Agito un poco la cabeza. - Bueno, volviendo a temas importantes. ¿Hay algún sitio donde pueda quedarme sin molestaros? Aún no sé si tendré que residir temporalmente en esta ciudad o no. Depende de lo que me diga el Príncipe mañana. -

Tenemos bajo las cloacas algunos nidos para dormir, pero si eres mas tiquismiquis siempre se puede hablar con el líder del clan para que te consiga un piso franco, o la habitación de un hotel.

- Con un nido bastará, gracias. - miro alrededor como si buscara algo. La verdad es que resulta extraño mirarme puesto que los ojos descolocados a los lados, la boca llena de colmillos que apenas puedo cerrar, el poco pelo y las hendeduras en mi frente hacen que hasta los conocidos como los "feos" se sientan a veces incómodos en mi presencia. - ¿Puedo explorar un poco el alcantarillado lo que queda de noche? No me gusta estar inactivo y como no tengo nada que hacer hasta mañana... ¿Hay alguna zona que deba evitar? -

Puedes pasearte lo que quieras, además si vas por las alcantarillas no deberías temer nada, lo único es que por ciudad no deberías salir demasiado, sobre todo por las zonas que te he dicho que están habitadas por los hombres del príncipe, solo puedes entrar con el permiso de ellos. También te aconsejo que estés atento, no queda demasiada noche como para que estés rondando por muchos lugares.

- De acuerdo. Gracias por todo. Espero verte pronto. - me despido y me marcho a dar un paseo por las zonas cercanas a los nidos. No quiero entretenerme mucho puesto que sé que me entrará sueño y es algo que no soy capaz de controlar.

La noche llega a la ciudad, son las seis y tu aun no te has levantado, si no llega a ser por tus otros compañeros nunca hubieras llegado a la reunión, menos mal que ellos también están en las cloacas. – Vamos levanta, no debes hacer esperar al príncipe. – Tu primer impulso es mandar a paseo al nosferatu, pero al oír lo de príncipe el sueño se te quita antes de lo esperado.

Reviso que mi movil esté en silencio. (A partir de ahora lo dejaré siempre en silencio). Mando otro sms al jefe de comisaría para enterarme de si ha habido novedades.

Le pido a uno de mis compañeros un periódico local y leo las noticias mientras me encamino a ver al Príncipe. 

Uso la imagen de un tipo común y corriente para moverme por las calles y voy en metro hasta mi destino.

Me aseguro de que nadie me vea transformarme por lo que nadie debería saber quién o qué soy.