El funeral se realizó en los terrenos del palacio de Fianosther, y a él asistieron las personalidades más importantes de la zona. Sigmund apenas recordaba al hijo del duque, Jouheav. Lo había visto correteando y jugando por los verdes prados del ducado con apenas diez años. Ahora, diez años después, se le veía mucho más delgado, más pálido y visiblemente entristecido. Parecía estar realmente enfermo. Tras la ceremonia, los presentes fueron abandonando el lugar, y Jouheav se acercó a Sigmund con paso lento y decidido.
Me agrada que hayas recibido mi mensaje y que hayas acudido a la ceremonia, Sigmund. Este es un día triste en el que guardar la memoria de mi padre, pero hay ciertos asuntos que me urge comentar contigo. Sin duda mi padre estaría de acuerdo ¿Me podrías acompañar al interior del palacio donde podamos hablar con más calma?
Puedes escribir un primer post comentando tus reacciones y sentimientos al recibir la noticia, contar algo del viaje en barco, de la llegada a Fianosther, del funeral, etc. Después actualizaré con la conversación.
Las palabras que trajeron la mala noticia aun resonaban en sus oídos, haciendo que que lo que parecía otra mañana perfecta en la preciosa ciudad de Falu, se convirtiera en un desgraciado día donde los recuerdos afloraban en su mente.
Había entablado amistad con el duque de Fianosther largo tiempo atrás cuando la batalla le llevo al ducado de Fianosther, mientras defendían la zona congeniaron ya que debían pasar mucho tiempo juntos planteando defensas, formas de abastecer a las tropas, etc. Cuando la batalla se acabo, el conde incluso permitió a Sigmund descansar una semana en su castillo y disfrutar de la buena caza y tranquilidad que ofrecía el duque además de su buena compañía, parecía un hombre justo y digno del puesto, cosa que tranquilizaba a Sigmund "Ojala todos los ducados tuvieran hombres rectos y no los corruptos que infestan muchas zonas" pensaba siempre que le veía actuar.
Hace ya un tiempo, tras haber servido con creces a su patria durante años en el ejército de Spingard, Sigmund decidió tomarse unas largas vacaciones y para ello conocía la ciudad perfecta gracias a sus viajes, Falu. En ella, pudo descansar tranquilo durante un año, hasta el día de la noticia.
Sus ojos se fijaron en el hombre que había pronunciado las palabras cuando vio que este cruzaba su mirada con la suya y empezaba a avanzar hacia él.
Disculpe, ¿es usted el caballero Sigmund Belmond?- dijo el mensajero.
Sigmund asintió con un leve movimiento de cabeza, dominando sus sentimientos y poniendo esa cara seria y tensa que le había valido el respeto de muchos reclutas.
Pues tengo un mensaje personal para usted de Jouheav, hijo de Ojesu -dijo tendiéndole un pergamino enroscado con el sello ducal de Fianosther perfectamente visible.
-Perdonadme buen hombre, pero ¿acaso podríais darme más información sobre lo acontecido al duque?
Lo siento caballero, pero no sé nada mas solo sigo órdenes.
Sigmund asintió "Como todos" pensó y tras despedirse de el, entro en su casa y leyó el comunicado que le habían dado, debía personarse en el funeral del duque en tres días.
Tras haber preparado su equipamiento y enfundarse la armadura "nunca se sabe que asaltadores descerebrados se puede encontrar uno" Sigmund partió con la barca que le habían preparado en el puerto de la ciudad.
El viaje transcurrió tranquilo y callado, Sigmund solía hablar bastante con las gentes del pueblo y sobretodo trabajadores como los marineros que tenía ante sí, siempre se podía aprender mucho de ellos y sacar información e incluso algunas risas, pero la pena afligía su corazón y paso el camino pensativo admirando el gran océano, pensativo, "No creo que me hayan llamado simplemente para presentar mis respetos" pensaba una y otra vez intentando averiguar el porqué de su viaje.
Finalmente, llego a su destino, se notaba que Fianosther estaba de luto, las gentes mas ancianas vestían de negro y las calles rebosantes de gente, comerciantes, cantares y colores vivos que hacían que los viajeros se desviaran de sus caminos para pasar por la animada Fianosther, estaban casi vacías y sin vida.
"Es normal" pensó Sigmund "Si el regente ha sido bueno, a la gente le aflige su perdida y no saber si el siguiente gobernante será un tirano..."
El funeral era desolador, había mucha gente congregada en el cementerio del castillo llorando y muchísima mas en el camino de las afueras que daban al pueblo, el duque fue una gran persona y todo el mundo quería darle su ultimo adiós.
Sigmund no derramo ninguna lagrima, había asistido a tantos funerales durante su servicio a la madre patria que se le habían secado los ojos y con el tiempo, llego a la conclusión que la mejor forma de decir adiós a un colega era quedarse en silencio y recordar los buenos tiempos que había pasado con él, así, podría darle el adiós con una sonrisa y darle las gracias por haber compartido esos momentos.
Tras la ceremonia, los presentes fueron abandonando el lugar, y Jouheav se acercó a Sigmund con paso lento y decidido.
Me agrada que hayas recibido mi mensaje y que hayas acudido a la ceremonia, Sigmund. Este es un día triste en el que guardar la memoria de mi padre, pero hay ciertos asuntos que me urge comentar contigo. Sin duda mi padre estaría de acuerdo ¿Me podrías acompañar al interior del palacio donde podamos hablar con más calma?
-A mi también me agrada veros Jouheav, es una pena que tenga que ser en estas condiciones... vayamos pues - "Sabia que había algo más en la llamada, veamos que quiere y si puedo ayudarle".
Lo dicho siento algunos acentos que no los piya el word. Siento la tardanza :P
Venga, que introducimos a Oliver xD Puedes postear tu respuesta a la pregunta y si decides mandar un emisario a Oliver lo podemos introducir en el siguiente post.
"Magia... que poco me gusta este asunto..."
-Vaya... ¿Que puedo deciros Jouheav? - Dijo Sigmund mientras llevaba su mano al mentón donde empezaba a crecer barba, frotándolo - Acepto la misión.
En la enfermiza cara del duque se dibujo el alivio relajando completamente el cuerpo.
-Se lo debo a vuestro padre, pero - el experimentado guerrero se levanto de su silla y empezó a andar alrededor de la mesa lentamente intentando aclarar sus ideas, sus pies embutidos en las botas marciales resonaban contra la piedra - Tal empresa necesita una buena planificación, al ser un viaje largo se necesitara dinero, para víveres, equipamiento e imprevistos que puedan surgir por el camino...- Sigmund miraba al conde para ver su reacción, el dinero no parecía un problema...
-Mmmm los mapas que podáis conseguir de la zona a la que vamos podrán servir de ayuda, aun cuando la elfa de la que habláis nos pueda guiar bien... - "la magia!" Sigmund nunca se había sentido cómodo con ella - Esa elfa, ¿No sabrá algo de magia acaso?. En caso negativo, deberíamos encontrar a alguien aunque fuera por el camino que supiera darnos indicios de cómo prepararnos contra ella... por favor mirar a ver que pueden hacer vuestros espías.
Por supuesto, los pondré en movimiento en cuanto salgamos de aquí- dijo el nuevo duque mirando con fascinación al guerrero, su forma de hablar calmada y su cara seria y fría le infundían confianza, cosa que le hacía sentirse algo mejor.
-En cuanto al grupo... 8 personas pueden ser algo justo por tierras hostiles, pero estará bien... -Sigmund al fin alcanzo la silla del duque- ¿Cuando puedo ver a esos tres individuos de los que habéis hablado?
He quedado con ellos dentro de siete días, aquí en el palacio.- Dijo el duque un poco dubitativo.
-Bien!, en cuanto al hombre de confianza, - Sigmund se sentó en la mesa y en su cara se dibujo una pequeña sonrisa como si riera una tontería de alguien conocido "dichosos los caminos del destino" - conozco a un hombre... -su voz se había vuelto algo mas cálida - que goza de total confianza, no vive lejos de aquí y estoy seguro que acudirá en nuestra ayuda, decidme dónde encontrar a su mensajero mas rápido y tal vez en 5 días lo tengamos por aquí.
Finalmente, el guerrero se fijo en la cara fatigada del Duque y como parecía hacer un sobresfuerzo para mantener su ritmo.
-OH! Perdonadme Jouheav... -El tono volvía ha ser frio marcial, como cuando estaba pensando en los preparativos- Parece que el tiempo que me había tomado de vacaciones ha sido demasiado lago y me he motivado un poco con este tema... - Su guantelete se poso sobre el hombro del duque - Id a descansar, mañana seguiremos con esto, ahora mismo voy a buscar al mensajero yo mismo y le daré la nota e indicaciones. - Se levanto y espero la reacción del hijo de su fallecido amigo.
No hace falta narrar que voy a las cuadras a buscar al mensajero y le doy el siguiente mensaje:
"Querido amigo,
Sé que hace mucho tiempo que no sabemos nada el uno del otro y la introducción de este mensaje debería ser otra, perdona mi brevedad entonces, pero te necesito a mi lado para una larga empresa. La familia del duque de Fianosther ha sido secuestrada y este, asesinado. Estoy reuniendo a un grupo para su rescate y me seríais de mucha ayuda.
Espero una respuesta, pienso partir cuanto antes.
Un abrazo de tu antigua amigo,
Sigmund Belmond"
- Una cosa más, Sigmund. Una de las razones por las que no quiero que se forme un grupo mayor que ocho personas es el siguiente; la gema de la que hablamos es un objeto muy codiciado y poca gente sabe que en este momento se encuentra en el templo de Willem, así que prefiero no llamar la atención con un grupo muy numeroso, por otro lado, si llamamos la atención con esta empresa, los espías de Willem estarán al tanto y reforzarán sus defensas. Contamos con la ventaja de que ellos no saben que conocemos la gema, su ubicación y que mantiene prisioneros a mis familiares. Por todo esto te pido que mantengamos en secreto la misión excepto para los integrantes del grupo. Ahora si no te importa me retiro a descansar. Habla con Picco para enviar ese mensaje, él entrará se encargará de la partida del mensajero, y por cierto, estos días te alojarás aquí, hemos preparado una habitación para tí.
Jouheav se alejó hacia su habitación, mientras un mediano se acercaba a Sigmund.
Sigmund escribió el mensaje y se lo entregó a Picco que considerablemente raudo para tratarse de un mediano se alejó de allí en busca del mensajero.
Bueno, Oliver ya está en escena. Una cosa Sigmund, edité una de las respuestas que asumiste que te daba el duque, la de la pregunta sobre cuando podrías ver a los que reclutó él. En la escena de Nae ya quedó con ella dentro de 7 días, que es cuando se reunirá todo el grupo ¿ok? Contamos los 5 que tardó Oliver en llegar, así que nos quedan 2.
Oliver salio temprano de su casa para disfrutar de un paseo solitario y sin rumbo aparente en un agradable dia en el que el sol brillaba radiante. Engullido en sus propios pensamientos ignoro la nocion del tiempo y cuando quiso darse cuenta llevaba mas de 3 horas caminando, Por el amor de dios llevo horas caminando, sera mejor que vuelva a casa.
El largo paseo le había dado sed y estaba deseoso de volver a casa y beber un buen trago de agua, ya que no tenia nada mas refrescante en su casa. Aligero levemente el paso hasta llegar a su casa. En la puerta de la casa oliver adivino la figura de un mediano y acelero mas aun el paso llegando casi a correr. Cuando estuvo a la altura del desconocido este lo único que hizo fue hacerle entrega de un mensaje y se fue sin dejar rastro.
Oliver abrio de inmediato la carta, no podia imaginar lo que aquel papel tenia escrito en su interior.
Querido amigo,
Sé que hace mucho tiempo que no sabemos nada el uno del otro y la introducción....
Cuando acabo la carta leyendo el nombre del que había escrito la carta un cumulo de emociones se apodero de el. En la carta Sigmund requería de su ayuda y oliver no dudo ni un segundo en ofrecérsela, así que sin perder tiempo recogió de su casa unas cuantas cosas para el viaje y sin volver la vista atrás fue alejandose de su pasa para poner rumbo al encuentro de su buen amigo.
Fueron 5 dias los que le llevaron hasta llegar a Fianosther y durante el camino no paraba de pensar lo del secuestro de aquella familia y el asesinato del duque de Fianosther, Tiene que ser muy importante esta familia para Sigmund como para enrolarse en este tipo de causa.
Cuando oliver llego al palacio lo estaba esperando un hombre que se le presento como Picco el cual le dirigio hasta una de las terrazas ducales donde vio por primera vez y despues de mucho tiempo a su querido amigo Sigmund.
El todavía no se había percatado de su presencia, parecía estar demasiado inmerso en un mapa que tenia sobre la mesa. Después de esperar unos segundo oliver tosió a modo de llamar la atencion, Sigmund enseguida alzo la mirada y alli estaban cara a cara dos buenos amigos.
Pasaron unos segundos y oliver no pudo reaccionar ante la emoción que le producía volver a ver a su amigo. Enseguida oliver se dirigió hacia Sigmund con los brazos abiertos con la intención de estrecharle entre sus brazos... A mis brazos amigo mio. Cuanto tiempo ha pasado.
Tras levantar la vista del mapa que llevaba estudiando más de dos horas, Sigmund no podía creer lo que estaba viendo, sabía que sin duda su amigo vendría, pero lo que no pudo prever es la alegría que le dio el volverlo a ver, una sonrisa empezó a asomarse en la cara del soldado mientras miraba a su compañero.
Enseguida Oliver se dirigió hacia Sigmund con los brazos abiertos con la intención de estrecharle entre sus brazos... A mis brazos amigo mío. Cuanto tiempo ha pasado.
Sigmund empezó a andar hacia Oliver acelerando el paso mientras levantaba los brazos para recibir a su amigo- Dios mío, Oliver!!! Sabía que vendrías viejo zorro! pero que bien te veo hahaha.- Finalmente se encontraron en un fraternal abrazo mientras los ojos del guerrero se humedecieron de la emoción y agarrándole de los hombros Sigmund lo miro de arriba abajo - Apenas has envejecido!
Jajaja no puedo decir lo mismo de ti... - A esta réplica de Oliver, su compañero respondió levantado una ceja y sonriendo - Va! ¿A quién voy a mentir? Siempre has aparentado menos años de los que tienes! jaja
-Hahahahaha - la risa se Sigmund sonaba de todo corazón mientras apresurado se dirigía hacia la mesa - Esto hay que celebrarlo, permite que recoja estas cosas y vamos a la primera taberna que encontremos a ponernos al día.- Coloco los mapas y cachivaches bajo su brazo y mirando directamente a los ojos de su amigo dijo con una sonrisa asintiendo levemente:- Hay mucho que contar. ¿Te han enseñado ya tu aposento?
Pues la verdad es que no - decía el apuesto paladín echando su cintura un poco hacia atrás y se apoyaba en los talones mientras mostraba con las manos su atuendo y pertenencias - Aun voy con la mochila y los enseres del camino, quise venir directamente a verte.
Sigmund asintió contento y con una mano le indico el camino - Ven entonces, quedamos con el duque en que te instalarías en palacio, estarás cómodo créeme.
-No lo dudo.
Se dirigieron a los aposentos del paladín y tras dejar este sus pertenencias salieron de palacio a buscar la mejor taberna que pudieron encontrar, tenían mucho por contarse y querían saber que le había ocurrido al otro en los años que no se habían visto.
Perdon si he tardado un poco, ando liado.
Oliver, ¿no te molesta que haga hablar a tu personaje en conversaciones asi un poco sin importancia verdad? No se si preferis hacer los dialogos mejor en varios posts o como hacerlo.
Bueno bienvenido a la partida jajaja
Dado que oliver no conocia la ciudad dejo que su buen amigo Sigmund lo giara por las calles de Fianosther, andando por ellas todavia recordaba el emotivo reencuentro que habia tenido hace tan solo unos minutos.
Sigmund se comporto como oliver esperaba de el, siempre tan servicial y caballeroso. Se ofrecio a dirigir a oliver a sus aposentos, una vez alli oliver se despojo de la mochila y unos pocos utiensilios que tenia, los dejo guardados en una comoda y junto a sigmund partieron en busca de una taberna donde poder llenar el cuerpo seguramente un buen vino de la comarca y poder hablar de lo que habían hecho en todo este tiempo.
Espero que me lleves a la mejor taberna de la ciudad, tenemos que hacer un buen brindis por nuestro reencuentro....aunque oliver sabia que este reencuentro no era por nada bueno. Estuvo a punto de preguntarle a sigmund el motivo por el que había pensado en el para esta causa pero se reservo esa pregunta para el momento en el que ya llevaran un par de copas de mas.
Ok Tranki, a mi no me moslesta siempre y cuando sean comentarios intrascendentes ;), de esa manera no te limito en tu redacción. Yo por el contrario si que esperare respuestas por tu parte a todo lo que comentemos.
Los dos amigos se dirigieron a la taberna del Barril en el centro de Fianosther y compartieron una charla animada e intrascendente recordando viejas batallas y poniéndose al día.
De pronto, un hombre se levantó en medio de la taberna y con un dedo señalando hacia un hombre comentó a voz en grito:
- ¡Tú! ¡El bandido que me atracó hace tres años!
Se hace el silencio en la taberna y el hombre señalado se mantuvo sentado en su asiento con expresión de sorpresa.
- ¿Yo? Creo que se confunde señor.
El campesino que acompañaba al acusador alzó la voz también.
- Es cierto, yo iba enaquella caravana no hay duda de que es él.
El hombre se levantó bruscamente y comenzó a correr en dirección a la puerta. Dos hombres pertenecientes a la guardia del duque que descansaban en aquel momento se pusieron en guardia y le cerraron el paso. Un hombre salió corriendo de la taberna en busca de refuerzos. Los guardias cargaron contra el fugitivo, que en un primer momento intentó evitar la pelea, pero visto que no tenía salida se frenó en seco, y con un movimiento rápido aprovechó la velocidad del primer guardia para hacer palanca con su pierna y proyectarlo contra una mesa desocupada. El otro guardia se detuvo sorprendido y contempló a su rival reconsiderando su valía.
- Señor guardia, esto es un malentendido.
El guardia dudó, pero en ese momento, tres guardias más entraron en la taberna armados. Aquello incentivó al guardia a atacar. El supuesto bandido alcanzó una silla, y hábilmente la encajó en el brazo armado del guardia, con un sutil giro desarmó al hombre y le retorció el brazo de forma que quedara de espaldas a él a escasos centímetros. Lo enganchó por detrás y lo empujó echando a correr hacia los guardias que se le echaban encima. Sorprendidos ante el escudo humano que se dirigía hacia ellos, apartaron sus armas y cayeron al suelo al chocar. El fugitivo aprovechó la confusión para sortear a los guardias y encarrila la puerta. Una sonrisa triunfal se reflejó en su rostro hasta que seis guardias se adentraron en la taberna y rodearon al hombre, que a pesar de que intentó desprenderse de ellos, enseguida fue inmovilizado. Un guardia le propinó varios puñetazos en la boca del estómago.
El tabernero que se refugiaba detrás de la vaya se levantó con aire de suficiencia y comentó.
- Vaya con el fugitivo. Desde luego a gente como esa es mejor tenerla de tu bando que del contrario.
Aquel comentario sugirió una idea a Sigmund que al mirar a Oliver fue consciente de que la misma había pasado por la mente de su amigo.
Podéis intervenir o dejarlos ir, vosotros decidís.
El prisionero dejó de forcear al darse cuenta que la fuerza no le iba a permitir escapar de esa situación. Debido a los puñetazos, la cena luchaba por escapar de su estómago, pero aún así intentó mantener su compostura.
-Cof... coff... Por favor, les juro que la persona a la que están golpeando no es un bandido, solo un humilde artista callejero que perdió todos sus pertrechos, compañeros de grupo y familia en un ataque en las montañas de esta región hace ahora 4 años.
Un nuevo puñetazo le hizo doblarse de dolor y escupir, pero no se dió por vencido. Los guardias no se mostraban compasivos. Uno le espetó:
-¿Y, si eres inocente, porqué has atacado a mis compañeros?
-Mis señores no parecían querer atender a las palabras de este humilde siervo del pueblo. De todas formas, si fuese un bandido, ¿porqué me encuentro solo y desarmado en una posada en la que cualquiera pueda reconocerme?¿Y teniendo un cuchillo como tenía en la mano mientras comía, porqué perdí la oportunidad de acabar con algún guardia antes de caer? No señores, no soy ningún bandido y si me sueltan las manos y me dejan unas manzanas os haré los mejores juegos malabares que hayan visto en años en esta alejada región montañosa.
Tirada: 1d20(+2)
Motivo: Convencer a los guardias
Resultado: 4(+2)=6
Claramente estoy intentando persuadir a los guardias de que no soy lo que ellos creen, asi que tiro persuadir a ver si cuela, pero no mentir, ya que no he dicho en ningún momento ninguna mentira, solo medias verdades.
Supongo que el bono será com+MEN (1+1)
Sigmund llevo a Oliver a la mejor taberna de la ciudad. Los dos estaban disfrutando de unas buenas jarras de vino, recordando viejos tiempos, viejas batallas y viejas amistades. A medida que iba transcurriendo el tiempo Oliver se alegraba cada vez mas de haberse reencontrado con su viejo amigo, la charla que mantenían reavivaba en Oliver los sentimientos de experiencias pasadas, tanto buenas como malas. El tiempo había pasado para los dos por igual pero Oliver veía en Sigmund una madurez extraordinaria.
De repente algo perturbo la conversación que mantenían ambos, un hombre a dedo alzado acusaba a otro de ser el bandido que le atraco tres años atrás. Oliver miro a Sigmund y le susurro Esto se va a poner interesante. Volvió la mirada hacia la trifulca, el supuesto bandido negaba tal acusación pero otro hombre afirmo lo que había dicho el primero, en ese momento Oliver se dio cuenta de que el sospechoso estaba en apuros y observo junto a Sigmund como se desenvolvió la situación. El supuesto bandido intento por todos los medios convencer a los guardias de que el no era la persona de la que hablaban y que le habían acusado injustamente, los argumentos de este parecían ser coherentes, pero al mismo tiempo insignificantes para los guardias.
Todo acabo y el tabernero hizo un comentario digno de ser estudiado, Sigmund miro a oliver y este enseguida entendió que habían pensado lo mismo, el supuesto bandido posiblemente seria un buen compañero de aventura.
La situación parecía escapársele de las manos a los guardias que en aquel momento acometían contra el supuesto bandido que recibía los puñetazos inmovilizado. No parecía un trato justo a un hombre cuya culpabilidad parecía aún por demostrar. Por aquel motivo, y porque Sigmund consideró que aquel hombre podría resultarles útil en la misión decidió intervenir.
- Disculpen soldados - levantó la voz el experimentado guerrero mientras se ponía en pie-soy Sigmund Belmond, amigo del duque y creo poder hablar en su nombre cuando digo que debe permanecer bajo mi custodia.
Los soldados se detuvieron y observaron al hombre que les había interrumpido con aire escéptico.
- ¿Y cómo sabemos que no eres otro bandido que intenta proteger a su compañero? ¡Tú si que llevas armas! -respondió acusadoramente.
Mientras tanto otro guardia se acercó al que hablaba que parecía estar al mando y le susurró:
- Es cierto, señor, se le ha visto con el duque en numerosas ocasiones y se aloja en palacio.
Visiblemente fastidiado por la interrupción de Sigmund, el soldado ordenó soltar al acusado. A continuación se dirigió a uno de sus subordinados.
- Alcher, ve a palacio y pregunta al responsable de palacio si es cierto que Sigmund Belmond es amigo del duque y si goza de esta autoridad.
El hombre salió disparado, pero Sigmundo no estaba para aguantar aquella situación así que decidió poner contra las cuerdas a aquel soldado crecido.
- Veo dos posibles salidas para esta situación, soldado. La primera es que me permita hacerme cargo de esta situación y que yo me ocupe de esta persona y la segunda... bueno la segunda es que encarceléis a este hombre y que vaya a hablar con el duque para que lo libere, comentándole las abusivas formas de su guardia y cómo maltratan a los habitantes de la ciudad sin haber demostrado su culpabilidad. Creo poder contar con bastantes testigos.
Se giró hacia los presentes en la taberna que hasta ese momento habían contemplado la escena en absoluto silencio pero que ahora afirmaban y miraban acusadoramente a los soldados. Con una señal a sus hombres y una mirada de desprecio, el soldado jefe abandonó la taberna seguido de los demás guardias. Los presentes prorrumpieron en aplausos y el acusado se acercó agradecido a la mesa de Sigmund y Oliver.
Sigmund penejotizado por el máster. Áran tienes hasta mañana (hoy, domingo) al mediodía para postear, si no actualizo y meto a los demás.
Áran se acercó a la mesa del guerrero que le había salvado, aún con la mano sobre el estómago. Daba gracias a que a pesar del forcegeo nadie había visto sus cuchillos ocultos en las ropas.
-Muchas gracias por su intervención, mi señor. Si no fuera por su benevolencia, ahora mismo servidor estaría en una mazmorra del duque sufriendo la peor de las suertes. Desearía poder devolverle este gran favor que me ha hecho, pero no se me ocurre forma alguna. Si puedo hacer algo por usted y su amigo, a parte de invitarles a toda la cerveza que puedan beber hoy, por favor háganmelo saber y de buen grado les ayudaré.
Y así el exbandido terminó su discurso, dando una gran reverencia ante su benefactor y creyéndose a salvo de todo peligro una vez más. Su expresión de felicidad cambió drásticamente cuando la boca de Sigmund se abrió para decir:
-Pues creo que sí que puedes hacer algo para devolvernos el favor a mi amigo y a mí. Siéntate y bebe con nosotros mientras te ponemos al día de nuestra situación....
El acusado se acercó a la mesa de Sigmund y Óliver para ofrecer su agradecimiento, y Sigmund aceptó con agrado y para sorpresa de aquel hombre su ofrecimiento.
- Verás, necesitamos gente que nos acompañe en un largo viaje hacia el sur y nos vendrá bien alguien con la habilidad que has demostrado hoy aquí. Se trata de una misión ordenada directamente por el duque y se gratificará si la realizamos con éxito con cuantiosas sumas de dinero. SI aceptas te comentaré los detalles de la misma.
El hombre pareció dubitativo, pero haciendo valer su promesa y tentado por el oro aceptó el desafío.
- De acuerdo, lo haré.
Sigmund comentó los detalles del viaje y citó al hombre tras dos días a las puertas del palacio ducal.
En un rato abro la escena general. Buen trabajo a todos los que posteasteis aquí