Partida Rol por web

Los guardias dejaron pasar a Oktael tras su explicación. Este comenzó a buscar por todas las jaulas que veía.

Para su sorpresa, no encontró ninguna mujer esclava que fuera negra. Por lo tanto, este descartaba de forma rápida que su mujer se hallara allí.

Aun así, escuchó el gritó de desesperación de una mujer, que provenía de una tienda de campaña relativamente cerca de él.

Podría ver de qué se tratara, aunque se arriesgaría a comprometer su infiltración. O podría seguir buscando respuestas sobre su familia.

Con una técnica apropiada de defensa aprendida, más el rencor de la derrota pasada, me decidí con tenacidad a afrontar al viejo soldado en un intento de recobrar el honor. Agarre de nuevo la espada de práctica, patética para mis gustos bélicos pero suficiente para ganar.

-¡Esta vez viejo! Esta desgraciada vez veras.

La pelea había sido apenas un poco más larga que la anterior. Charles supo defenderse mejor de los ataques del viejo instructor, pero aún se notaba ampliamente superado por la técnica de su adversario.

Tras intentar esquivar un golpe, el instructor logró dar una patada precisa a sus tobillos, haciéndole caer al suelo.

La mejora es notable, pero lo cierto es que es imposible saberlo todo. Aprenderás cientos de cosas de todas las personas a las que te enfrentes. Y no menosprecio tu experiencia en combate, pero estoy seguro que hasta ahora solo te limitaste a matarlos a todos, y jamás te pusiste a reflexionar sobre que movimientos y ataques usaron contra ti.

Desde ahora te encomiendo la tarea de ver siempre como te atacan. Así es como aprenderás mucho, no solo limitándote a ganar, sino aprendiendo de ellos.

-Preferiría que fuera de esa manera, Lord Bertram. También me dará más libertad para moverme y averiguar más acerca de nuestros enemigos. Ustedes han demostrado ser mejores nobles que aquellos de Illiandor. Tal vez haya una manera de que esto acabe sin tantas personas muertas.

Tal vez no me criticarían por haber luchado en contra de Roland, pero aún así, deshonraría a mi familia si descubrieran que estoy aliado con nobles de Roland. Mi familia me odiaría, aunque tal vez necesite que hablar con ellos para saberlo (cosa que era imposible).

No es necesario ni decirlo, Lord William. Lo haremos entonces de la forma que usted desee.

Oktael sufría al escuchar aquellos gritos. Sabía que iba a cometer una locura, pero ya estaba cansado de darle vueltas al asunto. No encontraba ninguna pista, ningún indicio que iba a encontrar pistas en este lugar.

Con un gesto lascivo decidió entrar a la tienda, con una botella en la mano. Fingiría ebriedad, fingiría que busca participación en aquella fiesta.

Este entraría y notaría que el jolgorio que había allí. 

Había varios guardias que estaban con diversas esclavas, aprovechándolas de forma sexual.

Sin embargo, aún se repetía el mismo problema. No había ninguna negra entre las esclavas. 

¿Qué haces aquí soldado? - Le dijo uno, que apenas podía pararse por su estado de ebriedad.

Oktael entró a la tienda y la imagen que allí vio le sacudía las entrañas. Cada una de esas esclavas podría ser su mujer, o también podría ser su hija. "Si existen mis amados Dioses, por favor oigan mis plegarias. Maldigan a todos y a cada uno de estos hombres" pensó para si

Sabía muy bien que no podía iniciar una matanza allí mismo. Tenía que conservar las apariencias por mucho que le doliera. 
- He venido a buscar un poco de diversión yo también! Pero parece que no hay nada... para mi, de mi gusto...- dijo con una sonrisa irónica señalandose la piel, en un claro indicio de que buscaba alguien de color, como él.- Creo que tendré que hablar con ese bastardo que proporciona los esclavos! ¿Dónde encuentro a ese maldito? - finalizó Oktael con una sonrisa y fingió darle un largo trago a la botella que llevaba en la mano.

En todo ese tiempo procuró no mirar a los ojos a aquellas pobres mujeres, y quizás también muchachos que estaban siendo abusados. Trataba de que la situación no lo afectase para poder seguir con su tapadera.

Oktael fue guiado por el guardia borracho, que le hizo llegar con un esclavista, grande de físico y de enorme malhumor. 

Este observó al africano acercarse y empezó a balbucear para dentro.

¿Qué coño quieres? - exclamó el desagradable hombre.

Oktael contuvo las ganas de estrangular a gente como aquella. Miró a su alrededor y observó con atención todo lo que allí había.

- Me encantaría encontrar una esclava... para mi diversión.- hizo una pausa mirando al hombre a los ojos.- Y no encuentro nada... apropiado para mí! Me preguntaba entonces... ¿Cómo es que no hay ninguna igual a mi? ¿De dónde sacas los esclavos?

El desagradable hombre observó con atención a Oktael y luego sonrío.

Las mujeres de tu piel hay que tomarlas desde tierras lejanas. A veces no resulta rentable hacer ese viaje. No en tiempos de guerra, cuando se consiguen de los mismos reinos de por aquí.

Pero una vez hicimos una incursión de ese tipo... ahora que lo pienso.

Tendrías que hablar con algún noble de Roland, supongo. Vendimos muchas mujeres negras a uno de Roland.

-Así que Roland eh?... muy bien. Calculo que ese noble sí que sabe divertirse! Estoy tan desesperado por una buena compañía, que me iría corriendo ahora jajaja.- intentó parecer simpático Oktael.- Calculo que tendré que buscarlo... Calculo que podrías orientarme un poco...-

Pues queda al oeste de Pulkria y Illiandor. ¿No conoces ese reino? 

Yo no conozco nobles de allí, pero harías bien en fijarte por esos lares  - exclamó el desagradable hombre.

Oktael agradeció en silencio las palabras de aquel desagradable hombre. El solo pensar que gente como esa jugaba con la vida de sus familiares, le daban ganas de vomitar. Incluso se le cruzó por la cabeza asesinarlo. Pero sabía que cortando la cabeza de la serpiente no se solucionaría el problema, y hasta le traería más problemas a él.

Así como entró a ese desagradable círculo de esclavos, se marchó. Pero esta vez una luz se encendió en su corazón, y sus Dioses volvieron a aparecer con fuerza en su interior, como hacía mucho que no le pasaba.