Partida Rol por web

La Horda de la Mano Roja

000. Introducción: Witzzy, Asoith, Rianna Malerys, Meleghost y Kastor.

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03/02/2008, 00:18
Director

Asoith
¿Qué lleva a un hombre a poner en peligro su vida? ¿Las promesas de fortuna? ¿La furia de la batalla? ¿O simplemente la conquista de una mujer?

Asoith se encuentró ante la típica elección: la chica o el oro. La chica es muy bella y estará muy agradecida si la salva; pero mira todas esas monedas relucientes… ¿valen la vida de una sola persona? En este caso la respuesta fue no, no para él.

Sin embargo, esto no supuso la muerte de la chica, una sacerdotisa itinerante que ayudaba en un templo de Hulburgo (ciudad portuaria junto al Mar de la Luna), sino que a fuerza de voluntad consiguió burlar a la muerte y seguir, a varios días de distancia, al que podría haber sido su salvador.

Rianna Malerys, así se llamaba la sacerdotisa, tardó un tiempo en alcanzarte. Totalmente sorprendido, y habiendo dado ya buena cuenta del oro después de varios meses de hambre durante los itinerantes viajes por toda la costa del mencionado mar, ni siquiera pensaste en disculparte; y ella no lo pidió. No venía para eso.

Decía algo de un espíritu que te seguía, el espíritu de una niña que repetía una y otra vez el mismo mensaje, mas este era ignorado por tus oídos. Abriendo las cerradas heridas te habló de Anabel que esperaba comunicarte su amor antes de marchar a los brazos de Tempus.

Al parecer ahí iba a acabar todo, sin embargo, en plena conversación, la interrupción de una patrulla de zhents únicamente pudo ser repelida mediante la colaboración de ambos. Debieron ver a dos humanos de ropas caras conversando que podía servir como fuente alternativa de ingresos y no a una sacerdotisa poderosa y un experto en el manejo de las armas. Gracias a la fe de Rianna y los ágiles movimientos de Asoith la decena de guerreros fueron derrotados, aunque no fue hasta la aparición de un esqueleto de la nada que atacó a los zhentarims cuando el combate os fue favorable.

Desde entonces, al principio por precaución, después quién sabrá, los destinos de los dos caminaron de la mano.

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03/02/2008, 00:18
Director

Rianna Malerys
¿Qué lleva a una mujer a poner en peligro su vida? ¿Las promesas de fortuna? ¿La fe? ¿O simplemente la conquista de un hombre?

Fue terrible. Ayudabas en un pequeño templo en la ciudad de Hulburgo, ciudad portuaria del Mar de la Luna, pero cuando te despertarste todo estaba en llamas, estabas amordazada y atada de pies y manos. La muerte estaba cerca, pero allí estaba tu salvación, un humano fibroso, moreno y con el aspecto típico del rebelde que en realidad no es tal. Se quedó mirando unos instantes, miró atrás, te volvió a mirar y desapareció tras el humo. Junto a él había una muchacha de aspecto triste… pero él no la veía.

Gracias a Yergal llegó tu salvación, pero no llegó hasta que conseguiste quemar las ataduras y pudiste dar uso a las habilidades que te proporciona. Tras salir había mucho que hacer, varios muertas que reconducir producto (como después supiste) de un ataque furtivo de una cofradía local de ladrones que, no contentos con el botín, quemaron el templo.
Entonces te acordaste de la muchacha que había junto al humano, su cara triste y esa tenue voz que repetía un mensaje una y otra vez, un mensaje que solo tú podrías transmitir a su destinatario. Fue por ella y no por él por lo que seguiste al humano; éste, aunque no formaba parte de la cofradía, resultó estar en el lugar indicado en el momento propicio, mas en lugar de salvarte a ti fue un cofre de monedas de oro lo que se llevó. No era difícil seguirle, su rastro de gastos te fue fácil de rastrear.

Asoith, o así decía llamarse el espadachín, tardó un tiempo en verte. Totalmente sorprendido, y habiendo dado ya buena cuenta del oro, ni siquiera pensó en disculparte; y tú no lo pediste. No venías para eso.

Le dijiste que había un espíritu que le seguía. Inicialmente, la reacción común, desconfianza absoluta; pero una vez describiste a la muchacha su semblante cambió y escuchó el mensaje que querías transmitirle, un mensaje repetido millares de veces pero que nunca pudo ser oído, el amor a un niño que le impedía partir a los brazos de Tempus.

Al parecer ahí iba a acabar todo, sin embargo, en plena conversación, la interrupción de una patrulla de zhents únicamente pudo ser repelida mediante la colaboración de ambos. Debieron ver a dos humanos de ropas caras conversando que podía servir como fuente alternativa de ingresos y no a una sacerdotisa poderosa y un experto en el manejo de las armas. Gracias a la fe de Rianna y los ágiles movimientos de Asoith la decena de guerreros fueron derrotados, aunque no fue hasta la aparición de un esqueleto de la nada que atacó a los zhentarims cuando el combate os fue favorable.

Desde entonces, al principio por precaución, después quién sabrá, los destinos de los dos caminaron de la mano.

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03/02/2008, 00:18
Director

Asoith y Rianna Malerys

Pasaron varias semanas hasta que alguien nuevo se unió a vosotros, nada habías previsto, pero al ver como la elfa salvaje, que acaba de ayudaros sin conoceros a derrotar a una banda de orcos, como despedazaba los cuerpos de los monstruos no pudisteis evitar invitarla al menos a comer. Su nombre era Witzzy, llevaba varias semanas rastreando a aquella banda de orcos a través de Cormanzhor, ella sola, y pretendía, según sus propias palabras, exterminar a aquella raza de Faerûn.

Sin saber exactamente cómo la elfa pasó a ser parte del grupo. Inicialmente se mostraba reacia, e incluso pasaba días lejos de vosotros sin explicación para después llegar con alguna que otra herida o sangre negra manchando su ropa. Tardó algún tiempo en juntarse plenamente al grupo, pero finalmente éste parecía tomar consistencia.

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03/02/2008, 00:19
Director

Witzzy
¿Qué lleva a un hombre a poner en peligro su vida? ¿Las promesas de fortuna? ¿La sed de venganza? ¿O simplemente la conquista de una mujer?

Llevabas ya varias semanas tras la caza de un destacamento, consistente en una veintena de orcos, entre los árboles de Cormanzhor. Furtivamente casi habías eliminado ya a la mitad, sin atreverte a luchar abiertamente debido a le enorme diferencia numérica, pero simples incursiones diurnas sirvieron para eliminar varias veces a la pareja de guardias que protegía su lugar de descanso. Fue entonces cuando conociste a Asoith, un espadachín bastante ágil con las espadas cortas, y a Rianna, una extravagante sacerdotisa que ya te ha sorprendido alguna vez conjurando la muerte.

Todo ocurrió durante el atardecer. El destacamento llevaba varios días bastante tranquilo, pero solo era para descansar ante su próximo plan, ésta vez el bloqueo de un camino bastante transitado. Les seguiste como de costumbre y, tras evaluar la posición que tomaba cada uno, decidiste esperar un buen momento para acechar uno a uno a aquellas inmundas bestias. Ese momento llegó con dos humanos, un hombre y una mujer que avanzaban sin mucha precaución hacia el bloqueo, no parecieron darse cuenta de la situación hasta que tuvieron encima a la docena de orcos dispuestos al ataque. Cualquier granjero hubiera caído a las primeras de cambio, sin embargo aquellos dos se defendieron con magia y espadas; ese era el momento para actuar. Tomaste el arco y, sin mediar palabra con los extraños, empezaste a disparar un flecha tras otra, sin importar que pudieses alcanzar a los humanos, eras muy hábil evitando ese tipo de errores.

Pocos segundos después, los orcos habían muerto todos, y empezaste tu habitual ritual de mutilación. Los humanos, extrañados, no tardaron en preguntarte qué hacías, por qué lo hacías, cuestionándote tus métodos bárbaros. Te pidieron que te tranquilizaras, fútil pretensión, y después te invitaron a comer; tras agradecerte la colaboración y, sin saber exactamente cómo (seguramente ante la necesidad de hablar con alguien inteligente), te uniste poco a poco a ellos. En ciertas ocasiones te separabas varios días, incluso semanas, sin que ellos supieran dónde ibas: a buscar orcos, a despedazarlos y esparcir sus entrañas. Fue así como, poco a poco, te uniste a la pareja, con bastante desconfianza en un inicio pero con la seguridad de que no eran enemigos.

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03/02/2008, 00:19
Director

Witzzy, Asoith y Rianna Malerys
Un error en la contratación de un barco que debía llevaros del Valle de la Cicatriz a Suzail (En Cormyr) [para cierto trato al que se había ofrecido Asoith que arrastró al grupo] que acabó desembarcando en Arrabar [en el estrecho de Vilhon] lo que cambió vuestros planes. Poco había que hacer en aquella ciudad portuaria y un malpagado trabajo de escoltas os llevó hasta Yhep, ciudad portuaria del Lado de Vaho. El dinero era bastante escaso, y la buena caza de Witzzy apenas servía para dar sustento a los tres. Rianna seguía su trabajo espiritual, mientras que Asoith trataba de conseguir algo de dinero de manera poco legal.

Entonces entrasteis en aquella taberna y todo cambió.

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03/02/2008, 00:20
Director

Kastor
¿Qué lleva a un hombre a poner en peligro su vida? ¿Las promesas de fortuna? ¿La sed de venganza? ¿O simplemente la conquista de una mujer?
La persecución incesante de trasgos te había llevado a la cara norte de Levación de Fuego*. La caza parecía eterna y te llevaba de un lugar a otro, durmiendo en ocasiones al descubierto en medio de la yerma llanura al sur de la Corriente de la Naga. El último encuentro, esta vez con avezados guerreros trasgos, había concluido con todos ellos muertos pero con numerosas heridas en tu cuerpo, además uno de tus perros, “Negro” había sufrido un corte que te obligó a buscar refugio en Yhep hasta la recuperación. Fue tras pagar a un sanador para tus heridas y las de tu compañero que descubriste que tu saca estaba vacía, apenas tenías dinero para pagar la posada en la que estabas alojado.

Fue allí donde todo cambió.

Notas de juego

*He supuesto que en esta cordillera estaba tu clan.

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03/02/2008, 00:21
Director

Meleghost
¿Qué lleva a un hombre a poner en peligro su vida? ¿Las promesas de fortuna? ¿La sed de conocimiento? ¿O simplemente la conquista de una mujer?
Tal vez esperabas encontrar en la otra punta de Faerûn lo que no habías encontrado en Halruéi. Tal vez los libros sobre las habladurías acerca de los aventureros del norte te hubieren embelesado y esperabas conseguir allí la fama que no podrías conseguir en tu región natal. Sea como fuere, tras acabar los estudios en la Universidad de Magia, te decidiste a emprender el camino lejos del hogar (si es que podías llamar a eso hogar). ¿Rumbo? Argluna parecía magnífica opción; además podrías recopilar información útil en tu camino.

Estabas decidido a ello; al menos hasta que llegaste a Yhep [Ciudad portuaria en el lago del Vaho], tras atravesar el lago desde Derlusk y haber vivido algún que otro encuentro algo violento en el camino, sin una mísera pieza de oro con que pagar la comida y demás enseres necesarios.

Entonces entraste en aquella taberna y todo cambió.

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03/02/2008, 00:23
Director

Witzzy, Asoith, Rianna Malerys, Meleghost y Kastor.
Por una u otra razón estábais en aquella taberna de Yhep, y por una razón o por otra solo vosotros aceptasteis la propuesta de aquel mercader: 300 piezas de oro por cabeza por traer un objeto (un gong de cierta antigüedad) que según os informó se hallaba en el un templo de las ruinas Valleperdido.

Fue así como, inconscientemente se formó el grupo, algunos ya se conocían de antes, otros no. Allí estaba Witzzy, la exploradora elfa salvaje, en principio callada y tranquila, pero en la furia de la batalla un magnífico apoyo en la distancia: disparos precisos desde larga distancia; estaba Asoith el, en aparencia, arrogante espadachín cuyo manejo de las espadas cortas es increíblemente bueno; estaba Rianna, nadie quedó igual cuando descubrió lo que podía hacer: comunicarse con las almas en pena, convocar a los muertos para que luchasen a su lado y todo ello mezclado con una belleza que deslumbraba a cualquiera. Venido desde Halruéi estaba Meleghost, un (según sus afirmaciones) humano, aunque su estatura, su piel verdosa y que diga que tiene una treintena de años cuando en realidad aparenta casi el doble hacen de este mago un personaje que acapara la atención de aquellos que le ven. Finalmente Kastor; en principio reservado y únicamente interesado en el dinero para poder continuar su Caza, no tardó mucho en congeniar con el resto, tanto él como sus perros Rojo y Negro son los primeros en dar la cara en el combate, seccionando las extremidades de los enemigos con las hachas enanas.

Sin embargo, no fue tan fácil como lo pintaba aquel mercader. Las ruinas no estaban desocupadas. Allí un hechicero había construido su morada y no debió gustarle que el grupo penetrará en sus dominios pues al instante empezó a ponerles trabas, conjurando desde la distancia para después desaparecer mediante la magia y huir antes de ser descubierto, acechando cuando la guardia bajaba… La batalla no fue fácil.

Hubo varios heridos, varios compañeros al borde de la muerte, mas el inagotable esfuerzo sumó el punto final y el número se impuso al poder, consiguiendo la victoria para aquellos extraños que apenas se conocían. Cobrado lo ofrecido, se decidió (y nadie quiso perdérselo) el retornar a las ruinas para repartir los tesoros del hechicero: apenas unas pocas monedas y un mapa. Éste muestra la localización de la torre de Vraath, señalando que en ella hay un tesoro importante en una cámara secreta. Al parecer el conjurador tenía prevista una expedición a aquel terreno.

Tras estudiarlo, nadie quiso apartarse de la riqueza y se decidió por unanimidad tomar un barco hacia Sheirtalar, el modo más seguro y aconsejable de atravesar los Reinos Fronterizos y las extensas llanuras de El Sheír. Aconsejados por Meleghost se decidió tomar una senda entre el Valle Brumoso y el Yermo del Bandido. Bien cargados de comida, armas, agua y demás cosas propias de los viajes era lo más aconsejable dada la peligrosidad de cruzar por mitad de la región (donde las tribus bárbaras serían un gran impedimento).

Es ahí donde se halla ahora el grupo, en pleno camino y, según los cálculos cerca de Transbordador de Drellin, última ciudad de parada antes de la mencionada torre.

Notas de juego

Bueno, creo que esto es bastante. Unos tendréis más para leer, otros menos pero en general supongo que suficiente para adaptar historias tan dispares.

Este es el momento de quejaros, de comentar dudas y demás; he intentado seguir lo que los personajes harían según sus historias (aunque con alguna extravaganza). Ahora mismo es momento de comentarios entre los personajes para que se conozcan, hagan comentarios y se vayan entreviendo las relaciones entre ellos. Creo que eso es todo.

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03/02/2008, 02:26
Kastor, el hachero

- Bueno! Trasbordador de Deblin y luego... la torre de Vraat! - el tono del enano denota que ya está ansioso por llegar - Que creen que encontraremos allì? Quizás una nueva hacha? Eso si. Tiene que ser una muy buena arma para que cambie a "Violencia" o a "Venganza", pero si es así... -

Con los ojos brillantes, entusiasmado por la posibilidad de mejorar su armamento, el enano agregó - Ah! Que sencilla ecuación. Mejores hachas, más trasgos muertos, más tranquilidad en el mundo! Si señor. Que buena es la vida - Olvidandose de sus padres, su clan, su familia muerta y de todo, Kastor acarició el filo de sus armas, disfrutando, por adelantado del placer de eliminar a sus enemigos.

Mientras caminaba, y soñaba, al lado de sus compañeros, casi sin pensarlo observaba como sus perros "Rojo" y "Negro" correteaban a su alrededor. Los animales, como de costumbre se adelantaban y retrasaban, tanto por el sendero como por los árboles que lo bordeaban, siempre a la búsqueda de los olores que la naturaleza les brindaba. Conejos, ardillas, zarihuellas... y quizás algún trasgo para darle una alegria a Kastor!

Notas de juego

Bueno... arrancamos. Parece que, por ahora, sin el druida. Buena Suerte a todos!

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03/02/2008, 03:38
Rianna Malerys

Con una sutil ondulación de su sedoso pelo, al ser apartado a un lado por su mano, la arrebatadora sirviente de Yergal apoya su guadaña un paso más adelante, mientras continúa la marcha. Sus labios callan ante las palabras del enano, pero su pensamiento vuela veloz, adelantando un futuro que sabe lo que depara, sin lugar a dudas.

Una torre de hechicería, tesoros, antiguos conocimientos... muerte y sus consecuencias. Bien sabemos lo que encontraremos allí; como en todas partes. La lista del Otro Lado sigue y sigue, tan interminable como la historia de Faerún.

Al ver la emoción del enano, esboza una sonrisa y da un golpecito de costado a Witzzy, para que le siga el juego al enano ella. A su modo, las habitualmente tan distantes razas han dado dos individuos hechos con harina del mismo costal, a distinta cocción.

Tratando de implicar a todo el mundo en la incipiente conversación, la mujer se adelanta hacia Asoith, siguiendo el gesto, y le pregunta con tono musical y voz juguetona:

-Me dejarás abandonada tambien en Deblin, ¿mi valeroso paladín?- comienza con su habitual broma velada, evocadora de su primer encuentro.

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03/02/2008, 11:27
Asoith

Mientras el enano hablaba, yo permanecía en la montura, atento al camino cuando, de repente, oigo la dulce voz de Rhianna.
Un tanto sorprendido por la pregunta, mi cabeza se gira parar mirarla,
la ironía se le da muy bien. pienso mientras me quedo unos segundos allí, simplemente mirando.
Por fin, llevándome una mano a la barbilla, me rasco la barba incipiente de varios días
Después de todo lo que hemos pasado, y lo que has hecho por mi... giro la cabeza y trago un poco de saliva, recordando todavía ese trágico episodio, hace ya muchos años ...y por Anabel... dejo la frase a medias, sonriendole

Vuelvo mi atención al camino y, sin girarme esta vez
Y dime ¿cómo sigue Anabel? ¿sabe que yo sé que está conmigo?

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03/02/2008, 11:44
Meleghost

-Asín es, Kastor--asiente Meleghost antes de escupir en el linde del camino--Si no me equivoco, debemos estar ya bastante serca.

El aparentemente frágil humano caminaba con esfuerzo apoyándose en su bastón para seguir el vivo ritmo de sus compañeros.

-¿Qué buena es la vida? ¡Ja!--se guarda para sí el conjurador frunciendo el ceño en su habitual actitud malhumorada mientras observa con cierta envidia a la exuberante humana dirigiéndose al joven Asoith--Más bien... siertamente cruel e injusta, diría yo. "Valeroso paladín, valeroso paladín."

-¡Puaj!--vuelve a escupir Meleghost sonoramente.

Aquellos que lo miraban en ese momento, pueden ver con repugnancia como emana un ligero y fugaz hilillo de humo de entre las matas en las que cayó su saliva.

-Vraas fue capás de labrarse un nombre que es reconosido incluso en los mapas, por lo que probablemente tenga muchas más cosicas que las que espera el Kastor, ¿no os parese, chiquitos?--explica el mago con el fin de levantar el ánimo del grupo después de limpiarse la boca con la manga de su túnica. Sin embargo, como suele ocurrirle, el pobre tiene escasa fortuna tanto para utilizar las palabras adecuadas como para elegir el momento oportuno en el que decirlas.

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03/02/2008, 20:01
Rianna Malerys

-Para serte sincera, Asoith, yo solo soy la mensajera. Su lugar ya no estaba aquí, sino en el Otro Lado. Su nombre está en el Libro de Yergal, pero en él solo hay nombres; no actos.- explica con melancolía a su acompañante -Este ya no era su lugar, pero tú tenías que comprenderlo tanto como ella, para que pudiera marcharse.- añade acercándose a su montura -Pero miré en sus ojos y vi su interior; puedes estar seguro de que está en un lugar agradable. Sin duda mucho mejor que la prisión en la que se encontraba aquí.- termina la mujer, poniendo una mano reconfortadora sobre la del espadachín.

Luego se aparta ligeramente, y le deja sumirse en sus pensamientos y sentimientos, dejando que sanen. Bien sabe del dolor de la despedida... mejor que nadie, posiblemente.

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03/02/2008, 20:53
Asoith

Transcurridos unos minutos, en los mis pensamientos fueron para Anabel y los tiempos que ya no volverán, me retraso un poco hasta ponerme a la altura de Meleghost
Y tu ¿que piensas encontrar en esa torre?Seguro que sabes algo más de lo que nos han contado ¿quién la habitó para que ahora pueda haber un tesoro esperándonos?

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03/02/2008, 22:03
Director

El grupo sigue su marcha. La parte difícl del viaje ha quedado atrás, y avanzan por un bien trazado sendero, utilizado probablemente por ocasionales viajeros, que se acercaba lentamente hacia Transbordador de Drellin.

Notas de juego

Deblin... deblin... ¡¡Drellin!!
Por cierto, se me olvidó pasaros el mapa; es el mismo que aparece en la sección de apéndices [y que por eso está ahí], os lo traigo:
Imagen (No lo pongo para no malformar la web en pantallas pequeñas). Vuestra situación actual estaría al norte del Talar, a apenas unas millas de Transbordador de Drellin (Drellin's Ferry).
Nota: os dejo la interpretación grupal hasta que consideréis necesario; tened en cuenta que lleváis varias semanas de convivencia; si alguien quiere dar algo a conocer antes de iniciar este es el momento.

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03/02/2008, 22:44
Witzzy

Kastor , y que haremos los demás mientras tu matas a todos los trasgos con esas hachas nuevas que vamos a encontrar , le guiña un ojo a Rianna y sigue a ya nos sentamos y aplaudimos , lo mejor para no aburrirnos sera que no haya hachas ,... de repente su cara se torna en una mueca de felicidad , uno de eso extraños momentos en lo que Witzzy es feliz esta ocurriendo , y últimamente se repiten mas , tal vez sea que pese al dolor anterior la compañía le hace bien . Las palabras en este estado salen solas .
Sino orcos , eso si que seria diversión ... los ojos le brillan a Witzzy cuando nombra los orcos y su mano acaricia suavemente el arco .

Pero seguro que encontramos un libro lleno de conjuros para Meleghost .

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03/02/2008, 23:31
Rianna Malerys

-Solo esperemos que no haya que quemarlo... hay muchas almas herrantes atadas a un libro de conjuros poderoso.- bromea Rianna, continuando con las chanzas de Witzzy, para incluir a todo el mundo.

La mujer siempre trataba de crear el mejor acercamiento posible a una situación social. Por su modo de desenvolverse, quedaba claro que respiraba el contacto con las personas. Unos ojos tan acostumbrados a ver la muerte, amaban la vida como un precioso tesoro a exprimir y compartir con la concurrencia. Uno que los muertos debían dejar para los vivos.

A pesar de su vida viajera, Rianna realmente disfrutaba cuando llegaban a zonas urbanizadas. Soltaba sus encantos, se desprendía de sus ataduras y bailaba con los ritmos de las ciudades. Era una urbanita por naturaleza; un animal social. Todos sabían que esperaba con ansia alcanzar Drellin, y quizá pasar una noche más de la cuenta allí.

Como contrapunto, le gustaba caminar; experimentar la vida por sí misma, tocar y oler. Mostraba una actitud casi inocente ante cualquier estímulo, sin escatimar sonrisas. El contraste era tan desorientador como agradable.

Por otra parte, la mujer no solía hablar mucho de su trabajo, salvo cuando la situación se encontraba justo ante sus narices, donde la trataba como algo natural. Estaba claro que una pesada carga pendía de sus hombros. Una carga que llevaba con sorprendente soltura: creía en el ideal de su trabajo, de eso no cabía la menor duda.

Notas de juego

Por mi parte, good to go, tras este pequeño inciso sobre la personalidad habitual de Rianna, no tengo mucho más que añadir que los demás no se imaginen.

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04/02/2008, 01:23
Meleghost

-No sabría presisarlo a siensia sierta,--responde Meleghost con sinceridad al espadachín--pero estoy casi seguro de que el viaje valdrá la pena, jovensito. Sí, señor.

-¿Un libro de conjuros, desís?--piensa el conjurador en voz alta tras el comentario de Witzzy volviendo a escupir--¡Puaj! ¡Ay, ojalá! Eso sinque sería un felis golpe de suerte... ¡Que los dioses te oyeren, nenica!

-Y si tenemos que deshasernos de él porque guarde alguna oscura maldisión del Otro Lado, les agradesería eternamente que me lo dejasen estudiar al menos un par de semanicas antes de destruirlo--concluye sonriendo desagradablemente a Rianna al tiempo que deja ver, de manera inconsciente, sus pequeños y amarillentos dientes puntiagudos.

Luego el mago parece percatarse de que algo que ha dicho o hecho no termina de sonar demasiado bien y vuelve a sumirse en el silencio mientras camina con dificultad esforzándose por mantener el paso.

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04/02/2008, 03:19
Kastor, el hachero

- Bueno... si no quieren que hay hachas, entonces... eh... entonces... - Como siempre que alguien argumenta con seguridad, Kastor se termina quedando callado.

Al observar al mago una mueca extraña se dibuja en su rostro. A ningún enano le gustan los poseedores de poderes arcanos y a el, en particular, le traen peores recuerdos que al resto de sus congérneres.

Sin embargo lo ha visto en acción y sabe que, aunque no sea santo de su devoción, puede resultar útil en un combate. Mejor tenerlo de amigo se plantea en silencio, aunque los comentarios respecto a libros de conjuros lo vuelven a poner nervioso

- Libros de conjuros, puaj! - un escupitajo sale también de su boca, aunque el de el no resulta tan desagradable como el de su compañero. Solo saliva y algo de tabaco. - Habría que destruirlos a todos. Solo traen problemas. Un hacha, una espada, un arco. Incluso un bastón - agrega señalando al que lleva el mago - son Armas! Pero la magia... no, no, no. El mundo estaría mejor sin ella. Solo trae problemas. Sobre todo en malas manos - aclara tratando de arreglar su desliz con tan poca buena fortuna como el mago.

Tras una leve pausa continúa - Si no hubiera sido por esos conjuros mi pueblo no... esos Grandes Trasgos no hubieran podido... NO, lo mejor es destruir esa fuente de problemas. No digo que algunos magos no sean bienintencionados, pero la mayoría solo piensa en destruir. Y con magia es demasiado sencillo. Aunque sea, con un arma las cosas se hacen cara a cara, arriesgando el cuerpo, pero con magia... NO, Faerûn sería más seguro si no hubiera tantos libros de conjuros -

Notas de juego

Por cierto "al norte de Talar" ? ó "al norte de Terralmar". Si es de Talar entonces estamos bastante lejos de trasbordador de Drellin, es más, nos faltan por lo menos 3 pueblos para llegar y alrededor de 150 millas. Eso son como 5 ó 6 días (depende los problema que podamos encontrar)

No será "al norte de Terralmar"?

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04/02/2008, 08:41
Asoith

Recibo los comentarios de mis compañeros con una carcajada, mientras avanzo por el camino
Hay que aprovechar lo que se tiene, ya sea magia o acero. Además he oido hablar de enanos que adoran a Moradín y son capaces de hacer que una montaña de roca se levante y les obedezca.
¿Acaso eso no es magia?

Encogiéndose de hombros prosigue
A mi me da igual una magia que otra, la verdad, lo importante es que Tymora tire los dados y tú tengas la mayor puntuación

Notas de juego

Por mi parte también. Ya iré estrechando lazos por el camino.