Sophie se vio bombardeada no solo con la explosión de la luz sino con imágenes del mundo que el Negrocastro avecinaba. Y lo que vio la colapsó hasta casi volverla loca. ¿De verdad quería que ocurriera eso a su mundo? Había visto Paris arder y gente de faz derretida andar por las calles entonando oraciones satánicas. ¿Estaba dispuesta a sacrificar todo lo bueno que había en los hombres? A su vez sentía el poder, la cercanía de aquel Dios Primigenio... No sabía si sería capaz de seguir.
Felicidades, eres el Perro.