Después de salir de la cripta creía que no habrían más sorpresas esta noche, pero me equivoqué. La visión de la dama me deja sin habla. Su belleza es radiante, pero lo que más me impacta es su tremendo parecido con un rostro que esa noche se estaba convirtiendo en familiar.
Por un momento estoy a punto de decir algo, incluso abro la boca, pero no me sale la voz.
No sé por qué, pero mi instinto me empuja a esconder la tablilla. Disimuladamente, la deslizo dentro de uno de los bolsillos de mi abrigo, intentando que nadie se percate.
Logras esconder la tablilla sin que nadie se de cuenta. Es sencillo dado que todos miran a la mujer, y aprovechas que ella mira a Modesto y Abberline mientras les responde.
- Un doctor, un abogado, un artista y - se vuelve hacia Thomas y pregunta - ¿usted? - dirige una mirada al carruaje un instante antes de continuar - No se mucho de carruajes, pero parece que tenga difícil solución. Dado que probablemente no podrán continuar su viaje esta noche, me honrarían si me permitiesen invitarles a cenar esta noche en el castillo. No recibimos demasiadas visitas, y seguro que mi padre agradecería que le trajesen noticias del resto del mundo. Seguro que su cochero puede ir al pueblo y reservarles alojamiento en la posada, y tras la cena nuestro cochero les llevara alli.
-¿Yo? -me quito el sombrero y me paso una mano por el cabello, repeinándomelo ligeramente-. Oh, pues soy marchante particular de un coleccionista de arte.
Cuando la dama anuncia su oferta, contesto sin pensar.
- Personalmente acepto encantado. Muchas gracias.
Tomando nota mental del asombro en el rostro de los dos hombres ante el encuentro con lady Katia, tomé nota mental de que debía indagar sobre ello en el futuro. Pero de momento una buena charla, salir de ese bosque tenebroso y una buena cena no es algo que se pueda despreciar.
- Será un placer acompañarlos en la cena mi Lady, es muy amable de su parte realizar tal invitación. – dándole un vistazo al cochero y a la rueda maltrecha por el choque - Supongo que el hábil de Hans podrá llegar sin problemas al pueblo para reparar esta bendita rueda.
-Entiendo entonces que la avería es peor de lo que esperábamos. ¿No es así, Hans? En todo caso, no podemos rechazar una cena en tan grata compañía. Le agradecemos enormemente la invitación -digo, sonriendo e inclinando levemente la cabeza en dirección a la dama. Esto retrasa nuestra llegada a Moscú, pero la verdad es que no tengo muchas ganas de permanecer en el bosque mientras Hans arregla la rueda, y si tenemos que pasar la noche por aquí, mejor será una buena cena en un castillo que en cualquier posada.
Tampoco puedo negar que siento cierta fascinación por la joven dama... y cierta curiosidad por la historia de la región.
Hans se mostro algo sorprendido por el desenlace de los acontecimientos.
- Necesitare una nueva rueda. - sentencio - Les reservare la posada, cuatro habitaciones. Mañana continuaremos el viaje.
No os quedo claro si sus ultimas palabras eran una afirmacion o una pregunta. Pero sin decir nada mas se volvio hacia el carruaje, y comenzo a cargar de nuevo el equipaje. La rueda seguia presentando mal aspecto, pero con menos peso y velocidad no tendria problemas en llegar hasta el pueblo que no debia estar muy lejos.
¿hija de un príncipe? esto podría pintar muy bien... pienso mientras los demás acceden a acompañar a la recién llegada.
- Me parece una maravillosa idea, además, empieza a hacer frió por estos lares
Acto seguido recojo mi maleta, que ha bajado muy amablemente Hans y con un gesto de cordialidad le doy las gracias sin decir palabra. Miro hacia la señorita Katia y digo:
- Después de usted con una sonrisa un tanto cohibida espero que no seamos una molestia para el príncipe.
De repente me doy cuenta de que estoy mirando a la dama demasiado fijamente, por lo que aparto la mirada. Entonces se me ocurre una cosa. Con discreción, me acerco a Holzer y le aparto un poco, hablándole en voz muy baja con la intención de que no me oigan los demás.
Voy a poner el susurro en un mensaje sólo para Holzer, pero supongo que con una tirada, alguien con buen oído podría escuchar lo que digo. Espero sobre todo que no me oiga la señorita xD
-Holzer, no me cabe duda de que habrá notado usted el parecido de la dama. Ya sabe a lo que me refiero. Creo que será más prudente guardar silencio sobre nuestra expedición a la cripta. Sospecho que pertenece a la familia o antepasados de lady Katia y pueden tomarlo como un acto de profanación. Con respecto a la tablilla... bien, que la tengamos revela que hemos estado allí. Pero que la ocultemos me hace sentir que somos unos ladrones. Dejo esa cuestión a su buen juicio.
Contesto al doctor en susurros, mientras hago alguna otra cosa (como caminar) para disimular la conversación, y siempre lo más alejado posible de la dama, si es que todavía no se ha marchado.
- Me ha leído el pensamiento doctor. En cuanto la ví, deslicé la tablilla en uno de mis bolsillos con la intención de que no la viera. Pero la verdad es que ahora yo también me estoy empezando a sentir mal. Tiene la gentileza de invitarnos a cenar, y yo con un objeto de su mausoleo familiar en mi bolsillo... De todas formas, siempre habrá tiempo para devolvérselo, o de dar explicaciones. Antes me gustaría contarles todo esto a nuestros compañeros en cuanto tenga ocasión, y también intentar descifrar la escritura que figura en la tablilla.
-Bueno, en realidad que la cripta pertenezca a su familia es sólo una suposición, que intentaremos confirmar o desmentir esta noche. Además, el lugar no parecía muy cuidado, y la tablilla estaba en el suelo. En fin, seamos prudentes de momento.